Iñigo García Odiaga. Arquitecto: Pienso que definir la Arquitectura como un Arte es arriesgado

2011-02-11

SALABERRIA, Urkiri

Hemos quedado a las siete de la tarde. Iñigo, quien hace de portavoz y cicerone, sale a nuestro encuentro en la cuesta de Aldapeta de Donostia-San Sebastián. Las luces de las casas situadas a lo largo de la bahía de la Concha enmarcan la celebérrima marina que hace de telón de fondo de la zona de trabajo de VAUMM. Cinco jóvenes arquitectos siguen trabajando. Tras las presentaciones del equipo nos adentramos en la zona de maquetas, libros, discos, esbozos, dibujos... y nos sentamos alrededor de una gran mesa vacía que actúa como soporte de ideas, proyectos, decisiones, discusiones, soluciones... y entrevistas.

Si le parece comenzar con ¿qué es VAUMM?

Un estudio de arquitectura y urbanismo.

Y, ¿qué se hace en un estudio de arquitectura y urbanismo?

(Se sonríe).Trabajamos todas las áreas que tienen que ver la Arquitectura. Desde el Arte hasta la Sociología o Ingeniería, desde la óptica de la Arquitectura.

Dicho así, parece que todas las disciplinas pueden encontrar lugar en este estudio.

Lo cierto es que, dependiendo de los proyectos, se forman equipos multidisciplinares según la ocasión. Desde la reforma de un piso al planteamiento de la proyección espacial que pudiera haber entre Donostia y Bayona dentro de cincuenta años.

Es decir, su abanico es muy amplio.

Sí, es cierto que el abanico es muy amplio, quizá porque las dinámicas de trabajo nos han llevado a eso, pero nos gusta. Nos gusta que cada vez sea diferente.

¿Cómo surgió la idea de montar este estudio?

Por casualidad. Tomás (Valenciano Tamayo) y yo, que aún era estudiante, coincidimos en el estudio de un tercero y en un momento dado, viendo que nuestros intereses eran afines, nos decidimos y nos presentamos en un concurso que tuvimos la suerte de ganar. Y allí comenzó la aventura.

¿Qué recuerda sobre todo de esos momentos?

Pues la dificultad que supone tener que tomar el mando, el puesto de ser tú mismo tu jefe, desarrollar otros puntos de vista de lo cotidiano, asumir la responsabilidad... y todos los trabajos “burocráticos” que tienes que hacer antes de poder hacer tu propio trabajo.

¿De qué concurso se trataba?

Del proyecto para un bloque de viviendas en Riberas de Loyola, año 2000-2001 aproximadamente. Un bloque de VPO, que con el devenir de los años cambió de propietarios... e historia. Nosotros nos quedamos en la fase de proyecto.

Aquello quedó en proyecto, pero ustedes han superado la fase de edificación como estudio... Comenzaron siendo dos, y vemos que ahora son cinco en el estudio.

Eso ha sido un proceso de años, de idas y venidas, de desencuentros y encuentros... hasta que al final, hace ya unos siete años nos decantamos y sedimentamos y nos quedamos los cinco. Además, estamos teniendo suerte y nos van saliendo las cosas bien.

Bueno, suerte y trabajo. Hablemos, si le parece bien, de diferentes temas vistos desde la óptica de la arquitectura. ¿Qué nos puede decir de la burbuja inmobiliaria?

Para muchos arquitectos este boom inmobiliario ha sido su día a día. Su trabajo se ha centrado en grandes volúmenes de viviendas, de mayor o menor calidad, en producción continua, repitiendo modelos de Logroño en Málaga en una especie de cadena de montaje de la construcción indiscriminada de vivienda colectiva, por así decirlo. Y se han dedicado a esta disciplina dentro de la disciplina de la arquitectura durante muchos años.

En el caso de Euskal Herria. ¿Se nota mucho la crisis?

Quizá aquí se ha controlado más, se ha limitado mediante otras normas del juego. Pero a nosotros, la crisis no nos ha pillado, porque como decimos en el estudio (se sonríe), siempre estamos en crisis, desde el primer día en que comenzamos. No sé por qué, pero cuando estamos a punto de tocar el abismo, siempre nos entra un nuevo proyecto que parece que nos salva y nos ayuda a estar a flote.

¿Cómo concibe usted la Arquitectura?

¡Uff! Eso es una pregunta muy compleja. Creo que como muchas otras profesiones, la Arquitectura requiere de mucho esfuerzo. Requiere muchas horas, mucha dedicación y en ocasiones enfrentarte a problemas que te superan un poco. Desde el punto de vista de la práctica, el que trabaja en esta profesión tiene que tener una vocación muy clara. En lo que concierne a la definición teórica, la Arquitectura trata de solventar problemas de diferente índole, desde lo territorial a lo habitual, aquello que se habita, o resolver espacios para determinados usos lo mejor que se puede.

El equipo de trabajo de VAUMM.

¿Es un Arte?

