Juan Mari Totorika: "La continuidad generacional de los caseríos no está del todo garantizada"

2002-05-31

EZKERRA, Estibalitz

Elkarrizketa: Juan Mari Totorika Juan Mari Totorika, responsable de las Asociaciones de Agricultura de Montaña Urkiola (Duranguesado) y Lea Artibai "La continuidad generacional de los caseríos no está del todo garantizada" * Traducción al español del original en euskera Estibalitz Ezkerra Juan Mari Totorika opina que al caserío le depara un brillante futuro, si bien advierte que tendrá que hacer frente a importantes desafíos que contribuyan a mejorar ciertos aspectos. Al mismo tiempo, subraya la imperiosa necesidad de contar con la participación de las nuevas generaciones. ¿Cuál es la situación actual de la agricultura? La situación de la agricultura, en general, va a mejor. Hay algunos sectores a los que les va bastante bien, y otros a los que no tanto, como se puede comprobar en las protestas de los que se lanzan a la calle en la mayoría de los casos, con motivo del precio de determinados productos . En cualquier caso, se puede decir que, después de haber superado una grave crisis, la agricultura se encuentra en un buen momento, y que además está cada vez mejor. En concreto, ¿cuáles son los sectores que mejor van y los que no tanto? Los que mejor están son los productos cuya calidad está garantizada, como por ejemplo los que ostentan el label vasco de calidad. En cambio, los productos al por mayor como por ejemplo la leche de vaca están atravesando un momento bastante delicado. Una de las mayores apuestas que se ha planteado el sector durante estos últimos años ha sido la de garantizar la calidad de sus productos de cara a los consumidores. De hecho, estos productos han obtenido unos resultados inmejorables. Ha señalado que la agricultura ha atravesado por momentos de gravedad que en cierto modo ya están superados. ¿Del todo superados? No, no. En este mercado, que es más amplio que nunca, la agricultura está sumida en un continuo proceso de renovación, al igual que los demás sectores, y por tanto los problemas nunca desaparecen definitivamente. Para losagricultores, el mejorar continuamente se ha convertido en una especie de reto diario. Algunos consiguen cumplir su objetivo, otros no. O al menos no con demasiada facilidad. ¿A qué se debe esa dificultad para alcanzar los objetivos? ¿Quizá a la falta o escasez de medios y subvenciones para los caseríos? Las subvenciones que se conceden en los distintos países de Europa son bastante parecidos, ya que es la Comunidad Europea la que determina la cuantía de las subvenciones. En ese aspecto, yo creo que en Euskal Herria andamos bastante bien. La cuestión es que en otras zonas de Europa cuentan con recursos naturales mucho mejores que los nuestros. Nuestra orografía poco tiene que ver con la de las Landas francesas. Y tampoco es lo mismo producir leche en los caseríos con todos los límites naturales que tienen desde el punto de vista de la infraestructura , o hacerlo en una central destinada específicamente a ello. Algunas dificultades proceden precisamente de esos límites naturales. Por otra parte, y desconozco si es un caso que se repite en otros países de Europa, los profesionales de nuestros caseríos están ya bastante entrados en años. El cambio generacional no está del todo garantizado, y si la situación sigue tal como está, no sé qué pasará dentro de unos años. Pero hoy en día existen escuelas creadas bajo la exclusiva finalidad de formar a los jóvenes para la agricultura. ¿Cómo valoraría su aportación? En las escuelas de agricultura estudian dos tipos de personas: los que proceden del ámbito rural, y los que proceden de las ciudades. Hasta ahora, el mundo de la agricultura ha atraído a mucha más gente de la ciudad que a baserritarras. De las escuelas han salido jóvenes con una formación bastante buena que, no obstante, al finalizar sus estudios han visto que no tienen dónde aplicar sus conocimientos. La agricultura está ligada a la tierra, conque por muy buena formación que uno tenga, si no dispone de tierras, no va a poder sacarle ningún provecho. No es comola industria, donde al menos un pequeño espacio permite montar una empresa o un despacho. En la agricultura se necesitan tierras. Hay mucha gente que se siente atraída por la agricultura, conque es normal que haya demanda de tierras. Lo que no sabemos es por qué los terratenientes de Euskal Herria están tan apegados a sus tierras; puede que por haberlos recibido en herencia o porque tienen la intención de especular. La gente proveniente de los caseríos ya tiene dónde trabajar (en el caserío de sus padres o en tierras de parientes), pero no todos cuentan con esa posibilidad. Es uno de los problemas que las escuelas de agricultura tienen ante sí. Ha mencionado el problema de la escasez de tierras. Con el transcurso de los años, las zonas industriales se han ido apoderando de cada vez más tierras y han dejado más bien poco para la agricultura. ¿Vislumbra alguna solución? No sé cuál podría ser. Lo cierto es que la mayoría de los baserritarras y profesionales se quejan de la falta de tierras con las que poder aumentar sus explotaciones. Los caseríos de este país son pequeños, de modo que para que las explotaciones resulten rentables tienen que contar con tierras. Pero no sabemos cómo solventar el problema. Sabemos que muchos baserritarras se