Eva Aguilera. Amnistía Internacional: Reivindicamos la liberación de las personas presas en las cárceles de la pobreza

2008-01-04

SALABERRIA, Urkiri

En el día Internacional de los Derechos Humanos (10 de Diciembre), la Sección de Ciencias de la Salud de EI-SEV organizó una Jornada sobre la “Contribución de los profesionales de la salud al respeto de los derechos humanos” con el doble objetivo de divulgar y reflexionar sobre el tema. Entre los participantes se contó con la participación de instituciones involucradas en este ámbito como Medicus Mundi, Intermon-Oxfam, Amnistía Internacional y Médicos sin fronteras. Lo cierto es que la presencia de Amnistía Internacional (AI) en una jornada sobre profesionales de la salud nos ha llamado la atención, así que nos hemos acercado al acto de clausura de esta interesante jornada y a su finalización hemos podido mantener una interesante conversación con Eva Aguilera, Responsable Adjunta de Amnistía Internacional y coordinadora de los equipos de Minorías Sexuales, Menores y Salud. Junto a ella también se encontraban Koldo Casla, responsable del grupo de AI de Gipuzkoa (donostia@es.amnesty.org) y Marixus, también de Gipuzkoa, encargada del tema de menores.

Si le parece bien, comencemos explicando a grandes rasgos ¿Qué es Amnistia Internacional?

Es una organización internacional que se basa en el trabajo de voluntarios y que se centra en la denuncia de la vulneración y promoción de los derechos humanos.

Es un movimiento internacional de activistas, estamos presentes en unos 150 países, te diría que prácticamente trabajamos en todo el mundo. Promovemos la movilización de la opinión pública a nivel internacional para que la violación de los derechos humanos no quede impune.

Antes de realizar cualquier denuncia se procede a una investigación profunda y una amplia documentación del caso que estamos condenando. Después procedemos a una campaña de difusión y movilización de la opinión pública para intentar poner fin a esas situaciones.

A nivel del Estado Español, trabajamos para movilizar la opinión de los ciudadanos españoles sobre hechos que están sucediendo, por ejemplo, en Guinea Ecuatorial, en Sudáfrica, en El Salvador...

¿O en el mismo Estado Español?

También, por supuesto.

Comenta que sobre todo se centran en movilizar “la opinión pública”. ¿Realmente ejerce algún tipo de presión sobre los gobiernos lo que “la gente” podamos opinar?

La opinión pública puede hacer mucho, más de lo que pensamos. Cada vez más, precisamente. De hecho, la organización surge desde la intuición de una persona, Peter Benenson, un abogado británico que el28 de mayo de 1961el artículo “Los presos olvidados” en el diario “The Observer”. En élinstaba a personas de todo el mundo a actuar para conseguir la excarcelación de seis reclusos a los que denominó “presos de conciencia”: personasencarceladas por sus convicciones políticas, religiosas uotros motivos de conciencia, que no han recurrido a la violencia ni propugnado su uso. El resultado fue que más de un millar delectores participaron en esta acción.

Pero eso sucedió hace casi medio siglo, ¿hoy en día esa táctica sigue siendo eficaz?

Sí, e incluso más que en su origen. En el mundo actual, el globalizado, en el que las relaciones internacionales son tan importantes para la economía, la opinión pública o la opinión que otros países puedan tener sobre un país determinado, la opinión pública tiene un gran peso en los gobernantes.

Se preocupan mucho de la “imagen” que dan al exterior, de cara a todas las relaciones bilaterales, la política exterior y políticas comerciales que quieren conseguir. En el momento en que unos gobernantes “x” comienzan a sentir la presión de miles y miles de personas individuales, con nombre y apellido, que les escriben, mandan e-mail, fax... reconociendo la situación concreta de una persona individual en la que sus derechos están siendo vulnerados, esa presión hace que surjan cambios. Contamos con testimonios de presos, que finalmente fueron liberados, que nos relatan cómo iban notando una mejoría de trato a medida que llegaban misivas a las autoridades carcelarias denunciando su situación.

Pero su estrategia no se basa únicamente en las misivas personales...

No. Combinamos todas estas sinergias individuales con el trabajo con los medios de comunicación, que hacen de altavoces, y con una muy importante labor de investigación y documentación de los hechos, para así poder trabajar desde la imparcialidad y que ha hecho que nos ganemos un prestigio reconocido, en unos determinados contextos, y una respetabilidad que nos permite el poder sentarnos en la misma mesa con determinadas autoridades y que se nos oiga.

Cuando hablamos de Amnistía, enseguida pensamos en presos, condenados... ¿Cómo se plantea la presencia de Amnistía Internacional en unas jornadas del derecho a la salud?

Quizás con una metáfora que solemos plantear, y es que desde Amnistía Internacional reivindicamos la liberación de las personas presas en las cárceles de la pobreza.

¿Cuál ha sido el tema de su ponencia en esta Jornada?

El título ha sido “Salud, un derecho humano de obligado cumplimiento. El rol del personal médico y sanitario en la defensa del derecho a la salud”. En ella hemos tratado de exponer el alcance del significado de “Salud como derecho humano”.

