Gorka Merchán. Director de Cine: Sólo sé una cosa, que si me muero mañana yo habré hecho lo que he querido de la vida

2009-04-24

SILLERO ALFARO, Maider

Quedamos con Gorka Merchán en el Café Oquendo, sin duda un lugar emblemático del cine en San Sebastián, que además le trae suerte a este joven cineasta donostiarra. Comenzamos la entrevista en el local, pero el buen tiempo nos anima a salir a la calle a continuar con nuestra conversación. Escogemos el puerto, y según nos dirigimos hacia allí el teléfono no para de sonar, y es que la primera película de Merchán, “La casa de mi padre”, acaba de estrenarse en la gran pantalla y las primeras reacciones del público y la crítica ya están llegando. “La casa de mi padre” cuenta la historia de Txomin, un empresario vasco que lleva 10 años viviendo en Argentina y que vuelve a su pueblo para visitar a su hermano que se está muriendo. Koldo, el hermano, enemistado con Txomin por extremas diferencias políticas, le encomienda la delicada tarea de reencauzar a su hijo adolescente, un pelotari prometedor que no termina de centrarse en el juego.

Gorka Merchán. Director todavía desconocido para el gran público. ¿Quién es?

Nací en el barrio donostiarra de Intxaurrondo un 5 de diciembre de 1976. Fui prematuro, nací con 6 meses y medio, no sé si porque tenía ganas de hacer cine o de darle una colleja a alguien. Estuve 3 meses y medio en la incubadora y me he criado toda la vida en San Sebastián. Tras el Instituto se me fue la olla y me puse a estudiar cine.

¿Dónde se formó para ser cineasta?

Primero en Andoain y luego en Sarobe, una escuela de Urnieta que ya no existe. Estaba muy bien, mucho mejor que la de Andoain, que en mi opinión deja bastante que desear. Si no fuera porque es la única que hace algo de esto aquí, no tendría alumnos. Hay poco material, hay buenos profesores, pero no todos... en fin. En Sarobe nos daban clases profesionales de la talla de Enrique Urbizu o Michel Gaztambide y eso te pone en contacto con el cine de manera directa; una cosa es lo que te cuentan y otra cosa es la realidad; una cosa es la teoría y otra la práctica y en el cine hay muchas cosas que saber que no te explican en la escuela.

Como por ejemplo...

Que lo primero que hay que hacer es tener un buen abogado porque luego te dan por saco, te roban el guión por poco dinero... Me da pena que nadie me hablara de eso antes. Pero es cierto que a hacer películas, como todo, se aprende haciendo y en ese aspecto estoy muy satisfecho porque a parte de hacer mi primera película creo que he hecho un Máster en dirección y eso ya no me lo quita nadie. Además de pagarme un sueldo he aprendido a hacer películas de verdad.

¿Antes de “La Casa de mi padre” qué trabajos había realizado?

En 2001 realicé mi primer cortometraje, “Primera persona”, que estuvo dentro del programa Kimuak. Tengo mucho que agradecer a Kimuak, me ayudó muchísimo porque es lo que me permitió ponerme en contacto con el mundo profesional real del cine, ir a festivales... y sobre todo, el “subidón” que te da de ver tu primer trabajo ahí. Y piensas; “pues tan tan mal no lo haré, ¿no?”.

Eso me llevó a hacer otro corto, “Lora”, algo más experimental y que tuvo un recorrido más pequeño, pero también lo vendí a alguna televisión y me sirvió para aprender. Luego hice “Elektrica”, un documental musical sobre el grupo Natural Project de San Sebastián y me pareció muy importante reflejar cómo un sueño se hacía realidad durante la primera gira a nivel nacional del grupo.

¿Se puede hacer cine desde San Sebastián?

Sí, yo lo he hecho desde aquí. Así como sí creo que para un actor es más importante estar en Madrid, porque es donde está todo el meollo y tienen que ser vistos para que les contraten, el director genera sus propios proyectos. Sólo tienes que estar dispuesto a ir a Madrid de vez en cuando ya que todas las productoras están allí. Yo solía coger el bus, que me costaba 30 euros, y me quedaba en casa de amigos mientras movía el guión. Personalmente, prefiero hacer cine desde aquí.

