Luis Olarra: "Siempre he tenido amigos porque nunca he hecho mal a nadie"

2000-07-07

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Luis Olarra Luis Olarra, periodista "Siempre he tenido amigos porque nunca he hecho mal a nadie" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala El rostro de Luis Olarra (Tolosa, 9 X 1902) hospeda los sinsabores y las dichas de una trashumante vida de 97 años. Una vida que recoge acontecimientos tan cruentos como una guerra civil, y ocasiones tan memorables como una conversación con Miguel de Unamuno; quince días antes de su muerte, o la asistencia al Congreso de Paz de Helsinki en 1964. Después de haber residido en ciudades tan dispares como Donostia, París, Madrid, Londres o Benidorm, Olarra confiesa haber vuelto a Tolosa "para pasar los últimos días de mi vida aquí, en casa". Sorprende la fidelidad y exactitud de su memoria, sus palabras son capaces de desprender datos, nombres y fechas tan distantes para algunos como la Revolución de Asturias, la proclamación de la República o la muerte de Pío Baroja. Testigo de episodios que una vez cambiaron el mundo, amigo de poetas y artistas como Emeterio Arrese. Usted ha sido el último en entrevistar a Miguel de Unamuno, ¿cómo fue aquel encuentro? Mantengo muy vivo el recuerdo de aquella visita. Ocurrió el 15 de diciembre de 1936, quince días antes de su muerte, en Salamanca. Yo llevaba ya un mes en la ciudad con mi novia, pero no me decidía a visitarle porque siempre veía guardianes en el portal de su casa. Aquella tarde de diciembre, viendo que la entrada de su residencia aparecía solitaria, decidí subir al piso. Me abrió la puerta una de sus hijas y me invitó a pasar. A los pocos minutos apareció su padre: Don Miguel de Unamuno. Conversamos durante toda la tarde, y sobre muchos temas. Él habló de la bandera roja y gualda, cuyo amarillo representaba el pus y cuyo rojo era sangre, y Don Miguel gritaba frenético, que ya no podía aguantar más. "Un día saldré y en medio de la Plaza Mayor llamaré asesinos a Franco y a sus secuaces", exclamó. (desarrollado y publicado en la revista Alderdi nº 214 215,año 1965). Entonces, son falsos los testimonios que presentan a Unamuno como franquista... Absolutamente. Yo estaba harto de leer mentiras, falsedades y estupideces sobre la manera de pensar y sentir de Unamuno, este fue el principal motivo que me impulsó a hacer la entrevista. Me dijo que si iban a buscarle lo sacarían "muerto". Pasó el tiempo y supe que Ramón Gómez de la Serna estaba escribiendo una biografía de Miguel de Unamuno en América. Él huyó de España con la terrible impresión de que Unamuno era falangista, por culpa de la prensa franquista. Le escribí una carta a Gómez de la Serna aclarándole las ideas de don Miguel y el me respondió diciendo: "después de tanto trabajo, he recibido tu carta y he destruido todo". Lo mas grande es que Ramón creyó en mí e hizo desaparecer un libro ya terminado. José Manuel Atxaga, Luis Olarra y Juan Garmendia Larrañaga Tuvo la oportunidad de conocer a muchos escritores de la generación del 98, ¿intimó con alguno en especial? He tenido la gran suerte de estrechar la mano de muchos escritores de la generación del 98. Conocí a bastantes jóvenes como el hijo de Valle Inclán, Marquelie, Emma Penella, Julio Camba que diaramente comían en la tabernilla de Máximo. Me acompañaba, a veces, Julio Caro Baroja. Tuve bastante relación con Pio Baroja, su hermano Ricardo, con Antonio Machado, Marañón, Azorín, Emeterio Arrese, Felix Urabayen, Antonio Espina… Mantuve una larga relacion, por carta, con Ramón, quien me envió varios libros suyos desde Buenos Aires, con dedicatorias muy rumbosas, y una foto con su "excepcional amistad." ¿Recuerda algún acontecimiento en particular de aquellos años? La muerte de Pío Baroja en octubre de 1956. Yo fui el único que veló su cadáver la noche aquella, su sobrino Julio no admitió a nadie más. Por la mañana, trajeron el ataud, que ostentaba una gran cruz encima, y yo estaba con el doctor Arteta, quien al ver la cruz protestó y pensó quitarla, pero antes quiso consultar con Julio y volvió con el consentimientode quitarla. Tardaba en arrancar la comitiva y el Doctor Val y Vera preguntó a un mozo de la funeraria "¿a que esperamos?" y le contestó, "a que lleguen los curas", y Val y Vera respondió, "en este entierro no hay curas ni leches", y arrancó el cortejo, entre los que se encontraban un Ministro de Franco, Hemingway, Camilo Jose Cela y otros. En los años de guerra y de dictadura, ¿también se declaró ateo? No pisé la iglesia en toda la época franquista, excepto para casarme y por respeto a mi mujer. Sus principios y sus ideas le habrán causado algún que otro contratiempo... La verdad es que las casualidades y la suerte me han salvado la vida más de una vez; lo cuento y parece increíble. El 18 de julio de 1936 yo me encontraba en Vitoria, visitando a mi novia, Pilar Sánchez Bordona. En la capital alavesa estaba muy bien porque no me conocía nadie, pero cuando los requetés tomaron