¿Cuál es la finalidad del Centro para la Biodiversidad de Euskadi?
Este centro se crea con el fin de establecer una base de conocimiento científico para las decisiones públicas que afectan a la biodiversidad, que son muchas: urbanismo, carreteras, infraestructuras, agricultura, gestión forestal... En definitiva, dar un apoyo científico en la toma de decisiones a las instituciones públicas. Para ello el Gobierno Vasco crea una nueva área en Ihobe, el área de biodiversidad. Ihobe es una sociedad formada por técnicos y hasta el momento siempre ha gestionado el medioambiente de una forma técnica, pero en el caso de la biodiversidad se hizo una apuesta diferente y novedosa.
¿En qué consiste esa apuesta novedosa?
Creamos un equipo de investigación con el objetivo de proporcionar al Gobierno Vasco, a las diputaciones y a los municipios información necesaria para que pudieran tomar decisiones con respecto a las diferentes políticas que afectan a la biodiversidad, pero al mismo tiempo, también intentamos sensibilizar al ciudadano.
Y todo eso se hace aquí, en la Torre Madariaga, en plena reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Sí. Hace cinco años la Torre Madariaga era una casa Torre en ruinas, se compró la propiedad y se decidió instalar el centro aquí porque tiene espacio suficiente para las oficinas y un espacio exterior increíble. En una planta está el equipo de investigación puro y duro y en la otra el equipo de educación y sensibilización, que al final hemos llamado de participación pública.
¿Y por qué se crea cara al exterior un centro sobre biovidersidad y no sobre otro tema relacionado con el medioambiente?
Biodiversidad es la parte verde del medio ambiente y a todo el mundo, quién más quién menos, le gusta ir al monte y esos paisajes bonitos con poca gente y mucho horizonte. Pensamos que es la parte más fácil para educar al público, ya que es más complicado sensibilizar a la gente hablándoles de residuos, o suelos contaminados, por ejemplo. La idea es que a medida que nosotros estamos sensibilizando, concienciando sobre lo que la biodiversidad aporta en la vida cotidiana de cada uno, estamos creando un respaldo para las decisiones públicas.
Necesitamos un respaldo porque las decisiones ambientales, aunque cada vez menos, se perciben como un coste, más que como una oportunidad de negocio y de generación de empleo, tanto aquí como en el resto del mundo. Entonces, las decisiones para la conservación de especies o de áreas naturales son decisiones que se presentan como un límite al desarrollo económico. Para que la gente sepa que eso no es así, nosotros tratamos de dar de una forma fácil y divulgativa unos inputs.
¿Pero les realizan consultas concretas sobre proyectos concretos o hacen estudios más generales?
Trabajamos de dos maneras a la vez. Algunos son proyectos concretos sobre cosas que consideramos clave, como por ejemplo el estado de conservación de las especies amenazadas. En este caso, hacemos los estudios y luego trasmitimos esos datos a las administraciones públicas y les aconsejamos sobre cómo gestionar esos espacios.
Perdone, ¿pero lo que hacen en Torre Madariaga es sólo aconsejar o también pueden tomar decisiones?
Lo que nosotros hacemos es dar recomendaciones, criterios y directrices. Es decir, nada obligatorio. Nosotros somos la organización científica que aglutina y pasa todo ese conocimiento. Damos recomendaciones desde un punto de vista puramente ecológico y después, las diputaciones, el Gobierno Vasco o los municipios quedan libres de cogerlos o no.
Volvamos a la pregunta anterior. Hemos hablado de dos maneras de trabajar, ¿cuál sería la segunda?
La segunda serían proyectos más generales que consisten en recopilar la información científica que ya se ha generado en lugares como la Universidad del País Vasco, Aranzadi o IKT, que también trabajan en temas relacionados con la biodiversidad. Nosotros recogemos esa información, la avanzamos y la reelaboramos añadiendo criterios científicos para la toma de deciones.
Cuénteme algo sobre la parte más divulgativa de Torre Madariaga, esa que va destinada al público en general.
