Lourdes Otaegi. Profesora de literatura: El Renacimiento Vasco aportó una generación de escritores de alto nivel literario

2011-10-14

SILLERO ALFARO, Maider

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

El Ayuntamiento de Donostia ha organizado, junto a Eusko Ikaskuntza, una serie de conferencias y mesas redondas para homenajear a Aitzol y el renacimiento cultural vasco / Euskal Pizkundea. Los actos tendrán lugar los días 19, 20 y 21 de octubre en el Museo San Telmo de la ciudad. Este año se cumplen 75 años de la muerte de Joseba Ariztimuño, Aitzol, escusa perfecta para recordar aquel movimiento cultural del Renacimiento vasco.

Antes de preguntar qué fue el Renacimiento Vasco, convendría analizar el contexto en el que se produjo. ¿Cuál era la situación político-social de Euskal Herria por aquel entonces?

Después de que terminara la segunda Guerra Carlista y se produjera la abolición de los Fueros, se inició un proceso de toma de conciencia identitaria en el mundo de la cultura vasca. Puede decirse, por tanto, que el Renacimiento Vasco se produjo, en términos generales, con la abolición de los Fueros. Koldo Mitxelena señala en su Historia de la Literatura Vasca que tanto carlistas como liberales eran conscientes de que ese cambio socio-económico, esto es, la supremacía de la corriente liberal, había modificado el contexto existente hasta entonces, de forma que en este nuevo escenario la cultura vasca queda en una situación de extrema debilidad ante la modernidad. Es en este escenario en el que va surgiendo paulatinamente la toma de conciencia de la condición de euskaltzale, que se va desarrollando en el contexto de las circunstancias políticas del Estado Español. Posteriormente, con la creación del Partido Nacionalista Vasco por parte de Sabino Arana, ese sentimiento se fue materializando ya en posiciones ideológicas políticas más concretas. Es decir, que surge un elemento nuevo, el del nacionalismo, que es el que proporciona un molde concreto a este movimiento.

¿Y a qué denominamos Renacimiento Vasco?

El proceso mencionado se va incrementando y en el período anterior a la Guerra Civil (1926 – 1930) comienza un período de florecimiento. El Renacimiento Vasco, en concreto, se denomina a la década de 1926 - 1936. En esa época surgen en el panorama cultural vasco nuevos escritores, nuevas revistas... existe todo un proyecto para la renovación y la recuperación de la cultura vasca.

Por lo tanto, ¿ese período entre 1926 y 1936 constituye lo que se denomina el Renacimiento Vasco?

Esa década es la más intensa. El Renacimiento Vasco se da en paralelo con otros movimientos renacentistas del Estado Español y de Europa. El Renacimiento Vasco o Euskal Pizkundea, la Renaixença catalana y el Rexurdimento gallego son parientes cercanos, movimientos de recuperación cultural que se generan en estas pequeñas nacionalidades y que se extienden tanto al ámbito cultural como otros ámbitos: histórico, antropológico, recuperación del folklore... Además, aparecen nuevas producciones que expresan esa noción identitaria. Una producción artística que en ese momento es innovadora, pero que, además, aporta peculiaridades identitarias. Lo más significativo ocurre en la literatura, se manifiesta con la particularidad de la producción literaria en euskara, que se empieza a utilizar ya como lengua cultural.

“Puede decirse, por tanto, que el Renacimiento Vasco se produjo, en términos generales, con la abolición de los Fueros”.

¿Qué supuso el Renacimiento Vasco para Euskal Herria? ¿Qué aportó a nuestra cultura actual?

Diría que aportó la primera producción cultural de alto nivel. Dentro de la literatura vasca, los escritores del Renacimiento Vasco son muy distintos de los anteriores poetas románticos. Poseen unas características innovadoras y comienzan a hacer literatura con una ambición literaria universalista. Por lo tanto, podríamos decir que, desde la perspectiva de la proyección, es la primera vez que estos escritores piensan en abrirse al mundo, que aunque escriban en un idioma minoritario, están en primera línea y actúan al mismo nivel que los demás, y trabajan con ese espíritu. En este caso, ambición y logros se unieron y el fruto de esa unión es un valor literario que permanece en pie. Desde ese punto de vista, podemos decir que crearon un tesoro que aun hoy en día podemos valorar.

¿Es Aitzol el personaje más central de ese movimiento? ¿Podríamos atribuirle a él la paternidad del Renacimiento Vasco?

