José Luis Rebordinos. Director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián: El público de Donostia está más formado que el de otras ciudades

2011-09-16

SILLERO ALFARO, Maider

José Luis Rebordinos nos recibe pocos días antes de que comience la 59 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. La cuenta atrás ha comenzado y eso se nota en las oficinas del Zinemaldia. Durante unos minutos interrumpimos el ritmo vertiginoso que llevan el director y todo su equipo y nos dejamos contagiar por la ilusión y la pasión que se respiran en el despacho del nuevo director del Festival.

Esta es su primera edición como director, pero lleva 15 años en el Comité de Dirección del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, por lo que deduzco que estos nervios de última hora no son nuevos...

No soy una persona nerviosa a la hora de afrontar un tema de estos. Estamos bajo mucha presión de trabajo, pero no me siento especialmente nervioso. Me siento con mucha responsabilidad y con mucha ilusión.

En este Festival, evidentemente, se va a notar su mano como director, pero ¿ha seguido la línea de lo que venía siendo el Festival o la ha roto?

No he roto la línea porque yo también soy parte de la historia de este Festival. Los últimos años con Mikel Olaciregui he trabajado codo con codo en el Comité de Dirección y el último año como Adjunto a la Dirección y vengo de un esquema de programación que yo mismo apoyaba, pero sí creo que hay una evolución lógica. Todos los años hemos intentado evolucionar y, sobre todo los últimos años, hemos peleado mucho por sobrevivir a la crisis. Al llegar un cambio sí que te puedes permitir que esa evolución sea un poco más radical y sin llegar a hablar de revolución, sí puedes plantearte cosas nuevas dentro de las posibilidades económicas que tenemos, que tampoco son muchas.

“Me siento con mucha responsabilidad y con mucha ilusión”.

Foto: Diario de Noticias. Ruben Plaza.

¿Van a ser esas aportaciones nuevas palpables para el gran público?

El público va a notar que el Festival tiene más programación, que es una programación muy variada, que algunas secciones han crecido, que la oferta es mayor... Creo, además, que tenemos un buen año en el sentido de que son muchas las películas de directores importantes las que se van a poder ver en San Sebastián. Va a haber algunos aspectos más juguetones, más de fiesta como las sesiones de la noche, el tema de cine y gastronomía o las cenas temáticas; recuperamos las fiestas de inauguración y de clausura para las que hemos conseguido patrocinadores para una parte importante de su coste. Por lo tanto, sí se van a notar cambios en algunos aspectos porque siempre un director y su equipo con su personalidad marcan una tendencia.

Poquito a poquito estamos intentando fortalecer el tema industria, aunque si todo va bien probablemente eso se note más en los próximos años, pero serán cosas que el público las note menos. Es como en un iceberg, el público ve una pequeña parte que está fuera, pero no se ve todo lo que está dentro. Cuando la gente habla del Festival de Cannes o de Berlín se habla de las proyecciones en el Palacio, de la Sección Oficial o de las grandes estrellas que visitan el festival, pero nadie habla del gran mercado que es Cannes y que es espectacular. El mercado de Cannes tiene más presupuesto que todo nuestro Festival y es algo que el público de a pie ni lo ve, ni la crítica lo cubre porque es para profesionales. El mercado de Cannes es en sí mismo un festival impresionante, o el mercado de Berlín, aunque más pequeño. Esa parte del Festival es donde nosotros tenemos que trabajar porque son partes importantes de cara al futuro.

También se está hablando mucho de incentivar la participación del público y de acercar en Festival a la gente joven.

Desde que hemos comenzado hemos intentado acercarnos más al público. Ya es un festival que el público lo vive muy de cerca, hay 150.000 espectadores y eso es un disparate. Pero por ejemplo, la elección de los carteles fue un concurso abierto, las redes sociales las hemos ampliado respecto al año pasado, ayer mismo, por fin, me he metido en twitter y el blog, aunque ahora está un poco abandonado, tendrá mucha vida a partir de octubre y será una de las formas de comunicación. También hay una política bastante agresiva a favor de los jóvenes, con descuento, entradas a un euro, rifas etc. Se está trabajando para acercar el festival al público en general y a los jóvenes en particular.

