Ana Rocandio. Experta en Dietética y Nutrición: "En Euskadi nos alimentamos bien, pero comemos demasiado"

2004-07-02

DIAZ DE MENDIBIL, Ismael

Ana Rocandio

Experta en Dietética y Nutrición "En Euskadi nos alimentamos bien, pero comemos demasiado" Ismael Diaz de Mendibil

Itzulpena euskaraz ¿Cuántas veces se debe comer carne y pescado a la semana? ¿Cuántas comidas, y en qué cantidades hay que hacer a lo largo de un día? ¿Hay alimentos que previenen el cáncer? ¿Son malas las hamburguesas? En las próximas líneas Ana Rocandio, experta en dietética y nutrición, da respuesta a estas y otras preguntas. En cuanto a cantidad y calidad, ¿cómo comemos los vascos? Comemos calidad alimentaria, quiero decir, los alimentos están controlados sanitariamente y tienen calidad. Comemos excesiva cantidad de alimentos, nos alimentamos con lo que hay que alimentarse, pero desmesuradamente, porque acabamos con todo. A los expertos lo que más nos interesa es la calidad nutricional, y en nuestro caso se puede mejorar, porque utilizamos demasiados productos refinados, precocinados, ricos en calorías, pero que no aportan nada más, lo que se llaman calorías vacías. ¿Qué es un producto refinado? Por ejemplo, el arroz blanco que solemos comer está refinado. El arroz integral si que es un producto natural. La harina que tomamos es refinada del trigo, la harina de maíz también... Así que tendríamos que comer arroz integral. No necesariamente siempre, de vez en cuando. Lo que no puede ser es siempre arroz blanco. ¿Los malos hábitos vienen con la partida de nacimiento? No, si se empieza a dar lactancia materna, que es la alimentación correcta y perfecta. El problema es que enseguida pasamos a la alimentación artificial, que ya no es tan correcta ni perfecta. Cuando introducimos otros alimentos diferentes a la leche, comienzan los malos hábitos, porque nuestros hijos comen más o menos lo mismo, y con similares esquemas a los que comemos nosotros. Con ellos repetimos los mismos hábitos, ellos los aprenden, y generalmente no los olvidan para el resto de sus vidas. Incrementamos más alimentos, pizzas o hamburguesas, comemos tarta después de la fruta, o lo que es peor, sustituimos la fruta por la tarta. Un niño hermoso es un niño gordo. Vamos, con morcillitas. Un error. En los niños todavía se mantiene la idea de que un niño gordo es un niño sano. Con los adultos, sin embargo, hemos pasado al otro extremo, ya que se prima el modelo anoréxico, la extrema delgadez. Ambas ideas son un error. Estar bien es tener un peso de acuerdo con tu constitución, genética. Este es un objetivo imposible para muchos. Ya sabe, lo de las famosas tablas, que marcan un peso ideal para cada estatura. Esas tablas también son un error del pasado. En la actualidad, los expertos hablamos de peso de salud, aunque todavía es un concepto poco extendido. El peso de salud no marca un peso exacto, sino que trabaja con márgenes. Tú no tienes que pesar siempre igual, puedes pesar, por ejemplo, de 65 kilos a 68, dependiendo de si estas haciendo deporte o no. Además, dependerá de la complexión de cada uno, si eres ancho..., no sólo de la altura. Las complexiones son grande, mediana y pequeña. Cuando somos niños, ¿por qué nos gustan tanto los macarrones, y tan poco la lechuga y el tomate? En la alimentación hay una gran influencia psicológica. Los gustos por los alimentos se van modificando con la edad. Con un ejemplo lo entenderemos. De pequeños, nos gustan la pizza y la hamburguesa. Cuando nos hacemos mayores, los pinchos, y en la siguiente etapa, las cazuelitas. Es lo mismo, pero cambian los sabores. O lo dulce y lo salado. De niños nos encantan los dulces, de mayores lo salado, y cuando llegamos a ser ancianos, nos volvemos otra vez locos con los dulces. Esto es igual que ir madurando. Primero nuestros padres no tienen ninguna razón, luego nos vamos dando cuenta de que algo de razón si tenían, y terminamos pensando: ¡Que razón tenían mis padres!. ¿Una persona bien alimentada visita menos al médico? Una persona bien alimentada casi no visita al médico. Es fundamental la alimentación para prevenir enfermedades. Con una buena alimentación el organismo de forma natural hace unos ajustes fantásticos. ¡Hombre!, por ejemplo, si tenemos un déficit de insulina, no vamos a dejar de ser diabéticos; pero si comemos bien, también iremos muchas menos veces al médico. Del cáncer y de la nutrición se habla mucho. Circula por todos los sitios una lista de aditivos cancerígenos que es totalmente falsa. También puedo decir que hay relación entre la nutrición y el cáncer, pero con muchos más factores, con