han jubilado o están a punto de hacerlo, pero eso no significa que dejen de trabajar. Si antes han trabajado con vacas de leche, al jubilarse dejan de hacerlo y empiezan a trabajar con vacas de carne, que dan mucho menos trabajo. Así que, de un modo u otro, siguen vinculados a sus tierras. Seguramente con el tiempo habrá muchas más tierras, pero para darle una pronta solución al problema habrá que contar con el compromiso de muchos sectores. Tratándose de terrenos de dimensiones más bien reducidas, ¿surge algún tipo de complicación a la hora de introducir la tecnología? No creo que la tecnología suponga ningún problema. Las explotaciones que más tierras necesitan son las que tienen vacas de leche o de carne, y la tecnología que seaplica en esos casos es más bien simple. Sin embargo, para que las inversiones que se realizan en maquinaria resulten rentables hay que tener cada vez más tierras, y ahí es donde surge el problema. En lo referente a la vegetación, no hay muchas dificultades. Las explotaciones de los que tienen invernaderos están bastante bien dimensionadas. ¿En qué punto se encuentra actualmente la tecnología? En nuestros caseríos se aplica la tecnología más avanzada. Los baserritarras se mueven mucho, ya sea a través de los sindicatos o de la administración. El Agroturismo ha abierto una nueva puerta al caserío. ¿Cómo valoraría lo que se ha venido haciendo hasta ahora? El agroturismo, en su momento, se planteó como una actividad que complementaría la que se venía desarrollando en el caserío. En vista de que los caseríos de esta zona son bastante pequeños, y que su rentabilidad depende de grandes inversiones y de la disposición de tierras, se pensó en importar el modelo que se venía aplicando en varias zonas de Europa, en las que gracias al turismo obtenían beneficios nada desdeñables. Gracias a esta interesante alternativa, los pequeños baserritarras y los no tan "profesionales" cuentan con la posibilidad de obtener unas cuantas ganancias. En Euskal Herria, la potencialidad del agroturismo no está del todo desarrollada, con lo cual todavía podemos seguir abriendo nuevos caminos. ¿Se suele mirar hacia el exterior a la hora de decantarse por un determinado modelo o solución? ¿Se fijan en las soluciones que se adoptan en otros países? Sí que solemos fijarnos. Las cooperativas, los sindicatos y la Sociedad se mueven mucho por el extranjero para conocer distintos modelos de desarrollo. A través de Mendikoi, por ejemplo, nos mantenemos en contacto con otras zonas de Europa. Pero tampoco es que apliquemos todo lo que observamos en el exterior. Analizarlo sí, pero luego hay que adaptarlo a nuestra situación. Procuramos que todo cuanto aplicamos, el desarrollo en sí, sea autóctono. Nuestrastécnicas tienen que adaptarse a nuestros propios recursos y a nuestras propias necesidades. No podemos aplicar el modelo que rige en los Alpes europeos, por mucho que las circunstancias sean parecidas. Ha mencionado Mendikoi. ¿Qué papel desempeñan las instituciones ligadas a la agricultura? La mayoría de los baserritarras que realizan trabajos afines están asociados. Además, hay sindicatos que a su vez forman parte de otras organizaciones. Y cada zona cuenta con una sociedad de agricultura de montaña... En el mundo de la agricultura hay una gran variedad de sociedades que además mantienen una buenísima comunicación entre sí. En la Sociedad de agricultura de montaña, por ejemplo, desempeñamos tres tipos de funciones: por una parte, diseñamos proyectos; por otra parte, actuamos como intermediarios entre los baserritarras y la administración, y en tercer lugar gestionamos las ayudas que conceden el Gobierno y la Diputación, y ayudamos y aconsejamos a los baserritarras sobre cómo realizar inversiones. Al comienzo de la entrevista declaraba que el mundo del caserío tiene grandes retos ante sí. Dejando los retos de lado, ¿es posible augurarle un buen porvenir? En mi opinión, cada baserritarra tiene que encontrar su propio lugar, y para eso hay que trabajar duro, tanto en el aspecto de la formación como en el de la calidad. En casi todos los productos somos deficitarios, lo cual significa que de cara al mercado tenemos grandes oportunidades. Pero, claro, esos resultados deben ser además de calidad. En este momento sí que vislumbro un buen futuro. No obstante, el mercado exterior puede perjudicar considerablemente a los baserritarras. El mercado es muy amplio, conque los baserritarras de Euskal Herria saldrán perjudicados toda vez que la oferta exterior sea mejor. Ésa es la razón por la que mantengo que nuestra respuesta tiene que venir dada de la calidad de nuestros productos. Sabemos que muchos consumidores compran nuestros productos por el mero hecho de proceder de aquí,conque tenemos que aprovechar esa circunstancia, para que terminen por asociar nuestros productos a la calidad. Juan Mari Totorika En 1983 se licenció en Ingeniería Técnica Agrícola en León, y sólo le falta presentar el proyecto para titularse como Ingeniero. Ha trabajado para la Cámara Agrícola de Bizkaia, y desde hace trece años lo hace para la Sociedad de Agricultura de Montaña, tanto en Durangaldea como en Lea Artibai. Fotografías: Estibalitz Ezkerra. Caseríos, learjai.com Euskonews & Media 169.zbk (2002 / 5 31 / 6 7) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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