Eusko Ikaskuntza fue fundada por las Diputaciones de Álava-Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra en 1918 y marcó el comienzo de la modernidad cultural vasca.
«La idea de una asamblea general de la que naciera la Sociedad de Estudios Vascos fue lanzada por D. Angel de Apraiz, quien la expuso en una conferencia que diera en Bilbao. La idea se propagó luego y, gracias al apoyo de las Diputaciones vascas y a la entusiasta adhesión de numerosas entidades y particulares, desde Zuberoa y Roncal hasta Carranza y Valdegobía, pudo celebrarse aquella magna asamblea»
Congreso de Oñati (1918)
De este modo explicaba José Miguel de Barandiarán el origen de Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos, como fruto del I Congreso de Estudios Vascos celebrado en Oñati (Gipuzkoa) en 1918.
Durante sus primeros años de vida Eusko Ikaskuntza organizó tres grandes Congresos (II Congreso de Estudios Vascos, en torno a la enseñanza y las cuestiones económico-sociales, en Iruñea-Pamplona en 1920; III Congreso de Estudios Vascos, en Gernika el año 1922, sobre lengua y enseñanza; IV Congreso sobre orientación y enseñanzas profesionales, en Vitoria-Gasteiz, 1926), así como sendas Asambleas relativas a los problemas municipales (1919) y a la situación de la pesca vasca (1925).
También en sus inicios Eusko Ikaskuntza puso en marcha Euskaltzaindia-Academia de la Lengua Vasca, sentó las bases teóricas de las futuras ikastolas, y encargó los primeros textos escolares en euskera.
Al mismo tiempo, organizó cursos de metodología y alta cultura, repartió becas y pensiones, concedió ayudas a trabajos de prospección arqueológica, y auspició las primeras sistematizaciones en archivología y documentaria, asumió la publicación de Anuario de la Sociedad de Eusko Folklore y de la Revista Internacional de los Estudios Vascos, RIEV.
Tras un período de dificultades coetáneo a la dictadura de Primo de Rivera, desde finales de la década de los veinte Eusko Ikaskuntza acrecentó su empeño con la organización de los primeros Cursos de Verano (desde 1927), en el estudio del bilingüismo en la enseñanza, o la constitución de un Comité pro-Universidad Vasca, retomando su tradición congresual con el V Congreso dedicado al arte popular vasco (Bergara, 1930). Al mismo tiempo, una Comisión de Autonomía de carácter suprapartidista ofreció en mayo de 1931 el primer proyecto autonómico de la historia vasca, el conocido como Estatuto General del Estado Vasco del que derivó, entre otros, el Estatuto de Estella.
Tras la Guerra Civil las actividades de Eusko Ikaskuntza quedaron suspendidas en territorio peninsular, pero ello no fue obstáculo para la celebración de sendos Congresos en Biarritz (1948) y Baiona (1954), que hicieron posible el reagrupamiento de las gentes de la cultura dispersas por los cinco continentes.
En septiembre de 1978, la Asamblea General de socios reunida en Oñati aprobó reiniciar las actividades de Eusko Ikaskuntza, designando como presidente a José Miguel de Barandiaran, quien fijó como objetivo «que nuestra Sociedad sea centro de investigaciones y de estudios vascos, centro de unión o convergencia de todos los vascólogos de aquí y de todo el mundo».
Desde entonces, Eusko Ikaskuntza viene desarrollando su labor científica y cultural en todos los territorios culturalmente vascos.
Después de José Miguel de Barandiaran (1978-1991), han presidido la institución Gregorio Monreal (1992-1996), Juan José Goiriena de Gandarias (1996-2002), Javier Retegui (2002-2008), José María Muñoa Ganuza (2008-2012) e Iñaki Dorronsoro (2012-2020). La Asamblea General del 19 de septiembre de 2020 ha designado como nueva presidenta a Ana Urkiza.
Actualmente es una entidad que ha cumplido 100 años. Eusko Ikaskuntza está orientando y actualizando su misión fundacional en el contexto de una sociedad moderna y compleja. Como hace 100 años, las cuatro instituciones fundadoras que pusieron en marcha la institución ratifican su compromiso con Eusko Ikaskuntza.