En principio no. Si bien es cierto que existen espacios arquitectónicos con un alto componente artístico, o que pretenden ser arte, antes que eso la Arquitectura tiene que resolver otras problemáticas.

¿Qué diferencia el Arte de otras cosas?

En principio, la capacidad de emocionar. Aunque hay muchos espacios arquitectónicos que tienen esa capacidad de emocionar, no creo que ése sea el núcleo central de la disciplina ni el objetivo primordial del trabajo del arquitecto. Quizá en la Arquitectura religiosa, cuya carga simbólica es muy grande, sí que resulta fundamental conseguir una sintonía especial entre el edificio y el usuario.

¿Es esa sintonía aplicable al Guggenheim?

Sí, por supuesto, es muy aplicable. Pero... no creo que en el problema de la vivienda ese sea el motivo central del trabajo. Por eso pienso que definir la Arquitectura como un Arte es arriesgado, prefiero definirlo como dos círculos que en un momento determinado se tocan o interseccionan, pero no creo que sean dos círculos concéntricos. Creo que la Arquitectura en ese sentido es un solape excéntrico de diferentes áreas que se tocan y que confluyen en un mismo espacio.

¿No tiene la Arquitectura un papel predominante cuando se trabaja en conjunción con otras áreas?

(Se sonríe). Quizá existe lo que la gente suele llamar “prejuicios de arquitecto”, son cuestiones de forma, de masa, de peso, de composición que están muy cercanas al arte, pero que siempre quedan solapadas por cuestión de presupuesto, el coste, lo funcional, la normativa, las estructuras ingenieriles, los plazos de ejecución...

¿Son los Arquitectos multidisciplinares o saben utilizar los recursos de otras disciplinas?

Nosotros hacemos uso de otras disciplinas, sería absurdo pretender convertirnos en un hombre del Renacimiento total y capaz de solucionar temas que van desde la Sociología, Arte o Diseño... Por ejemplo, cuando tenemos cuestiones de diseño solemos colaborar con Santos Bregaña, o cuando tenemos dudas sobre temas como salas de Museos, trabajamos con artistas como por ejemplo Manu Muniategiandikoetxea... Con éste último también hemos trabajado a la inversa.

¿Cómo?

Pues cuando ha tenido problemas con la construcción de alguna pieza nos consulta cómo resolverlas. También hemos trabajado con cocineros o especialistas cercanos al tema de la gastronomía para temas de comedores, etc. Nosotros no sabemos de todo ni podemos pretenderlo, lo que intentamos es aglutinarlo todo en nuestros proyectos.

Ha comentado el tema de la cocina y creo que es una pregunta obligada. ¿Cómo surge el proyecto arquitectónico del Basque Culinary Center?

Como casi todos los trabajos que hacemos. Se convoca un concurso internacional sobre el que, a priori, no sabemos nada. Nos llegan unas bases, investigamos, vemos si nos interesa, qué opciones hay, los premios, la viabilidad futura del proyecto… y una vez hecho eso, comenzamos a proyectar. En el caso concreto del BCC, nos llegó en un momento que especialmente no nos venía bien, pero sí que por las características del solar y el programa pues encajaron rápido las primeras ideas, el anteproyecto. Vimos que debía encajar en un espacio rodeado de villitas unifamiliares, en un solar con pendiente, y que debía desarrollar 10.000 metros cuadrados para albergar una facultad. Consultamos con expertos de la materia y comenzamos a trabajar. Como siempre, sin dormir, llegamos para conseguir entregar y.... ganamos el concurso.

A la hora de materializar los proyectos, ¿tiene cada uno de los miembros del estudio asignado un papel?

No. En principio el proyecto lo coge el que tiene tiempo. No es una cuestión jerárquica, aunque sí es cierto que hay una especie de especialización entre nosotros. Por ejemplo, en cuestiones de VPO, cuya normativa es muy específica y exhaustiva hay alguien que la conoce mejor y preferimos que sea él quien las coja. En otros proyectos más abiertos lo que te he comentado, el que tiene menor carga de trabajo es quien lo coge, pero si te has fijado, nuestro espacio de trabajo es abierto y solemos hablar mucho entre nosotros. Lo bueno de ser cinco es que cada uno tiene su obsesión, a uno le preocupa la forma, a otro el paisaje, a otro la construcción... De modo que cada uno aporta su singularidad al proyecto.

Ha comentado que el paisaje que rodea el solar sobre el que se va a construir es importante. ¿Qué opina del modo en que la Arquitectura contemporánea resuelve estos temas?

Creo que se trabaja en unos términos urbanísticos que no son los que se han venido heredando. No me gustan los caseríos como icono sino como un sistema que ha sabido resolver su implantación en la ladera, teniendo un montón de estancias a diferentes niveles. Me parece que eso es lo que se debiera recoger de la Arquitectura tradicional, no un pastiche que tengamos que incorporar. Es decir, creo que se pretende transmitir una simbología determinada dejando de lado su mecánica o esencia. Los edificios tienen que tener carácter, pero carácter arquitectónico. Hasta hace unos años uno sabía perfectamente cuál era el Ayuntamiento o la Iglesia del pueblo, porque los edificios se expresaban como tales. Quizá ahora debido a malos revivals, o el efecto “star system”, o el efecto Guggenheim este carácter se va perdiendo.

