Ya se conocen las conclusiones del trabajo desarrollado la pasada primavera por el programa “Gestión democrática de la diversidad en Navarra: la mirada de la juventud”.
A fin de identificar las nuevas claves generacionales, en el año que termina la investigación del programa de trabajo impulsado desde 2019 por Eusko Ikaskuntza y el Gobierno de Navarra ha recabado la opinión de la juventud de la Comunidad Foral sobre aspectos como la complejidad identitaria y la pluralidad ideológica.
Dentro del programa, se constituyeron sendos grupos con jóvenes politizados y no politizados del norte y sur del territorio. El grupo de jóvenes no politizados se reunió dos veces, y quienes tenían marcado su perfil político lo hicieron en cuatro ocasiones. En todos los casos, se cuidó que la composición de los grupos fuera representativa de la pluralidad de la propia sociedad navarra, especialmente geográfica y políticamente. Se quiso analizar, por un lado, si las y los jóvenes podrían aportar una mirada diferente al debate político; por otro, si el grado de politización o ideologización podría provocar una desigualdad en la mentalidad de la juventud y, por último, enfocándose en la juventud politizada, si había posibilidad de acordar algún tipo de consejo o recomendación relativo a la Administración de Navarra.
Las conclusiones del estudio se vertebran en cuatro apartados: las relaciones entre el norte y el sur de Navarra, la mentalidad sobre el euskera, las ideologías políticas y el cambio generacional. En general, se observa que no hay una ruptura abrupta/total entre las concepciones de jóvenes y personas adultas, aunque la juventud está más abierta al diálogo y a la reflexión para hacerlo conjuntamente, y muestra una actitud crítica con muchas actuaciones políticas, sin llegar a plantear alternativas bien fundadas a las actuaciones políticas que establece la Administración navarra. Además, dicha juventud es consciente de que los cambios experimentados en la última década han contribuido a paliar la posible crispación en el clima político.
Todo apunta a que en la Navarra futura, en la que la actual generación joven tenga protagonismo, habrá menos polarización y una mejor convivencia. Sin embargo, aunque se corrobore la hipótesis de partida del estudio —que la juventud actual vive la problemática identitaria de manera distinta a las generaciones anteriores—, hay un importante matiz: pues aunque la juventud navarra se reconoce más tolerante (lo que resulta evidente en temas como la identidad sexual), “es difícil afirmar que a corto plazo se pueda vislumbrar un salto cualitativo en las características del debate social y político sobre la identidad nacional, la cultura o la lengua”.
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