Aitzol adquiere un gran protagonismo como promotor. Él no era un escritor, escribía en euskara pero no tenía suficiente habilidad; por su formación, utilizó mucho más el castellano, ya que profesionalmente ejerció más fuera de Euskal Herria. Pero en tareas de organización y promoción, era inigualable. En 1930, cuando asumió las riendas de la institución denominada Eukaltzaleak, ya sabía cómo incidir en la sociedad, cómo buscar fuentes de financiación y cómo organizar perfectamente las actividades necesarias para la promoción, tales como concursos, publicaciones, campeonatos, mítines y demás. Es decir, que en ese período de 1930 a 1936, le corresponde todo el protagonismo en lo referente a las tareas de organización de los procesos que precisaba la literatura vasca para llegar a su mercado.

Aitzol estuvo en el seminario de Gasteiz y fue allí donde entró en contacto con otros personajes importantes de la cultura vasca. ¿Fue tal vez eso lo que le impulsó a llevar a cabo su tarea?

Sí, se puede decir claramente que fue así. Cuando estaba estudiando con los jesuitas, tuvo relación con Orixe, pero entre ellos surgieron desavenencias. Según parece, en la Compañía de Jesús le cerraron el camino y por eso tuvo que marcharse al seminario de Gasteiz. Allí coincidió con profesores como Barandiaran y Lekuona y, qué duda cabe, en contacto con esos dos profesores, no tenía más remedio que avanzar en lo que respecta a su amor por la cultura y la lengua vasca. Creo que la relación con Lekuona fue especialmente determinante en el trabajo que haría sobre el bertsolarismo.

De ellos aprendió que existía una serie de elementos y de tradiciones que nos caracterizaban como pueblo, unos componentes que dotaban de plenitud a esta identidad. Pero creo que la influencia de Lekuona fue más definitiva, ya que fue él quien le puso al corriente de la literatura popular vasca y quien le familiarizó con el bertsolarismo. De esta manera, Aitzol se fue dando cuenta de que la literatura vasca tenía su propia tradición y de que poseía peculiaridades propias que merecían un reconocimiento. Y fue así como en 1935-36 se le ocurrió la idea de organizar los campeonatos de bertsolaris. Por un lado, porque era el reconocimiento de que la literatura vasca había sido una literatura oral y de que tenía sus figuras y sus características propias, y por otro, porque sabía que eso iba a conectar con el gran público. Quería que el público se acercara a las nuevas manifestaciones de la cultura vasca, y para eso escogió la vía del bertsolarismo.

“Dentro de la literatura vasca, los escritores del Renacimiento Vasco son muy distintos de los anteriores poetas románticos. Poseen unas características innovadoras y comienzan a hacer literatura con una ambición literaria universalista”.

Unos campeonatos que en la actualidad cuentan cada vez con más público...

Sin duda alguna. Surgieron en aquel momento y fue entonces cuando se afianzaron algunas de sus actuales características. Anteriormente ya existían campeonatos de bertsos, empezando por Iparralde, con la celebración de los Lore Jokoak, pero eran campeonato de versos escritos que, por supuesto, luego se imprimían, se difundían y se cantaban. Pero la idea esa de organizar campeonatos de versos improvisados en directo surgió en la época del Renacimiento Vasco. La idea era añadir nuevas características a la actividad del bertsolarismo. Por un lado, un alto nivel, renovación de temas, puntos de dificultad... y por otro, dar a conocer los nombres y las caras de los bertsolaris al gran público. Para eso utilizó la radio, las fotografías de prensa... Así, por ejemplo, son bien conocidas las fotos de Txirrita sentado junto a bertsolaris.

El Renacimiento Vasco no se dio solamente en los ámbitos de la literatura y del bertsolarismo. Pertenecen también a esa época diversas revistas, instituciones culturales, etc.

Sin duda alguna, ellos pretendían abarcar todos los ámbitos de la cultura y, en ese sentido, fue Eusko Ikaskuntza la entidad con una personalidad más completa, ya que trataba de estudiar la producción identitaria vasca en los diferentes campos científicos, como por ejemplo en el ámbito de la historia, de la sociología, de la enseñanza, etc. En el ámbito literario, querían promocionar los distintos géneros literarios, y los resultados más espectaculares se consiguieron especialmente en el ámbito de la poesía, pero también se dedicaron al teatro, a la narrativa... Lo que ocurre es que fue en el campo de la poesía donde se consiguieron resultados a corto plazo y es cierto que se dio un mayor protagonismo a la producción poética, sobre todo porque pensaban que el público conectaba con la poesía de una forma más directa, más emocional. Si bien el teatro también contaba con un público muy numeroso, sobre todo en Donostia, pero también en los pueblos. El teatro era una de las actividades más cercanas, pero también tenía grandes exigencias: escribir una obra de teatro no es algo que se realice de un día para otro, no se improvisa, necesitas actores, temas que había que aprender de memoria, nadie era profesional...

¿Tuvo el Renacimiento Vasco un desarrollo distinto en los diferentes territorios de Euskal Herria?

