Antonio Campos: "Las Ikastolas no son únicamente centros de formación, tras ellas hay una filosofía"

2001-07-06

IRAETA USABIAGA, Ainara

Elkarrizketa: Antonio Campos Antonio Campos, presidente de la Confederación de Ikastolas "Las Ikastolas no son únicamente centros de formación, tras ellas hay una filosofía" * Traducción al español del original en euskera Ainara Iraeta Usabiaga Antonio Campos, nacido en Orio en 1942, preside la Confederación de Ikastolas desde 1980. Sus primeros contactos con la Federación de Ikastolas de Gipuzkoa datan de 1978, de cuando formó un equipo de trabajo junto con Jose Antonio Zaldua e Inaxio Oliveri, y que fue nombrado presidente al cesar este último en el cargo. Antonio Campos, ferviente impulsor de los movimientos populares, ha sido durante estos 21 años testigo de excepción del desarrollo y de los cambios producidos en el seno de las ikastolas, y asegura que constituyen todo un proyecto social. ¿Cuál es la misión de la Confederación de Ikastolas? Desde el mismo momento en que se crearon, las ikastolas se han visto rodeadas de dificultades para obtener lo que otras escuelas adquirían por sí solas, con lo cual siempre han tenido muy clara la necesidad de aunar sus fuerzas para hacer frente a los distintos retos y obstáculos. La Confederación es una entidad al servicio de las ikastolas de Euskal Herria destinada a ofrecer ayuda, y que está formada por cinco federaciones: Seaska, del País Vasco continental, y las Federaciones de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. La asistencia de la Confederación se centra en dos ámbitos: por una parte, en el económico, puesto que es evidente que las ikastolas no podrían salir adelante sustentándose exclusivamente en las cuotas aportadas por los padres de los alumnos; hoy por hoy las subvenciones son necesarias, y resulta mucho más factible gestionar las mismas en el seno de una formación como la Confederación. Por otra parte, en lo que respecta a la vertiente pedagógica las ikastolas requieren unos servicios que afectan a la educación, tales como libros de texto, la preparación de la docencia, las novedades... También en este aspectoresulta necesario proceder a la unificación. ¿Cuenta la Confederación de Ikastolas con alguna participación social? Debido a la dinámica que rige en la sociedad actual, a los deberes que ésta impone, y al hecho de que los padres cuenten con cada vez menos tiempo libre, existe una tendencia a delegar la toma de decisiones en los trabajadores. Afortunadamente, la Confederación cuenta con magníficos profesionales, pero conviene advertir que esta práctica entraña una serie de riesgos, ya que una excesiva profesionalización puede dar lugar a una ruptura. La responsabilidad de educar a nuestros hijos no puede quedar sólo en manos de la escuela; es necesario que la familia y la sociedad en general participen en ella. No obstante, hoy en día uno no sabe con certeza dónde empiezan y dónde acaban sus obligaciones. ¿Qué ocurrió con la Ley de la Escuela Pública Vasca? Cuando en 1993 la Ley de la Escuela Pública Vasca entró en vigor, las ikastolas se vieron obligadas a adoptar una difícil decisión: o bien continuar como hasta entonces, siendo jurídicamente privadas pero ofreciendo un servicio público, o bien decantarse por la opción pública, en que la propiedad de la ikastola pasaba a manos de la Administración. De este modo, surgieron ikastolas de ambos tipos. ¿Qué consecuencias tuvo dicha bifurcación en la Confederación de Ikastolas? La Confederación se posicionó en contra de la ruptura, porque a fin de cuentas todas las ikastolas compartían un mismo pasado y reunían las mismas características. Debido a problemas económicos, muchas ikastolas se vieron obligadas a pasar a manos públicas. Me gustaría matizar que lo que es pública es la propiedad, porque incluso las que se consideran privadas cumplen una función social. La propiedad no es privada, sino de la sociedad, de los padres. Nuestras ikastolas no son entidades privadas; pertenecen a la sociedad. En 1995, y con el objeto de dar una respuesta a las necesidades económicas de las ikastolas de la Comunidad Autónoma Vasca quedecidieron permanecer bajo el régimen privado, se fundó PARTAIDE, pero la Confederación de Ikastolas atendió a las necesidades pedagógicas de todas las ikastolas de Euskal Herria. Esta sería la división orgánica y funcional inicial, pero en estos momentos la Confederación la integran sólo las ikastolas de propiedad social, las que se conocen como privadas. Poco a poco, las ikastolas de titularidad pública fueron saliendo, porque al cambiar la propiedad cambian también otros muchos aspectos. Entonces, ¿qué sentido tiene la división actual? En estos momentos estamos inmersos en un proceso de integración que recibe el nombre de "planteamiento de fusión jurídica", con la finalidad de dar paso a una nueva realidad que supere la antigua división. Estamos tratando de hallar la formulación más adecuada. ¿Cuáles han sido los mayores logros de la Confederación de Ikastolas? Desde el punto de vista pedagógico, las ikastolas han sido pioneras en muchos aspectos. En sus inicios no había ni textos en euskera, ni profesores euskaldunes, ni esperanzas de que en un futuro los hubiera. No había nada. Llegado el momento, hubo que tomar una decisión: si traducir los textos existentes en otras lenguas, o elaborar nuestros propios libros de texto; optamos por la segunda posibilidad. Fue la Confederación de Ikastolas la que emprendió está labor, y gracias a ello actualmente contamos