Hace un mes escaso que se inauguró el Centro Internacional de Innovación en Políticas de Igualdad. ¿Cuáles han sido las primeras impresiones?
En realidad, la asociación como tal empezó a funcionar en enero. Antes de la apertura del centro ya habíamos hecho una campaña a la que llamamos berdintasuna.com, con la que pretendíamos ir poco a poco haciendo campaña de sensibilización y de tanteo. La campaña, que duró de abril a junio, denunciaba las desigualdades y ahora, con la apertura del centro, pretendemos que se dé un paso más hacia la igualdad. Ahora podemos empezar a desarrollar actividades y a lograr el objetivo.
¿Y cuál sería ese objetivo final? ¿llegar a una sociedad totalmente igualitaria?
Nosotras vamos hacia la igualdad real. Hay leyes de igualdad y otras cosas que nos hacen ver que la igualdad existe; y sobre el papel puede que así sea, pero la igualdad real es mucho más que el papel. Es el día a día, los comportamientos, las actitudes y la situación real en la que las mujeres se encuentran en esta sociedad. Lo que buscamos, al igual que otras muchas asociaciones, es la igualdad real de mujeres y hombres.
¿En qué sectores de la sociedad se da una mayor desigualdad hoy en día?
Desigualdad hay en todos los sectores. Evidentemente, puede ser más visible en unos ámbitos que en otros, pero aunque aparentemente parezcan igualitarios, si analizas te darás cuenta de que no es así. Por ejemplo, el ámbito de la educación es visiblemente un ámbito bastante igualitario. Es más, podría decirse que está dominado por las mujeres, y aunque en los niveles inferiores de la educación sea así, según vas llegando a la Universidad y miras cuántas catedráticas y catedráticos hay y miras cuántas rectoras y rectores hay... está dominado por hombres.
http://www.ciinpi.com/
¿En temas de igualdad se hace el mismo hincapié en la empresa privada y en la empresa pública?
La diferencia es que las leyes afectan directamente a las administraciones y a lo público. Se tienen que aplicar las leyes y por eso los sistemas de equidad están más controlados en cualquier sistema de selección y de formación. El problema viene en los cargos y en las designaciones que se hacen sin pasar por un proceso de selección. Mayoritariamente hay más hombres que mujeres en los lugares de decisión, también en las empresas públicas, y no digamos en las privadas. La ley de Igualdad sólo se aplica en las empresas muy grandes, en las pequeñas depende de la voluntad del jefe o propietario.
Lo que está claro es que en esta sociedad la igualdad de forma natural no se genera. Hay que impulsarla, lo que no sé si desde arriba o desde abajo...
Desde todas partes. Es verdad que desde abajo se lleva muchísimos años impulsando y hasta que no han habido leyes muchas cosas no han cambiado o no se han puesto en marcha. Por desgracia, sólo con el movimiento social no se están consiguiendo las cosas. Lo que tiene que haber es un cambio de mentalidad de la sociedad para que las cosas cambien de forma natural. Pero como eso es muy difícil, y se llevan muchos años trabajando sin los resultado esperados, no ha habido más remedio que imponer algunas cosas por ley; las cuotas, por ejemplo. Puede haber a quien no le parezcan bien, pero si no, ni tendríamos el parlamento que tenemos con la representación de mujeres que tenemos, ni habría gobiernos paritarios, ni muchas otras cosas. Evidentemente no es suficiente, pero son pequeños pasos que se van dando mientas conseguimos que haya un cambio de mentalidad que nos lleve a la igualdad de forma natural.
Ha comentado que se han hecho cosas que no han funcionado como se esperaba. ¿A qué se refiere?
Las instituciones, y también la propia sociedad, llevan muchos años haciendo campañas a favor de la igualdad y en contra de la violencia. No es algo de hace 5 años. Parece que hay cosas que caen por su propio peso, pero... Un caso concreto es el de la juventud. Los chicos y las chicas de 18 años creen que viven en un sistema igualitario porque se ven en los mimos sitios: están en los bares, están en la universidad... y les parece que eso es la igualdad. Sin embargo, en las relaciones de pareja entre adolescentes hay una desigualdad evidente entre hombres y mujeres. Hay una violencia que está enraizada y que en la juventud también existe.
