Iñaki Dorronsoro. Presidente de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos: Eusko Ikaskuntza va a trabajar por la renovación de la sociedad vasca generando ideas y proyectos importantes, preocupantes y de interés general

2014-04-02

AGUIRRE SORONDO, Juan

A lo largo de más de un año, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos ha llevado a cabo un proceso de reflexión y debate interno que ha implicado a muchas personas pertenecientes a la propia Sociedad así como a expertos y agentes sociales del tejido científico y cultural vasco. Con la ambición de ubicarse en la red de instituciones y entidades del país con un posicionamiento diferenciado, claramente definido y único, Eusko Ikaskuntza ha adoptado un nuevo modelo y ha renovado sus estructuras de funcionamiento. Este nuevo modelo de Sociedad —que con una amplia mayoría fue refrendado a finales de año por su Asamblea General de socios— empieza a ser implementado con medidas de orden organizativo y decisiones estratégicas que marcarán su futuro a medio y largo plazo.

La metamorfosis que está experimentando Eusko Ikaskuntza, ¿debemos definirla como reforma o como ruptura?

Bueno, yo no me atrevería a hablar de ruptura, además de que la palabra me causa un poco de miedo. Me gusta mucho más “metamorfosis”: de la crisálida surge algo diferente, la mariposa, pero entre ambas hay una continuidad natural.

Lo que creo que hemos hecho es cambiar el foco de atención de la Institución. Eusko Ikaskuntza surgió en una época en que no existía nada estructurado en este país; es decir, el estudio de la cultura del pueblo vasco, el euskera, el conocimiento de las bases culturales de Euskal Herria eran prácticamente inexistentes. A los fundadores les preocupaba muchísimo trabajar en ámbitos como la Etnografía, la Arqueología, la Filología... cuanto pertenece yo no diría al pasado sino al pasado-pasado, buscando rescatar unas raíces ante la amenaza real de desaparecer, de caer en el olvido en el devenir de la historia. Y eso ha marcado la experiencia de Eusko Ikaskuntza hasta los tiempos modernos donde se han ido incorporando paulatinamente otro tipo de contenidos, pero todavía muy centrados en el análisis del pasado-pasado. Así pues, desde esa perspectiva, lo que hemos hecho más que una ruptura es un cambio de enfoque temporal. Pretendemos centrarnos más en el análisis y la divulgación en torno a las cuestiones del presente y sobre todo ante los retos y escenarios de futuro.

Para llegar ahí, ¿cuál fue el diagnóstico que le movió a emprender este proceso de puesta en cuestión de las bases mismas de la Sociedad?

El diagnóstico, aunque fuera de un modo tácito, ya estaba hecho antes de nuestra llegada a los órganos de gobierno de esta Institución, incluso había existido en el mandato anterior un intento de reflexión que luego, por una serie de circunstancias, no se llevó a cabo. Uno de los primeros mensajes que recibí por parte de un colectivo de personas con quienes me entrevisté, incluso antes de aceptar mi candidatura al cargo, fue: “Iñaki, lo más importante en Eusko Ikaskuntza en este momento es afrontar un análisis en profundidad del modelo, que respete una serie de condiciones como la transparencia, la participación de los socios, etc.”. Es decir, el diagnóstico sobre la necesidad de acometer esa revisión profunda estaba hecho y lo recibimos como un mandato prioritario. La necesidad urgente y las bases del cuestionamiento ya estaban dadas.

Además de captar ese “sentimiento” subyacente de cambio, en el proceso tuve la oportunidad de recuperar reflexiones, proyectos y documentos de personas que me precedieron en el cargo en los que textualmente se proponía un modelo similar al que hemos aprobado.

“Pretendemos centrarnos más en el análisis y la divulgación en torno a las cuestiones del presente y sobre todo ante los retos y escenarios de futuro”.

Foto: Luis Michelena. El Diario Vasco

Ello ha implicado ajustes que afectan a aspectos que no son fáciles de gestionar.

Muchas veces, las llamadas “crisis” lo que hacen es explicitar y poner encima de la mesa cuestiones estructurales de carácter más profundo, que afectan a la propia definición del modelo y que mientras la economía funciona permanecen ocultas. Las organizaciones co-evolucionan en su medio y si no lo hacen se esclerotizan, surgen fracturas de adaptación que denominamos “crisis”. Y desde este punto de vista, la crisis siempre es una oportunidad para afrontar las cuestiones pendientes con toda su crudeza. Quiero decir que sin una situación de crisis económica como la que afrontábamos, seguramente los cambios y la revisión del modelo no se hubiera llevado a cabo, menos aún con la profundidad con que la hemos acometido. El resultado habría sido más “contemporizador” o, por decirlo de manera clara, se habría procurado “dejar contento a todo el mundo”.

