Xabier Etxebarria Zarrabeitia. Director de Ejecución Penal y Justicia Juvenil del Gobierno Vasco: El 72% de los menores infractores no vuelve a delinquir pasada la mayoría de edad

2009-02-13

GÓMEZ DE LA PEÑA, Iker

El Gobierno Vasco obtuvo la competencia en Justicia Juvenil hace 13 años y acaba de aprobar un tercer plan para establecer las medidas y los procedimientos en esta materia. Además de las sanciones previstas, el Ejecutivo también ha querido diseñar cuidadosamente los protocolos para los profesionales que trabajan en Euskadi con estos menores, más de 200. Las nuevas problemáticas y la estabilización en el número de infracciones han marcado el tercer plan que, como resalta Xabier Etxebarria, actual director de Ejecución Penal del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco, estará vigente hasta 2012.

El Ejecutivo acaba de poner en marcha el nuevo plan de Justicia Juvenil. ¿Qué mejoría introduce con respecto a los dos anteriores?

El Gobierno Vasco acaba de aprobar el tercer plan en esta materia, pero yo no diría que éste sea mejor que los anteriores, sino distinto. Cada uno de ellos respondía a un momento concreto y un contexto del que partía. El Gobierno Vasco asumió la competencia en Justicia Juvenil en 1996. Dos años después, en el 98, elaboró un primer plan que, obviamente, con la legislación y los medios que había en aquel momento, planteaba unos objetivos que eran inéditos. En 2004 se puso en marcha el segundo plan, ya en otras circunstancias y con un mayor volumen de chicos y chicas a los que había que dar respuesta. El nuevo plan tiene un sentido diferente, no hay planes mejores o peores. Cada uno se desarrolla en su momento y se plantean los objetivos que se creen necesarios en ese periodo de tiempo.

Los tiempos cambian, la problemática varía, y los planes se amoldan a esas nuevas situaciones, ¿no?

Así es, la realidad cambia mucho en esta materia. Por ejemplo, la situación es muy diferente si tenemos 200 medidas judiciales que cumplir o si tenemos 1.100, como puede ser el caso. Todo cambia: los centros, los profesionales que trabajan en ellos... todo es distinto. En cada momento, hay que plantearse objetivos distintos. Los planes tratan de dar la mejor respuesta en cada momento.

¿Y qué radiografía haría usted de la situación actual en Euskadi?

La radiografía la hicimos mirando al segundo plan, que estuvo vigente entre 2004 y 2007. En este periodo, el número de medidas que el Gobierno Vasco tenía que ejecutar creció muchísimo. Por eso, el plan preveía construir nuevos centros para alojar a los menores, formar a nuevos profesionales... La situación a la que llegamos en 2008 es distinta. Lo que hicimos fue una evaluación de lo que ocurrió en el periodo anterior, entre 2004 y 2007. Ahí vimos que las medidas que los juzgados imponen cada año se habían estabilizado en número, ya no tienden a crecer. Así que en el nuevo plan ya no nos proponemos crecer ni, en general, crear nuevos centros, sino que nos planteamos otros objetivos diferentes. También comprobamos que en ese periodo aparecieron nuevas problemáticas. Por ejemplo, una cuarta parte de las sanciones se imponen a chicos o chicas extranjeros. Más o menos la mitad son magrebíes y la otra mitad pertenecen a otros países.

Algunos viven aquí con su familia, y otros sin ella. Lo que nosotros tenemos que hacer es planificar bien los recursos que tenemos para poder atender bien a un colectivo de este tipo, a toda esa realidad que va aflorando en los últimos años. Tratamos de prever qué recursos nos van a hacer falta en este nuevo periodo (hasta 2012). Otra nueva realidad que se nos aparece es la de los menores de edad que ejercen la violencia hacia alguno de sus familiares, sobre todo contra sus madres. Este fenómeno también es nuevo, lo que nos obliga a prever recursos y a elaborar programas más específicos.

Foto: Yo, adolescente.

http://www.flickr.com/photos/yo_adolescente/2506580324/

Dentro de esa radiografía, ¿cuáles podríamos decir que son los delitos más comunes entre estos menores?