Aquí trabajamos con el enfoque de atraer al mayor número de personas. Junto con Roque Pérez-Agote, el Jefe de programas y servicios, comenzamos con el planteamiento clásico: una exposición fija, dos exposiciones temporales sobre especies y sobre hábitat, y luego un programa escolar. La novedad o punto original es que cuando planteamos el programa escolar decidimos hacerlo de una forma más lúdica para que los alumnos que nos visitan se vayan, además de con algo aprendido, con una buena percepción. Que vean, razonen y lleguen a sus propias conclusiones.
¿Aparte de los escolares, qué otro público se acerca hasta este centro para la Biodiversidad?
Con las encuestas de satisfacción que realizamos a los visitantes, vimos que hasta la Torre Madariaga se acerca un público que ya está cercano al medioambiente. Entonces, empezamos a diversificar actividades para llegar a un público objeto más amplio ofreciendo cursos de meteorología y surf, talleres familiares, teatros, curso de pan ecológico, proyecciones de películas sobre medioambiente... queremos llegar a personas que todavía no tienen inquietudes hacia el medioambiente.
Llevamos un rato charlando sobre biodiversidad, pero ¿qué es exactamente?
La definición que a mi más me gusta, aunque quizá sea algo fría, es Life Support System (Sistema de Soporte de la Vida). Efectivamente, sin la biodiversidad ni tu ni yo estaríamos aquí ahora. La biodiversidad significa tener agua dulce, tener comida porque hay suelos fértiles, poder arroparnos porque hay materia prima como el algodón y ovejas que nos dan lana... Es toda la parte viva del planeta, incluido el ser humanos, todas las especies vivas y todo lo que es el ciclo de la biosfera.
¿Y cómo contribuye la sociedad en su conjunto para la destrucción de esta biodiversidad?
Aunque ahora se está tomado conciencia en lo político, lo que hemos hecho mal ha sido habernos dado cuenta muy tarde de que la biodiversidad es, como hemos dicho antes, el sistema de soporte de la vida. Vivimos en un mundo en el que la economía es lo principal, pero no es más que una actividad humana, y no hay economía si no hay un sistema que alimenta esa economía. Cualquier sector se alimenta de la biodiversidad. Si cogemos la informática como ejemplo, que es uno de los sectores más fuertes, vemos que se alimenta de energía eléctrica y para eso tiene que haber centrales que producen electricidad, caso de las hidroeléctricas que, dejando su impacto ambiental a un lado, básicamente dependen del ciclo del agua que se reproduce y genera una energía gracias al mantenimiento de los hábitats que la rodean.
Necesitamos la biodiversidad para mantener la calidad de vida en general, pero no este estilo de vida. Está clarísimo que nosotros no podemos decir a estados como China e India que no adopten nuestro modelo de desarrollo, pero por otro lado, es lo que tendrá que suceder. Cuando nosotros seamos abuelos vamos a tener que renunciar a cosas a las que ahora no estamos renunciando para que todos tengamos un nivel mediano y bajo de consumo de lo que se llaman bienes o servicios ambientales, que básicamente es todo, ya que todo llega del medioambiente. Y todo esto, manteniendo la calidad de vida actual.
¿Y cómo se hace eso?
Es algo complicado, pero la idea general, a nivel global, es que en el futuro se pase de una economía de los bienes a una economía de servicios, o como otros la denominan, economía de las virtudes. Que en el día a día los valores que tú tienes te lleven a que en tu tiempo libre quieras ir al monte, y que en lugar de tener el instinto de compra compulsiva, tengas el instinto de cariño compulsivo... A medida que crece la demanda de servicios, disminuye la producción de bienes y eso significa consumir menos materias primas y lo que ello conlleva a nivel energético.
En una idea de un mundo más bucólico: Imagínate que volviéramos al a Edad Media, pero con las comodidades de hoy. Vivir al lado de la ciudad con nuestra huerta, nuestro jardín y los animales..., pero con la comodidad de tener un coche eléctrico, una calefacción que nos llega de energías renovables, electrodomésticos que ahorren... Que la cabeza te lleve instintivamente, y no por compromiso ambiental, a que lo que tú quieres hacer para estar bien no sea tener más, sino ser más.
¿Euskadi es un país rico en cuanto a biodiversidad?
Con respecto a Islandia es muy rico, con respecto a los países tropicales es menos rico. España es el país con mayor biodiversidad dentro de la Unión Europea, esto es un dato interesante ¿verdad? Básicamente porque en España conviven la zona geográfica mediterránea, la alpina y la atlántica.