¿Cuáles son las líneas maestras, en el orden operativo, del nuevo modelo?

El hecho de pasar de una forma de trabajo basada en Secciones Científicas a otra estructurada en proyectos multidisciplinares alineados con tres o cuatro temáticas transversales de interés y actualidad para el País es un cambio fundamental que estamos realizando y esperamos culminar en dos o tres meses.

Al mismo tiempo necesitamos articular los mecanismos adecuados para generar nuevas ideas y soluciones pero, ante todo, para transformar el conocimiento existente en propuestas útiles para la sociedad vasca, de socializar el conocimiento. A tal fin, crearemos y dinamizaremos una red de “Amigos de Eusko Ikaskuntza” que nos dote de una alta capilaridad social.

¿Qué espacio le queda a Eusko Ikaskuntza en una sociedad que cuenta con un tejido público-privado tan consolidado como el nuestro?

Por una parte estamos haciendo un ejercicio de recuperación de espacios en los que Eusko Ikaskuntza fue pionera y de reposicionamiento en esos espacios. Por ejemplo, el euskera y su utilización en la sociedad vasca. Sigue siendo un problema y una preocupación. Hemos avanzado muchísimo pero... en Euskadi hoy se hablarán igual 70-80 idiomas diferentes... es que el contexto es totalmente diferente, más complejo, y hay que seguir afrontándolo, hay que seguir comprendiéndolo, y Eusko Ikaskuntza ya se ha postulado como la institución que puede ser referente y además integradora de los análisis en ese ámbito.

Otro ejemplo, recuperando problemáticas que afectan a la construcción de nuestra Historia... La Historia de este país realizada desde este país fue uno de los temas que ocupaban a la Sociedad cuando estalló la Guerra Civil (en septiembre de 1936 se iba a celebrar un Congreso, promovido por los socios navarros, que trataría sobre estudios históricos). Seguimos teniendo carencias en ese ámbito y seguramente esta es la única institución, sobre todo por su carácter integrador, que puede abordar/coordinar un trabajo profundo, continuado y estructurado en el ámbito histórico, entendida la Historia no solamente como descripción y análisis de los hechos políticos, sino en toda una serie de vertientes de la sociedad como la historia cultural, económica o empresarial.

Otro tema central desde los orígenes de Eusko Ikaskuntza: la cultura de Vasconia o del País Vasco-Navarro, que entonces se interpretaba como “la forma de vida de un Pueblo”. Hoy podríamos reformularlo incorporando conceptos actuales como “identidad de Euskal Herria”, las “naciones sin estado”...

De manera que, por un lado, estamos haciendo un ejercicio de recuperación y, por otro, de detección de problemas transversales que afectan a la Comunidad Vasca Global y que Eusko Ikaskuntza, por su naturaleza y por su trayectoria, está en posición idónea para abordar. Estos ámbitos transversales hoy debemos reformularlos incorporando otros conceptos más actuales y amplios como la “innovación social”. Eusko Ikaskuntza aspira a trabajar por la renovación de la sociedad vasca generando nuevas ideas y proponiendo nuevos proyectos para el bien de los ciudadanos de este País. Así que hemos comenzado por renovarnos a nosotros mismos.

“Eusko Ikaskuntza aspira a trabajar por la renovación de la sociedad vasca generando nuevas ideas y proponiendo nuevos proyectos para el bien de los ciudadanos de este País.”

Ha citado la “Comunidad Vasca Global” como destinataria de los trabajos de la Sociedad. ¿Quiénes forman parte de esta comunidad?

En Eusko Ikaskuntza hemos venido utilizando tres conceptos: “vascos”, “territorios” y “diáspora” como territorio adicional de fronteras un tanto difusas. Hoy, en un mundo en que, desde el punto de vista de la conectividad, de la circulación de conocimiento, las fronteras geográficas se van diluyendo, Eusko Ikaskuntza no tiene por qué hacer diferencias entre un vasco que vive en Andoain o un vasco que vive en Argentina. Podemos soslayar el concepto geográfico porque podemos comunicarnos mediante las tecnologías de la información y la comunicación prácticamente sin solución de continuidad.

Conscientes de esto, ¿quiénes conforman la Comunidad Vasca Global? Pues los y las ciudadanas vascas que viven en Euskal Herria, los vascos que residen en el exterior por diferentes circunstancias, y los descendientes de vascos afincados en cualquier país. Y a todos/todas aún les añadiría: los amigos de los vascos de todo el mundo. Esta es la Comunidad Vasca Global.

Sabemos que usted ha estudiado a fondo el panorama internacional de academias y entidades similares. ¿Dónde se ubicaría Eusko Ikaskuntza en esa constelación?

