Rafael Hueso Vicent. Secretario General de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos: La Comunidad de Trabajo de los Pirineos busca hacer efectiva la supresión de las fronteras interiores en la UE, a través de la resolución de problemas

2006-09-08

BREA, Unai

La cita es en Lehendakaritza, a escasos metros del Palacio de Ajuria Enea, cuyos muros traseros podemos divisar desde la sala donde se lleva a cabo la entrevista. Allí nos ha recibido Rafael Hueso, actualmente Secretario General de la Comunidad de Trabajos de los Pirineos (en delante CTP), desde que a finales del año pasado la Comunidad Autónoma Vasca asumiera la presidencia de la misma. El cargo, podemos decir a la vista de su Curriculum (que encontrarán ustedes al final de esta entrevista), le viene a Hueso como anillo al dedo y es que, desde que hace quince años comenzara a trabajar para el Gobierno Vasco, casi toda su labor se ha desarrollado en torno a la cooperación entre regiones. Hueso achaca a las fronteras buena parte de los males que han aquejado durante siglos, por no decir milenios, a la humanidad. Ahora, su quehacer diario consiste en tratar de que esas fronteras no sean barreras sino nexos de unión.

La primera pregunta es obvia: ¿Para qué la CTP?

Es una buena pregunta, porque a veces, de tan simple y obvia como es, creo que la vamos olvidando y nos vamos perdiendo en otros aspectos que no vienen al caso. ¿Para qué surge, pues? En primer lugar, la CTP surge en un contexto muy particular: los años 80. Son años donde las regiones, o mejor dicho, los niveles subestatales, comienzan a tener un protagonismo en las relaciones exteriores. Evidentemente no gozamos de las competencias que tienen los estados, pero tenemos un ámbito de trabajo a nivel internacional. Y eso comienza a tener una pujanza en los años 80. En el año 83 se celebra el primer consejo plenario, que es como llamamos a nuestras asambleas, y se comienza a tener conciencia en torno a la figura de la frontera. Se comienza a tener conciencia de que va siendo hora de dejar de vivir espalda con espalda, para decir: seguramente tenemos muchas cosas en común que podemos llevar a cabo, y que nos van a dar un valor añadido. En aquella ocasión los contactos institucionales comenzaron por el lado central de los Pirineos: Aragón, Catalunya, la parte francesa… Y finalmente se hizo una propuesta a todos los niveles regionales que conforman esta eurorregión, si podemos llamarla así, y que son ocho, contando además con una cosa curiosa: todas somos regiones excepto Andorra, que es un estado soberano con asiento en al ONU.

¿Cómo fueron aquellos primeros contactos?

Se dijo que era hora de intentar borrar los efectos causados por la frontera, impulsando cooperaciones a ambos lados que nos permitan resolver problemas que estamos detectando día a día.

¿En qué ámbitos se impulsa la colaboración?

Tenemos por ejemplo el transporte, que es una problemática que padecemos desde hace mucho tiempo. Como todo el mundo sabe, los Pirineos no son solamente una frontera política, sino también una barrera física, que únicamente tiene dos pasos importantes para el gran tráfico de personas y mercancías: uno al este, entre Catalunya y Languedoc-Roussillon, y otro al oeste entre Aquitania y Euskadi. Esos pasos sufren una avalancha de transportes de mercancías, 8.000 camiones diarios en cada uno, con los consiguientes problemas de medio ambiente, accidentes, congestión… Tenemos también un gran interés en colaborar a nivel científico y de investigación. No olvidemos que los ocho miembros, -que cito por si no lo he hecho todavía: por parte francesa Aquitania, Midi-Pyrénées, y Languedoc-Roussillon, por parte del estado español Cataluña, Aragón, Navarra y Euskadi; y el estado de Andorra-. Esas regiones, digo, somos regiones de las llamadas fuertes en el argot comunitario. Índices como el PIB per capita superan la media comunitaria en prácticamente todas ellas. No somos regiones de la convergencia, “pobres”, que precisan de grandes fondos comunitarios, y creemos que tenemos un gran potencial en investigación y en tecnología.

También tenemos una gran preocupación por el ámbito cultural. Una de las bases de esta colaboración es ser conscientes de que somos una diversidad que conforma una unidad ante otros entes. Cuando Bruselas se acerca a nosotros, nos presentamos como la CTP. Pero esa unidad ante ciertos foros, la compaginamos con la diversidad de lenguas, por ejemplo. Tenemos cuatro lenguas oficiales. Las mayoritarias son evidentemente castellano y francés, pero el catalán y el euskara, lenguas oficiales de miembros de la CTP, son lenguas oficiales también para nosotros.

