En Euskal Klasikoen Gordailua o Tesoro de los Clásicos Vascos no sólo han introducido textos clásicos, ¿no es así?
Hemos introducido muchas más cosas. No sólo los textos propiamente clásicos, sino también textos que en teoría no son ni clásicos ni literarios. Por ejemplo, los textos epigráficos, textos en soporte duro, normalmente mármol o piedra, que dan fe de la presencia del euskara en época romana, y los que hemos denominado “testu zaharrak” o “textos antiguos”. Los primeros nos presentan breves textos redactados en latín donde aparecen palabras que podrían considerarse pertenecientes al euskara o muy próximas a él, como por ejemplo algunos antropónimos, nombres de divinidades... Por eso, hemos decidido incluirlos en el Gordailua.
¿Pero los textos los han descubierto ustedes mismos?
No, no... nosotros no. Lo que nosotros hacemos es recoger lo que otros han encontrado o publicado. Hemos recurrido a trabajos de diversa gente; en el caso de la epigrafía, por ejemplo, a los publicados por los profesores Gorrotxategi y Koldo Larrañaga. Y con los “testu zaharrak”, lo mismo. Eran materiales conocidos, pero nosotros los hemos reunido para ponerlos en Internet.
En cualquier caso, el punto fuerte de Gordailua son sin duda los clásicos.
Sí, ahí es donde tenemos los autores y las obras más importantes. Pero también los no tan clásicos autores y textos han encontrado su lugar, porque la vocación de Gordailua es, en principio, albergar toda la literatura vasca. En este sentido, también hemos incluido la literatura oral, es decir, la literatura popular.
¿Cuántos textos hay ahora mismo en Gordailua?
Más de 200 obras, y cerca de 130 autores. En la poesía popular hay miles de documentos: poemas, bertsoak..., pero los hemos incluido en una “kutxa” diferente.
¿Cuáles son sus favoritos?
Para mí, todos. Aunque es cierto que me gustan mucho los textos del siglo XVI (Etxepare, Lazarraga...). Yo soy de la escuela clásica.
¿Cuándo empezaron a preparar Gordailua?
La idea es vieja, de hace unos diez años, pero empezamos a desarrollarla un poco más tarde. De hecho nos ocurrió algo semejante a lo que ocurre en los barcos: hay gente que rema, otros que no ven la necesidad de construir el barco, e incluso hay quienes lo torpedean. Nuestro proyecto ha tenido muchos altibajos y, desgraciadamente, ha pasado casi cinco años digamos que congelado. Cuestión de submarinos, vamos... Pero no me pregunte por ellos, prefiero olvidarlos.
Cuando habla de "nosotros", ¿a quiénes se refiere?
Ahora contamos con la infraestructura de la editorial Susa, pero al principio no trabajábamos más que tres o cuatro alumnos y profesores de la Universidad. Y la verdad es que en estos trabajos se necesita gente dispuesta a colaborar. Hay que digitalizar los textos, corregirlos... Nos hemos comprometido a "colgar" 50 títulos al año en la red y vamos a necesitar ayudas, ayuda de diversa índole, no sólo económicas. Queremos hacer ver que este proyecto no es un negocio, sino un reto de todos los vascos, un reto que, por cierto, puede ser muy provechoso para quienes navegan por Internet, para las personas que trabajan con la literatura, para los estudiantes y profesores... Todo y todos tienen cabida aquí, incluida la literatura infantil o de otro tipo. No nos hemos fijado límites. La vocación de Gordailua es reflejar todo cuanto se ha escrito en euskara.
A saber cuántas horas habrá metido en este proyecto...
El trabajo más arduo ha sido el de picar y corregir los textos, pero debo decir que hemos contado con la colaboración de mucha gente.
¿Cuál fue el origen de su colaboración con la editorial Susa?
Su idea de formar un depósito de revistas literarias básicamente era la misma que sustentaba el proyecto que nosotros teníamos en marcha. Enseguida vimos que podíamos elaborar un proyecto común. Ellos disponían de una infraestructura que no encontramos en la universidad, y nosotros unas enormes ganas de trabajar... El depósito de los clásicos se enriqueció muchísimo al entrar a formar parte de la página web armiarma.com de la editorial Susa. Es una gran red literaria que abre muchas posibilidades. Ambas se complementan.
Efectivamente, los clásicos se encuentran en la página armiarma.com. ¿En qué consiste esta web?
Es una red de literatura vasca que ha realizado la editorial Susa, la red literaria más completa y más interesante de toda Euskal Herria. Consta de diversos apartados, uno de los cuales es el correspondiente a los clásicos y, entre otras cosas, ofrece antologías de nuestra poesía traducidas a diversas lenguas.
Los textos que se incluyen en Gordailua pertenecen al período que discurre entre las primeras apariciones de la literatura vasca hasta la guerra de 1936. ¿Por qué?