Podríamos decir que sí. La actividad de Aitzol se sitúa, sobre todo, en Donostia. Donostia fue la sede del Renacimiento Vasco, en gran medida porque él vivía en Donostia, porque sus actividades las daba a conocer mediante el diario El Día, que se editaba en Donostia, en el que recibía los originales y desde el que controlaba todo lo que se publicaba... Por otro lado, también tenía su sede en Donostia la revista quincenal Argia, que era un importante medio de prensa. En El Día se utilizaba muy poco el euskara, pero Argia se publicaba íntegramente en euskara. Los periodistas que trabajaban en esta revista fueron los que empezaron a partir del 31 a emitir programas de radio en euskara desde Donostia. Por lo tanto, puede decirse que muchos de los pilares del Renacimiento Vasco se situaban en Donostia. En Bilbao había otro importante foco: allí se encontraban distintas instituciones culturales, estables a su manera, relacionadas con el Partido Nacionalista Vasco, como por ejemplo la revista Euskerea, el periódico Euzkadi, que era el de más tradición e influencia, también estaban en Bilbao Euskaltzaindia y su principal agente, Azkue... por lo tanto, podríamos decir que el Renacimiento Vasco tenía dos focos pero, si nos centramos en Aitzol, su principal campo de actuación fue Donostia. Tampoco se puede olvidar la influencia del periódico de Baiona, Eskualduna (1987-1944), dirigido por Jean Hiriart-Urruty.

Hemos mencionado a Aitzol, pero, ¿qué otros autores podríamos situar en esa época?

Aitzol trabajó en la institución Euskaltzaleak, que nació bajo el auspicio de Eusko Ikaskuntza, en 1926, al igual que Euskaltzaindia, en 1918. Su funcionamiento se realizaba íntegramente por medio de Eusko Ikaskuntza en cuanto a afiliación, difusión de información, reuniones... y estuvo dirigida por José María de Agirre, Lizardi, hasta que, en 1930, Aitzol asume su dirección. Lizardi fue el organizador del primer el proyecto de Euskaltzaleak. En la época en la que permaneció bajo su control, funcionaba mediante la fórmula denominada bottom-up, esto es, el pueblo es el protagonista y el agente de la actividad popular y, a partir de ahí, esa actividad llega a las instituciones. Euskaltzaleak, tal y como lo montó Lizardi, era una actividad popular, es decir, estaba formada por comisiones en los pueblos, donde se pensaban las actividades y, posteriormente, con la ayuda de Euskaltzaleak, se difundían. De este modo, las actividades estaban mucho más arraigadas. Otorgaba una gran importancia a la creación de escuelas vascas, quería incidir sobre todo en la conservación del euskara, pero en esa conservación de generación en generación, el protagonismo principal se lo atribuía a la escuela. También pretendía desarrollar la prensa vasca y uno de sus objetivos era convertir la revista Argia de medio quincenal en diario. Por lo tanto, sus proyectos tienen algunas concreciones.

Podríamos decir que cuando Aitzol se hizo cargo de Euskaltzaleak la convirtió en una actividad cultural organizada desde arriba hacia abajo, ya que Aitzol busca fuentes de financiación, con las que crear instituciones, como por ejemplo el periódico, el diario que puede controlar totalmente y mediante el cual informa a la población de todas las actividades que organiza la institución. Por lo tanto, podríamos decir que impulsa el movimiento en otra dirección. Habría sido maravilloso que ambos pudieran haber compartido la dirección de aquella institución durante más tiempo, pero llegó la guerra.

“El nacimiento de la mujer escritora vasca estaba muy relacionado con la condición de euskaltzale”.

Aitzol, Lizardi... ¿algún otro?

En esas actividades impulsadas por la institución Euskaltzaleak, tanto en su primera fase como en la segunda, surgieron las principales figuras: Antonio María Labayen en el ámbito del teatro, y en el de la poesía Estepan Urkiaga, Lauxeta, así como el mismo Lizardi, Orixe, el cura Luis de Jauregi... el joven Juan Arana Loramendi... y otros muchos nombres.

También las mujeres comenzaron a tener una importancia especial en esa época. Ellas también salieron al mundo, demostrando que eran capaces de escribir.

La participación de la mujer en la literatura vasca ha sido una función muy aislada, que se ha dado siempre bajo unos condicionantes concretos. Sin embargo, ese es el momento en el que se desarrollan las nuevas generaciones y grupos de escritoras. En cierta medida, está relacionado con el proceso de institucionalización del euskara. Podríamos decir claramente que, antes que Euskaltzaleak, fue el Partido Nacionalista Vasco el que mediante un proceso interno comienza poco a poco a darse cuenta de la función del la mujer en la enseñanza y en el ambiente familiar, de que constituyen un eslabón irrenunciable en la cadena de transmisión del euskara, tanto a la hora de transmitirlo a los hijos, como a la hora de ejercer de maestras en las escuelas vascas.