En 1983, cuando nació la CTP, España no pertenecía aún a la entonces CEE. No sé si el hecho de ingresar en la misma, en 1986, cambió en algo la manera de trabajar…

Digamos que en el 83 la CTP no tenía la entidad ni la envergadura que hoy conocemos. En aquellos momentos eran contactos más bien políticos, con un tímido acercamiento de ambos lados… Tímido, pero no en sentido peyorativo; quiero decir que era incipiente, pero iban con paso firme. Y qué duda cabe que el año 86, para las comunidades autónomas que entraban con el estado español en la UE, o en aquella época la CEE, hizo que tuviéramos una especie de pedigrí mayor a la hora trabajar en la CTP, porque ya no nos considerábamos diferentes a ese nivel. Eso nos daba una especie de rango igualitario a ese nivel. Aunque no en lo que se refiere a las competencias de las que gozamos unos y otros. Ser comunidad autónoma no es lo mismo que ser región francesa, y eso se nota a la hora de hacer cooperación.

¿En qué?

En que nosotros podemos decidir en torno a temas sensibles, y las regiones francesas no. Si entablamos un debate en torno a cooperaciones de carácter sanitario, esas competencias siguen en poder del gobierno francés y no de los gobiernos regionales, mientras que en el lado español las comunidades autónomas gozan de competencias en ese ámbito y en otros.

Se habrán mirado ustedes, supongo, en espejos de experiencias previamente existentes en Europa, como en los Alpes por ejemplo…

Hay otra, que nos parece la más importante, que es la Asociación de Regiones Fronterizas de Europa, la ARFE, de la que Euskadi es miembro desde hace muchos años, y que ya existía en los años 70. Pero es cierto lo que dice de los Alpes, porque nosotros buscamos una experiencia similar en un entorno similar. No es lo mismo la frontera entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo, que es una frontera física casi inexistente en un terreno llano, que los Alpes, con moles de 4.000 metros. Esa frontera, evidentemente, sí era una referencia para nosotros. Cuando esto comenzó, en los años 80, había un movimiento regional europeo incipiente, pero que estaba surgiendo con mucha fuerza; en los años 90 se fue materializando, y hubo estados que ya intentaron regular esa cooperación a nivel regional. Y pongo el ejemplo más cercano para nosotros: Francia y España firman el Tratado de Bayona, que permite a entes infraestatales trabajar a nivel de cooperación transfronteriza. Eso es muy importante para nosotros, porque la CTP ha buscado siempre tener personalidad jurídica. Hasta ese momento nosotros nos podemos reunir, pero puede que no seamos considerados como ente. El reconocimiento legal era, pues, muy importante para nosotros, lo veníamos persiguiendo desde siempre, y gracias al Tratado de Bayona nos hemos dotado de personalidad jurídica muy recientemente, el año pasado en concreto, a través de un instrumento que es el Consorcio de la CTP.

En estos 23 años, ¿el desarrollo de la nuevas tecnologías (si bien ya existían teléfonos, faxes, etc.) ha propiciado que las fronteras físicas no lo sean tanto?

El hecho de tener tecnologías nuevas hace que todos estemos más cerca a nivel mundial. Uno entra en Internet y parece que el mundo está en la palma de la mano. Lo que nos preocupa de las tecnologías es saber utilizarlas en beneficio de la cooperación transfronteriza. Ahora, por ejemplo, tenemos una iniciativa en torno a temas de implementación digital. Es decir, ¿por qué en la alta montaña hay zonas, lamentablemente muchas, que no tienen cobertura de móvil? Cuando el móvil, en esos terrenos, es un instrumento extremadamente útil en caso de emergencia… No nos parece un tema baladí. En fin, que la CTP utiliza todos sus recursos, incluidas las tecnologías, para hacer que la cooperación trasfronteriza mejore la vida de los ciudadanos que están en su territorio. Esto no es un “capricho” de los gobiernos regionales que constituyen la CTP.

¿Y cuáles son los problemas inherentes a las regiones fronterizas?