Cien años
En el acto central celebrado en Oñati en 2018, Eusko Ikaskuntza publicó la Declaración del Centenario de cara al futuro. Terminaba diciendo:
“Muchos de los escenarios deseados en Oñati en 1918 se han hecho realidad en buena medida: por primera vez, todos los territorios vascos tienen instituciones propias con distintos niveles de autogobierno; disponemos de sistemas de enseñanza, de salud y de protección social de calidad; se han revitalizado considerablemente el euskera y la cultura; se han creado universidades; la sociedad vasca tiene un elevado nivel de vida y ha ampliado su capacidad de decisión...”.
Euskal Herria se ha estructurado e institucionalizado: por un lado se han creado las universidades, los movimientos sociales, los agentes sociales, económicos y políticos...; por otro, el Gobierno Vasco, el Gobierno de Navarra y la Mancomunidad de Ipar Euskal Herria. En estos cien años se han desarrollado diversos recursos a nivel social, económico y político, y la situación actual no es tan agónica como lo era entonces.
Sin embargo, como entonces, predomina un clima de cambio y confusión, como en el mundo en el que nos encontramos. Aunque se observan algunas tendencias claras, no es fácil apreciar cuál será su evolución y el ritmo de cambio. Esta época se caracteriza, además, por la rapidez de los procesos sociales y la urgencia en la toma de decisiones. Siendo difícil prever lo relativo al largo plazo y bajo la presión del día a día, nos movemos por escenarios a corto plazo.
Pero también hoy – hoy más aún si cabe-, el País Vasco necesita trabajar con la mirada puesta en el largo plazo, pudiendo detectar en el devenir del mundo dónde están las oportunidades y los riesgos de una comunidad pequeña como la nuestra, para fijar conjuntamente las prioridades de país y orientar nuestros recursos hacia su logro. De hecho, Eusko Ikaskuntza nació hace cien años para trabajar la mirada a largo plazo. Y para ello sigue trabajando cien años después.
La andadura de Eusko Ikaskuntza durante un siglo de existencia está recogida en la publicación Euskaldunon Mendea 1918-2018. El Siglo Vasco. 100 años de Eusko Ikaskuntza.
Eusko Ikaskuntza tras el Centenario
Con motivo de su centenario, Eusko Ikaskuntza llevó a cabo en 2018 un proceso participativo que duró tres años y en el que participaron más de mil personas expertas y profesionales del ámbito de las universidades, instituciones públicas y sociedad. El objetivo era elaborar un proyecto de futuro de Euskal Herria con una perspectiva de 20/25 años y establecer un marco de colaboración a partir del cual, a través de investigaciones y abordajes más concretos, alimentar las políticas públicas y las dinámicas sociales.
El resultado del proceso fue presentado en Oñati en noviembre de 2018, y quienes eran máximos dirigentes de las tres principales instituciones vascas apoyaron el proyecto compartido que allí se presentó. No hay en este momento un proyecto de país que recoja una definición y legitimidad del mismo nivel.
Tal y como se recoge en el Libro Blanco presentado en Oñati, Eusko Ikaskuntza se ofrece como cien años antes
“Eusko Ikaskuntza está de nuevo lista y preparada para cumplir la misión que se le encomendó en sus inicios, adaptada ahora a moldes nuevos: trabajar la mirada de largo alcance, por el desarrollo de un proyecto de País, utilizando conocimientos y soluciones innovadoras, en estrecha colaboración con las instituciones públicas, los agentes políticos y sociales, así como con la ciudadanía, en favor de políticas públicas y dinámicas sociales”.
Con el centenario Eusko Ikaskuntza se ha revitalizado: ha vuelto a situar su papel fundacional en el eje de la institución, recuperando así el lugar que tiene asignado en la sociedad vasca. En este proceso ha contado con el apoyo de las instituciones fundadoras, ya que las cuatro diputaciones vascas (la navarra ida en Gobierno), están representadas en el Consejo Rector. También de Gobierno Vasco y de la Mancomunidad de Ipar Euskal Herria.