Debemos promover una cultura de la acogida y la hospitalidad a través de espacios de encuentro, redes de familias, y comunidades acogedoras. Asimismo, debemos incidir en modelos educativos que gestionen debidamente la diversidad y la interculturalidad, y promover un conocimiento de las causas que originan la salida de las personas migrantes de sus países, desvelar estos motivos y confrontarlos con nuestro modelo de desarrollo y nuestras políticas públicas.
Por último, es necesario que los medios de comunicación visibilicen la contribución positiva que los y las ciudadanas de otros lugares realizan en nuestro país. Es fundamental normalizar su presencia en la vida pública y en las instituciones.