El sociólogo, escritor y euskaltzale Joan Mari Torrealdai recibió el Premio Manuel Lekuona 2015 en un acto celebrado el 12 de marzo en Martin Ugalde Kultur Parkea de Andoain.
Arropado por familiares, compañeros, colegas y amigos, así como por socios y socias de Eusko Ikaskuntza, Joan Mari Torrealdai fue objeto de público reconocimiento por toda una vida de trabajo a favor del euskera y la cultura vasca. En la tribuna, a su lado, le acompañaban Markel Olano, Diputado General de Gipuzkoa y el Presidente de Eusko Ikaskuntza, Iñaki Dorronsoro. Entre el público: Bakartxo Tejería, Presidenta del Parlamento Vasco; Ana Ollo, Consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales y Portavoz del Gobierno de Navarra; y Cristina Uriarte, Consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, entre otras personalidades y representantes del mundo cultural.
En la laudatio del premiado, Andrés Urrutia destacó la labor, abundante, fructífera y profunda de Torrealdai. Por un lado, su aportación al conocimiento del euskera a través de su producción escrita, los libros, y por otra parte su capacidad para traducir el conocimiento en acciones. Siempre “a beneficio y servicio del pueblo”. Esta dedicación, que arranca en los años sesenta y llega hasta hoy, le ha valido merecidos homenajes y premios, pero también grandes disgustos. En palabras de Andrés Urrutia, el espíritu de Torrealdai conecta directamente con el lema fundador de Eusko Ikaskuntza y de Euskaltzaindia: Asmoz ta Jakitez.
El Presidente de Eusko Ikaskuntza, Iñaki Dorronsoro, habló del significado del Premio Lekuona que desde 1983 reconoce trayectorias labradas fuera de las estructuras institucionales, sobre todo en los años más difíciles para la lengua y la cultura vasca. Y se preguntó qué hubiera sido de nuestro país de no haber tenido a estos “resistentes”. Tras un rápido repaso a su trayectoria, Dorronsoro señaló que la obra de Joan Mari Torrealdai es la de “un ser colectivo”. Y dirigiéndose directamente al premiado terminó así: “Joan Mari, tú no te perteneces solo a ti mismo. Ya no. Tal es nuestra identificación con tu trayectoria, con tu vida, con tu obra, tan unidos nos sentimos a tu ‘cadena’, que te consideramos como algo nuestro, íntimo, de lo que participamos todos”.Después de recibir la escultura diseñada por Remigio Mendiburu, Joan Mari Torrealdai evocó algunos pasajes de su vida. Dijo no considerarse un gigante de la cultura y del euskera, sino “un enano a hombros de gigantes”, de acuerdo con la famosa metáfora medieval. Ya que él ha ido edificando a partir del trabajo de los “gigantes” que le han precedido. Entre quienes han formado parte esencial de su vida empezó citando a su familia, para continuar con Arantzazu, Jakin, Elkar, Egunkaria y Euskaltzaindia; y también tuvo un recuerdo personal hacia compañeros de viaje que han participado en esa “obra colectiva” ahora premiada.
Cerró el acto el Diputado General de Gipuzkoa, Markel Olano. Quiso reivindicar públicamente “la figura total de Joan Mari sin excepciones”. Denunció el ataque y las arbitrariedades que sufrió por parte del sistema judicial español que condujeron al cierre del periódico Euskaldunon Egunkaria. En un momento trascendental para el euskera y la cultura vasca como el actual, subrayó el valor de referente que tiene Joan Mari Torrealdai.A la finalización del acto, se distribuyó el libro bio-bibliográfico publicado por Eusko Ikaskuntza en su colección “Premio Manuel Lekuona”, escrito por el propio Joan Mari Torrealdai (se encuentra también en la Red).
