Jose Mari Tasende: "De todas las decisiones desafortunadas de los políticos vascos, el Guggenheim es una excepción"

1999-01-23

VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA, Josemari

Elkarrizketa Jose Mari Tasende, agente artístico "De todas las decisiones desafortunadas de los políticos vascos, el Guggenheim es una excepción" Josemari Velez de Mendizabal Hace más de cincuenta años que dejó su Bilbao natal, camino de un nuevo mundo que le iba a deparar profundas sorpresas y le propiciaría un saber hacer y estar de alto valor añadido. Desde aquel Guadalajara mexicano al que llegó en noviembre de 1946, a sus actuales emplazamientos de San Diego y Los Angeles. De pelotari de cesta punta en el frontón Palm Beach de Acapulco, a dealer de arte en Estados Unidos, habiendo abierto su primera galería en Acapulco, ahora precisamente treinta años. Agente de artistas como Moore, Chillida, Matta, Manzu, Kandinsky, Nagel. A pesar de sus largos años en el extranjero, mantiene viva y la alimenta cuanto puede, la llama de sentimiento filial hacia su País Vasco. Y aunque a él no le guste hablar de ello, se ha esforzado desde su profesión en transmitir a la sociedad americana una imagen distinta de la acostumbrada sobre nuestro País. Ese es Jose Mari Tasende, sencillo en maneras y gigante en hechos. ¿Como surge en ti la inquietud por las artes plásticas? A tu pregunta debo responder que mi contacto con este negocio se inicia de forma casual. Antes de ello había contemplado el arte como espectador, igual que cualquier otra persona, pero debo de confesar que la naturaleza de mi ocupación en aquel tiempo no se relacionaba mucho con el arte. A la sazón estaba contratado en el Frontón de Palm Beach, cuando unos amigos y yo contemplamos la posibilidad de abrir una galería en Acapulco. En 1965 inicio esta aventura asociado con Teddy Stauffer, personaje legendario, conectado con todos las celebridades que visitaban aquel Puerto. ¿Has pensado alguna vez que podrías aportar tus conocimientos para un avance de la presencia de los artistas vascos contemporáneos en EEUU? Nunca he tenido la intención de contribuir a la carrera de ningún artista por el hecho de que éste pertenezcaa una u otra nacionalidad. Mi propósito es mucho más prosaico: sobrevivir y esto no es nada fácil en nuestra profesión. El dealer debe de hacer un esfuerzo por contener sus impulsos, debe acostumbrarse a ver el arte con los ojos de sus clientes y no dejarse llevar por sus preferencias personales que le pueden conducir a un terreno muy peligroso. Poniendo las cosas en un plano exageradamente resumido; busco la excelencia, pero sin arriesgar la supervivencia de mi negocio. La pregunta te la he formulado utilizando el término artistas vascos. Pero, ¿crees que se puede hablar de arte vasco contemporáneo? No tengo idea si existe un arte vasco, desconocido para mí, pero en mis frecuentes visitas a Euskadi no he tenido oportunidad de apreciar su presencia. No sé si hay alguna unidad en cuanto al propósito o la forma de contemplar el arte, que pueda darle a éste un carácter definido y diferenciado del arte contemporáneo en otros países. De lo que he visto me han atraído tres artistas. Del primero, Chillida, me tocó observar su obra en México, durante una exposición colectiva hace más veinte años. Hoy en día es reconocido como el escultor más importante de esta segunda parte del siglo. A Oteiza lo conocí en su casa de Alzuza a través de mi querida amiga y colega Arantza Zabala y su persona y elocuencia me impresionaron profundamente. Su pensamiento es alucinante y las teorías sobre arte de lo más sugestivas, aún cuando su obra sea escasa. Al otro, Nagel lo conocí a través del propio Chillida y desde el primer momento atrajo mi curiosidad su imaginación exuberante, algo mucho más cercano a mi temperamento que los abstraccionismos de los otros dos. Sin embargo no comencé a trabajar con Nagel hasta no estar seguro que profesionalmente podía hacer algo con su obra. ¿Que te llama la atención del tipo de la pintura que se hace hoy en día en nuestro país? Creo que el arte siempre, en todas partes, ha estado dominado por excepciones luminosas. No creo que se puede generalizaren cuanto lo que se produce en determinado país. Puede ser posible que en un momento dado, en determinado lugar surja un movimiento artístico, así ocurrió en Francia con el Impresionismo y después el Cubismo. En los Estados Unidos se desarrolla el Pop Art a raíz del Expresionismo Abstracto. Pero sin embargo, la excelencia será lo que vaya a quedar de esas escuelas, y solo sobrevivirá el