Lo que estoy intentando hacer es hablar con mucha claridad sobre el Festival. Creo que no hemos hecho una labor pedagógica y hay muchos tópicos as respecto. Yo soy partidario de una transparencia absoluta, no oculto ninguna información excepto los detalles de las visita de las estrella a San Sebastián... Cuando la gente pregunta por presupuestos o por problemas yo no tengo ningún inconveniente en contarlo todo y creo que eso es bueno. Hay una idea equivocada, hay gente que piensa que el Festival es un lugar al que se viene a comer por el morro y a pavonearse por una alfombra roja. El Festival, a parte de ser una cita cultural importantísima, es un lugar donde se genera negocio y donde se genera riqueza y por eso creo que hay que explicar todo bien. Tal vez no lo hemos hecho suficientemente y vamos a intentarlo. Uno de mis objetivos es explicar mejor el Festival de puertas a fuera.

Es decir, que no nos quedemos solo con la idea del glamour...

Sí, explicar mejor lo que se genera, cómo repercute en la hostelería de la ciudad y en otras industrias de la ciudad y del territorio... Hasta ahora no lo hemos hecho, creo que hemos sido muy pudorosos y que a veces nos ha dado un poquito de miedo y creo que no hay que tener miedo a nada. Si tú estás convencido de que el trabajo que estás haciendo está bien, con tus aciertos y con tus errores, porque siempre habrá errores, creo que ser transparente no es ningún problema. Además, si algo estás haciendo mal y te lo dicen tienes que aprender de tus errores y ver lo que te pueden aportar desde fuera. Desde que entró la nueva dirección al Festival cada concurso público tiene, por lo menos, una persona en el jurado que es ajena al propio al festival para fiscalizar lo que hacemos y para que al mismo tiempo pueda aportarnos una visión desde fuera. Y esa línea de transparencia la vamos a seguir en todos los aspectos.

“Estamos intentando dar un espacio a la industria más cercana al Festival, que nos importa y es la que tiene que ver con nuestra comunidad autónoma”.

Foto: Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

La sección Zinemira está dedicada exclusivamente al cine vasco. ¿Necesite nuestro cine estar “protegido” en su propia sección?

Yo pienso que sí. Todos los festivales tienen una sección que tiene que ver con lo local. Sitges tiene una sección de cine catalán, el festival de Montreal tiene una sección de cine canadiense, y nosotros tenemos la sección Made in Spain. Estamos intentando dar un espacio a la industria más cercana al Festival, que nos importa y es la que tiene que ver con nuestra comunidad autónoma. Creo que eso es bueno y además no choca para nada con el apoyo al cine español en general. Es una parte del cine español que puede tener un tratamiento específico. Además, hay que entender que el 75% de las aportaciones públicas nos llegan por parte de las instituciones vascas.

¿Cómo es el cine vasco de la actualidad? ¿Goza de buena salud? Movimiento si que hay al menos...

Creo que para ser un territorio tan pequeñito goza de muy buena salud. Este año vamos a tener una película en la Sección Oficial fuera de concurso (Bertsolari); otra en Zabaltegi-Nuevos Directores a concurso (Urte berri on, amona!); vamos a tener en competición al director Enrique Urbizu (No habrá paz para los malvados), aunque no es una producción específicamente vasca. Además la sección de Zinemira donde hay siete películas, tres de ellas que serán estreno mundial, y sin olvidar la presentación de los cortos de kimuak... Éste es un buen año y creo que habrá otros años en los que nos costará más conseguir una selección de este nivel.

Estamos ante una nueva generación de cine vasco con una serie de directores muy importantes. Aquella generación de los Uribe (Imanol), de Olea (Pedro), la posterior de Juanma (Bajo Ulloa), Alex (de la Iglesia), Urbizu (Enrique)... todos esos directores ya tienen un prestigio, están afianzados y la mayoría de ellos producen fuera de Euskadi. Ahora está surgiendo una nueva generación con películas producidas por Moriarty, por Carlos Juárez, directores como Goenaga, Garaño, Telmo Esnal, Asier Altuna... hay una nueva generación de gente que está aportando una sabia nueva y sinceramente, creo que es un buen momento.

¿Qué nos recomienda para esta 59 edición del Festival?

Para empezar, de la Sección Oficial no puedo recomendar ninguna por encima de otra, para nosotros todas son iguales porque compiten. Depende mucho del tipo de público: al que va poquito al cine, pero le gusta ir al Festival porque es un acontecimiento en la ciudad, yo le diría que cualquiera de las galas de la noche, de las películas de Sección Oficial en el Kursaal le pueden gustar y la mayoría de Las Perlas también. Al espectador que va mucho al cine y que va a poder recuperar en las salas comerciales las que luego se estrenen, yo le diría que se arriesgue, que bucee en las operas primas, en Horizontes, en distintas secciones; habrá muchas que le gustarán otras que no, pero seguro que le sorprenden. Pero depende mucho del espectador...