Ya, resultando que a priori no se sepa si se trata de un Museo, una Iglesia o una Bodega de vino...

Quizá sucede que no se hace una reflexión previa antes de edificar tantos “Guggenheim”, buscando un efecto económico de recuperación de la zona alrededor de la que se construye.

A raíz del tema de la arquitectura tradicional, me ha venido a la cabeza un comentario que en su día me llamó poderosamente la atención y es que el caserío es una máquina que se convirtió en vivienda. ¿Piensa usted así?

No es que yo piense así, es así. Está probado que a priori es un elemento de fabricación agro-ganadera y que a posteriori da cobijo a una familia que lo habita. No obstante, lo realmente interesante de la Arquitectura tradicional es que ésta jamás ha tenido ni de lejos los medios y la tecnología que tiene hoy en día la Arquitectura contemporánea. Así que lo que antes se solucionaba a base de ingenio, hoy se soluciona a base de máquinas y dinero. Se quiere hacer una Arquitectura tradicional de cartón yeso para conservar su imagen pero nadie se para a estudiar a fondo los mecanismos que han generado esta Arquitectura basada en su entorno. Creo que la sostenibilidad está ahí, no en si pongo una placa fotovoltaica en la cubierta... que puede ser, como mejora.

Esto que comenta ¿se estudia en las Escuelas de Arquitectura?

Creo que en este tema se ha de hacer una gran crítica en torno a la formación que se recibe. Creo que se abusa demasiado de la idea de formar Grandes Arquitectos de Museos y grandes proyectos estelares, cuando en realidad esos son los menos, y no solo por la crisis. Creo que la función principal es la de formar buenos profesionales capaces de solventar problemas de índole arquitectónica. Los Arquitectos somos unos profesionales formados en Universidades, que cuando son públicas, como es mi caso, suponen un gran esfuerzo a los contribuyentes. Hay Arquitectos de dos tipos, y los dos son necesarios, los del star-system para que puedan pasearse por los festivales de Cine y los de batalla, que resuelvan los problemas cotidianos de la gente.

¿Qué tipo de problemas puede resolvernos un Arquitecto? ¿Cuándo hay que llamar a un Arquitecto?

Parece que quizá la Arquitectura nos pilla lejos, pero, vivimos en una casa diseñada por un Arquitecto, trabajamos en una oficina o una fábrica diseñada por un Arquitecto y paseamos por calles y plazas pensadas por Arquitectos. Quizá se debiera llamar a un Arquitecto más veces de las que se le llama. Se suelen hacer las reformas de las casas en base a las opiniones del carpintero y el albañil, cuando seguramente nadie se operaría con una enfermera y un anestesista, se operaría con un cirujano.

“Los Arquitectos cuando viajamos somos de lo peor, no podemos evitar ir a una plaza y compararla con otros proyectos”

“Desde que empezamos siempre tenemos la sensación de vivir en la cuerda floja, pero cuando trabajamos lo hacemos en aquello en lo que creemos”

“Con la Administración los proyectos han de ser casi genéricos, pues no se sabe a priori quién va a ser el usuario, pero con los clientes privados puedes trabajar incluso con sus manías, profesión...”

“Si un joven me dijera que quiere estudiar Arquitectura le diría que estudiase otra cosa. Pero si le gusta, de verdad, que ponga todas sus fuerzas. La profesión es dura, tanto o más que la carrera”

“Si le regalas a tu hijo Tentes y Exin Castillos no te puedes librar de la maldición de tener un hijo Arquitecto”

“El gran problema de un Arquitecto es comprarse una casa... porque todas tienen alguna pega”. VAUMM arquitectura y urbanismo VAUMM es la coincidencia de varias personas que desde el año 2002 funcionamos bajo una estrategia de sumar. Sumar objetivos, ilusiones, esfuerzos y experiencias, sumar especialistas de diferentes disciplinas, de dentro y de fuera de la oficina, sumar en definitiva conocimiento para presentar soluciones. Mediante esta organización variable, se aportan a la oficina estable, múltiples colaboraciones en cada situación, conformando así en cada proyecto el mejor equipo posible. El estudio ha operado desde su formalización en múltiples escalas desde ángulos muy diversos, desde proyectos de ordenación del territorio con una visión cultural o teórica, hasta colaboraciones con artistas como apoyo técnico a la materialización constructiva de la intervención, pasando por variadas obras de edificación, nuevas o de rehabilitación. VAUMM lo forman: Marta Álvarez Pastor Iñigo García Odiaga Jon Muniategiandikoetxea Markiegi Javier Ubillos Pernaut Tomás Valenciano Tamayo
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