legado de unos pocos artistas privilegiados. Un dealer, ¿nace o se hace? Me imagino que en cada caso deben ser diferentes las circunstancias que transforma a una persona común en otra aún más común, es decir en dealer. En mi caso fue casi accidental el cambio que me convirtió de pelotari en vendedor de obras de arte. Un buen artista, ¿lo es por sí o porque se ha invertido en él? Ten en cuenta que mis respuestas no son las de un crítico o un historiador de arte. No creo que sería honesto que me extendiera aquí en elucubraciones que no me corresponden. Una amiga mía, Mari Cruz Bilbao ha definido mi orientación hacia el arte como: "interés por la antropología del arte." Me interesa mucho más lo que ocurre alrededor del arte, que la contemplación estética del objeto. Es decir, atrae más mi atención el conocer cómo el arte actúa sobre la sociedad, su economía y las reacciones que produce entre sus diferentes sectores. Por eso voy a contestar a tu pregunta de una forma sencilla: el tiempo es el que determinará si el artista y su obra tienen algún mérito o si carece de él. Mientras tanto todo serán especulaciones. ¿Es cierto que a nivel mundial un artista no se puede considerar como tal si no ha sido tenido en cuenta por el Museo de Arte Contemporáneo de New York? La posición de cualquier artista contemporáneo en el mercado está determinada por un cúmulo de circunstancias, unas más importantes que otras, pero no por una sola. Creo que tienes razón cuando piensas, que con el propósito de elevar el valor de alguna obra, o la importancia de determinado artista, en algunos casos se cometenuna serie de imposturas que acaban convenciendo al público. Los artistas que son los más beneficiados de esta conspiración, suelen ser también los principales responsables. Aquí es cuando el dealer, si no es cómplice, puede contribuir a aclarar posiciones en beneficio del coleccionista. Los museos de New York son instituciones poderosas, pero no son los únicos que pueden dar impulso a la obra de un artista. Además están los críticos de prestigio, historiadores y sobre todo hoy en día, los coleccionistas. Estos últimos son ahora quienes tienen mayor influencia para impulsar el éxito futuro de un artista, aún cuando nada de esto asegure su paso a la posteridad. ¿Ha existido interacción "Tasende Artistas Vascos" en tus años profesionales? Nunca ha existido interrelación "Tasende Artistas Vascos". Ha habido relación entre nuestra galería y mía personal, con un par de artistas que resultan ser vascos. En una ocasión, fuera de mi función profesional, por simpatía hacia el País, traté de hacer posible la presencia de algunos artistas vascos en Chicago; eso fue todo. El representar a artistas como Matta, Moore, Manzu, Benton, Chillida, ¿permite asomarse al mundo del arte de una manera más segura? En los veinte años que la galería de La Jolla lleva abierta se han presentado exposiciones de Henry Moore, Giacomo Manzù, Matta, José Luis Cuevas, Auguste Rodin, etc. Durante el transcurso de los escasos dos años que han transcurrido, desde que se inauguró en Los Angeles nuestro nuevo espacio, hemos exhibido a Chillida, Helen Frankenthaler, Andres Nagel, Lee Krasner, Fletcher Benton, Keith Haring y estamos preparando una exposición de Niki de Saint Phalle. Esto es parte de nuestro trabajo y pienso que ha ocurrido porque los intereses de los artistas y los nuestros han coincidido; a mí me interesa exhibir sus obras y a ellos a su vez les interesa hacerlo en mi galería. Así es de sencillo. En este momento estamos montando una exposición de fotografías que Phil Borges ha realizado,retratando individuos de minorías étnicas en peligro de extinción, en diversas partes del mundo. La exposición y la presentación la hacemos en colaboración con "Amnesty International", con ocasión del cincuenta aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. Las galerías sobreviven hoy en día dentro de un equilibrio muy precario. Los gastos de operación son enormes y las exigencias de los artistas en demanda pueden ser exagerados. Los dealers muchas veces sentimos el deseo de actuar alentados por nuestro propio gusto, pero puede resultar costoso hacer concesiones a nuestras preferencias personales. Si hay algún artista que represente un ingreso importante para cualquier galería, no se puede despreciar. Nuestra principal obligación es mantener la galería abierta. Los artistas de todas partes necesitan espacios de exposición, en áreas donde aún no son conocidos. Por otra parte, lo que más interesa al dealer, es exhibir trabajos que se puedan vender, es decir, la