Juan Plazaola: "Me gustaría que el arte del futuro fuera profundamente humano. Un arte que abordara los temas más profundos que puedan encontrarse en el hombre"

2000-10-20

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Juan Plazaola Juan Plazaola Artola, Doctor en Historia del Arte "Me gustaría que el arte del futuro fuera profundamente humano. Un arte que abordara los temas más profundos que puedan encontrarse en el hombre" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala Desde su condición de sacerdote jesuita, el profesor Juan Plazaola Artola ha dedicado su vida al estudio y la investigación del arte y a la reflexión estética. A sus espaldas queda una dilatada trayectoria colmada de análisis, indagaciones, libros, conferencias, publicaciones, reconocimientos y premios que han consagrado a este hombre como una de las personalidades más queridas y admiradas del arte y la cultura vasca. Juan Plazaola nació en San Sebastián en enero de 1919. Ingresó en la Compañía de Jesús en Bélgica en 1936, y fue ordenado sacerdote quince años más tarde. Es doctor por la Universidad de París, y por la Complutense de Madrid. Fue rector del centro de Humanidades de la Compañía de Jesús en Salamanca (1966 68), profesor de Estética en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Deusto (Bilbao 1964 74), catedrático de Historia del Arte y decano de la Facultad de Filosofía y Letras en los entonces Estudios Universitarios y Técnicos de Gipuzkoa (San Sebastián 1974 77), y más tarde rector de este campus, superior provincial de la Provincia Jesuítica de Loyola y vicecanciller de la Universidad de Deusto (1979 85). Ha sido profesor invitado en la Universidad Andrés Bello de Caracas, en la Iberoamericana de México y en la de Alcalá de Henares. Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla), actualmente es presidente del Instituto Ignacio de Loyola de la Universidad de Deusto de Donostia. En 1964 participó en la creación de la revista "Reseña", y fue fundador y director de la revista "Mundaiz" (Donostia 1975). A todo esto hay que sumarle más de medio centenar de artículos en diversas publicaciones periódicas, la dirección de variastesis y tesinas, numerosas conferencias impartidas en las ciudades y universidades más importantes del planeta, su participación en congresos, y la publicación de casi una veintena de obras. En 1998 el Jurado del prestigioso Premio Eusko Ikaskuntza Caja Laboral de Humanidades y Ciencias Sociales le otorgó la distinción al curriculum vitae científico más destacado de Euskal Herria en el área de las Humanidades y Ciencias Sociales. Desde su despacho de la Universidad de Deusto en Donostia, Plazaola confiesa haber sido afortunado, porque" "siendo un hombre consagrado a lo religioso en una Orden cuyo principio fundamental es el de la obediencia al superior, he tenido la suerte de que me mandaran hacer la vida lo que correspondía a mi gusto". ¿Qué motivos le impulsaron a dedicarse al estudio del arte, y más concretamente a la investigación de la reflexión estética? El dedicarse a un tipo de estudios u otros depende mucho del temperamento de cada uno. La inclinación al arte es natural, completamente temperamental y esto era lo que mejor respondía a mi forma de ser. Cuando ingresé en la Compañía de Jesús, se me ofrecieron muchas salidas profesionales que podía desempeñar para cumplir mi vocación de sacerdote jesuita. La Compañía de Jesús tiene una gama sumamente amplia para quien ingresa en este instituto. Uno puede dedicarse a las misiones, al trabajo pastoral, a la enseñanza en un colegio o a la docencia e investigación en el campo universitario. Las posibilidades son muchas, pero la elección definitiva no depende de uno, son los superiores quienes deciden. A este respecto, y antes de tomar una decisión, los superiores atienden a las advertencias, vivencias y facultades del sujeto. Desde muy joven me orientaron a ser profesor de literatura, me gustaban mucho la poesía y la creación literaria, y dentro de este campo empezó a interesarme el campo estético, el estudio de la razón de ser de la creación literaria. Yo sentía inclinación por las artes plásticas, pero tenía quecumplir con mi encargo sustancial de ser