¿Ha sido necesario tocar muchas puertas? ¿Ha tenido que luchar? ¿Ha sido duro llegar hasta donde estamos ahora?

Sí... pero como todo. Para mi es más duro ser camarero o doblar ropa en Zara, que también lo he hecho durante pequeñas temporadas. No se me hace duro el cine porque es lo que amo y lo que me gusta. Las satisfacciones que me da son tan grandes que está por encima de todo lo demás. Pero también es cierto que a veces el dolor es muy duro y muy personal porque para mi todo en el cine es muy personal; es en lo que más me esfuerzo, es lo que más amo y en lo que pienso todo el día..., pero siempre salgo ganado, de sobra además. En concreto me ha costado estrenar la película 7 años, 5 de ellos hasta que encontré productor.

¿Cómo es la profesión de director?

A veces es un poquito solitaria y sí que se echa de menos gente a tu alrededor, sobre todo en ciertos momentos del principio del proyecto. Luego al contrario, llega el rodaje y de repente tienes 70.000 tíos a tu alrededor opinando sobre tu trabajo... (sonríe), pero ese es otro tema. Creo que uno de los mayores talentos que tiene que tener un director es saber ver el talento de los demás y exprimirlo.

¿Cómo es un rodaje?

A mi me encanta. Para que te hagas una idea es como si varios estuviésemos enamorados de la misma persona, pero sin celos de por medio, claro. En este caso esa persona sería la película que nos enamora a todos. Es muy bonita la energía que se crea en la unión de tantas personas que se enamoran de los mismo, que quieren hacer lo mismo, que ponen lo mejor de cada uno en su parcela: el director de fotografía en la luz, los actores en la interpretación, el de atrezzo en la decoración... eso es maravilloso y a mi es lo que más me gusta de hacer películas, el hecho de hacerlas, el compartir con los demás tu sueñecito y ver cómo ese sueñecito va creciendo y mejorando porque todo el mundo aporta algo maravilloso.

¿Y qué es lo más complicado del proceso de rodaje?

Dirigir al equipo humano: 50 personas con sus egos, sus días buenos, sus días malos... es complicado. Es lo que más me afecta de manera personal porque a veces hay que aislarse, hay que ponerse duro y hay que intentar que no se contamine tu sueño, porque al fin y al cabo es tu película.

¿Considera más importante rodearse de buenos profesionales o de buenas personas?

Si tengo que elegir me quedo con buenas personas, no quiero sufrir en mi trabajo. Yo además soy muy gitano, muy familiar, y me gusta disfrutar de las personas. Así consigo que la gente ponga su corazón en ello porque yo la vida sin corazón no la entiendo, y no me interesa además. Precisamente hago cine para eso, de lo contrario haría cualquier otro trabajo que me importara infinitamente menos y lo haría meramente por el sueldo, pero no quiero que mi vida se centre en eso. Yo quiero disfrutar.

Eso que dice suena muy bien, pero pocos lo consiguen...

Ya, pero es que yo no entiendo la vida de otra manera. A veces lo paso mal y durante mucho tiempo no he podido tener cosas que otra gente sí: cuando tenían coche yo no podía, cuando tenían piso yo no he podido, incluso me ha repercutido a nivel afectivo... he dejado muchas cosas por mi trabajo. A mi me gusta querer a las personas como son, con lo bueno y con lo malo, y así quiero que me quieran. He tenido que pagar muchos peajes, pero los he hecho muy a gusto porque creo que todo en la vida es un sueño y yo ya he hecho un sueño realidad, que es hacer mi película, estrenarla, tenerla en los cines, compartirla...

Fotograma de la película “La Casa de mi padre”.

Yo sólo sé una cosa, que si me muero mañana yo habré hecho lo que he querido de la vida, no lo que he podido, y para mi eso es muy importante. Siempre lo he tenido muy claro desde el principio, eso es por lo que he luchado y lo que me ha ayudado a llegar hasta aquí. Creo que gran parte del secreto de todo en la vida es la perseverancia, el esfuerzo y el luchar. Claro que hay gente mejor que yo, había gente mejor que yo en la escuela, hay gente por ahí que escribe de una manera maravillosa y que podría dirigir de una manera increíble, pero no aguantan el tirón. A la quinta patada en el culo se van a casa y yo no, yo tengo el culo de acero. Es muy importante que tú creas en tu proyecto con la misma fe que tiene una madre en sus hijos.