¿Qué relevancia tienen los Parques Naturales?
Los parques naturales se designan por su valor ecológico. Hay muchos espacios protegidos; biotopos protegidos, árboles singulares, áreas protegidas de la Red de la Unión Europea llamadas Natura 2000... En el ranking de las áreas protegidas la de Parque Natural es la más antigua y la forma más alta de protección de un área natural. Empezó con Yellowstone y se creó como una isla de conservación para preservar determinadas subespecies emblemáticas sobre todo de fauna, pero también de flora y de determinados hábitats.
¿Y cómo se designa un área natural?
Ahora, el enfoque con el cuál se designan las áreas naturales está cambiando bastante: está cambiando la relación espacio / personas (hay más personas por espacio) porque los Parque Naturales siguen siendo espacios en el cual las actividades humanas están fuertemente limitadas. Cara al futuro la idea es que el ser humano conviva con la naturaleza, hay que rebajar los estándares ambientales, pero ampliar las zonas protegidas a nivel cuantitativo.
Hoy en día se intenta fomentar un modelo mixto, pero seguirá habiendo Parques Naturales porque es donde tenemos zonas importantes a nivel ecológico y por todos los servicios que proporcionan. Por ejemplo, Peñas de Haya está proporcionando agua para Donostialdea porque la preservación de todo el ecosistema alrededor del embalse de Añarbe es lo que permite que Añarbe cada día se recargue de agua. Y esto es un ahorro muy grande, porque el día en que Añarbe desaparezca hay que proporcionar agua para toda esa gente.
Estos son los servicios que nos da el ecosistema...
Hasta hace nada, y todavía hoy, no se valoran porque la naturaleza las produce de forma gratuita. En el momento en el que empiezan a fallar, que es lo que está ocurriendo ahora en todo el mundo, te das cuenta de que están ahí, que son la base de nuestra vida, que no tienen valor económico y que sin embargo, son la mayor riqueza que tenemos porque es la fuente de alimentación para todas las demás actividades.
El esfuerzo que se está haciendo ahora en la Unión Europea, que poco a poco está entrando en Euskadi, es valorar económicamente estos servicios, no para ponerle una etiqueta con el precio, sino para ver lo que gastaríamos si no existieran estos recursos naturales. Lo que se está haciendo es la valoración económica de los servicios de los ecosistemas para que antes de tomar decisiones que afectan a los ecosistemas sepamos los beneficios humanos que los ecosistemas están proporcionando. Eso es lo que la biodiversidad aporta a la sociedad y a la economía.
Y una última pregunta, el nuevo Guggenheim que se está planteando construir, ¿sería viable en Urdaibai?
Esta es una pregunta que conlleva muchísimos matices. Por una parte, el Guggenheim está planteado ponerlo en un sitio donde el suelo ya está artificializado, pero el impacto ambiental de una estructura que funciona, como probablemente funcionaría el Guggenheim, es lo que hay alrededor, es decir, la generación de infraestructuras y servicios necesarios. Como todo lo que tiene una importancia económica de ese tipo es un arma de doble filo porque por un lado, hay un beneficio económico para la gente de aquí, y por otro lado un coste ambiental. Se trata de encontrar el equilibrio. Una forma de tomar decisiones hoy en día es lo que se llama la participación pública, es decir, que las personas más interesadas vean qué tipo de beneficios y de sacrificios les va a conllevar. Pero el tema de Guggenheim no es un tema que a nosotros nos toca, nosotros nos ocupamos más del estado de conservación de la biodiversidad y de la economía de la biodiversidad y esto es más una cuestión de impacto ambiental. Giuseppe Traverso Saibante (Génova, 1976) Estudió Derecho en Italia, Derecho Internacional en Francia y Suiza, y Derecho Ambiental en España. Tras ejercer unos años como abogado y trabajar en ONGs en América del Sur, Italia y Austria, desarrolló su labor en la dirección general de Medio Ambiente de la Comisión Europea. Asimismo, formó parte de la Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental, con sede en San Sebastián. Traverso es el director del primer Centro de Interpretación de la Biodiversidad de Euskadi con sede en la Torre Madariaga de Busturia.