Entonces, es ahí donde la mujer empieza a adquirir un protagonismo y, en nombre de ese protagonismo, se le otorga un lugar en la prensa, en la radio y en los actos públicos. Por mencionar un ejemplo, en 1930, hicieron un acto de homenaje titulado “Emakumeak euskarari maite-agurra” en el elegante teatro Victoria Eugenia. ¿Por qué las mujeres y no todos los demás? Está claro que en nombre de esa función que he mencionado quieren conseguir la adhesión de la mujer al proyecto de conservación del euskara, porque la consideran un elemento fundamental para ello. Se dan cuenta de que para que el euskara perdure y se transmita de generación en generación, ha de pasar por boca de la mujer. Si no, es imposible que el euskara perdure.

No es algo que suceda en nombre del feminismo, sino que se debe únicamente a su funcionalidad. Es decir, que los abertzales convencidos e identificados con la conservación del euskara vieron claro que era necesaria la implicación de las mujeres. Y para conseguir dicha implicación tuvieron que darles un mayor protagonismo, para lo cual les ofrecieron un lugar en los medios de comunicación y les pidieron que escribieran. Las primeras mujeres escritoras aparecen en 1922, en el organismo Eusko Emakume Abertzale Batza, creado por el PNV. Ese es el primer promotor. Se trata de un organismo autónomo, cuyo objetivo es impulsar a las mujeres escritoras hacia distintas actividades. Posteriormente, cuando las mujeres salen al ámbito profesional, muchas de ellas son profesoras, ven que se trata de un campo en el que tienen mucho que hacer y en el que tienen voz, y a partir de ese ámbito funcional (madre y profesora) poco a poco se les van abriendo otros caminos. A algunas se les abre el camino como escritoras, a otras como conferenciantes o como recitadoras. Por ejemplo, en ese acto del Kursaal que he comentado, destacan la profesora Barrena y otras muchas. La zarauztarra María Etxabe comienza con el tema “Emakumea eta euskara”, pero termina hablando sobre filosofía y existencialismo. Por lo tanto, es por ahí por donde empiezan, porque se les solicita que salgan al mercado, pero una vez que están en el mercado, empiezan a ganar terreno y, si hubieran tenido más tiempo, sin duda alguna habrían surgido figuras más importantes.

Es decir, que la participación de la mujer no se produjo de una manera natural...

No, el nacimiento de la mujer escritora vasca estaba muy relacionado con la condición de euskaltzale. En 1930 sucede algo importante. En el congreso español se aprueba el sufragio femenino y se dan cuenta de que ahí había un montón de votos que había que ganarse. Las mujeres aparecieron como un mercado de votos y por eso se empezó a dar un mayor protagonismo a la mujer. En ese momento, por ejemplo, de repente entraron más mujeres en Eusko Ikaskuntza, había más firmas de mujeres en prensa. En general, se daban cuenta de que las mujeres eran más efectivas para transmitir determinadas emociones, sobre todo la maternidad, los valores familiares, el afecto hacia la lengua... No sucedió de forma natural, pero eso fue lo que produjo el surgimiento de las primeras mujeres escritoras. Lourdes Otaegi (Beizama, 1959) Doctora en Filología Vasca por la Universidad de Deusto (Bilbao). En la actualidad (2011) es Agregada del área de la Teoría Literaria y la Literatura Comparada en la Universidad del País Vasco. Ha publicado ensayos y artículos en torno a Xabier Lizardi y otros escritores de preguerra, y también sobre escritores vascos posteriores. Es autora de los siguientes libros: Xabier Lizardiren kazetari-lanak (Edit. Erein, 1988), Lizardiren poetika (Edit. Erein, 1994), Xabier Lizardi. Euskera Andiki-Soñekoz (Edit. Asociación de Escritores en Lengua Vasca, 1995), Gerbault bakartia (Edit. Erein, 1996), la biografía Jose Ariztimuño “Aitzol” (Gobierno Vasco, 1998), Jon Mirande (Gobierno Vasco, 2000), Bernardo Atxaga. Egilearen hitza (Labayru, 1999) y Joseba Sarrionandia. Marinel zaharraren kantua (Labayru, 2000). El 31 de enero de 2003 fue nombrada académica correspondiente de Euskaltzaindia. Ha coordinado las labores de la Comisión de Investigación Literaria de Euskaltzaindia en la redacción de Literatura terminoen Hiztegia (2008). Fuente: Auñamendi Eusko Entziklopedia
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