Para ser su primera película ha elegido una temática arriesgada, atrevida...

Sí, había temas más... fáciles.

¿Por qué este tema? ¿Por qué vivimos aquí?

Yo siempre he sido una persona muy revolucionaria, me duelen mucho las injusticias y cuando me cabreo le grito a la tele: “¿pero cómo puede llenarse el estadio de Anoeta todos los fines de semana y cuando hay una manifestación por una vivienda digna no hay más que 30 personas?”. El mundo no es mejor de lo que podría ser porque no queremos que lo sea, porque es producto de nuestras acciones. Quiero intentar dejar a mis hijos un mundo mejor del que me he encontrado; quiero tener hijos, y muchos, aunque otra cosa será que pueda compatibilizarlo con las películas y con la vida pobre y miserable del cine (risas).

Ah pero..., ¿ser cineasta no significa ser rico?

¡No! Y eso que quede claro. Hay gente que por verme en el periódico o en la tele piensa que soy millonario, pero gano lo mismo que la mayoría de las personas, o a veces menos. Lo que pasa es que disfruto con mi trabajo y me pagan por divertirme, que para mi es un principio en la vida importante.

Volvamos a la película...

Sí, claro. Es una película real, no estoy contando nada que no sepamos, está claro que unos lo conocen más porque viven más en contacto con ello, pero es una película bastante real. Hay veces que se nos olvida porque se hace cotidiano y eso hace que nos acostumbremos, y el ser humano se acostumbra a todo. Tenemos el ejemplo de que hubo gente capaz de vivir mucho tiempo en un campo de concentración y ese es el ejemplo absoluto de que los seres humanos nos adaptamos.

¿Cómo es ese primer contacto con la historia de “La casa de mi padre”?

Conocí a Iñaki Mendiguren (guionista), me enamoré de esta historia salvajemente, pensé que esto había que contarlo y nos pusimos a trabajar en ello. Empecé a entrevistarme con gente, y según me entrevistaba con gente más ganas tenía de contar esto, más dolor veía, más cosas sin solucionar, más cosas sin hablar, más temas escondidos... Por eso me río de muchas de las críticas que le han hecho a la película, porque creo que esto no está superado, creo que es importante que estas historias se cuenten, creo que nunca es suficiente y a las pruebas me remito. ¡Seguimos enterrando la mierda debajo de la alfombra, no lo hablamos! Yo sigo pensando que es una película necesaria.

Fotograma de la película “La Casa de mi padre”.

¿Ha hablado con muchas personas para recabar información?

Con todas las que he podido; de todos los colores, de todos los partidos, víctimas de un sitio y del otro... porque aquí nadie tiene la legitimidad. No creo que haya víctimas de primera y víctimas de tercera regional. Creo que el dolor no se puede privatizar y nadie le puede decir a nadie qué o cuánto le puede doler algo o qué es lo que tiene que amar. Creo que gran parte de lo que pasa es que unos no son capaces de verse en los otos y se convierte en un diálogo de sordos. Una de las mejores cosas de “La casa de mi padre” es que cuenta la historia desde las personas, que es lo que todos somos y lo que nos une, el género, el ser humano.

Miremos al futuro: ¿algún proyecto?

Ahora estoy terminando “La casa del enigma”, una película documental sobre Eduardo Chillida Belzunce y estoy muy contento porque es un trabajo muy especial, muy bonito difícil de que llegue a manos de un director por la complejidad y por lo extraño que es hacer una película sobre un pintor. Estamos ya en postproducción de sonido y estoy muy satisfecho porque hemos construido una historia de ficción: un naufrago que emerge del mar, ve una playa en la lejanía, nada hasta ella, se desmaya y a partir de ahí comienza un viaje onírico en una casa enigmática... (juro que no volveré a rodar nada que se llame “la casa de...”), un viaje sobre la pintura.

¿Satisfecho con el resultado?

El público opinará, pero estamos muy contentos tanto yo como el equipo que hemos hecho esto: Checho Bengoetxea del grupo 21 japonesas, Estanis Elorza, Eduardo Iglesias, hermano del compositor Alberto Iglesias...

La suya es ya es una carrera imparable...