Problemas del tipo de: si yo vivo en Irun y hago una llamada telefónica a Hendaya, ¿cuál debe ser el coste? ¿El mismo que si llamara de Cádiz a Lille, es decir, los dos extremos de los estados? Si envío una carta a un amigo que vive en Hendaya, ¿cuál va a ser el coste?, ¿cuánto va a tardar en llegar?, ¿debe seguir todos los canales? Si una persona tiene un accidente a cinco kilómetros de Hendaya en territorio francés, y su hospital más cercano es el Hospital Comarcal de Irun, debe ir al de Bayona? Este tipo de cosas son las que el ciudadano quiere ver resueltas. Y quiere ver que si tiene que atravesar los Pirineos, las instituciones a quienes competa le deben facilitar el paso. Me preguntaba usted al principio: ¿Para qué es la CTP? Una respuesta sencilla sería: para dar respuestas a los problemas que los ciudadanos fronterizos sufren por el hecho de estar situados en la frontera. Teniendo en cuenta, además, que en la frontera pirenaica tenemos una gran población acumulada en ambos extremos, mientras que en la barrera montañosa la densidad de población es muy baja. Entonces, ¿cómo facilitar los pasos, cómo descongestionar, cómo responder a los problemas que tiene el pequeño pueblecito oscense para comunicarse, para traspasar esa frontera, y cómo dar respuesta a los problemas de alguien que vive en Irun o en Hendaya, y que no tienen nada que ver con los de ese habitante del Pirineo aragonés?

Pues se lo pregunto yo a usted: ¿Cómo?

Veamos el tráfico por ejemplo. Nosotros reclamamos desde hace muchos años a los gobiernos español y francés, y también a la Comisión Europea, que agilicen los trabajos para facilitar el flujo de mercancías. Hace más de diez años, la UE decidió que había unos proyectos prioritarios en el ámbito comunitario. Uno es, desdoblado, el de la alta velocidad por Irun-Hendaya, y sigue hoy sin estar realizado. Nosotros reclamamos eso. Hay otro proyecto que se ha incluido recientemente en la lista de trabajos prioritarios: la llamada travesía central pirenaica. Un paso que combine carretera y ferrocarril, de baja cota, extremando, evidentemente, las precauciones a nivel de impacto ambiental y que facilite un paso más o menos regulado por el Pirineo central.

Suena difícil…

Suena difícil, suena a plazos importantes, y sobre todo suena a grandes inversiones de dinero. Luego tenemos el puerto de Somport, cuyo acceso por el lado español estás bien, pero en el estado francés no tenemos esa correspondencia, y necesitamos que el lado francés active eso.

Cosa que competerá a París, imagino…

Efectivamente. Entonces, de alguna manera necesitamos resolver los temas que los ciudadanos nos demandan. Los ciudadanos nos hacen llegar sus problemas, sugerencias… e intentamos hacer llegar su voz a otras entidades. Bruselas eliminó las fronteras administrativas internas de Europa en el año 1993; existen las que establecemos nosotros mentalmente, y los estados a través de su modo de actuar. La CTP busca romper eso, hacer efectiva la supresión de las fronteras interiores en la UE a través de la resolución de problemas. Un ciudadano fronterizo no debe padecer problemas que no padece un ciudadano que no lo es.

La CAV, y corríjame si me equivoco, es un miembro atípico de la CTP, en el sentido de que, en primer lugar, es el que menos frontera tiene, y en segundo, es el único que no es pirenaico en sentido estricto, es decir, no tiene alta montaña…

La CAV, efectivamente, tiene tan sólo unos quince kilómetros de frontera, y en esa frontera no hay cumbres pirenaicas, sino un macizo que los expertos llaman entorno subpirenaico. Por lo tanto, es verdad que es algo atípico. Ahora bien, Euskadi, precisamente, tiene algo que le hace pertenecer a la CTP de una manera muy clara: el paso fronterizo de Irun. Es cierto que cuando hablamos de alta montaña la voz de Euskadi está matizada, pero no en otro tipo de cuestiones. Tenemos un paso importante, y somos una región vital, con gran vida en la cooperación transfronteriza. No hay que olvidar que trabajamos con Aquitania y con Iparralde, esta por razones obvias. Y tenemos, a mi modo de ver, y dicho modestamente, un potencial que aportar a la CTP.

Si vemos el mapa de los miembros de la CTP, vemos que sus límites externos se alejan mucho de los Pirineos, hasta regiones que no tienen nada que ver con la alta montaña. ¿La CTP se ocupa sobre todo de la zona más cercana a la cordillera? ¿O se ocupa igual de Teruel que de Huesca, por ejemplo?