Porque para sistematizar el trabajo era necesario fijar algún límite y, a su vez, por una razón fundamental: el relativo a los derechos de autor. Estos derechos tienen una vigencia de aproximadamente 60 años y pensamos que, de este modo, no tendríamos que pleitear con nadie por ellos. Además, la fecha de 1936 es especialmente significativa para nosotros, pues se corresponde con el inicio de un período de oscuridad en el que nuestra literatura, al igual que la sociedad en general, recibió un tremendo, digamos, bofetón. Obviamente, a partir de los cincuenta se ha publicado mucho más, pero se puede decir que la mayoría de estas obras están disponibles y al alcance de cualquiera. Vamos, que no necesitan de nuestro Gordailua.
¿A quién va dirigido Gordailua?
La idea surgió a partir de las carencias que percibíamos en el ámbito de la Literatura y de la Filología. Pero cuando empezamos a trabajar, vimos que podía ser del interés de mucha más gente. Todos ellos tienen a su disposición las obras clásicas en su integridad
¿Conoce la sociedad vasca las obras clásicas?
Bueno... Me gustaría saber hasta qué punto puede considerarse popular la literatura. Algunas veces conocemos el nombre de los autores, menos veces los títulos de sus obras, y no digamos ya su contenido. La gente, por lo general, no suele leer, y menos aún literatura antigua.
Los medios de comunicación recogen en su edición de hoy mismo que se lee muy poco.
Sí, lo he oído. La encuesta decía que los hijos leen más que los padres, pero sólo una vez a la semana, y no más de una hora. Es cierto que se lee poco, pero no se trata de ninguna novedad. Y no es que sean malos tiempos, y menos aún disponiendo de los medios de publicación y difusión de que disponemos.
En vista de las visitas que ha recibido Gordailua, ¿hay alguna curiosidad que quiera destacar?
Aunque los datos que tengo no son recientes, lo cierto es que las conexiones se realizan desde muy diversos países (muchas desde Europa, pero también desde México, Estados Unidos, Argentina e, incluso, de Israel). De todos modos, y como es lógico, la mayoría de las consultas se realizan desde aquí mismo, desde Euskal Herria.
¿Y qué hay del beneficio económico?
Nosotros no buscamos beneficios económicos. Aceptaríamos de buen grado todo tipo de ayuda para desarrollar el trabajo, pero querríamos que las colaboraciones fueran digamos que "desinteresadas". Esto no es ninguna fuente de dinero.
¿Tampoco alguna subvención del Gobierno Vasco?
Nunca están de más las colaboraciones del Gobierno Vasco o de alguna otra institución. Mantuvimos alguna conversación con la propia Universidad del País Vasco, pero no parece vieran el proyecto con demasiada ilusión.
¿Le parece que en este ámbito estamos a la par de otras lenguas?
Puede que alguien nos tache de arrogantes, pero teniendo en cuenta cuántos somos los vascos de este mundo, y viendo nuestra historia y evolución, yo diría que no hemos hecho un mal trabajo. Creo que si llegáramos a desarrollar todas las posibilidades que nos brinda un tesoro como éste (hipertextuales y de otro tipo), conseguiríamos una proyección enorme y, además, incluso podríamos presentar un modelo y una metodología de trabajo a tener en cuenta. Internet nos ofrece muchísimas posibilidades. Pero evidentemente no puede ser una labor cuatro gatos, aunque, la verdad, no sé hasta dónde deberían participar instituciones como Euskaltzaindia, Eusko Ikaskuntza o el Gobierno Vasco. No es excesivo lo que hemos hecho hasta ahora, pero creo que cualitativamente y en numeros relativos supone mucho. Y, desde luego, puede enriquecerse de muchas maneras.
Se dice que corren malos tiempos para la cultura.
Siempre corren malos tiempos para la cultura. Eran malos cuando apareció la radio, luego la televisión, ahora la informática... Pero al final no son tan malos. Somos un tanto lloricas.
¿Se puede decir que este proyecto se sustenta, en parte, en la militancia? Sí, pero en una militancia muy bonita. Siempre y cuando entendamos militancia como sinónimo de lucha por aquello en lo que se cree. Trabajamos con toda la ilusión del mundo. ¿Y qué nos aporta todo esto? Una gran alegría, la alegría de ver que las cosas se van haciendo... Es eso lo más bonito que obtenemos. Tenga por seguro que los vascos somos gente muy militante y contribuimos con montones de horas en general; ya sea aquí o allá, en este ámbito o en cualquier otro (deporte, teatro...). Es un trabajo que hacemos con mucho gusto. Patxi Salaberri Muñoa Patxi Salaberri Muñoa nació “hace ya unos cuantos años” en la localidad alavesa de Aramaio. Este municipio, situado al Norte del territorio histórico, está más vinculado al Alto Deba que a Vitoria/Gasteiz, pero Patxi trabaja en la Universidad del País Vasco y lleva largo tiempo viviendo en la capital. Profesor en Filología Vasca, en ocasiones cultiva su faceta de escritor, como lo atestiguan libros como Iraupena eta lekukotasuna. Euskal Literatura 1900 arte. ¡Ah! También le gusta la montaña.