Traducción reducida del original en euskara
La vida ha llevado a Gorka Aulestia por distintos caminos con un denominador común: su compromiso con la sociedad, tanto en su vertiente humana como cultural. Desde las mismas aulas del Seminario quiso afrontar el reto por una más justa realidad social y se empeñó en llevar su apoyo a colectivos de lo más variados. Y también desde sus años jóvenes se embarcó en una pelea constante en pro de la cultura de su pueblo, fundamentalmente llevado por su amor e interés por la lengua vasca. Las propias circunstancias de la vida le hicieron fuerte y constante en esa empresa, a la que aún no ha puesto el punto final.
No fueron fáciles los comienzos, como tampoco estuvieron exentos de problemas sus continuos y renovados objetivos. Desde sufrir los avatares de un franquismo cruel y exterminador de conciencia social y cultural, hasta su amargura por el encuentro con intereses gremiales inaceptables para su forma de pensar. Pasando por una actividad creativa ilusionante y gratificante, allá donde su quehacer le llevaba.
Fue sacerdote en Bakio, en Otxarkoaga, en Chàteau-Thierry (a 80 Km al Este de París), en Katanga (Congo), en Gernika. Y aquí terminó su singladura eclesial, obligado fundamentalmente por motivos políticos de los que tuvo que huir. Y continúa su formación, a tiempo completo, en la Universidad de Nevada donde acepta el reto de preparar el Diccionario Vasco-Inglés, y que junto a otras preocupaciones complementarias le llevarán a permanecer en aquellas tierras durante catorce años.
“Comencé dando clases de euskera, y también de francés y castellano. Hice dos licenciaturas, la primera en literatura francesa y la segunda en española. Mientras estaba en aquella Universidad me casé con Mertxe Renobales, quien se doctoraría más tarde allí mismo. William Douglass me planteó la idea del diccionario y acepté. Fueron unos años estupendos”.
El matrimonio regresó a Euskal Herria en 1988 y un año más tarde Gorka Aulestia emprende una nueva etapa como profesor de literatura vasca en los EUTG de la Universidad de Deusto, permaneciendo allí durante diez años.
“Así como en mis años de Seminario había tenido la suerte de encontrarme con Joxe Mari Aranalde, quien había ejercido como lazarillo para llevarme por los vericuetos de la literatura vasca, en los EUTG me topé con otro gran hombre, que para mí lo fue todo: Juan Mari Lekuona. En su compañía pasé unos años docentes maravillosos. Juan Mari estuvo presente en Reno cuando realicé la defensa de mi doctorado, alrededor del bersolarismo”.
En el año 2000 le llegó la jubilación, pero no la hora de estar parado. Siendo Vitoria-Gasteiz la residencia familiar, aceptó en 1995 la propuesta de codirección de “Sancho el Sabio. Revista de cultura e investigación vasca” desde donde ha llevado a cabo una extensa labor. Valga como ejemplo la edición de sus últimos libros Estigmatizados por la Guerra (2008) y Escritores euskéricos contemporáneos (2011) fruto de las horas de trabajo llevadas a cabo en la Fundación en torno al proyecto “Escritores Vascos”.
Por otra parte, está integrado como profesor en las denominadas Aulas de la Experiencia donde imparte clases de literatura vasca.
Gorka Aulestia fue profesor de literatura vasca en la Universidad de Nevada y en la de Deusto.
“Me lo propusieron en 2003 y la verdad es que me resultó una iniciativa muy tentadora. Estoy plenamente integrado en las Aulas, y puedo asegurar que es una actividad altamente agradecida, donde constantemente palpas la buena comunicación existente entre alumno y profesor. Doy cuatro años, por cuatrimestres. Con un alumnado estupendo y con sensaciones incomparables con las que he tenido durante mi trayectoria profesional”.
Gorka Aulestia contempla el futuro desde la atalaya de sus ochenta años de edad, habiendo dejado atrás sus doce libros, sus más de doscientos artículos y reseñas, y, entre otros, el honor de haber sido nombrado en 1996 académico correspondiente de Euskaltzaindia-Academia de la Lengua Vasca y académico de honor en 2010. Y aún no ha puesto el punto final a su trayectoria.