Además este festival tiene espectadores de todo tipo.

Tendría que conocer los gustos de cada uno para poder recomendar con un poquito más de sentido. Yo veo mucho cine, y más o menos conoces de dónde viene todo lo que se presenta en un festival, pero me sigue gustando ir a ciegas todo lo que puedo, sobre todo cuando hay óperas primas. Igual hay muy poquitas que te sorprenden muchísimo, incluso en festivales importantes, pero cuando te encuentras esa que te interesa mucho es una gran sorpresa y te deja alucinado. Y eso es muy bueno, a mi me gusta arriesgarme y conocer cosas buenas.

Siempre se ha dicho que el público del Festival de San Sebastián es muy bueno. ¿Por qué puede ser?

Yo diría que el público es muy variado. Pero sí que es verdad que es una ciudad que, precisamente por el propio Festival de Cine, por las actividades que se hacen en Donostia Kultura durante todo el año y por la labor que ha hecho durante años el Cine Club Kresala, sí que hay un público que está bastante más formado que el de otras ciudades con las mismas características. Entonces, no es casualidad que a veces, películas en VO o películas de autor que no entren en ciudades cercanas, en San Sebastián sean un éxito. En Donostia hay de todo, pero que hay un bloque muy grande de gente que va a todo lo que se monta, que conoce las programaciones, que ve mucho cine... y ese es un público muy bueno para el Festival. De hecho, la mayoría de los que vienen a presentar películas, por ejemplo a Zabaltegi, se van gratamente sorprendidos; primero de que las salas estén llenas y segundo por los debates que se generan. Sí tenemos fama en el mundo de ser un festival muy bueno para el público, igual que Berlín. Salvando las distancias, se nos suele comparar porque en ambos el público cuenta y eso es muy agradecido.

“No es casualidad que a veces, películas en VO o películas de autor que no entren en ciudades cercanas, en San Sebastián sean un éxito”.

Foto: Diario de Noticias. Ruben Plaza.

¿De todas las ediciones del Festival de Cine hay alguna película que recuerde especialmente?

Me acuerdo de haber visto Tiburón (Spielberg), y me fascinó. Me pareció una obra maestra absoluta, me dio muchísimo miedo y me encantó algo que luego descubrí con el paso de los años que es el buen cine de género: el que respeta una serie de convenciones y luego las transciende para hacer un discurso que va más allá de la mera anécdota de la trama.

Me acuerdo mucho de un pase, en el viejo cine Trueba, de Senderos de Gloria (Kubrick) que había estado prohibida y me fascinó. Me parece uno de los alegatos más maravillosos que existen contra la intolerancia, contra el militarismo y contra en nacionalismo radical, una película que habla de a dónde nos puede llevar el fanatismo. Es una película increíble donde un personaje decía una frase que no he olvidado nunca: “la patria es el último refugio de los canallas”. La vi muy joven, se me ha grabado y comparto plenamente esa reflexión en un mundo lleno de guerras en el que muere gente y en el fondo no sabe porqué muere. Esa proyección me marcó de por vida.

He disfrutado tanto el Festival... recuerdo los pases en la playa que montaba Diego Galán, donde me lo he pasado como un enano con las películas de piratas. Recuerdo El imperio de los sentidos en Barrios y Pueblos, creo que en Lasarte hace 30 años. Intentábamos ahorrar un dinerito para venir al festival y si podías ver varias en Barrios y Pueblos te salía más barato. También me acuerdo de cuando vi Malas tierras de Terrence Malick. Tengo muchos recuerdos entorno al Festival y además, me ha hecho descubrir muchos grandes directores y cine muy variado.

Tiene grandes recuerdos...

El Festival de Cine nos ha dado mucho a la gente que nos gusta el cine. Diego Galán trajo a la ciudad la ilusión por el festival, Mikel fue el encargado de hacer que el festival creciera, que se adecuara a los nuevos tiempos y que se acercara a lo que es hoy en día: un festival muy grande que compite con las grandes estructuras. Yo soy hijo del Festival y del Cine Club Kresala. Los que hacemos el Festival somos profesionales y cobramos por nuestro trabajo. Pero yo admiro mucho a la gente que ha hecho que el Cine Club Kresala dure tantos años sin cobrar un duro, poniendo horas por ilusión y por pasión.