Básicamente, nos situamos en un doble terreno: son delitos o infracciones patrimoniales, como hurtos, robo con fuerza o robos con violencia e intimidación; y también llegan a los juzgados bastantes delitos relacionados con lesiones, peleas... En cuanto a las agresiones a madres o padres, tienen cierta presencia, pero todavía no son un porcentaje muy alto. La cifra anual será de unos 60 chicos y chicas al año, en total. Pero resulta un fenómeno tan específico, que también requiere un tratamiento especial. Los delitos mayoritarios son los delitos patrimoniales, aún así, pero también es importante el número de faltas por daños a los bienes y los delitos personales, la agresión física.

Cuando hablamos de delitos llevados a cabo por menores hay varias cuestiones que, quizás, habría que desmitificar: una de ellas, que los menores inmigrantes son los que más delinquen...

Pues sí. Aunque hablamos de un porcentaje muy importante, porque un 25% de los delitos los llevan a cabo chavales inmigrantes. Pero lo cierto es que el 75% de los chicos o chicas que tienen una medida impuesta por el juzgado son autóctonos y el 25% son de fuera. Esa es la realidad. Otra cosa es la imagen que se distribuye, porque se opina mucho y los medios de comunicación recogen especialmente determinados hechos. A veces parece que los marroquíes son el gran problema de delincuencia del País Vasco, y esto no es así. Los marroquíes son el 13% del total y los extranjeros en general, como ya hemos dicho, son una cuarta parte. Además, y según lo que nos cuentan desde las Diputaciones Forales, que son las encargadas de atender a los menores extranjeros, un 10% de los menores extranjeros no acompañados que vienen a Euskadi son los que cometen alguna infracción que luego les lleva al juzgado. Así que el 90% de esos menores que llegan sin sus familias no tienen ninguna causa. Eso también hay que aclararlo, esa percepción también hay que desmentirla.

Para hacer frente a todas estas nuevas problemáticas y situaciones también habrá cambiado la preparación de los profesionales y educadores...

Efectivamente, desde 2003 hasta ahora el trabajo en los centros por parte de los educadores ha estado en continua evolución. Por eso, en este nuevo plan una idea muy clara era elaborar programas de intervención para saber cómo intervenir de una manera más eficaz y para adecuar la formación de los educadores. Hay que decir que estamos muy satisfechos con las personas que están trabajando en esta materia, unas 200. Al final, ellos y ellas son la base de todo. En este aspecto tenemos un nivel muy alto. Para empezar, lo que hacen falta son titulaciones, personas que son educadores sociales, trabajadores sociales... y que cuenten con una formación y una profesionalidad concreta. En este componente de compromiso, hay un punto vocacional porque para trabajar en esto hay que tener compromiso y vocación. Eso es lo que te permite tener una actitud psicológica adecuada para estar trabajando con unos chavales que tienen muchos problemas.

Entre los menores también hay una percepción de impunidad, de que, aunque cometan un delito no les va a pasar nada, ¿no?

Pues sí, es otro mito que solemos tratar de desmentir porque no es cierto en absoluto. De hecho, en los delitos de menores se interviene muchísimo más que en los delitos de adultos. Por ejemplo, nosotros en un año contabilizamos a unos 700 chavales con medidas en los juzgados y en Euskadi la población entre 14 y 18 años no llega a las 70.000 personas, por lo que se actúa sobre el 1% de la población en esta franja de edad. En adultos las actuaciones no llegan, ni de lejos, al 1% de la población. Al contrario, se interviene mucho más en menores. En la actualidad estamos llevando a cabo un plan en Educación para tratar de llevar a todos los centros escolares de Euskadi información sobre lo que es la responsabilidad de los menores. Allí se aclara cuáles son los hechos que les pueden llevar a estos menores a los juzgados. Vemos que, muchas veces, los menores no son conscientes. Por ejemplo, si hay una pelea parece una cosa de la escuela del barrio.

Pues no, esto te puede llevar al juzgado. Siempre hemos tenido esta demanda por parte de los profesores y creo que se está haciendo un buen trabajo para llevar a los centros escolares este tema, como información y como prevención.

Entre las medidas contempladas en el plan hay mucha variedad...

Es que la acción en menores no quiere ser tanto una respuesta vengativa como algo más educacional. No es tan fácil como decir “tú has robado pues te corresponden tantos años de prisión”. Se busca dar una respuesta educativa a la gente joven para que supere su situación. Por ejemplo, es habitual ver que un menor ha delinquido porque tiene un consumo de drogas muy importante o porque sufre problemas mentales. En esos casos la medida que se le imponga tiene que ser un tratamiento psiquiátrico o un tratamiento de drogodependencias, que puede desarrollarse en un centro con un tratamiento terapéutico o de forma ambulatoria mediante una medida de tratamiento de drogas o de salud mental. Las medidas no quieren tener un componente básicamente sancionador, aunque el menor sí lo vive como una sanción.