Es una buena pregunta. Los miembros que componen la CTP son regiones francesas, comunidades autónomas españolas y Andorra. Por lo tanto, no es un comité de municipios cercanos a la frontera. Entendemos que un miembro de la CTP, como puede ser Aragón, lo es en su totalidad. Sino diríamos que Aragón aporta Huesca, Aquitania aporta los Pirineos Atlánticos, Euskadi aporta Gipuzkoa… No nos planteamos la cooperación de esa manera. Cuando hablo de la cooperación en investigación, ciencia, tecnología etc., estoy hablando de cooperación entre universidades, y ninguna está situada físicamente en el entorno pirenaico. ¿Y Teruel? Pues Teruel es CTP también. Es evidente que Teruel no participa de la problemática pirenaica, que la frontera le queda lejos, y que el entorno turolense no será un entorno muy relacionado con los temas que tratemos en la CTP, porque, lo digo una vez más, es la cooperación transfronteriza la que más nos afecta. Pero sí pueden surgir proyectos que impliquen a esas zonas, y siempre tendrán la cobertura de la CTP.

¿Por qué son necesarias las eurorregiones?

Las regiones están teniendo menos protagonismo por parte de los estados que componen la UE que por la propia UE. Es decir, la UE tiene una política regional en funcionamiento; hay una persona que se ocupa de eso, que es la comisaria de política regional, Danuta Hübner, y bajo su responsabilidad recae gran parte de lo que en el argot comunitario llamamos la política de cohesión. Que es una política que va a recibir una gran dotación de fondos comunitarios para el período 2007-2013. Por tanto, la UE es muy consciente de que hay unos interlocutores a ese nivel. La pregunta es si los estados lo son en la misma medida. Ante la UE, los interlocutores directos son los estados que la conforman, por lo tanto el papel de las regiones es fundamental.

¿Por qué?

Porque entre la UE y los estados hay un gran lapso de distancia, de entendimiento, desde nuestro punto de vista, ante los ciudadanos. Ese lapso puede ser cubierto, a nuestro entender, por las regiones. Existe algo que en el argot comunitario se llama principio de subsidiariedad. Quiere decir que “no haremos desde la UE aquello que pueden hacer los estados”. Nosotros pedimos que ese principio se aplique también a las regiones: aquello que puedan hacer las regiones, que no lo hagan los estados. Reitero que el ciudadano es el destino de toda esta política y toda esta cooperación. Si el ciudadano no percibe que lo que hacemos bajo ese epígrafe de cooperación transfronteriza, de política regional, mejora su nivel de vida, ¿qué es lo que estamos haciendo? Ese es el objetivo final. Luego entonces, ¿por qué las eurorregiones? Precisamente porque tienen como vocación esta premisa.

Hay algo que me parece muy importante: ahora hay que explicar qué es una eurorregión, pero a mí me encantaría que en el futuro, cuando hablemos de eurorregión de los Pirineos, de la CTP, los jóvenes que ahora están creciendo convivan con eso de un modo completamente natural. Que hablen idiomas, o por lo menos los entiendan, de ambos lados. Lamentablemente, se ha dado el caso de que personas de uno y otro lado se han tenido que comunicar en inglés. Estamos de acuerdo en que el inglés es una lingua franca, pero cuando uno llega a este entorno, donde tenemos diversidad pero queremos la unidad dentro de esa diversidad, lo ideal sería alcanzar por lo menos que uno del lado francés entienda el español aún sin hablarlo, y viceversa. Y no llegar a hablar en terceras lenguas, cuando tenemos cuatro lenguas oficiales en según qué ámbitos de la CTP, que son muy ricas, que son habladas, y que ¿por qué no las podemos utilizar en un entorno natural?