lo que no se puede contar que un determinado producto evite o provoque el cáncer. Con estos comentarios lo único que se provoca es alarma, además de que no es real, porque hay más factores. Todavía no le he preguntado qué es comer bien. Comer bien es comer de todo. Sobre todo alimentos ricos en carbohidratos (pasta, arroz, pan, legumbres...), seguidos de frutas y verduras, tanto crudas como cocinadas, lácteos y derivados... Y en mucha menor cantidad, carne, pescado y huevos, sabiendo que son intercambiables, y que sólo debemos comer uno de ellos al día, porque son proteínas, y no necesitamos más. Para terminar, de manera excepcional la comida rápida o los alimentos que sólo aportan calorías vacías (refrescos, vino, dulces...). Ah! Son buenísimas las patatas y los frutos secos, que en la última época los hemos olvidado, aunque estos últimos en pequeñas cantidades. En resumen, de todo, pero en diferentes cantidades a las que solemos ingerir. En aras de un cuerpo saludable, en casa lo compramos todo "bio" No tiene porque ser todo "bio", este es otro error que viene dado por el marketing de la industria. Ellos lo que quieren es vender. Pero, ¿aporta algo lo "bio"? No, sólo a las personas que tienen algún problema digestivo, de absorción, o de carencias nutricionales por diversas dietas... Para los que están bien es una tontería. Hay un producto que me saca de quicio que es la leche enriquecida en Omega 3. Bajo mi punto de vista, no debe comprarse nunca leche enriquecida en Omega 3, sino comer pescado azul que es muy rico en Omega 3, y tiene muchas más propiedades, entre otras, disminuye el colesterol y las grasas de la sangre, rebaja el factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares... En resumen, el pescado azul es mil veces mejor que la leche enriquecida en Omega 3, pero, ¡claro!, a la industria lo que le interesa es vender. Por si esto fuera poco, al lado de cada producto de estas características aparece la palabra "salud", cuando lo más saludable son los productos naturales. ¿Cuántas veces se debe comer al día? Más o menos de manera consistente, tres. Un desayuno más fuerte de lo que se hace, una comida y cena casi iguales, por cierto, debemos cenar antes de lo que suele ser habitual, y luego tomar alguna cosilla entre horas, si es posible, y dependiendo del ritmo de vida que llevemos. Una pieza de fruta, un café con leche o un yogur, no más. Sí, pero muchos días no tengo tiempo para comer, y me arreglo con un pincho o un bocadillo. No pasa nada, pero te recomiendo el bocadillo que es mejor que el pincho. Con el bocadillo vamos a comer pan que contiene hidratos de carbono, y proteínas que vienen dadas por el embutido o por lo que comas entre pan y pan. Eso sí, también vas a ingerir mucha grasa saturada, con lo que ese día para cenar prepararemos ensalada o verdura, carne magra o pescado blanco, mejor esto último, y fruta. En la alimentación hay que buscar el equilibrio día a día. ¿Pizza, hamburguesa o pencas rellenas en salsa con queso? Una vez a la semana no pasa nada. ¿Cómo se deben repartir la carne, el pescado, las frutas y las verduras a lo largo de la semana? Frutas y verduras todos los días. Pan, pasta y arroz también se pueden comer todos los días. Carne, pescado o huevos también todos los días, pero ¡ojo!, seleccionando al día una de las tres posibilidades, no carne en la comida, y pescado o huevos en la cena. Dicho de otra manera, si comemos pescado al mediodía, a la noche ya no cenaremos ni huevos ni carne, ni pescado, por supuesto. De las tres posibilidades, una y una vez al día. Estaría muy bien comer cuatro días a la semana carne, no sólo filetes también pollo, conejo..., y los otros tres días pescado. Esto, más un huevo a la semana, de sobresaliente, para que no nos pasemos con las proteínas. ¿Legumbres? Dos veces por semana, pero también en verano, aunque no nos apetezcan. Las podemos introducir en las ensaladas, al estilo catalán. Seguro que se nos olvida algo. Los frutos secos que están muy olvidados. Tienen muchas propiedades, y son ideales para comer entre horas. Pero en pequeñas cantidades, cuatro avellanas, dos o tres nueces, no más. O almendras naturales, que no con sal, que nos dan sed, y nos obligan a beber. Los frutos secos tienen vitaminas, minerales, ácidos grasos..., son muy interesantes. Hablando de beber, ¿debemos ingerir dos litros de agua al día? Ese comentario esta muy extendido entre la población, pero no es exacto, porque no debemos olvidar que los alimentos nos aportan agua, y más si son frutas y verduras. Al día comemos entre 1500 y 2500 kilocalorías, con