profesor de literatura. Fue entonces cuando me enviaron a París a hacer el doctorado de letras, volví de Francia y empecé mi trabajo como profesor de literatura, aunque en menor medida también impartí clases de arte. Empecé a profundizar en el arte y poco a poco me metí en aspectos estéticos, en la filosofía del arte y de la literatura. Me di cuenta de que no había nada preparado para enseñar estética, y profundicé más en el tema. Cuando volví de París me encontré con que la sociedad de aquí vivía muy ajena a los movimientos del arte moderno, y más en concreto del arte sacro. Fue entonces cuando empecé a dar conferencias sobre este tema, y de ahí salió mi primer libro: "El Arte Sacro Actual". ¿Hasta que punto han seguido sus estudios e investigaciones un fin didáctico? Yo siempre tuve ese fin didáctico, el de preparar al público para que entendiera que el arte sacro también tenía que ser moderno, y este fue el objetivo con el que escribí el primer libro. Seguí adelante con estudios acerca de las raíces y la vida de la creación artística y al cabo de unos años, en 1973 publiqué "Introducción a la Estética". Cuando se cerraron las casas de jesuitas en las que impartí clases de literatura, fui a parar a Deusto, donde di clases de estética, enseñanza que llevé a cabo en Bilbao durante seis años. En aquel momento mi camino estaba orientado hacia la enseñanza de la estética y de la historia del arte, más que a la de literatura. En esto también influyó el hecho de que hubiera muchos profesores dedicados a la literatura y pocos al arte. Después vine al campus de Donostia, donde impartí clases de Historia del Arte, también daba clases de Sociología de la Literatura. Pero mi orientación preferente era la del arte, en sus aspectos más humanos y problemáticos, los de la estética. Dentro de la historia del arte siempre he tendido hacia el Arte Sacro. Fruto de estos trabajos es el ejemplar "Historia y Sentido del Arte Cristiano", un libroque se está corrigiendo para su segunda edición y que está siendo traducido al italiano. El fin de este libro es explicar lo que piensa y siente el hombre cristiano, y cómo lo refleja. Han sido muchos años dedicados a la docencia y a la investigación. Tiempo en el que con el arte, también han cambiado la sociedad, las leyes y los gobiernos. El arte ha sido siempre una materia muy discutida, para cuya recepción y aceptación en gran parte del público no existe preparación suficiente. Yo siempre he orientado mi trabajo con fines didácticos, y a este respecto mis investigaciones, mis clases y mis conferencias siempre han estado encaminadas a sensibilizar a quienes me escuchaban. Cuando volví de París, me encontré con un público bastante reacio al arte moderno. En las conferencias que pronunciaba me daba cuenta de que la gente añoraba el arte gótico, el románico, lo clásico. Mi misión era abrirles los ojos y también la sensibilidad. Creo que hay que cambiar, porque el hombre y el arte han cambiado a lo largo de los siglos. En estos años, me he dado cuenta de que las sociedad ha ido cambiando, ya no se discute la validez artística y humana de las obras como antes. La juventud tiene una sensibilidad más abierta. Esto no quiere decir que yo acepte todo lo que se hace en estilo moderno. En todas las épocas ha habido arte falso y arte auténtico, y no hay que pensar que todo lo que está expuesto en salas de exposiciones es válido. De las épocas doradas del arte salvamos unos cuantos nombres, pero había miles de artistas que se perdieron. Lo mismo ocurrirá con los tiempos que vivimos, a algunos se les recordará como testigos elocuentes de su época, pero muchos otros serán considerados meros imitadores, y a veces malos imitadores. Yo suelo decir que dentro de algunos años las historias de nuestra época se verán reflejadas en cuadros de Picasso, Matisse o Kandinsky, artistas innovadores que en sus obras expresan cómo es el hombre de nuestra era. En su opinión, ¿en qué lugar sesitúan los artistas vascos?, ¿en qué medida reflejan la forma de ser de los hombres de este siglo? Los tres grandes pilares de mi trabajo son la Estética, el Arte Sacro y el Arte Vasco. Ahora tengo entre manos un ejemplar sobre arte vasco, estoy trabajando en un