Hablando de lenguas… De las cuatro que son oficiales en la CTP, las dos menos fuertes son el euskara y el catalán, que son precisamente las dos que se hablan a ambos lados de la frontera. Sin embargo, tienen un estatus mucho más saludable en el lado español que en el francés, por no decir que en lado francés carecen por completo de estatus. No sé si esto es motivo de controversia en la CTP, o si se menciona el tema siquiera…

Esto siempre se ha tenido en cuenta. Se decidió que en los documentos oficiales y en las reuniones de carácter muy oficial se mantenga siempre la presencia de estos cuatro idiomas. Y ¿por qué cuatro y no más? Pregunto esto porque también están el occitano, la fabla aragonesa y el aranés. Existen varias hablas, lenguas, idiomas… que la calificación cada uno la entiende de manera distinta, y llegamos a un punto que nos pareció el ideal, y es que aquello que esté reconocido como oficial en alguno de los miembros de la CTP, figurará como oficial en la CTP. En estos momentos, cuatro lenguas. Efectivamente, tal y como usted dice, el euskara y el catalán se hablan en ambos lados, pero los estatus son diferentes. ¿Esto se ha mencionado? Sí. ¿Podemos hacer algo? No podemos porque la competencia, en el lado francés, corresponde al gobierno francés. Sí veríamos con buenos ojos que la presencia de esas lenguas minoritarias francesas sea asegurada siempre que se requiera, porque entendemos que eso es una muestra de la riqueza que tenemos a nivel cultural. Estos idiomas deben unir, en vez de separar.

Existe la CTP, existe el acuerdo Aquitania-Euskadi, existe, en el otro extremo de la cordillera, Pirineos-Mediterráneo. De buenas a primeras se puede uno preguntar: ¿Hacen falta tantas? Si ya tenemos una para todos los Pirineos, son necesarias otra para el oeste y otra para el este?

No es que hagan falta pocas o muchas, sino que hay que ver la razón de que existan. Eso es lo que nos lleva a crear las cosas, sí unas y no otras, y siempre hemos pensado que no son incompatibles. El acuerdo que tenemos en Euskadi con Aquitania es diferente al que tenemos con la CTP. No se trata de proliferar asociaciones, regiones, imágenes que pueden quedar bien en los medios de comunicación… Se trata de que lo que se construya tenga una utilidad muy concreta. Nosotros participamos básicamente en tres: Aquitania-Eusakdi, la CTP y el Arco Atlántico, tres ámbitos geográficos donde Euskadi está presente de una manera muy importante, donde los hay intereses que afectan de una manera muy importante a Euskadi. En el Arco Atlántico, el ámbito marítimo, la pesca… Aquitania-Euskadi, no hay que olvidarlo, encierra Iparralde, que nos interesa de una manera muy particular, ya que tenemos unos lazos muy concretos, y luego está el ámbito pirenaico, en el que hay regiones que para nosotros son muy cercanas, y este foro nos ayuda a estar y trabajar con ellas. Por tanto, estos tres ámbitos nos parecen muy interesantes. Es más, creo que en el pasado ha habido asociaciones que se crearon y que posteriormente se han disuelto, porque el devenir de los tiempos ha hecho que unas engullan a otras. No tiene ningún sentido duplicar.

Por último, ¿sería posible hacer un breve balance de estos 23 años de andadura de la CTP? Uno se siente tentado de decir que es un balance positivo. Pero eso es quizá lo que se espera. El año que viene celebraremos nuestro 25º consejo plenario. En este tiempo, ¿la CTP ha sido fantástica?, ¿lo ha hecho todo muy bien? No. Se empezó con poca cosa, y ha habido épocas en que la CTP ha sido una especie de mar en calma, con poca actividad y pocas líneas claras de funcionamiento. Como decíamos al principio, durante los tres primeros años, hasta 1986, las regiones españolas, seguramente, tomaban parte más tímidamente, porque tampoco se sentían muy legitimadas. Ahora tenemos cuatro comisiones de trabajo, y en aquella época teníamos muchas menos… No se había constituido ninguna estructura. Todo ha sido un especie de crecer. Creo que en esto nos parecemos un poco a la UE; se suele decir a menudo de la UE que su progreso consiste en dar dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. No sé si podemos decir eso de la CTP, porque a veces han sido cuatro hacia adelante y tres hacia atrás. Ahora, en vísperas del 25º consejo plenario, creo que podemos decir que estamos en un momento importante, con un gran reto. Y esto no es una forma de hablar. Hace pocos meses nos hemos constituido en consorcio, y tenemos por fin, después de mas de veinte años, una personalidad jurídica. Esto nos va a dotar de un mayor margen de maniobra, para optar a ayudas etc. De alguna manera estamos subiendo a un peldaño mucho más alto. Por fin, no hay que olvidar que la cooperación transfronteriza es una cuestión de paciencia y tesón. No puede parar, pero tampoco ir muy de prisa, porque corremos el riesgo de equivocarnos, y la caída puede ser mucho mayor. Los pasitos que vamos dando son de poca extensión, pero numerosos y firmes. Creo que comparando con otras organizaciones de cooperación transfronteriza de Europa, gozamos de una buena reputación y nos sentimos satisfechos con la imagen que estamos dando. Rafael Hueso Vicent (Valencia, 1966) Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Deusto, comenzó muy pronto (1991) a trabajar en el Gobierno Vasco, en temas de cooperación transfronteriza con Aquitania e Iparralde. Desde entonces, sus áreas de trabajo, siempre dentro del Gobierno Vasco, se han situado en torno a la cooperación interregional, incluidos varios convenios y acuerdos bilaterales con regiones europeas como Toscana, Flandes, Midi-Pyrénées… A finales de 2005, cuando la presidencia la Comunidad de Trabajo de los Pirineos recayó sobre Euskadi, Hueso fue nombrado secretario general de la misma, cargo que ostentará durante dos años. XXIVº CONSEJO PLENARIO DE LA COMUNIDAD DE TRABAJO DE LOS PIRINEOS

