Koldo, dicen de usted que es experto en Molinos…
Bueno, eso de experto... Llevo muchos años investigando sobre molinos, desde el 82 o antes, y bueno, sé algo, cómo funcionan, cómo han evolucionado...
¿Qué es lo que más le interesa de estos ingenios hidráulicos?
Lo que más me interesa de estos ingenios es ver cómo ha vivido la gente por medio de ellos. Los ingenios son un instrumento para una sociedad que ha tenido que vivir de una forma determinada. Me interesa más sacar el aspecto humano que envuelve esos instrumentos que los instrumentos en sí mismos. Lo que más me llama la atención es el modo de vivir en ese medio.
De hecho, en el libro “Ingenios Hidráulicos en Eibar. Molinos, ferrerías, barrenos, ruedas hidráulicas y centrales eléctricas” ha dado mucha importancia a cómo vivía y trabajaba la gente en torno a los molinos.
Sí, eso es lo que más he querido reflejar, a lo que más importancia le he dado, aunque también es interesante la manera ingeniosa que tenían de producir una serie de materiales por medio de inventos que ellos hacían. Por ejemplo, los ingenios hidráulicos los acoplaban a un molino y así, mientras en una piedra molían el trigo o el maíz, en el otro barrenaban cañones.
Exterior de un molino en Elgoibar.
¿Cuántos molinos ha descubierto en Eibar?
Han sido 19 molinos, 3 ferrerías, 9 ingenios de barrenar cañones de armas portátiles, 6 ruedas hidráulicas y los inicios de las centrales eléctricas que se plantearon para ser utilizadas por el ayuntamiento.
¿Qué función e importancia tenía cada uno de estos tipos?
El molino era básico para la alimentación, importantísimo. En cuanto a los ingenios de barrenar cañones tienen más qué ver con la industria, si atendemos al modo que tenían de barrenar el interior de los cañones por medio de una fuerza hidráulica. Eso va evolucionando, se va convirtiendo en una rueda hidráulica, esa rueda hidráulica da movimiento a un montón de máquinas para tornear etc. y digamos que eso es otra evolución. En cuanto a las ferrerías, comienzan en el siglo IV o V, que son haizeolas, luego adquieren la energía hidráulica y así vemos cómo van evolucionando.
¿Hay algo que haya llamado su atención especialmemte?
Sobre todo me ha llamado la atención en Eibar, que a las dos ferrerías de Isasi, que han sido claves para la industria eibarresa, nadie les haya dado la importancia que en definitiva tenían. Incluso profesionales que había trabajando en esos ingenios fueron contratados para ir a ferrerías de Madrid y Toledo a enseñar cómo se trabajaba.
¿En qué época?
Estamos hablando de la época comprendida desde el siglo XVI al siglo XX.
Molino Solapeña de Araba. Se aprecia cómo entra el agua en el molino.
¿Esta es la época en la que los molinos estaban en pleno rendimiento?
En realidad estuvieron en pleno auge hasta finales del XIX, y ahí empieza la decadencia porque se van marcando leyes que van en contra de los molinos.
Hasta que desaparecen por completo..., ¿o queda alguno?
En Eibar no queda ninguno, en Elgoibar uno, en Lastur dos... Ya hice un trabajo sobre cuántos molinos había a fecha de 2002, más o menos. Tendríamos que retomar ese trabajo para ver cuántos siguen en funcionamiento. Pero diríamos que la mayoría de ellos quedan como museos para enseñar a las escuelas y demás. Ahora bien, con las nuevas formas de alimentación, hay panaderías que piden harinas especiales que salen de los molinos hidráulicos con las que se hacen panes, incluso la harina para los talos.
Pertenece a la junta directiva de ACEM, Asociación para la Conservación y Estudios de los Molinos, y uno de los fines de la asociación es su conservación, restauración y defensa. ¿Cuéntame qué se está haciendo en este sentido?
Estamos trabajando mucho. Tenemos una página web (www.molinosacem.com) donde puede dirigirse todo aquel que tenga interés sobre el tema o tenga algún problema porque le quieran echar su molino, por ejemplo, le damos una serie de soluciones. Es decir, les indicamos el primer paso a dar en cuanto a subvenciones, reparaciones, personas que puedan restaurarlos... Hay una labor muy importante.
Por otro lado, la asociación organiza congresos, llevamos organizados 8 congreso sobre ingenios hidráulicos y eso ha ido creado su importancia. Hay investigaciones de todo tipo importantísimas. En un principio los congresos eran a nivel nacional y luego han sido internacionales, viniendo gente de México, Italia, Francia, Polonia, Portugal... Se organizan en la península cada dos años.
Interior del molino Solapeña.
¿En otros países cómo es la situación de los molinos en cuanto a conservación? ¿A lo largo de la historia se le ha dado más importancia a mantenerlos en pie?
En Francia, por ejemplo, está muy avanzado, pero en otros países no tanto. Eso se puede observar muy bien en las actas de los congresos, en los datos que la gente va aportando, también en las normativas que hay en cada país.
¿De haberse conservado los molinos debidamente, hoy en día se les podría haber dado un uso práctico?
