01/12/2020
En el siglo XXI, estamos presenciando una notable coincidencia temporal de diferentes generaciones en nuestro territorio. Sin embargo, el simple hecho de coincidir en el tiempo no garantiza la interacción, el intercambio y la colaboración entre las generaciones. Las interacciones intergeneracionales pueden desempeñar un papel importante en la promoción de una vida saludable para personas de todas las edades y en la reducción de los conflictos entre generaciones.
El propósito fundamental de cualquier práctica intergeneracional, según naciones Unidas, es lograr una sociedad inclusiva para todos. Esto implica no solo brindar espacio para todas las edades, sino también satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida.
Desde que en 2019 comenzó su andadura GizarteLab (incluso en foros celebrados con anterioridad), las relaciones intergeneracionales y su complejidad han sido un tema recurrente.
En una sociedad donde la longevidad y la baja natalidad hacen del envejecimiento de la población un fenómeno progresivo e imparable, el fomento de las relaciones entre personas de diferentes edades se vuelve imprescindible. Los nuevos modelos familiares, la población migrante, la soledad no deseada, la alta tasa de personas dependientes, la solidaridad intergeneracional, el edadismo… son aspectos diferentes unidos por un elemento transversal: las relaciones interpersonales y su gestión.