El derecho a la salud, como el resto de derechos económicos, sociales y culturales, requiere el mismo derecho de exigibilidad que tienen otros derechos a los que ya estamos acostumbrados. Como por ejemplo, el derecho a la libertad de expresión, que nadie pueda ser detenido por emitir sus opiniones o que alguien sea detenido y que no haya tenido un juicio justo pueda apelar a Instancias superiores para denunciarlo y exigir cuentas. Amnistía Internacional está promoviendo una campaña que dé a conocer que el derecho a la salud, así como el derecho a una vivienda digna, a una educación... es un derecho totalmente exigible, y para ello se están construyendo los marcos pertinentes para que esto sea factible.

¿Qué se entiende como derecho a la Salud?

A nivel internacional está recogido que el derecho a la Salud es un derecho que, junto a otros que acabamos de nombrar, están al mismo nivel de obligatoriedad que los derechos civiles y políticos, y están codificados, en una serie de pactos internacionales que los estados firman, ratifican y se comprometen a cumplir.

Dentro de esas normas se formula que el derecho a la salud es el derecho al más alto nivel de salud física y mental, de un modo integral, a la accesibilidad a servicios de salud eficientes y de calidad. El comité de los derechos sociales y culturales establece que el derecho a la salud debe contener cuatro puntos fundamentales: disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y calidad: Como disponibilidad entendemos que esos servicios de salud deben existir, y después que esos servicios existentes sean accesibles. Imagina que se trata de un país mayoritariamente rural y que existe un único hospital en la capital, y que las infraestructuras viarias no permitan el acceso de cualquier persona, mucho menos de alguien que requiere un servicio médico... o también que la persona que requiera de servicios médicos sea discriminada por cuestiones económicas, raciales, étnicas o sexuales... Es decir, con accesibilidad entendemos romper cualquier barrera que impida a cualquier persona el acceso a un servicio médico de calidad. Con calidad se entiende que no nos vale un dispensario médico en medio de la nada, sin instrumental, sin personal cualificado... Y la adaptabilidad se refiera a esa necesidad de adaptarse a los contextos de cada país, de cada región, de cada zona, de manera que se les ofrezca una atención medico sanitaria que la población no rechace.

El tema de la lengua que hable el personal medico sanitario, ¿cómo lo contempláis?

Eso entra dentro del punto de la accesibilidad y es otro de los aspectos a tener en cuenta dentro de ese derecho a más alto nivel de salud y de servicios de salud eficientes.

¿Cuáles son los aspectos que más destacarías dentro de la vulneración al derecho a la salud?

Los temas que más trabajamos son los relacionados con el VIH-SIDA y la atención materno infantil durante el embarazo y puerperio. En ambos casos queda demostrada la relación entre violación a los derechos humanos, muerte y pobreza. Además de que el 99% de los casos de muerte por las causas que estamos comentando se dan en los países más pobres, lo más duro resulta que un porcentaje casi similar pudiera ser prevenible con unas medidas sencillas de atención medico-sanitaria e información.

¿Observáis también que cuando se permite que un niño llegue a unos niveles de obesidad que mellan su salud, no solo la actual sino la que le acompañará y condicionará el resto de su vida, se está vulnerando flagrantemente este derecho a la salud que venimos explicando? Estos niños, que no están en un país lejano sino que son los que nos rodean, ¿de quién son víctimas? ¿Cómo se podría reivindicar su derecho a la salud?

Es un tema que no hemos abordado, pero nos sirve de ejemplo para ver cómo es el planteamiento de trabajo de este tema. La Convención de los derechos del Niño reconoce la responsabilidad que tienen los padres o tutores en el cuidado y atención de sus hijos, pero eso no significa que el Estado deje de ser responsable del cumplimiento de los derechos del Niño, porque los menores son sujetos. Es decir, son individuos con unos derechos humanos reconocidos, no sólo por las normas que nos puedan proteger a ti o a mí, sino que además hay una norma específica que se creó por las condiciones de especial vulnerabilidad que tienen los menores de edad. Así que los responsables últimos y primeros de que se cumplan esas normas son los Estados, y Amnistía Internacional siempre se dirigirá como primer interlocutor a los Estados para que se dejen de vulnerar estos derechos.

Para concluir, si no le importa, una pregunta personal: Un deseo. ¡Uff! Ojalá pudiéramos vivir en un mundo donde no existieran ni Amnistía Internacional ni organizaciones parecidas, porque ello conllevaría una convivencia pacífica y respetuosa entre todos los pueblos. Eva Aguilera Licenciada en Ciencias de la Información, rama de Periodismo. Comenzó a trabajar para Amnistía Internacional en agosto de 2005. Es Responsable Adjunta de Campañas y Movilización y está a cargo de tres equipos: Minorías Sexuales, Menores y Salud. Su trabajo consiste en prestar apoyo técnico a los equipos de personal voluntario que son los que promueven las acciones y campañas de movilización social en el Estado español. Dentro de su recorrido profesional destaca la labor realizada en otras organizaciones como: Plataforma de Organizaciones de Infancia o Unicef-Comité Español, aquí en España; y la Asociación “Las Dignas” de El Salvador o la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y Caribe.
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