Mikel Bujanda. Director de Euskalerria Irratia: Después de 24 años, somos unos ocupas de las ondas

2011-11-25

SILLERO ALFARO, Maider

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

Los medios de comunicación tradicionales cada vez tienen más trabas para llegar a la sociedad. Internet y las nuevas tecnologías les han beneficiado en muchos puntos, pero no en todos. Los medios han tenido que enfrentarse a la nueva situación con un espíritu renovador para no quedarse en el camino. Además, a estos problemas debemos sumarle el de la financiación. Si eso fuera poco, el caso de Euskalerria Irratia más delicado si cabe. Emite desde el 7 de noviembre de 1988, pero todavía no tiene licencia de emisión.

Mikel, antes de nada tendrá que contarnos en qué términos está el tema de las licencias.

El Gobierno de Navarra sacará a concurso en diciembre varias licencias de emisión, denominadas Licencias de Prestación de Servicios de Comunicación. Dichas licencias son necesarias para poder ofrecer servicios de comunicación. Serán un total de 42 licencias en Navarra, de las cuales solo 2 corresponden a Iruñea.

Después de ver lo que ha ocurrido en anteriores ocasiones, en esta ocasión es conveniente hacer bien las cosas. Eso quiere decir que es necesario afrontar el concurso correctamente, cumpliendo escrupulosamente con todas las normas, prioridades y criterios previamente establecidos. En dichas licencias se menciona la palabra “servicio”, pero pedimos que definan de qué tipo de servicio se trata y, después, en función de eso, que concreten los criterios que se vayan a emplear a la hora de hacer las valoraciones correspondientes.

Dice que “después de ver lo que ha ocurrido en anteriores ocasiones...” pero, ¿qué es lo que ha ocurrido anteriormente?

En anteriores ocasiones lo que ha ocurrido es que los concursos han sido muy superficiales, con un enorme margen de discrecionalidad y, además, con un jurado en el que han puesto a gente que carecía de una adecuada preparación. La radio es un ámbito de comunicación social y no es de recibo, como ha ocurrido anteriormente, que en la mesa de valoración no esté presente ni un solo periodista, es decir, nadie que esté especializado en el ámbito de la información y la comunicación. Y es posible que en esta ocasión vuelvan a tirar por ese camino...

“Estamos ofreciendo un servicio de comunicación a la gente euskaldun de Iruñea y nos gustaría continuar haciéndolo, ofreciendo el mejor servicio posible.”

Por eso han presentado 38 alegaciones...

En esta ocasión, antes de sacar el concurso tenían ya un Decreto Foral entre manos, mediante el cual quieren preparar el terreno. Por eso es muy importante que el Decreto quede convenientemente definido y por eso hemos presentado las alegaciones. Son 38 y algunas de ellas tienen subsecciones pero, fundamentalmente, lo que pedimos es que hagan el concurso correctamente. Es cierto que decimos también otras cosas, por ejemplo, recordamos que el concurso anterior, que comenzó en 1998, está inconcluso, no se ha terminado todavía.

El gobierno anterior tomó una decisión, nosotros fuimos a juicio y los jueces nos dieron la razón y lo invalidaron. El gobierno volvió a tomar una decisión, equivocada bajo nuestro punto de vista, y volvió a ser invalidada por los jueces. En esa segunda ocasión, el Gobierno de Navarra llevó el tema a Madrid, elevando un recurso de casación al Tribunal Supremo. Por eso les decimos que, antes de organizar un nuevo concurso, deberían de terminar el anterior. ¿Y cómo? Pues cumpliendo lo que les dijeron los jueces de Iruñea y retirando ese recurso de casación que presentaron en Madrid.

Y, por otra parte, teniendo en cuenta la realidad lingüística de Navarra y cumpliendo con los deberes relativos a esa realidad lingüística. Les pedimos que hagan aquí, en Navarra, un estudio que analice lo que la gente demanda de las radios, que estudie la demanda social, qué sectores se encuentran insuficientemente atendidos, y que extraigan de ese estudio las prioridades y los criterios necesarios para plantear correctamente el concurso.

Euskalerria Irratia es, en efecto, la única radio de Iruñea que emite solo en euskara.

Es la única radio local, así es, y además andamos ya por la 24ª temporada de emisión. Ofrecemos información, comunicación, entretenimiento, divulgación cultural, retransmisiones deportivas... en euskara. Sin embargo, no tenemos potencial o capacidad para realizar una programación de 24 horas en euskara. Nosotros, con la plantilla que tenemos y con la comunicación en euskara que se genera aquí con la gente de Iruñea, podemos hacer una programación de 6-7 horas al día. El resto de las horas, metemos Euskadi Irratia. Ofrecemos un servicio de 24 horas, pero a ratos con nuestra programación y a ratos con la de Euskadi Irratia. Aplicamos lo mismo que otras radios, conexión / desconexión, es decir, cuando no hay programación local entramos en una red más amplia, en este caso una red que abarca toda Euskal Herria, como es Euskadi Irratia.

