Ramon Saizarbitoria: "Quizá, de no haber nacido en una cultura minoritaria, no me hubiera dedicado nunca a escribir"

2002-04-26

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Ramon Saizarbitoria Ramon Saizarbitoria, escritor "Quizá, de no haber nacido en una cultura minoritaria, no me hubiera dedicado nunca a escribir" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala Su último libro, "Gorde nazazu lurpean" se ha alzado con el Premio Euskadi de Literatura, así como con el Premio de la Crítica y el Beterriko Liburua. Del mismo modo, ha sido finalista del Premio Nacional de Narrativa. Estos días acaba de presentarse su traducción al castellano, "Guárdame bajo tierra". Pero resulta imposible definir a Ramon Saizarbitoria; no hay frase que pueda resumir su trayectoria, ni palabra que describa la brillantez de sus libros. Títulos como "Egunero hasten delako", "Ehun metro" o "Hamaika pauso" han recibido múltiples premios de la crítica. En su despacho de San Sebastián, conversa afablemente sobre la vida, la cultura y la literatura vasca, la gran inquietud que alberga en su interior, un arte que califica como "juego". Habiendo transcurrido poco más de un año desde la publicación de su premiada novela "Gorde nazazu lurpean", se acaba de presentar su traducción al castellano, "Guárdame bajo tierra". ¿En qué radica el encanto de la novela? Creo que los temas, aun siendo corrientes, tratan sobre aspectos fundamentales para el ser humano: las relaciones personales, las sexuales, la carga histórica que pesa sobre los euskaldunes, cómo nos influye, qué problemas crea... También destacaría la narración, muy frecuente en mi literatura. Creo que es algo que el lector aprecia, porque trata de encontrar cierto grado de complicidad. La verdad es que no sé qué méritos ha podido atribuir la gente. Muestro el lado miserable de las personas empleando un estilo simple, algo que podría llevar a la gente a menospreciar mi trabajo; sin embargo la crítica ha observado que detrás de esa exposición aparentemente simple hay una gran precisión, que todo está muy meditado, que me he documentado, y que no hay por qué ser un engreído para decir cosasimportantes. Hace unos meses declaraba estar aproximándose al escritor Max Frisch, cuando trabajaba con una obra... Confieso que en aquel momento me encontraba de lo más optimista, porque tenía el tema bastante encauzado. Cuando tienes una idea no sabes en qué momento se verá recogida en una historia o novela. Yo tuve una que pensé que podría darme qué contar, pero luego llegaron los avatares de la novela "Guárdame bajo tierra", y me robaron bastante tiempo. Me preocupan todas esas cosas que derivan de la condición de escritor. Al hablar de avatares, ¿se refiere a la concesión del premio y a la traducción de la novela? Sí. El escribir conlleva muchas más cosas de las que pensaba, que en cierto modo te apartan de la escritura. "Guárdame bajo tierra" se está alargando demasiado. Me gustaría escribir otras cosas. Ahora mismo estoy preparando dos cuentos. ¿Qué opina respecto a traducir la literatura vasca a otras lenguas? Como casi todo, esta realidad se puede contemplar desde distintos ángulos, alguno de los cuales me gustan más que otros. En cualquier caso, hay un aspecto a todas luces positivo, y es que ahora resulta bastante natural ver nuestras obras publicadas en castellano. Eso significa que nuestra literatura puede pasearse por España sin ningún tipo de vergüenza, y ésa, para mí, es la mejor de las noticias. Pero, por otro lado, la traducción también tiene sus riesgos, porque si terminamos por fijar nuestra mirada en el mercado castellano, teniendo como tenemos un mercado vasco tan reducido, cabe la posibilidad de que el mercado español adquiera un peso excesivo. Su novela "Guárdame bajo tierra" ha sido finalista del Premio Nacional de Narrativa. ¿Señal del buen momento que atraviesa la literatura vasca? Si la Real llegara a la final de la liga española todos estaríamos locos de contentos. La literatura vasca se pasea por España con toda dignidad. Así es como se debe entender la condición de finalista, al menos en mi caso. Pero el recurrir a la traducción puedecrear una situación de dependencia. No sé hasta qué punto condiciona nuestra producción, pero lo cierto es que corremos el peligro de escribir pensando en esa traducción. ¿Pensó en algún momento en que escribía la novela en la posibilidad de publicarla en castellano? La verdad es que no me dejo cegar por la traducción, porque la literatura vasca ya dio ese paso. Si una novela en euskera recibe buenas críticas, como ha sido mi caso, no creo que le lluevan críticas en castellano. La traducción me permite publicar en castellano, pero me parece muy difícil alzarme con buenas críticas. Tampoco hay que olvidar el aspecto de la promoción. Mi libro, a nivel estatal, puede recibir un par de críticas, mientras que en Euskal Herria las ha recibido a montones. Para mí es muy importante pertenecer a una pequeña cultura, porque sé que me encontraré con un corpus crítico que analizará mi novela. En cierto modo ya he demostrado que puedo publicar en castellano, pero no es algo que me emocione especialmente. Yo creo que a los autores vascos es el contexto lo que nos concede garantías, lo que nos capacita para seguir adelante. Sé que en castellano no voy a conseguir lo que he conseguido en euskera. Todo eso me despista. Hace un año que publiqué "Gorde nazazu lurpean", y todavía sigo dándole vueltas a lo mismo. Me gustaría jugar con nuevos elementos, porque al fin y al cabo esto no es más que un juego. Cree que la escritura es un juego... Sí, desde luego. Un juego quizás