Durante el mes de agosto se han realizado tres visitas guiadas a Sara Etxea, en Ataun, gracias a la colaboración del ayuntamiento.
Tras 17 años en el exilio, Jose Miguel Barandiaran regresó en 1953 a Ataun y vivió desde entonces y hasta su muerte (en 1991) en la casa del barrio de Murkondo junto a su sobrina Pilar Barandiaran. Un lugar significativo para el antropólogo, etnólogo y vascófilo: dio forma a numerosos trabajos en el salón, su centro de trabajo; era lugar de reflexión el sendero que va desde la casa hasta el río Agauntza; y además de ser lugar de descanso, durante años recibió a cientos de personas en Sara Etxea.
Las visitas realizadas por el Museo Barandiaran -encargados de guiar a las y los visitantes- “han estado centradas en la vivencia del ataundarra, en su humildad y su visión del mundo, con el fin de generar emoción y admiración a los visitantes”.
Las salidas se realizaron los días 6, 13 y 15 de agosto, comenzando por el Museo Barandiaran. Un total de 51 visitantes de procedencia diversa (tanto de Ataun como de Etxarri, Eibar, Donostia, Bermeo, Bilbao, Ordizia, Beasain, Gasteiz, Tolosa, Lazkao y Legazpi) disfrutaron de sesiones de aproximadamente dos horas.
Trabajos en el exterior
La apertura de la casa siempre ha sido considerada imprescindible en el seno de la Fundación José Miguel de Barandiaran, pero una de las condiciones para poder realizar las visitas era la adecuación del exterior.
Así, durante el año 2022 la Fundación realizó diversos trabajos fuera de Sara Etxea, gracias a una subvención recibida de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Entre otras cosas, se ha colocado una rampa de madera hasta la entrada, garantizando la accesibilidad, y también un aseo ecológico.