Foto: Voltaire::..

http://www.flickr.com/photos/v0ltaire/1075193983/

Hay casos en los que se impone un encierro en el hogar o el internamiento en un centro. ¿Cuál es el criterio para adoptar una u otra medida?

Hay que aclarar que las permanencias de fin de semana en el hogar familiar se dan en muy pocas ocasiones. Normalmente se imponen en los centros. En el caso de las estancias en casa hace falta mucho compromiso de la familia de esos menores para saber con certeza que se van a cumplir y para ver que la familia tiene capacidad para que estas medidas lleguen a cumplirse. Aún así, en el nuevo plan elaborado por el Departamento tenemos unos criterios de cuándo recomendar unas medidas y cuándo otras. Por ejemplo, cuando un menor tiene una situación familiar casi inexistente, cuando no tiene nadie que le controle, el internamiento tiene más sentido. En el caso contrario haría falta un soporte familiar, algunas medidas requieren una familia que se comprometa mínimamente, como la libertad vigilada o las prestaciones. En realidad hay muchos factores a la hora de tomar las decisiones. La gravedad del delito también influye: en un delito grave el juzgado seguramente se va a decantar por el internamiento.

¿El Gobierno Vasco realiza algún tipo de seguimiento sobre la situación de esos menores una vez pasada la mayoría de edad? Es decir, ¿comprueban que las medidas adoptadas son eficaces en el futuro de los chavales?

Precisamente este mes se va a publicar un estudio que busca hacer un seguimiento periódico de los menores con faltas. Hicimos un estudio con chicos y chicas que acabaron sus medidas en 2003. Hemos seguido su evolución hasta 2007 aproximadamente, para comprobar el nivel de reincidencia. También hemos comprobado si mejoran a un nivel más general: en cuanto al consumo de drogas, en el trabajo, en los estudios... Una de las conclusiones de este estudio ha sido que un 71,9% de los menores no vuelven a tener ningún problema con la Justicia. Es un buen dato, es un dato positivo.

La ubicación de los centros donde van a estar internados estos menores suele ser motivo de polémica entre los vecinos...

Los centros que más polémica dan en cuanto a ubicación son los centros de protección. Nosotros en total tenemos ocho centros, de los cuales cuatro son pisos que están en las capitales, y el resto son casas independientes, valladas y con varias medidas de seguridad. En realidad no hemos tenido excesivos problemas con estos centros. No tenemos en ningún caso centros que superen su capacidad, si tenemos doce plazas hay doce chicos, no trece. Concretamente tenemos un centro de siete chicas, otro de siete chicos, otro de 14 y un cuarto centro de 34. En realidad son centros pequeños y con una ratio de educadores y responsables muy importante. Eso tiene que dar al entorno, a los vecinos, mucha tranquilidad, porque hay mucho control con respecto a los chicos y chicas. Por ejemplo, salen y entran acompañados de educadores. Este tema siempre genera miedos, dudas e inquietudes entre los vecinos. Es muy importante que haya mucho diálogo con los vecinos: que seles explique, que respondamos a sus dudas, sentarse con ellos e incluso organizar visitas a otros centros para que los conozcan y hablen con otros vecinos.

Por último, ¿quiénes delinquen más, los chicos o las chicas?

A los chicos les sorprenden más que a las chicas cometiendo delitos. Las cifras de los juzgados dan muy claro que los chicos son como el 90% de los infractores, pero no sólo en menores, también entre adultos. Xabier Etxebarria Zarrabeitia (Bilbao, 1967) Es licenciado en Derecho, con especialidad económica en la Universidad de Deusto. Obtuvo el Diploma de Especialidad en Docencia Universitaria en 1998. Es colegiado en el Colegio de Abogados de Bizkaia. Entre su actividad formativa destaca la estancia en el Institut für Kriminologie und Wirtschatftsstrafrecht de la Albert-Ludwigs Universität Freiburg in Breisgau, bajo la dirección del Prof. Dr. Dres. H. C. Klaus TIEDEMANN, en 1992 y 1993. Trabajó como profesor encargado de Derecho penal en la Universidad de Deusto e impartió las asignaturas de Derecho penal Parte General, Derecho penal de menores y Sociología del Derecho penal.
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