Nosotros hicimos un análisis y categorizamos algo así como seis tipos de instituciones que se dedican a la investigación, a los estudios, a la divulgación científica, la reflexión económica o social. Simplificando mucho: Platón fundó su Academia, pero en los tiempos modernos la academia clásica surgió en el siglo XVII (la primera fue la Royal Society, uno de cuyos presidentes fue Isaac Newton). Luego han ido emergiendo y se han consolidado otras instituciones, especialmente las universidades investigadoras que, junto con los centros e institutos tecnológicos, son el pilar fundamental de los sistemas de ciencia y tecnología de los países punteros.

Nosotros hemos tomado como referencia ciertos modelos de esa gran familia —que, por cierto, es muy heterogénea— que denominamos como think tanks. Entre esa gran variedad existen tanto instituciones de generación de opinión, de reflexión, como instituciones que se dedican a la investigación, estudio, el asesoramiento y la divulgación en torno a temáticas sociales, económicas o políticas. Y es en este último modelo, que surge con fuerza después de la Segunda Guerra Mundial, en el cual nos estamos mirando.

¿Qué ofrece hoy Eusko Ikaskuntza a estudiantes e investigadores?

Eusko Ikaskuntza ha sido y se redefine hoy como una institución basada en la sociedad civil. Entonces, más allá de estudiantes e investigadores, los jóvenes, las nuevas generaciones son un colectivo fundamental de esa sociedad civil. Al mismo tiempo la renovación de Eusko Ikaskuntza requiere la captación de la máxima cantidad posible de nuevos socios y socias, la renovación de su savia vital. Y respecto a esto me gustaría, por decir algo, que en cuatro años, de 3.000 pasásemos a 5.000 socios. Es un objetivo, quizás un sueño, pero ahí tenemos que poner la carne en el asador. Para ello, primeramente debemos creernos que Eusko Ikaskuntza tiene una misión atractiva que cumplir y, a continuación, transmitirla con convicción a la sociedad, especialmente a los jóvenes.

A los jóvenes en general —y para mí los jóvenes son personas de menos de 40 años—, Eusko Ikaskuntza les anima a formar parte de una institución necesaria hoy más que nunca para abordar temas candentes de esta sociedad, de este País, con un enfoque cognitivo más abierto, más colectivo, más participativo que académico. Segundo, les ofrece un espacio neutro, sin censuras previas, para compartir con otros sus inquietudes, su visión de futuro, y al mismo tiempo, para dotar a la institución de orientaciones fundamentales para enfocar, alinear y desarrollar su trabajo desde la sociedad y para la sociedad.

Por último, ¿cuáles son los pasos siguientes en este proceso de reorientación de las actividades?

De acuerdo con nuestra nueva filosofía como entidad orientada al análisis de la sociedad vasca partiendo de la sociedad vasca, lo que corresponde ahora es la identificación y selección de dos o tres temas que en este momento, en este País, la sociedad considera importantes, preocupantes, y en consecuencia de interés general. No puedo adelantar más porque, aunque tengo algunas ideas en mi cabeza, he de ser coherente con la filosofía de la Sociedad... Para llegar a esas definiciones pretendemos seguir un enfoque constructivista y abierto.

Hablamos de proyectos plurianuales...

Sí, más que de proyectos se trata de temáticas (los anglosajones lo expresan muy bien en términos de main issues) en las que vamos a ir trabajando de una manera consistente durante al menos 4 o 6 años. En cada ámbito temático iremos estructurando proyectos y subproyectos pero alineados e integrados en torno a la problemática que previamente habremos definido.

En lugar de una constelación de actividades diminutas y dispersas, seleccionaremos unos pocos programas de trabajo coherentes y aglutinados en torno a una problemática dada. Esas problemáticas ya no serán económicas por un lado, sociológicas por otro, políticas por otro o antropológicas por otro, sino económico-sociológico-político-antropológicos al mismo tiempo.

Debemos ser conscientes de que esta elección o selección de nuestros main issues terminará por definir con claridad la personalidad, la identidad de la propia Eusko Ikaskuntza.Iñaki Dorronsoro (Ataun, 1947)Formado en la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Bilbao, su trayectoria profesional ha estado vinculada al Grupo Mondragon dentro del ámbito de la creación y gestión de nuevas cooperativas y la promoción. También ha tenido responsabilidades en las áreas de Educación e Investigación, así como en Ciencia y Tecnología. Ha impartido como profesor auxiliar en diversas universidades y es autor de trabajos sobre temas de estrategia, competitividad, organización, innovación, emprendizaje, modelos de empresa y de gestión.Hombre de viva inquietud intelectual y buen conversador, además de gran lector, participa de una especial inclinación hacia las Ciencias Humanas, y particularmente hacia la Sociología, la Economía, la Historia, la Ciencia y la Tecnología, la Filosofía de la Ciencia o la Antropología.
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