¿En qué obstaculiza la falta de licencia la labor de Euskalerria Irratia? O, planteándolo al revés, ¿Qué beneficio le aportaría disponer de licencia?

La licencia aportaría una seguridad jurídica, que es necesaria para todas las personas o instituciones, sea cual sea la actividad a la que se dediquen; ellos son los titulares de nuestros derechos y estos derechos deben estar reconocidos. Sin seguridad jurídica, cualquier actividad deviene incierta. Imagínese: cuando hacemos una contratación, no sabemos ni hasta cuándo vamos a durar. En estos momentos, después de 24 años, somos unos ocupas de las ondas. Nosotros estamos utilizando una casa sin ser sus dueños o sin tener título de propiedad. Todos esos son problemas derivados de la inseguridad jurídica.

Y esta situación también les deja fuera de las ayudas oficiales...

Así es. Sean muchas o sean pocas, porque no son precisamente generosas las ayudas que dan las instituciones navarras, el caso es que no tenemos ni derecho a recibirlas. Pero no solo eso, cuando vamos a contratar publicidad nos preguntan si somos legales o ilegales y tenemos que dar mil explicaciones. Pero es cierto que, con el tiempo, se ha ido fortaleciendo.

Aquí en Pamplona no es algo sencillo hacer una radio solo en euskara, ya que, aunque haya un buen puñado de euskaldunes, sigue siendo una minoría frente a los erdaldunes. Sin embargo, ahí estamos. Es ponerle aún más trabas a lo que de por sí es difícil, todo tipo de problemas.

Pero aun con todos los problemas y trabas, llevan 24 años en directo. No es poco.

Eso digo yo muchas veces, pero ¿sabe lo que ocurre? Cuando ustedes se acuerdan de Euskalerria Irratia, y nosotros se lo agradecemos, nos preguntan sobre lo que los otros nos hacen, y a nosotros nos gustaría más hablar sobre lo que nosotros hacemos. Para responder a eso que nos hacen, tenemos que hacer un esfuerzo suplementario. A nosotros nos gustaría más que nos preguntasen lo mismo que usted ha preguntado ahora, para decir que, pues mire, poco a poco vamos tirando y haciéndolo lo mejor posible. Estamos ofreciendo un servicio de comunicación a la gente euskaldun de Iruñea y nos gustaría continuar haciéndolo, ofreciendo el mejor servicio posible. Nos gustaría emplear en eso todas nuestras fuerzas y que todas las explicaciones que tengamos que dar sean sobre eso, pero con ese otro problema que tenemos se nos va toda la energía en pleitos, haciendo reclamaciones, protestando, etc. Y eso para nosotros es un trabajo suplementario que otros no tienen que hacer.

¿Cuántos trabajadores forman la plantilla de la radio?

Tenemos una plantilla definida de 12 personas. Nuestro tamaño viene condicionado por las posibilidades económicas. Tenemos que sacar un sueldo para la plantilla y, ya sabe, nuestra financiación se apoya en más de una pata. Por un lado, la publicidad comercial, nuestros comerciales se esfuerzan por conseguir contratar anuncios y nos parece que esta radio es un medio de comunicación adecuado para difundirlos. También tenemos la Asociación de Amigos de Euskalerria Irratia, que está formada por 800 personas que pagan una cuota anual y que para nosotros constituyen una importante fuente de ingresos. Cuando podemos también conseguimos subvenciones; estos últimos años hemos firmado un convenio de trabajo con Udalbide y también hemos conseguido subvenciones del Gobierno Vasco, no en calidad de medio de comunicación, pero sí a través de las convocatorias para el fomento del euskara, cuyo fin es la promoción del uso del idioma. Esto tiene un tamaño y este tamaño no da para más.

Luego, otro tema es cuántos euskaldunes estamos aquí, en Iruñea, y cuánta comunicación genera toda esta gente. Me gustaría que hubiera más, que nosotros también fuéramos más, pero hoy en día somos los que somos: 11 en realidad pero, según nuestra planificación, la plantilla debe ser de 12.

-¿Cómo es hacer periodismo /radio en euskara en Iruñea?