Los jóvenes, sobre todo las chicas, comienzan a darse cuenta de que no hay igualdad cuando empiezan a trabajar: cuando, aún habiendo tenido mejores resultados académicos que el compañero, él progresa en el trabajo y ella no; o cuando va a vivir en pareja y se encuentra con que la persona que le acompaña, en este caso si es un chico, no tiene asumida la corresponsabilidad en el cuidado y en las labores domésticas y empieza a tener una doble jornada... Te das cuenta de que todo el trabajo que se está haciendo a favor de la igualdad y en contra de la violencia todavía no ha arraigado en la juventud. Es una pena y demuestra que todavía queda mucho por hacer.
“Hay leyes de igualdad y otras cosas que nos hacen ver que la igualdad existe; y sobre el papel puede que así sea, pero la igualdad real es mucho más que el papel. Es el día a día, los comportamientos, las actitudes y la situación real en la que las mujeres se encuentran en esta sociedad.”
¿Qué tratamiento se le da los colegios a este tema?
Se lleva años trabajando en algunos centros con programas de prevención de violencia, pero sólo con lo de la escuela no es suficiente. Si bien es necesaria la educación en valores, la educación en igualdad, la coeducación desde muy pequeños... la realidad es que en la escuela están el tiempo que están y muchas veces el trabajo que se puede hacer desde la escuela, luego se estropea desde la familia o desde la sociedad. Tenemos que estar todos coordinados porque podemos llegar a confundir a los niños. No puede ser que en la escuela les digamos que las cosas son de una manera y luego vayan a casa y se encuentren con la triste realidad. Estos son mensajes muy confusos, y siempre se va atender a elegir lo más cómodo. Se está trabajando, sí, pero tiene que ser coordinado. La propia sociedad tiene que mandar los mensajes desde todas partes: la escuela, la familia, los medios de comunicación, las redes sociales en las que están integrados los adolescentes, la publicidad... con que un agente trabaje no es suficiente.
Pero todavía existe la creencia de que los intereses de las mujeres están en conflicto con los intereses de los hombres.
Durante mucho tiempo se ha pensado que la igualdad es cosa de mujeres y que sólo les interesa a ellas. Ellas son las que están en una situación de inferioridad y lo que buscan es equipararse a los hombres e incluso superarles, en algún caso. Evidentemente, mientras sigamos pensado que la igualdad es cosa de mujeres, el avance va a ser limitado, porque mientras las mujeres avanzan y se empoderan, los hombres están cambiando, pero mucho más lento. ¿Qué pasa? Que mientras las mujeres han entrado en el ámbito de lo público, los hombres no han entrado en el ámbito de lo privado en la misma proporción. Nos encontramos con que las mujeres tienen una doble jornada; trabajan fuera y dentro de casa, y los hombre siguen trabajando en lo público, pero en casa no se ha implicado suficientemente. Esto lleva a muchos conflictos porque la doble jornada de la mujer pasa factura tanto a las mujeres como a la convivencia y es muy duro.
Ese paso que tienen que dar los hombres a asumir responsabilidades en el ámbito privado es muy difícil de que cale porque se interpreta como más trabajo, en lugar de como una parte más de las personas. El cuidado de las personas mayores, de los niños y el trabajo doméstico son parte de la vida, tanto de los hombres como de las mujeres. Parece que hay un conflicto de intereses, pero en realidad no es así porque la igualdad debería ser un interés tanto de los hombres como de las mujeres para que la sociedad fuera mucho más justa. Esto es un estereotipo y un hándicap que tenemos que romper. A lo mejor los mensajes de las mujeres no han sido lo suficientemente pacíficos y conciliadores, pero también hay que entender que la lucha es dura, que las situaciones son duras y que a veces hay que utilizar mensajes que parecen agresivos, pero que en realidad lo que denotan es una necesidad de implicación por parte de los hombres y de hacer el camino juntos, porque si no, no es posible la igualdad.