potente, pero un juego, que está adquiriendo una gran importancia en mi vida, porque es cierto que infiltro algunas de mis experiencias en la literatura. Es una especie de reflexión, una forma de revivir las cosas, incluso de conservarlas en la memoria. Cada vez estoy más convencido de que estoy montando otro mundo... En cuanto entro en él encuentro una forma de escapar de la realidad, pero sin dejar de hablar sobre la realidad. Críticas, premios y traducciones aparte, ¿qué le brinda la escritura a un autor? Cuandoestableces un objetivo en tu vida, y lo cumples, sientes una satisfacción enorme. Cuando se me ocurre una idea y veo que a partir de trozos de realidad puedo crear un mundo de ficción, no sé por qué, pero siento una gran alegría en mi interior. Ahora que los seres humanos nos realizamos cada vez menos, a mí la literatura me ofrece la posibilidad de transmitir una idea a través del papel, sobre la cual a su vez otros escribirán, reflexionarán y llegarán a sentir algo. Como persona, la literatura me ayuda a encontrar mi lugar en el mundo y a conocerme mejor a mí mismo. Pienso que en cierto modo también yo ayudo a los demás, porque habrá quien se vea reflejado en las dificultades y vaivenes de mis personajes, y encontrará un motivo para reírse de sí mismo. Todo eso me parece muy interesante, pero no deja de ser un juego. No hay que tomarlo demasiado en serio. ¿Cuándo supo que quería ser escritor? Recuerdo que de niño, o de joven, solía escribir imitando a Baroja. Hacía estampas de San Sebastián y cosas así. Luego llegó mi primera novela, "Egunero hasten delako", que la escribí porque veía que lo que se publicaba a mi alrededor no reflejaba mi mundo. Pensé en escribir algo, no buena literatura, pero al menos algo que se ajustara a los euskaldunes de mi generación. Y así lo hice. No porque me sintiera escritor, sino para llenar una laguna en euskera. Luego seguí escribiendo. Aunque me costara reconocerlo, quizás por ser demasiado orgulloso, había algo que me empujaba a escribir. Supongo que la ideología abertzale también tuvo algo que ver. Quizá, de no haber nacido en una cultura minoritaria, no me hubiera dedicado nunca a escribir. ¿Tiene algún objetivo o proyecto que no haya conseguido realizar? En mi entorno percibo que quieren que escriba una segunda versión de la novela "Hamaika pauso", más amplia, extensa y compleja, pero no me siento demasiado motivado. No creo que se trate de transmitir algo a través de una novela, sino de abrir un camino. Uno no puede decir todocuanto sabe o tiene que decir en un solo libro; puede que en varios. No trato de vaciarme en una novela, no me impongo tal cosa. Creo que por ahora haré cosas más simples, analizando la realidad parcialmente. Quizás dentro de unos años escriba una novela más completa, no lo sé. ¿Hasta qué punto se ve condicionado el trabajo del Saizarbitoria escritor por el Saizarbitoria sociólogo? Mi modo natural de mostrar las cosas, la realidad, es a través de la literatura. La sociología que más me interesa es la sociología de la observación, la de los gestos. Es posible que influya en mi tendencia literaria hacia la concreción, porque no suelo excederme en ampulosas descripciones, más bien trato de mostrar las cosas como son. Normalmente no hago trampas, procuro mostrar mis armas al lector, le hago ver hacia dónde voy. Muchas veces incluso le cuento el final de la historia. No trato de hacerle olvidar que está leyendo una novela, como unos afirman. En mi opinión, tanto el autor como el lector tienen que quedar fuera. El lector tiene que ser consciente de que está participando en un juego en el que es cómplice del autor. Eso es lo que más me interesa. Para mí es fundamental que el lector sea un cómplice. Puede que alguien diga que es una lectura científica, pero no estoy de acuerdo. Por eso mismo no me gustan esas largas y pesadas novelas. La realidad es la realidad; la ficción tiene que crear una realidad distinta. Sin embargo, hay ocasiones en las que, para poder entender la realidad, se debe recurrir la ficción... Desde luego. Para entender la realidad, muchas veces resulta más adecuado recurrir a un personaje de ficción que a uno real. Pero el personaje ficticio tiene que ser realista. No se puede montar una historia sobre algo que no tiene cabida en la realidad. El panorama que ofreces en la novela debe basarse en datos reales. Ramon Saizarbitoria (San Sebastián, 1944) Sociólogo. Ha publicado varios libros sobre los Servicios Sociales. Director del Centro SIIS de Documentacióne Investigación. En 1994 recibió el I. Premio Sustatu del Gobierno Vasco por su trayectoria profesional. A partir de los años 60 ha participado en casi todos los medios de comunicación vascos. En 1967 fundó junto con otros escritores la editorial LUR, y en los años 70 la revista literaria "Oh Euzkadi". En 1992 obtuvo el Premio de Periodismo Rikardo Arregi. En 1971 publicó el cuento "Kapitaina" en el libro "Hegatsez", aunque su faceta más conocida es la de novelista: "Egunero hasten delako" (1969), "Ehun Metro" (1976), "Ene Jesus" (1982), Premio de la Crítica, "Hamaika pauso" (1995), Premio de la Crítica, y "Bihotz bi" (1996), Premio de la Crítica. El destacable ensayo "Aberriaren alde (aberriaren kontra)" es de 1999. Sus últimas obras son "Gorde nazazu lurpean" (2000), Premio de la Crítica y Premio Euskadi de Literatura 2001, "Gudari zaharraren gerra galdua" (2000), "Rossetiren obsesioa" (2001) y "Bi bihotz hilobi bat" (2001). Fotografías: Teresa Sala Euskonews & Media 164.zbk (2002 / 4 26 / 5 3) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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