El escritor rememora los lugares, situaciones y personas que a lo largo de una vida han dejado huella en él y en su obra; la memoria escrita como rescate frente al olvido de épocas muchas veces penosas, y a la vez conjunto de vivencias que proporcionan las claves de algunas constantes de su literatura: la infancia, la casa familiar, las lecturas, los objetos, los viajes, el regreso.