con textos totalmente euskaldunes que en gran medida fueron elaborados por la propia Confederación, y que no sólo se emplean en las ikastolas, sino en todas las escuelas, públicas o privadas, donde se imparte en euskera. Este aspecto está fuertemente vinculado a otro importante logro: el relativo a la preparación del profesorado, ya que gracias a la aplicación de las nuevas metodologías, los profesores han podido prepararse ejercer la enseñanza. También cabe destacar el éxito del hoy día tan importante fenómeno del bilingüismo, una idea que las ikastolas comenzamos a desarrollar hace diez años. Por entonceshabía una corriente que abogaba por el equilibrio entre las dos lenguas, independientemente de que una fuera poderosa y la otra débil. Sin embargo, en este caso resultaba imposible aspirar a una igualdad equilibrada, porque el euskera sería un claro perdedor. Ante tal situación, planteamos que el niño euskaldun no tenía que ser bilingüe, sino plurilingüe, de tal forma que debía conocer como mínimo 3 ó 4 lenguas, siendo el euskera su lengua madre, por ser de aquí y por ser nuestra. A pesar de que actualmente esté extendida por todas las escuelas, originariamente la idea fue de las ikastolas. Una vez que los libros de texto y la metodología de la Confederación sobre el plurilingüismo han salido al exterior, la idea ha tenido una enorme repercusión, pero apenas se le ha prestado atención durante el tiempo en que ha venido siendo aplicada. En 1998 recibimos por recomendación del Parlamento Europeo un Premio a la Calidad de Manos de la Ministra de Educación Esperanza Aguirre. Supuso un reconocimiento del trabajo realizado francamente gratificante, especialmente por el significado que tenía para los profesores el ver y comprobar que no eran menos que los demás. Con frecuencia se afirma que las ikastolas forman una tercera vía. ¿Dónde se localiza actualmente la ikastola, y dónde querría verla la Confederación de Ikastolas? Es una carga que hace tiempo que llevamos arrastrando. Jurídicamente hay dos tipos escuelas: las que conocemos como públicas y las privadas. Desde el punto de vista de la Ley, nosotros estamos integrados en el ámbito privado, pero nos mostramos en total desacuerdo con ese planteamiento. En nuestra opinión, la ikastola debe pertenecer a la sociedad; eso es lo que venimos defendiendo y por lo que lucharemos hasta el final. La ikastola merece un respeto. Estamos ofreciendo un servicio, pero no estamos por la labor de aceptar la propiedad pública; la titular ha de ser la sociedad, y sobre todo los padres. Siendo la educación de nuestros hijos lo que está enjuego, ¿cómo se entiende que sea el Gobierno el que haya de tomar las decisiones? Consideramos que las decisiones las han de adoptar los padres, respetando en todo caso las medidas y subvenciones del Gobierno, pero siendo la sociedad la que ostente el control. Por eso, la ikastola no es sólo una escuela que imparte la enseñanza en euskera, sino que es otro tipo de fórmula de enseñanza, otra forma de interpretar la escuela. Por tanto, ¿la ikastola carece de cabida en ese sistema jurídico? No tiene cabida, no. En base a nuestra filosofía sacaríamos más provecho al dinero que siguiendo la gestión de la administración. El Gobierno nunca haría algo semejante en el ámbito empresarial. La administración otorga subvenciones para que sea la maravillosa sociedad la que adopte las decisiones, pero hay unos problemas inmensos para trasladar esta idea a la enseñanza. ¿Esos problemas que ha mencionado tienen un fundamento político? Se pretende politizar el mundo de la educación. Nuestra gente está muy contenta; no hemos tenido ningún problema, porque los padres están al corriente de todo lo que hacemos. Los ataques provienen del exterior, a partir de una campaña que se ha planificado contra el euskera y que también arremete contra las ikastolas. Algunos piensan que la desaparición del euskera afectaría a otros ámbitos políticos. En el supuesto de que el euskera desapareciera, Euskal Herria dejaría de ser "Euskal Herria"; habría que buscar otra denominación. Para nosotros lo esencial es que los padres se muestren de acuerdo y satisfechos, pero los ataques mediáticos nos preocupan, porque puede que algunos padres se asusten. Nosotros defendemos y dirigimos nuestra escuela, la escuela de nuestros hijos, evidentemente, deseando lo mejor para ellos. ¿Cuál es la situación actual por la que atraviesa el euskera en Navarra y en el País Vasco continental? En ambas zonas, el euskera hoy día goza de una salud mucho mejor. En el País Vasco continental hubo un momento en el que se vio debilitado,pero ahora está en plena fase de recuperación. Francia es un Estado poderoso que pone sendas dificultades al desarrollo del euskera, pero frente a tal actitud se está respondiendo con la unidad económica, aunque no como nosotros quisiéramos, ya que todas las ikastolas atraviesan por una delicada situación económica. Tanto en el País Vasco continental como en Navarra, el euskera está creciendo vigorosamente, aun cuando el Gobierno de la Comunidad Foral haya adoptado justamente la postura contraria. Muchos navarros son de la opinión de que la pérdida de una lengua tan ancestral sería poco menos que pecado, y por esa sencilla razón se muestran a favor del euskera y se han puesto a aprenderlo. Hay que aprovechar todas las fuerzas. Fotografías: Ainara Iraeta Usabiaga Euskonews & Media 130.zbk (2001 / 7 / 6 13) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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