Imanol Querejeta. Psiquiatra: El síndrome de estrés posvacacional no es más que una consecuencia de la calidad de vida que hemos alcanzado
2007-09-07
AGIRREZABAL, Lore
BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA
Septiembre suele ser el mes del denominado síndrome posvacacional. ¿Es correcta esa denominación para referirse a ese decaimiento del estado anímico?
Un síndrome es un conjunto de síntomas y, en este caso, sí, podríamos decir que se trata de un síndrome.
¿Cuáles son los principales síntomas de ese síndrome?
Como no se trata de una enfermedad, cada persona presenta sus propios síntomas, pero podríamos decir que los principales son tristeza, nerviosismo, irritabilidad y tensión.
¿Cómo definiría ese decaimiento o de qué diría usted que se trata?
En mi opinión, se trata de una situación cultural, por eso se da en un tramo concreto de edad. En la época de nuestros abuelos no había vacaciones, porque tenían que dar de comer a unos siete hijos y no tenían ni tiempo para ese tipo de quejas. Ahora, en cambio, tenemos muchas vacaciones (no sólo en agosto) y, según parece, la gente está más a gusto cuando no trabaja que cuando trabaja (exceptuando a los parados). En mi opinión, esta situación no es más que la consecuencia de la calidad de vida que hemos alcanzado, ya que cuanto mejor vivimos, más exigimos.
¿Podría decirse que es un simple decaimiento anímico que se produce al volver a la rutina del trabajo o puede tratarse de algo más grave?
Yo creo que eso depende de cada persona. En mi caso no ocurre ni una cosa ni la otra, tengo que volver al trabajo y punto.
Según afirman diversos expertos, el síndrome remite pasados unos días, pero si los síntomas persisten, ¿podría haber detrás de él algo más profundo?
Yo creo que esto ocurre hasta que la persona se habitúa de nuevo al trabajo y no creo que exista nada más detrás.
Se le denomina síndrome de estrés posvacacional y, tal y como el propio nombre indica, el mal es el estrés. ¿Está de acuerdo?
Es una situación en la que surgen dificultades para canalizar el estrés. ¿Volver de vacaciones y estresarse? Podría ser pero, con todos mis respetos, me parece una exageración.
También se dice que las actitudes negativas tienen mucho que ver en esto.
Yo creo que es ahí donde radica le mitad del problema. No en la actitud negativa, sino en la actitud misma.
¿Y qué se puede hacer para evitarlo?
Pues enfrentarse a la realidad del trabajo tal y como nos enfrentamos a la realidad de las vacaciones. Nuestro pensamiento nos dirige en todas las acciones que realizamos y, si el pensamiento nos lleva a pensar que el trabajo es una catástrofe, así lo sentiremos, pero si nuestra actitud es distinta, podemos reincorporarnos mejor al trabajo.
Según parece, el síndrome afecta principalmente a las personas de entre 25 y 40 años. Entre las personas más adultas, en cambio, se dan menos casos, ya que responden con mayor madurez, ¿Está de acuerdo?
Tal y como he mencionado antes, sí.
En los niños también se producen esos decaimientos anímicos producidos por la vuelta a la escuela. ¿También están motivados por el estrés?
No creo. La edad tiene mucho que ver ahí. Cuanto más jóvenes son los niños, tanto más contentos vuelven a la escuela, porque muchas veces se aburren en casa. Los problemas surgen más tarde, al cambiar de hábitos.
Aunque no se trate de una enfermedad, ¿le parece correcto acudir al especialista, al objeto de que no derive en una depresión, o acaso le estamos dando más importancia que la que tiene?
No me parece que sea motivo suficiente para acudir al especialista. Los profesionales no proporcionamos madurez.
El estrés es uno de los males más extendidos en nuestra sociedad y, además, es fuente de otras enfermedades. ¿Cuál es la solución, un cambio radical en los horarios, calendarios y actitudes de los trabajadores, para tomarse las cosas con más calma?
El estrés es un problema grave que no se manifiesta únicamente en el ámbito laboral. Lo primero que hay que hacer para enfrentarnos al estrés es detectarlo y, para esto, sería conveniente difundir mejor el concepto de estrés. De todas formas, cada cual debería aprender a clasificar sus propios problemas y a situar mejor sus límites. El estrés aparece cuando no somos capaces de enfrentarnos a las tareas que nos encomienda nuestro entorno.
¿Qué recomendaría a alguien que estuviese padeciendo en estos momentos esos síntomas de decaimiento? Que se adapte cuanto antes al ritmo de trabajo. Tener trabajo es un privilegio (si no, que se lo pregunten a los parados). Si lo miramos de esa manera, ¡nos adaptaremos mucho antes! Imanol Querejeta Ayerdi
(Caracas, 1953) Nació en Caracas, en 1953. Posteriormente se trasladó a Euskal Herria con su familia. Cursó estudios de Medicina en Bilbao y se especializó en psiquiatría en la cátedra impartida por José Guimón Ugartechea en la UPV. Lleva unos 27 años dedicados a la psiquiatría y ha trabajado en los tres territorios de la CAV. En la actualidad es jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Donostia y profesor de Psiquiatría en el campus de Donostia de la UPV. Según confiesa, la mejor experiencia de toda su vida laboral ha sido el trato con la gente.
