Antes de llegar al mundo del cuento trabajó en otros campos. ¿En cuáles?
Trabajé en agencias de publicidad como maquetadora y directora artística. Era distinto de lo que hago ahora, pero estaba muy relacionado. Al fin y al cabo, se trataba de encontrar imágenes que acompañaran textos.
¿En qué consiste el trabajo de ilustradora? ¿Qué significa para usted?
Consiste en reflejar la historia de un cuento a tu manera, en mostrar cosas que no aparecen en el texto y jugar con tu imaginación. No se trata únicamente de dibujar lo que dice un texto, sino de reflejar lo que el texto te dice en ese momento. Si me limitara a trabajar de una manera literal, estaría repitiendo el texto, no estaría “ilustrándolo”.
¿Entonces un texto podría suscitar imágenes distintas según el día?
Sí. Por ejemplo, acabo de terminar unos dibujos para un cuento que ya ilustré antes, pero las imágenes totalmente distintas entre sí. Hace cinco años se publicó en euskera y ahora van a publicarlo en castellano. Ni siquiera he mirado los dibujos de la versión anterior, pero sé que son diferentes.
¿Haría lo contrario? Es decir, ¿con una misma ilustración haría varios cuentos?
Nunca lo he hecho. No sé, yo suelo tener una historia en la cabeza, pero sin texto, simplemente con dibujos. No se me ha ocurrido nunca hacer lo contrario. Además, cuando no tengo nada que hacer, tampoco tengo ganas de hacer nada... (ríe).
¿Para quién dibuja?
Para mí. Ni para padres, ni para niños. Cuando trabajo no tengo a nadie en mente. Es cierto que los libros van dirigidos a unos u otros según el texto, pero a la hora de dibujar no hago nada específico, sino que trabajo con total libertad. No pienso “esto no lo voy a hacer porque es un libro infantil”. Bastante nos limitan algunas editoriales como para que yo misma me limite más.
¿Cómo limitan?
Normalmente hago lo que quiero, pero a veces hay que pasar cierta censura.
¿Por ejemplo?
No ocurre a menudo, pero recuerdo que una vez dibujé a una chica desnuda en la isla de Pascua (no era cosa mía, sino de la historia que contaba el cuento) y me llamaron para pedirme que le pusiera el pelo más largo para “taparla”. Me dijeron “ya sabes cómo son estas cosas” sonriendo (Elena también ríe). En otra ocasión, a un chico que salía corriendo le dibujé el culo con forma de bombón y me ocurrió lo mismo, me llamaron y me dijeron que lo cambiara porque “es que puede parecer que...”. En este caso les dije que no, porque me parecía exagerado cambiar el dibujo por eso. También alguna vez he visto como han “retocado” mis dibujos, especialmente en Inglaterra: a un capitán de barco le quitaron la pipa “porque estaba fumando” y el vaso de vino. Yo me he pasado la vida viendo a los marineros beber y fumar y no por eso soy una drogadicta (ríe). Todo eso depende de la editorial. En otras ocasiones, en Elkar, por ejemplo, te dan total libertad y puedes hacer lo que quieras.
Los protagonistas de los cuentos son mayoritariamente chicos. ¿Lo ha notado?
Pues en mi caso es justo al revés. Yo suelo dibujar chicas. Tengo encargos de todo tipo, pero la mayoría sobre chicas. Es cierto que me gustan más, quizá porque me salen mejor. Igual es porque en casa somos tres hermanas (ríe).
Ya que menciona los encargos, ¿se puede vivir de ilustrar cuentos?
Bueno, yo casi llevo diez años viviendo de esto. Creo que los ilustradores somos cada vez más conocidos. Antes ni siquiera se ponía nuestro nombre en los libros y nadie decía nada, pero cuando te metes en un mundo que te interesa te vas dando cuenta de muchas cosas.
¿Cómo hace los presupuestos?
Normalmente te ofrecen una cantidad de dinero inicial y luego cobras derechos de autor. En algunos casos, esa cantidad inicial no es muy alta, pero luego te llevas una sorpresa, o puede ocurrir lo contrario: hay presupuestos iniciales buenos, pero luego no se venden muchas copias. Esto es todo un mundo y a mí, hasta ahora, me ha ido bien.
¿En qué te fijas cuando compras un libro?
En los dibujos, sin duda. No obstante, el texto también me parece importante.