capítulo sobre el arte gótico en Euskadi. Si Dios me da vida y tengo tiempo, espero terminar el libro. Me ha interesado sobre todo la generación de artistas vascos desde 1920 a 1970. En estos cincuenta años se han revelado y algunos de ellos han logrado renombre internacional, sobre todo los escultores vascos, han logrado ser la voz de la identidad vasca. Me atrevo a decir que la generación siguiente se ha inspirado en ellos. Pero esta última camada, ha empezado a desprenderse de un magisterio demasiado impactante y excesivo, y han sido más sensibles a un lenguaje más universalizado, menos preocupado de expresar el alma o la identidad vasca. Sobre ellos han podido mucho artistas extranjeros, sobre todo los de Estados Unidos. Así, están asimilando lenguajes mucho más universales y esperantistas. Lenguajes que pretenden hablar a todos y no precisamente a una comunidad étnica e histórica concreta. Todo esto se debe quizá a la globalización que se está viviendo. Sí, efectivamente. Los artistas de hoy son sensibles a esta aldea mundial, a esta globalización en la que los caracteres más culturalistas de regiones determinadas están mucho más devaluados. No quiero inmiscuirme en este aspecto porque creo que es muy problemático. No me atrevo a decir quiénes son los artistas de este último medio siglo que se recordarán en el futuro. Digamos que el colador ya pasó hace cincuenta años. A partir del arte informalista, del minimalismo, de tantos "ismos" como ha habido es muy difícil enumerar a aquellos que perdurarán. Pero se trata del reflejo de la sociedad actual, de lo que es y lo que está viviendo el hombre de nuestros días. Es reflejo del permisivismo que existe en todo: que cada uno haga y diga lo que quiera. Y estotambién se ve en el mundo del arte. A cualquiera se le concede una sala de exposiciones para que exponga lo que quiera. Lo he comprobado: he ido al museo San Telmo para ver la obra de un joven a quien han cedido la sala, y al llegar observo que no hay nadie. Doy una vuelta porque me da la sensación de que estas obras no dicen nada y salgo. Vuelvo al cuarto de hora y sigue sin haber nadie. Este tipo de situaciones significan algo, parece que el público no reacciona de ninguna manera ante cierto tipo de arte. A este respecto hay una especie de sensibilidad a no cerrarse a ninguna de las posibilidades de expresión que puedan tener los artistas jóvenes en la actualidad. ¿Esto también quiere decir que existen más posibilidades y oportunidades que hace algunas décadas? Claro que sí. Hay más posibilidades para decir y hacer lo que se quiere. Hoy no ocurre lo que pasaba en el siglo XIX, época en la que todos criticaban en voz alta lo que hacían los impresionistas. Ahora, y aunque a la gente no le gusta alguna expresión artística, no se atreven a gritarlo en voz alta. Antes se cometieron equivocaciones muy grandes, como la de dejar sin medios de vida a un Van Gogh, y ahora no se quiere caer en el mismo error. Se ha llegado a un punto en el que cualquier cosa se admite con cierta generosidad y liberalidad. Y esto corresponde al modo de ser actual: "yo te permito que digas todo lo que quieras y como quieras en cualquier campo". ¿Qué ha ocurrido con el Arte Sacro, para que su producción moderna sea minoritaria? Se puede decir que prácticamente todo el arte producido hasta el siglo XVIII era religioso. Ahora sin embargo hay muy poco. Es muy frecuente el caso de artistas con convicciones cristianas que no se sienten atraídos a expresar su fe religiosa. Adoptan otros asuntos, otro tipo de escultura o de pintura. Este es un hecho que responde perfectamente con la secularización de la sociedad. A este respecto, diría que el lenguaje más propio del arte cristiano contemporáneo, loque más se ve, se acepta, y lo que mejor se corresponde con el gusto actual, es el expresionismo: todo arte cuyo lenguaje, y cuyas formas son como metáforas excesivas de lo religioso. Al abordar el tema figurativo, el aspecto y el estilo expresionistas son los más comunes en el arte sacro, los Cristos son tremendos, se eligen sobre todo temas relacionados con la pasión, con los sufrimientos, con la muerte. Y con esto, todo lo que evoque el sentido trascendente de la vida y del hombre