¿Cuáles son las líneas de trabajo del Centro Internacional de Innovación en Políticas de Igualdad?
El centro tiene 3 pilares: por una parte lo que ya hemos comentado de la reconciliación entre mujeres y hombres; en el sentido de hacer ver que hay que ir juntos en el camino. En segundo lugar, el crear una masa social; una especie de red entre las asociaciones y organismos que trabajan en este tema porque nos hace falta un poco de coordinación para crear una masa social que responda, como un músculo social que se mueva y posibilite tirar para adelante entre todos y con fuerza. El tercer pilar sería un laboratorio de ideas para recoger, desde todos los sectores de la sociedad, el trabajo que se está haciendo en cuanto a políticas públicas de igualdad, analizar el trabajo para ver qué es lo que se puede seguir haciendo y que desde la sociedad se marquen las pautas de por dónde queremos ir porque es verdad que las instituciones no llegan a todo. Cumplen, hacen los planes y los evalúan, pero es muy difícil llegar hasta abajo. Hay que hacer un trabajo también de abajo a arriba, hay que posibilitar a las instituciones que tengan un trabajo ya hecho para que puedan partir de algo más real. También queremos crear entre todos nuevas estrategias de trabajo.
Lleva bastantes años luchando por la igualdad, ha estado en Emakunde y lo ha seguido de cerca, pero ¿se ha notado una evolución en estos últimos años?
Sí ha habido evolución, pero recibes una de cal y otra de arena. Ves que muchas cosas han cambiado y que en algunos ámbitos vamos dando pasos, pero por otro lado te vienen jarros de agua fría; por ejemplo en estudios que se hacen con la juventud y que verdaderamente dan pena. Queda mucho por hacer y no estamos mandando el mensaje como es debido, hay que cambiar las estrategias porque el proceso va muy lento. Queremos que sea rápido y realmente el cambio de mentalidad es lento. Piensa, vivimos en una sociedad patriarcal y de repente, intentar cambiar eso en poco tiempo es difícil. Hay cosas tan obvias y con las que teóricamente todo el mundo está de acuerdo... pero luego los hechos son otros. No podemos decir que no se hayan dado avances, ¡estaría bueno! Pero es triste que haya cosas que las tengamos asumidas en el discurso y en la realidad no se hagan y no se pongas los medios para que así sea.
¿Para ti, personalmente, qué supone trabajar en una asociación que ayuda al progreso de la sociedad?
Para mí es un proyecto muy ilusionante porque como has dicho, a parte de mí, hay otras personas, como Izaskun Moyua, que han estado trabajando muchos años en Emakunde y en otros sitios. Además es un mundo que engancha mucho, y es un objetivo tan maravilloso que siempre te queda ese gusano que te come por dentro y que te hace pensar que tienes que seguir en esto. Nosotras teníamos claro que aunque no fuera en las instituciones teníamos que seguir aportando nuestro granito de arena y ayudando a la sociedad para que avance en igualdad. Estamos muy contentas e ilusionadas y lo que queremos es aportar y colaborar con la gente. Que la gente se una a los proyectos que ponemos en marcha y a ver si entre unos y otros podemos seguir adelante. La asociación es mixta y queremos a hombres y mujeres para seguir adelante y conseguir el objetivo de todos y de todas. Miren Arantza Madariaga Aberasturi (Gautegiz-Arteaga, 1967) Es licenciada en Derecho por la Universidad de Deusto y ejerce como abogada desde 1993. Es, además, Agente de la Propiedad Inmobiliaria desde 1994. Ha sido concejala del Ayuntamiento de Gautegiz-Arteaga desde 1991 hasta 1995 y Alcaldesa del mismo Ayuntamiento desde 1995 hasta 2007.Asimismo, ha ocupado el cargo de Secretaria General de EMAKUNDE —Instituto Vasco de la Mujer— desde Septiembre de 2005 hasta 2009. En la actualidad es Directora del Centro Internacional de Inovacion en Politicas de Igualdad, Ciinpi.