En vuestro trabajo está la responsabilidad de que en un futuro haya lectores... Yo creo que eso está en manos de los padres. A mi, bueno, a nosotras, nos leían cuentos todas las noches. Lo que ves en casa es lo que te marca luego y en mi casa siempre ha habido muchos cuentos. Además, yo era muy especial, mi tía-abuela nos leía cuentos clásicos y los repetía a menudo. A veces nos veía medio dormidas e intentaba abreviar para terminar antes, pero yo abría los ojos y le decía “no, no, el cuento no es así, te falta un trozo”. ¡Así era yo de pequeña! (carcajadas). Elena Odriozola (Donostia, 1967) Elena Odriozola es una artista de la cabeza a los pies (aunque a ella no le guste utilizar “esa palabra”). Su padre también dibujaba y su abuelo materno hizo lo propio en sus tiempos. Nació en San Sebastián un 27 de noviembre y allí vive aún, en el lugar donde creció y aprendió. Tiene sus “manías” típicas en el trabajo (le gustan las cosas muy bien hechas, no repetirse y no lleva bien salir en las fotos porque le da vergüenza). Elena es de pocas palabras, aunque precisas, y de muchos gestos y expresiones. En 2005 obtuvo el segundo premio de Ilustración de literatura infantil y juvenil gracias a las ilustraciones del libro “La princesa que bostezaba a todas horas”. Estudió decoración y ha trabajado en varias agencias de publicidad. Actualmente pasa las horas en su casa del barrio de Gros creando ilustraciones que luego podrán admirarse en todo el mundo. Un deseo profesional: “No tengo ninguna predilección. Quizá me gustaría hacer algo que nadie haya hecho antes. Quizá romper algún estereotipo, como desarmar la imagen de Peter Pan que Walt Disney nos ha metido en la cabeza”. Herramientas de trabajo: “Me gustaría hacer cuadernos de viajes tomando apuntes, pero no puedo. Cuando se me ocurre una imagen y la tengo en mente va madurando y cambiando continuamente, pero cuando la plasmo sobre el papel nuca vuelvo a ella”. Dibujantes preferidos: El clásico inglés Arthur Rackham, la sueca Lisbeth Zwerger , el asturiano Pablo Amargo, el francés Benjamin Chaud, la valenciana Ana Juan ... y muchos más. Entre sus obras pueden elegir... . La princesa que bostezaba a todas horas. QOQ. 2005 . Maitagarrien hiru ipuin. Elkar. 2005 . Esne katilu batean ezkutatu egiten zen neska. Aizkorri. 2004 . Enid y el secreto del acantilado. Alfaguara. 2004 . La Sirenita y otros cuentos. Anaya.2004 . Atxiki sekretua. Elkar. 2004 . Hala bazan... Debagoieneko plazan. Goiena Komunikazio Zerbitzuak Koop. E. 2004 . Txirrina. Zubia. 2004 . Zaldiko-maldikoan. Aizkorri. 2003 . Eta txorimaloa mintzatu zen. Aizkorri. 2003 . Haydn-en loroa. Aizkorri. 2003 . Bosniara nahi. Aizkorri. 2003 . Euria. Aizkorri. 2003 . Osaba Bin Floren. Elkar. 2003 . Norak suhiltzailea izan nahi du. Elkar. 2003 . Amona basoan galdu zenekoa. Elkar. 2003 . Usoa, Karpeta morea. Erein. 2003 . Usoa, Bidaia kilikagarria. Erein. 2003 . Dindirri. SM. 2003 . Roke izeneko komuna. Aizkorri. 2002 . Astoari konfiturak. Aizkorri. 2002 . Izar-malkoak. Aizkorri. 2002 . Maiderren taupada bilduma. Alberdania. 2002 . Hosto gorri, hosto berde/Hoja roja, hoja verde. Atenea. 2002 . Horazio eta jaguarra. Elkarlanean. 2002 . Hiztegi jolastia. Elkarlanean. 2002 . Usoa, zelatan. Erein. 2002 . Usoa, lehen kanpamendua. Erein. 2002 . Paularen zazpi gauak. Giltza. 2002 . Marlene eta taxizapata. SM. 2002 . Kofi itsasora bidean. Aizkorri. 2001 . Izar-euria. Elkarlanean. 2001 . Bihotza zubi. Elkarlanean. 2001 . Magali por fin lo sabe. Anaya. 2000 . La Magali ja ho sap. Anaya. 2000 . Magalik badaki. Anaya-Haritza. 2000 . Zak zikoina. Elkarlanean. 2000 . Axa mixa zilarra. Elkarlanean. 2000 . Gorritxo eta Beltxiko. Elkarlanean. 2000 . Amona, zure Iholdi. Erein. 2000 . Ortzadarraren kantua. Aizkorri. 1999 . Botoi bat bezala. Anaya-Haritza. 1999 . La historia de un hombrecillo de papel. Everest. 1999 . Txoko txiki txukuna. Elkarlanean. 1998 . Zergaitik ez du kantatzen txantxangorriak?. Elkarlanean. 1997 . Ahatetxoa eta sahats negartia. Elkarlanean.1997 . Agure jakagorria. Elkar. 1995