Sí, incluso se podrían haber utilizado para generar energía. En otros países como Holanda están utilizando los molinos para crear energía hidráulica que no tiene problemas. Se podría haber investigado y haberles dado una utilidad. Lo que no tiene sentido es el hacer una conservación sin ningún otro sentido que repararla para que a los dos años se quede ahí muerto. Hay que darle una función.
Lo que tampoco se puede hacer, y se ha hecho, es tirar las presas sin haber realizado, por lo menos, unos informes que indiquen información sobre la presa... si es útil o no es útil. Ahora se tira todo sin haber hecho un estudio previo.
Al final son elementos que forman parte de la historia de un pueblo...
Efectivamente. Siempre ha habido presas y los salmones han subido sin problema. Antes de tirar hay que estudiar las cosas. Yo entiendo que todo no se puede conservar, estamos de acuerdo, pero sí se pueden conservar elementos del patrimonio, o por lo menos estudiarlos, para saber de dónde venimos y hacían dónde vamos.
¿Qué es lo que le llevó a estudiar los molinos de Eibar?
Empecé con los molinos de Gipuzkoa, luego me dediqué a trabajar con los molinos de Elgoibar y me encontré información de molinos de Eibar. Y ahora quiero estudiar los del bajo Deba y luego el Alto Deba. Así que trabajo ya tengo...
Molino en Aldea de Ebro (Cantabria). Rodetes en pleno funcionamiento.
Koldo, pero aparte de molinos has hecho investigaciones de temas muy variados.
Sí, el estar con los grupos ETNIKER, haciendo la encuesta de Barandiaran para el Atlas Etnográfico de Vasconia, me ha dado pie a hacer otros trabajos. Además, en la revista que el Ayuntamiento de Elgoibar publica con motivo de las fiestas patronales, llevo unos 30 años, año tras año, escribiendo un artículo sobre diferentes materias.
Para muchos su obra más significativa es el estudio que realizó sobre el diccionario de Madoz.
Con los 16 libros de Madoz hice un extracto de todos los ingenios estaban alrededor de los molinos, ferrerías, canteras de piedras, prensas hidráulicas... extraje todo eso y saque 33.000 artefactos. Es una especie de índice para quien quiera investigar. Pongamos que alguien quiere investigar las ferrerías de Alkiza, pues en ese trabajo tiene una base que le va a permitir poder empezar a trabajar sobre esos ingenios.
Lleva investigando desde la década de los 80, pero ¿recuerda cuál fue su primer tema de investigación?
Sí, fue el molino de Urdanibia en Irun, donde hubo una exposición que me fascinó, después tuvimos buena acogida en el molino Oria Errota. Koldo Lizarralde Elberdin (Pasai San Pedro, 1950) Nacido en Pasai San Pedro en 1950, traslada su vivienda a Elgoibar en 1981 por motivos laborales. Historiador y etnógrafo vinculado al grupo “Etniker-Gipuzkoa”, ha realizado investigaciones de campo en Elgoibar desde el año 1988 para el “Atlas Etnográfico de Vasconia”. Perteneciente a la Sociedad de Estudios Vascos - Eusko Ikaskuntza desde 1989. Miembro de la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos (A.C.E.M.) desde su fundación en 1998.Es autor de varios artículos sobre temas históricos (acontecimientos históricos y personajes ilustres) y etnográficos (alimentación, juegos infantiles, ritos de pasaje, medicina popular, indumentaria, ganadería y pastoreo, la casa, agricultura, ermitas, música y danza, pelota, etc.) de Elgoibar, que ha aportado a trabajos como el Atlas Etnográfico de Vasconia, Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Cuadernos de Sección de Eusko Ikaskuntza, Revista de Fiestas de Elgoibar, etc. En solitario, patrocinados por el Ayuntamiento de Elgoibar, ha publicadolos siguientes libros: El Convento de San Francisco de Elgoibar (1990); Apuntes Etnográficos I (1994); El Hospital de San Lázaro y la Ermita de la Magdalena (1995); Elgoibar, los trabajos y los siglos (1995); Fiestas Populares en Elgoibar (1996); Apuntes Etnográficos II, Ritos de pasaje (1997); Elgoibar y sus molinos (2001); El viejo frontón de Kalengoien 1751-2003 Apuntes de la Historia de la pelota en Elgoibar (2003); Uraren indarra (2006). Ha formado equipo con Antxon Aguirre en varios frentes de investigación destacando la obra conjunta sobre Las ermitas de Gipuzkoa (2000) fruto de la Beca José Miguel de Barandiarán del año 1993, y la colaboración en el Tratado de Molinología de Antxón Aguirre. Fruto de sus investigaciones sobre los molinos, ha participado con sus trabajos en cuantas jornadas y congresos de Molinología se han llevado a cabo en España, formando parte del Comité Organizador de las Jornadas de Beasain sobre “Molinos y Energías Renovables en el año 2000”. También ha trabajado con Carmelo Urdangarin y José Mari Izaga en la investigación sobre oficios tradicionales, trabajo que ya tiene más de 10 volúmenes publicados. Fuente: Auñamendi Eusko Entziklopedia