lo que nuestro cuerpo necesita entre litro y medio y dos litros y medio de agua. Sin embargo, gran parte de esa agua nos llega vía alimentos, por lo tanto, no tenemos que estar enganchados al botellín permanentemente. Ese es otro error que se extendió por la mala dieta que utilizamos, y por los problemas de riñón que dicha dieta nos genera. Sólo debemos beber dos litros de agua al día si estamos buscando una protección renal. ¿Comer bien es caro? No, comer bien puede ser muy barato. Podemos hacer un menú con lirios, con patatas que son fantásticas, con la fruta del tiempo, con pescado, con carne de pollo o conejo... La leche puede ser de oferta, no tiene que ser enriquecida ni para el crecimiento. ¿Galletas?, las más baratas, que tienen menos azúcar. ¿Cereales?, no hace falta que sean instantáneos, que son muy altos en calorías, mejor pan... No tiene que ser para nada caro. ¿En Inglaterra o Estados Unidos comen peor que nosotros? Comen fatal. En Inglaterra fundamentalmente porque utilizan mucho la margarina para cocinar. Comen cualquier cosa, pican, y además, los alimentos que utilizan no son interesantes desde un punto de vista nutricional. Lo mejor de su cocina son las patatas asadas, pero las estropean con las salsas. ¡Ah!, y el roastbeef. Pero, no sólo debemos cargar tintas contra Inglaterra, porque en Estados Unidos, Alemania u Holanda utilizan grandes cantidades de grasas saturadas (embutidos, quesos...). Comen muy mal. Los países privilegiados son los que utilizan la dieta mediterránea. ¿Y cuál es la dieta de los vascos? La dieta atlántica que se asemeja a la dieta mediterránea. Nuestras principales peculiaridades son los pescados y las cantidades. Comemos más, porque aquí hace más frío que en el Mediterráneo, pero también porque comemos demasiado. En Euskadi nos alimentamos muy bien, pero nos pasamos con las cantidades. El consejo es evidente: Debemos comer menos. Sí, debemos seguir comiendo lo que ya comemos, pero en menor cantidad. Un consejo: Mejor si utilizamos platos más pequeños, de postre, por ejemplo, nos ayudarán psicológicamente. Por otra parte, todos los días tenemos que tener en la mesa ensalada y fruta natural, sin olvidar la leche, que los adultos la consumimos poco. Si no nos gusta, la podemos sustituir por yogures o quesos poco curados. Patatas, pasta, arroz... Y en caso de duda, acudir a un profesional. Si vemos que estamos engordando demasiado, o unos análisis no nos dan bien, debemos demandar un dietista para que nos enseñe a comer. Hay muy pocos especialistas, pero cada día debemos demandarlos más, porque no nos van a enseñar a comer ni los consejos de la radio ni las revistas. En Cataluña han tomado la delantera, y allí hay dietistas en los hospitales. Hay que aprender a comer, porque nadie nos ha enseñado. Cada uno de nosotros debe comer a su gusto, para que sepa rico, pero, insisto, hay que aprender a comer. ¿Antes se comía mejor? Aunque nunca hemos sabido comer, antes se comía mejor por la falta de oferta de alimentos y el esfuerzo físico. Parece una contradicción, pero es así. El que tenía un manzano, comía manzanas, cerezas en su época, los productos de las huertas, torrijas en carnavales, teníamos un cerdo para todo el año..., no había abundancia. Ahora comemos de todo, todo el año, y encima, realizamos mucho menos esfuerzo físico y tenemos calefacción en casa. Antes existía mayor equilibrio. Ana Rocandio

Ana Rocandio es una de esas personas que no sabe estar con los brazos cruzados. Siempre liadísima, se explica antes de comenzar la entrevista: "Soy activa, cada uno es como es". Es profesora de Nutrición en la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco, "desde el primer año que se empezó con nutrición, desde 1990". Antes ejerció como médica en Osakidetza, época de la que guarda un grato recuerdo, "abrimos un campo de investigación muy interesante en Cruces", rememora. Su trabajo de investigación no ha parado en los últimos años, porque ha participado en diversos proyectos universitarios, con estudios tan diversos como la imagen corporal y los universitarios, los ancianos y su dieta o la influencia que tiene el desayuno en la obesidad infantil. Encantada con su trabajo, lo que peor lleva en el día a día es el trayecto de ida y vuelta que realiza entre Bilbao y Vitoria-Gasteiz. "Vivo en Bilbao y trabajo en Vitoria, con lo que en cuanto los hijos se independicen, me vengo a vivir a Vitoria". Será bienvenida en la capital de Euskadi. Menua ELKARRIZKETA Aurreko Aleetan Inicio > EM 261 > Elkarrizketa -->

2004/07/02-09
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