La revista Anuario de Eusko Folklore que publica la Fundación José Miguel de Barandiaran cumple 100 años, y no solo observa al pasado, sino que camina en el presente y también mirando al futuro.
La publicación científica, que ha recorrido un siglo, ha ganado en frescura gracias al trabajo de los últimos años. De hecho, desde el número 51 se ha ido renovando en distintos aspectos: se puede obeservar a primera vista en la portada, y una vez desplegado el anuario, nos damos cuenta de que la revista también se ha transformado en cuanto a contenido, uso lingüístico y autores, todo (en gran medida) de la mano de su director, Abel Ariznabarreta.
A lo largo de este siglo han sido muchos los temas tratados: en sus páginas y en mayor medida, se han podido leer investigaciones en torno a la etnografía, pero también ha tenido su sitio la arqueología, sobre todo en sus inicios, así como en el monográfico publicado en 2020, el número 54, que estuvo dedicado a la arqueología.
La pasión de Jose Miguel Barandiarán por la investigación le llevó a explorar diferentes caminos, entre ellos el Anuario de Eusko Folkore. Era el año 1921 y pretendía ser un escaparate para las investigaciones realizadas. Ha vivido diferentes etapas: desde su fundación hasta el inicio de la guerra; la etapa entre 1955-1978 (como publicación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi); 1979-1988 en el seno de Eusko Ikaskuntza y desde 1989 hasta la actualidad, como publicación de la Fundación José Miguel de Barandiaran.
En el segundo semestre de 2021 verá la luz el número 55 del Anuario de Eusko Folklore. Y también este año la Fundación José Miguel de Barandiarán pretende celebrar el centenario de un modo sencillo.