en general. En este sentido puede que incluso el arte que tiene un sentido laico y profano adquiera una cierta dimensión religiosa. ¿Hacía donde camina el arte actual? ¿Cómo ve el futuro? Una cosa es hacia donde va, y otra bien distinta hacia donde querríamos que fuera. Respecto al Arte Sacro, me gustaría que se profundizara más en el expresionismo, que se sintieran a fondo los temas cristianos, de forma que uno se sintiera animado a expresar sus sentimientos acerca de los temas dogmáticos, de la revelación, de Cristo. Y luego, que se supiera ahondar simplemente en el drama del hombre, en la tragedia del hombre contemporáneo. Ahondar de tal manera que se encontrara un sentido trascendente y religioso a la vida del hombre. Porque tal y como dijo el Papa, el arte y la religión coinciden en que su gran tema es el hombre. El tema de la religión es el hombre Cristo, pero al fin y al cabo estamos hablando de la Humanidad. Ahí existe una humanidad que es la de Cristo, y ahí es donde se tiene que encontrar el hombre también. Por otro lado, me gustaría que el arte no religioso abordara las dimensiones más profundas del hombre. Y ahí es donde yo creo que se encontraría el punto de coincidencia con el arte religioso. Pienso que cuando se ahonda mucho en lo humano se encuentra a Dios en el otro lado. Algunos artistas de renombre abordan los temas de la gravitación o del espacio, o de los límites, o del vacío. Si únicamente se quedan en estos temas que parecen del mundo físico, me parece que nos quedamoscon lo más superficial. El hombre tiene unas dimensiones sumamente profundas y trascendentes, ¿por qué no se hace una tragedia humana en la que cualquiera pueda sentirse reflejado en cualquier momento?, ¿Por qué no sentir tan profundamente que no puedas evitar esculpir y pintar sobre eso?. Yo no les pediría a los artistas actuales que, crean o no en lo religioso, traten un tema religioso, yo les exigiría que su arte fuera un arte profundamente humano, que aborden temas profundamente humanos. Cuando ha habido artistas en épocas de especial sufrimiento o violencia, que han sentido esto profundamente, es cuando se han creado obras que se recordarán en el futuro. Es entonces cuando en mi opinión se hace arte válido, cuando se profundiza realmente en el hombre. Apuesta entonces por un expresionismo profundo y trascendente. Yo apuesto por la expresividad más profunda. Por una expresividad y un arte en el que se refleje el empeño, las ilusiones, las tragedias y las frustraciones de los hombres. David Alfaro es uno de los grandes muralistas mexicanos, un apasionado de la libertad humana y de la libertad de la sociedad, un hombre comprometido con el comunismo. Esto llenó su vida, y también llenó su arte. Fue un hombre apasionado de un tema humano y fue, hasta lo que él creyó que era, el fondo del hombre, a lo más profundo, con un lenguaje expresionista tremendo. Me encantaría que se abordara el tema del muralismo, porque la gran plaga del arte contemporáneo es su comercialismo. El poder económico y el poder mediático se han apoderado del arte. Uno no sabe cómo luchar contra esto, pero una de las formas que ha tenido más éxito ha sido el arte mural, porque la pintura y el arte están ahí, en las paredes, y no se pueden vender. Después de tantos años dedicado al estudio y a la investigación, después de tantos reconocimientos, ¿se siente orgulloso y satisfecho de su trabajo? Me gustaría terminar con la obra en la que estoy trabajando, y con esto me doy por satisfechos. Creo quehe tenido mucha suerte, primero porque siendo hombre consagrado a lo religioso en una orden cuyo principio fundamental es el de la obediencia al superior, he tenido la suerte de que, lo que se me ha mandado hacer en la vida, ha sido lo que correspondía a mi gusto. Y segundo, porque a pesar de que he tenido cargos de gobierno y en la administración, he conseguido sacar tiempo suficiente para hacer una obra que en mi opinión ha servido bastante a los demás, para su información y para su enriquecimiento personal y humano. Fotografías: Teresa Sala Euskonews & Media 96.zbk (2000 / 10 / 20 27) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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