En ese sentido también tenemos nuestras limitaciones, pero es algo a lo que tenemos que acostumbrarnos. Intentamos hacer lo mismo que hace cualquier otra radio convencional y decir también lo que otros no dicen. Por ejemplo, cuando llega la campaña electoral, hay algunas personas que son capaces de expresarse en euskara y a esos les podemos hacer entrevistas, pero no podemos hacer entrevistas a quien no sabe euskara. Y lo mismo que pasa en política sucede también en otros aspectos de la sociedad y del conocimiento. En determinados ambientes y contextos tenemos algunas personas, pero la mayoría de la gente no sabe euskara y por eso tenemos que andar siempre buscando interlocutores. Es cierto que año a año aumenta el número de gente que habla euskara, pero aún hoy existen determinados ámbitos en los que no se encuentran fácilmente interlocutores. Por otra parte, nosotros tenemos muy claro, y así lo hemos definido desde el principio, que Euskalerria Irratia debe ser una radio profesional, donde la gente trabaje con dedicación y con responsabilidad, lo cual es un criterio muy importante. Muchas veces nos gustaría encontrar más interlocutores que los que tenemos. Tenemos ciertas limitaciones, impuestas por nuestra realidad sociolingüística.

“Intentamos hacer lo mismo que hace cualquier otra radio convencional y decir también lo que otros no dicen.”

Usted, Mikel, lleva muchos años en el mundo del periodismo. Se dice que corre riesgo la imagen o el prestigio del periodista profesional, que ha descendido durante estos últimos años... ¿Cómo ve usted todo esto?

Siempre me acuerdo del difunto Pablo Antoñana (1927-2009), el gran escritor navarro que, en las presentaciones de sus libros, al menos durante su última época, después de presentar un libro y si los periodistas no le hacían ninguna pregunta, solía decir a su manera, en castellano: “los periodistas de ahora no sabéis ni preguntar”. Y es cierto... yo veo muchos periodistas sin criterio, y eso no es posible. ¿Y cómo se tiene criterio? Por un lado, el periodista necesita información. Desde mi perspectiva, para un periodista vale mucho más el conocimiento, el estar bien informado, que la titulación. ¿Hasta qué punto? Pues no lo sabemos, pero tienes que saber en qué medio te desenvuelves. Por ejemplo, en una sociedad bilingüe de Euskal Herria no es posible ser periodista sin saber euskara, eso es la cosa más elemental. La sociedad habla dos idiomas, por eso el periodista que no entienda, no digo ya que no hable, sino que ni siquiera entienda el euskara, no puede percibir lo que esta sociedad dice, hace o genera. Pero, además de eso, también hay que estar informado. Tanto en las radios de pequeña plantilla como en otros muchos medios, es necesario un conocimiento interdisciplinar. Un compañero nuestro siempre recuerda lo que le dijo un profesor suyo: que el periodista precisa de un conocimiento extenso aunque poco profundo. Esto es, que te puede tocar hablar sobre una exposición de arte, sobre economía o sobre medicina, pero no somos especialistas en nada.

Entonces, ¿qué opina de la especialización del periodismo?

Eso es un desiderátum. Aquí te puede tocar hacer de todo, aunque también es cierto que algunos están más especializados que otros en determinadas cuestiones. Por ejemplo, hora ha venido un grupo musical y, entre nosotros, hay quienes siguen el tema musical más de cerca que otros, o hay quien es más aficionado al teatro que otros, y lo mismo con el deporte... pero nos toca a todos. Cada vez hay más temas de política o de economía y ahí se ve claramente que se necesita un conocimiento mínimo.

Pero el periodista lorito me parece penoso, el que no sabe ni lo que está haciendo y se limita a repetir lo que otros dicen, muchas veces sin darse cuenta de que eso que está diciendo no tiene ningún sentido. Por lo tanto, un periodista necesita información y criterio y, si tiene título, mejor. Necesita algo de curiosidad para saber lo que ocurre a su alrededor, de lo contrario difícilmente podrá contar nada.

¿Cuál sería el desafío del periodismo? Ahí están las nuevas tecnologías...

Hay que estar atentos a las nuevas tecnologías y hay que aprovecharlas, pero me parece que, a veces, olvidamos que también existe la tecnología vieja, tradicional o analógica que, al menos de momento, no ha encontrado un sustituto. Nosotros trabajamos y tenemos que trabajar on-line, cada vez tenemos que entrar más en páginas web para ofrecer lo mismo que emitimos en antena. Pero también tenemos que seguir con el viejo sistema de emitir por ondas, que es donde hoy en día tenemos más oyentes. Por lo tanto, las nuevas tecnologías sí, pero a veces me parece una falta de respeto con el oyente tradicional, con el de siempre. A ese también lo tenemos que cuidar. Tal vez sean cada vez menos y haya cada vez más que nos escuchen por otros sistemas, pero a esa gente también tenemos que prestar atención y le debemos un respeto.
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