Tolosa sentí miedo por mi familia y volví a casa. Nada más llegar mi padre me dijo que huyera, porque estaban asesinando a mucha gente inocente por pensar de una manera determinada. Conseguí los salvoconductos gracias a que quienes llevaban los papeleos eran de fuera y volví a Vitoria. Nada más llegar, me contaron que la noche posterior a mi partida me habían buscado para llevarme al "paseíto" (a la cuneta, donde todas las noches fusilaban a alguien). Aquella casualidad me salvó la vida. También fue miembro del Centro Republicano... Sí, desde joven fui miembro del Centro Republicano de Tolosa; hubo un tiempo en el que fui directivo y bibliotecario, pero nos dimos de baja David Alvarez y yo, por el aire tan moderado o conservador de su presidente Alcalá Zamora. Nosotros eramos más radicales. Después del encuentro con Unamuno, volví a Tolosa y una mañana, me detuvieron un Guardia Civil y un Requeté. Presté declaración ante un comisario, y por confusión de éste, me dejaron libre. Otra casualidad que me libro de la muerte. Siempre he tenido amigos porque nunca he hecho mal a nadie; tenía amigosen los dos bandos, y al ser de fuera el Comisario, tenía que consultar con los jefes de Tolosa, que por lo visto le hablaron bien de mí. El hombre parecía alucinado. Los de comisaría me dijeron que cogiera el fusil para luchar a su lado y ante mi negativa me ofrecieron trabajar en alguna oficina para ellos. Yo les respondí con total tranquilidad que jamás trabajaría para ellos porque me daría mucha vergüenza. Me dejaron marchar. No me gusta hablar de mí porque parece que estoy contando un cuento... Pero un cuento más que interesante... La verdad es que ahora, después de tantos años me paro a pensar y me da la sensación de que he vivido muchas vidas distintas, me han pasado tantas cosas... ¿En qué tipo de oficios ha trabajado? ¿A qué se ha dedicado? De joven, tuve que dejar los estudios de bachiller en cuarto año, por enfermedad,: me ofrecieron darme clases en verano pero eso de que los demás se fueran a nadar mientras yo estudiaba, no me hacia ninguna gracia y con gran disgusto de mis padres, dejé los estudios para empezar a trabajar en casa, en la Chocolatería de mi padre. Mi afición a la pintura me llevó a presentar un cuadro entre los artistas Noveles de la Diputación de San Sebastián, donde me premiaron y luego, al conocer la obra del Greco en el Prado y en Toledo, dejé la pintura, me di cuenta de que ya se había pintado todo. Escribí poesías en BOLAS, una revista quincenal que publicábamos en Tolosa. Me llamaban el "poeta chocolatero". Conocí a Emeterio Arrese, el mejor poeta vasco que ha existido, pero eso es otra vida...Más tarde me dediqué a la litografía, arte que siempre me ha parecido fascinante, y también fuí obrero, al mismo tiempo que socio del Casino. Al quedarme sin trabajo en Barcelona, estudié para unas oposiciones de plazas de Catastro en Madrid, y aprobé en expectación de destino, pero al estallar la Guerra no pude ejercer y volví de nuevo a la litografía. Mi familia era de clase media, pero para mí, ser obrero ha sido siempre el mayor orgullodel mundo, cosa que conseguí a pesar de mi familia, trabajando como tal hasta mi jubilación, en Tolosa, Bilbao, Rentería, Zarautz, Gijón, Paris, Barcelona, Zaragoza y Madrid, y como ayudante de secretaría en la Escuela de Magisterio de Donostia. ¡He hecho tantas cosas!. También he sufrido el paro pero familiares o amigos siempre me encontraban trabajo. Todas eran buenas personas en aquella época, mejor gente que ahora. ¿Siempre mantuvo su afición por la escritura? Sí, he escrito unas cuantas cosas pero siempre como anónimo. Llegué a redactar una novela de 400 páginas, en ella hablaba sobre muchas cosas de Tolosa que ya se han olvidado, pero la quemé. Cuando pienso en aquello siento una pena tremenda. Asistió al Congreso de Paz celebrado en Helsinki en 1964, ¿tuvo ocasión de conocer a Pablo Neruda? Sí, tuve la gran suerte de convivir con el poeta los días del Congreso, incluso guardo una fotografía en la que aparezco yo con los tres nobeles (Miguel Ángel Asturias, Sartre, Neruda). Neruda pronunció aquel famoso discurso: "... América se tragó California, se comió Texas, Florida..., pero se le rompieron los dientes en Cuba". Guardo un recuerdo muy bonito, tenía un libro en el que aparecían los nombres de todos los asistentes, pero tuvo que ser destruido por miedo a que la dictadura lo descubriera. Ha vivido en lugares y ciudades muy diferentes, ¿cómo así ha vuelto a Tolosa? Tengo 97 años y una vida que pueden ser dos, tres, o más. Soy viejo y he vuelto a casa a pasar los últimos días de mi existencia. A esperar la visita de la muerte... Fotografías: Teresa Sala Euskonews & Media 86.zbk (2000 / 7 / 7 14) gratuita | Abonnement gratuit | Free subscription Eusko Ikaskuntzaren Web Orria webmaster@euskonews.com http://ikaskuntza.org/cgiBanner/banner.cgi?datos=masters&link=www.eusko ikaskuntza.org/masters/index.htm http://ikaskuntza.org/
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