Sí, es que el director tiene que generar su propio trabajo, no puede esperar a que le llamen. Ahora estoy escribiendo una de aventuras, y estoy poniendo mi vida en ello para que sea mi segunda película. Es un proyecto caro que hay que hacerlo el inglés porque sólo encontraremos dinero para ello fuera de aquí. Es una historia real sobre un personaje vivo que reside en España y que a él le gusta que le llamen decorador de interiores. Es un grandísimo pintor. Este proyecto no tiene nada que envidiar a “Indiana Jones”... podría ser una mezcla entre “El nombre de la rosa” y “El secreto de Thomas Crown”. Espero que la gente considere este proyecto porque es verdaderamente romántico, mágico, lleno de aventura y acción.

Me he dado cuenta de que utiliza mucho la palabra “romántico”.

Sí, porque me gusta ver el lado romántico y mágico de la vida, creo que es más interesante. No sé si a los demás les pasa, pero a mi me parece mucho más interesante ver la vida desde esa perspectiva.

¿Y qué tipo de cine le gusta?

Todo. No puedo decidir quién es mi director favorito, ni mi peli favorita... hay un día para cada película. Y cada vez soy más consciente de que depende mucho del resultado de la relación persona-película y del día que esta persona tenga. A veces tienes un mal día y una peli te entra torcida, o estás sensible y no eres capaz de soportar una historia romántica y otro día te entra “My blueberry nights” como un cuchillo de mantequilla, u otro día me apetece destrozarme el esternón con “Madagascar”, o me apetece Spielberg, o algo de cine más social. Creo que hay una película para cada día, para cada momento de la vida.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? Bueno, antes de eso, ¿le gusta ver las películas más de una vez?

Si veo una peli solamente una vez, es que no me ha gustado. La que más las de “Indiana Jones”, cualquiera de las tres primeras; “Regreso al futuro”, “El Padrino”... Me encanta “Él” de Buñuel, me encanta “Los Santos inocentes”, “La Colmena”, “Los Lobos de Washington”, me encanta Paul Greengrass con casi cualquiera de sus películas: “Bloody Sunday”, “United 93”... me encanta todo lo que hace Winterbottom, me flipa Amos Gitai, que es un director israelí un poco solapado, pero que me parece un genio; Spielberg creo que es uno de los directores que mejor rueda, me extasía... y podría estar así una semana. Y de cine más cercano me gusta Almodovar, por supuesto, me encanta Medem, y creo que hay gente joven muy buena como Koldo Serra, Cobeaga o Vigalondo, que me encantan sus películas pero él como actor no me gusta nada.

¿Cuál es la película que le hubiera gustado rodar? Esa que ve y piensa, ojalá esta película la hubiera hecho yo...

Pues hace poco vi “Solo quiero caminar” de Agustín Díaz Yanes y es brutal. Y “My blueberry nights” me emocionó a saco, y menos mal que tuvo un final bonito porque sufrí un montón viéndola. En realidad me gusta todo el cine, también disfruto con la animación... ¡todo!

Da rabia ir al cine y que no guste lo que estás viendo eh...

Mogollón. A veces estoy en casa y me veo una peli mala y tengo que ir a por otra para quitarme la espina porque no me puedo ir a la cama con esa sensación. De todas maneras animo a la gente a que rompa con el tabú de la “españolada”, a que vea cine español con el que yo por lo menos me siento más identificado. Los americanos no tienen el mismo código, no sienten como nosotros, no aman como nosotros... ni mejor, ni pero, sólo diferente. Gorka Merchán (Donostia, 1976) Nació en San Sebastián en 1976, estudió cine en la ESCIVI y en SAROBE. Realizó su primer cortometraje “Primera persona” en el año 2001 con Aitor Merino, Borja Elguea y Veronica Moral. En 2005 rodó “Lora” su segundo cortometraje como director, al año siguiente vino “Elektrika” documental musical sobre el grupo Natural Project y su gira por el estado. Fue en el año 2007 cuando rodó su primer largometraje “La casa de mi padre” que se ha estrenado en la gran pantalla este año 2009. En la actualidad se encuentra en proceso de postproducción del rodaje de “La casa del enigma” trabajo sobre la obra de Eduardo Chillida Belzunce con textos del escritor Eduardo Iglesias.
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