Ha dicho que Diego Galán trajo la ilusión del Festival a la ciudad y que Mikel Olaciregui lo hizo grande. ¿A usted cómo le gustaría que le recordaran?

Es difícil y no soy muy ambicioso en eso. Lo que les digo a mis colaboradores es que tenemos que conseguir dar un paso adelante, que no se estanque ni retroceda. Me gustaría que me recordaran como el director que hizo una transformación interna y externa del Festival y que lo situó en punto de salida perfecto para que el que venga por detrás pueda trabajar con comodidad en el panorama de los festivales del futuro.

Creo que me va a tocar hacer una transformación en un momento de cambios. Es difícil trabajar muchos años en el Festival de cine, por muy bien que vayan las cosas no me veo aquí jubilándome, aunque nunca se sabe. Dirigir el Festival 5 o 7 años si las cosas van bien me parecería estupendo, aunque nunca se sabe. El Festival tiene un equipo de dirección espectacular, muy curtido, con muchísima experiencia y eso a mi me da tranquilidad y seguridad. Pero creo que hay que introducir en la dirección gente joven para buscar el recambio. Hay sangre nueva que tiene que empezar a introducirse en el Festival con su nueva forma de ver el mundo. Nosotros podemos evolucionar, pero yo soy fruto de mi historia, yo ya no voy a poder tener las mismas referencias que tiene un chaval de 28 años. Puedo aportar otras cosas, pero el festival necesita también esa juventud y esa forma de entender el mundo que es diferente a la mía. Mezcla del atrevimiento de aquel que quiere cambiar el mundo y la placidez que da conocer el mundo, aunque siempre siguas aprendiendo...

“Me gustaría que me recordaran como el director que hizo una transformación interna y externa del Festival”.

José Luis Rebordinos junto a Joxean Fernández, miembro del Comité de Dirección.

Foto: Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Ha estado durante 21 años al mando de la Semana de Cine Fantástico y de terror. ¿La echará un poco de menos, no?

No soy nada mitómano, ni nada nostálgico, soy muy de “mi reino es de este mundo”. Crecí con el materialismo dialéctico... ahora que no está de moda el Marxismo. Soy muy poco dado a las ensoñaciones un poco etéreas. En principio, La Semana la echo en falta porque tengo muchos amigos allí y porque ha sido un placer. Probablemente es lo más bonito que he hecho nunca junto con montar el Cine Club King Kong de Rentería con unos amigos.

Han sido 21 años increíbles y, ahora que no soy el director, no me cansaré de decir que la Semana tiene un público extraordinario. No hay en todo el mundo un público que sea comparable. No se puede concebir la Semana del Cine Fantástico y de Terror sin el público, es parte de la organización, parte de las proyecciones... Voy a ir de público y voy a seguir disfrutando de esos amigos, de ese ambiente y además, más relajado. Fue muy emocionante el momento de dejarlo porque yo he crecido con la Semana; como persona y como profesional es muy importante para mí, pero no siento nostalgia porque voy a seguir formando parte de ella.

¿José Luis, qué Banda Sonora le pondría a este momento de su vida profesional?

A mi me gusta mucho el Jazz, así que pondría alguna Gato Barbieri. Vva más con mi personalidad la de El último tango en París por ser más plácida y más sensual y además me parece maravillosa. Me gustan también los Chapters de Latinoamérica que hizo Gato Barbieri, pero van menos con mi personalidad; son más festivos, chispeantes. José Luis Rebordinos (Errenteria, 1961) Licenciado en Pedagogía Especial. Director de la Unidad de Cine de Donostia Kultura durante los últimos 22 años. Director durante 21 años de la Semana de Cine Fantástico y de Terror y durante 8 del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián. Durante 22 años ha dirigido la colección de libros Nosferatu. Es co-autor de diferentes libros sobre cineastas vascos como Elías Querejeta, Montxo Armendáriz, Antxon Eceiza, Julio Medem, Javier Aguirresarobe, etc., así como sobre cine asiático (Shinya Tsukamoto, poeta y guerrillero del cinematógrafo) o sobre diversos temas (El dolor, los nervios culturales del sufrimiento - Breve historia del cortometraje vasco). Antes de pasar a ocupar el cargo de Director del Festival de Cine de San Sebastián el 1 de enero del 2011, formó parte de su Comité de Dirección durante los últimos 15 años. www.sansebastianfestival.com
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