“UNA CTP MAS FUERTE, UNA EUROPA MAS UNIDA” FICOBA (Irún), 14 y 15 de SEPTIEMBRE de 2006 Avenida Iparralde, 43 20302 IRUN 14 Septiembre, jueves (Donostia-San Sebastián) 16h00 Visita de la Bahía Txingudi 18h00 Reunión de Presidentes, en el Palacio de Miramar (C/Mirakontxa, 48) 19h30 Comunicación a los medios de las conclusiones 20h30 Cena. Restaurante R. C. Tenis Ondarreta (Paseo del Peine de los Vientos, s/n)

15 Septiembre, viernes (FICOBA, Irún) 8h30 Acogida de los Participantes. 9h00 Inauguración del Consejo Plenario. Intervenciones de Autoridades . Excmo. Sr. D. José Antonio Santano, Alcalde de Irún . Excmo. Sr. D. Joxe Juan Gonzalez de Txabarri, Diputado General de Gipuzkoa. 9h20 Informe del Sr. D. Rafael Hueso, Secretario General de la CTP. 9h45 Intervención del Sr. D. José Mª Muñoa, Presidente del Consorcio de la CTP y Comisionado del Lehendakari para las Relaciones Exteriores. 9h50 Intervención de los Coordinadores de Comisiones y Grupos de la CTP

. Comisión I, de Infraestructuras y Comunicaciones Sr. Jean-Louis Carrère . Grupo de trabajo sobre Infraestructuras y Tecnologías de Difusión Digital Sr. Claude Gaits . Comisión II, de Formación y Desarrollo Tecnológico Sr. Fernando Beltrán . Comisión III, de Cultura, Juventud y Deportes Sr. Pere Guiu . Comisión IV, de Desarrollo Sostenible Sra. Marina Roncal 10h50 Intervención del Sr. Jean-Marie Blanc, Autoridad de Gestión de Interreg IIIA Francia-España 11h00 Pausa – Café. 11h30 Intervención de la Sra. Dña. Danuta Hübner, Comisaria Europea de Política Regional. 11h40 Intervención del Excmo. Sr. D. Michel Delebarre, Presidente del Comité de las Regiones. 11h55 Debate 12h15 Intervención de los Presidentes . Excmo. Sr. D. Manel Pons, Ministro de Ordenamiento Territorial del Principado de Andorra. . Excmo. Sr. D. Alain Rousset, Presidente del Consejo Regional de Aquitania . Excmo. Sr. D. Marcelino Iglesias, Presidente del Gobierno de Aragón . Molt Hble. Sr. Pasqual Maragall, Presidente de la Generalitat de Catalunya . Excmo. Sr. D. Georges Frêche, Presidente del Consejo Regional de Languedoc-Roussillon . Excmo. Sr. D. Martin Malvy, Presidente del Consejo Regional de Midi-Pyrénées . Excmo. Sr. D. Miguel Sanz, Presidente del Gobierno de Navarra . Excmo. Sr. D. Juan José Ibarretxe, Lehendakari del Gobierno de Euskadi y Presidente de la CTP. 13h45 Lectura y Firma de la Declaración de Presidentes. 14h00 Clausura. Almuerzo in situ. Restaurante Iñigo Lavado (FICOBA)
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