del artista que ya es conocido y por cuya obra existe demanda. Como puedes ver aquí se presenta una pequeña situación de intereses en conflicto. En cuanto a la promoción internacional de los artistas vascos (arte vasco), ¿se ha hecho lo suficiente desde el lado institucional? La posición del gobierno y la del dealer es muy diferente con respecto al arte. También los intereses de las instituciones pueden variar en muchos aspectos de los de las galerías, y los propósitos también difieren en gran medida, aún cuando coincidan en cuanto al interés promocional que el gobierno puede generar en beneficio del arte; esto último interesa lo mismo a los dealers que a los artistas. Siempre he pensado, que dada la abundancia de artistas y la dificultad de legislar sobre calidad, la posición de los gobiernos debe limitarse a valuar los beneficios que el arte puede proporcionar al país y actuar en consecuencia, sin correr el riesgo de erigirse en un organismo de beneficencia. Entre las dos corrientes opuestas sobrela relación que debe existir entre el artista y el gobierno, yo me inclino por la que reconoce, que es el país el que debe utilizar al artista y no a la inversa. En la sociedad actual, donde la mitad de la población del planeta parecen ser artistas, creo que el gobierno debe rehuir la responsabilidad de evaluar la calidad de cada uno y evitar legislar sobre una cuestión tan subjetiva. Pienso que las burocracias están particularmente incapacitadas para abordar este tema controvertido, de manera que por su propio interés y en beneficio del propio arte, deben de pasar esta responsabilidad a organismos privados y en última instancia, al público. De lo contrario, corren el riesgo de proteger y reproducir una legión de parásitos. El programa a seguir más inteligente a mi juicio, consiste en dos aspectos. Uno, dar incentivos razonables, no al artista directamente, ni mucho menos a las galerías, sino a la iniciativa privada que por cualquier razón se inclina por el arte y tiene la capacidad de impulsarlo, ya sea coleccionando, o llevando a efecto instalaciones públicas. Esto puede incluir beneficios fiscales. El otro plan es buscar qué utilización puede el gobierno hacer de determinado artista, cuyo prestigio internacional, represente un potencial beneficio para la representación del país. Creo que el gobierno entonces debe participar activamente en sus presentaciones. En otras palabras, yo me opongo a que el país sufrague injustificadamente los gastos de cualquier ciudadano sea artista o no o invierta el dinero de los demás en alguien, sin esperanza de retribución para el propio país. ¿Te atreverías a opinar sobre el fenómeno Guggenheim Bilbao? No solamente acepto la propuesta que me haces para opinar sobre este tema, sino que agradezco la oportunidad que me brindas de poderme extender sobre él. Primero debo de manifestar que varios años antes de que el Museo se abriera; la primera vez que oí hablar sobre esta posibilidad, le dije a cuanto vasco encontré que ésta erauna oportunidad destinada a alterar el futuro del País. Me cansé de oír voces de vascos conectados con el arte que se oponían a la idea, a cada uno le enumeré los beneficios que se desprendían de la asociación, Guggenheim Bilbao y puedo decir que mis pronósticos han resultado acertados. Desde el día de su inauguración he visitado cuatro veces el Museo. Las observaciones, análisis y conclusiones que he sacado de mis visitas cualquier valor que pudieran tener harían esta entrevista interminable. Me alegra poder decir que la apertura de este museo en Euskadi pone de manifiesto, que hay alguien que piensa dentro de ese Gobierno. Esta ha sido a mi juicio una decisión de largo alcance político, llamada a cambiar, lo mismo la percepción de los vascos con respecto a otros países; como la del resto del mundo con relación al País Vasco. No solo da nuevos puntos de referencia a los amantes del arte, también en otros campos de la cultura contribuirá a establecer comunicación sin interferencias con diferentes países, acostumbrando al pueblo al mismo tiempo, a hacer lo propio y pensar en términos mucho más amplios. El museo parece ser la inauguración de una política más internacionalista para el arte y para otras actividades de la cultura y la sociedad vasca. Los resultados ya desde ahora son espectaculares. De todas las decisiones desafortunadas que los políticos vascos han llevado a efecto desde la muerte de Sabino Arana y Goiri, la instalación del Guggenheim en Bilbao es sin lugar a dudas una excepción.
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