
Félix López López de Ullibarri. Jefe del Servicio de Museos de la Diputación Foral de Álava: La primera labor que tenemos ahora por delante es reestructurar los museos alaveses
2007-07-27
BREA, Unai
Hablemos, pues, de museos de Alava...
Un tema complicadillo. Los museos de Alava, por tradición, se han centralizado exclusivamente en la Diputación foral. Eso, históricamente, viene del sistema aforado que tenía Alava. Esas competencias las cogió la Diputación, de forma global, en materia de cultura, y creó el primer museo general, que era museo, archivo, biblioteca... Eso se hizo en torno a 1941, en el actual Museo de Bellas Artes de Alava; era también museo de arqueología y armería. O sea, un totum revolutum, basado en un concepto mas decimonónico.
¿Aquel era, a la sazón, el único museo de toda Alava?
Sí. Eso se empezó a modificar cuando la Diputación creó el Consejo de Cultura, también en los primeros años de la década de los 40. Este consejo empezó a preocuparse por temas de archivos, bibliotecas, museos... y surgieron los museos, poco a poco. Eso conllevó que hubiera colecciones muy importantes como la de arqueología, armería, la propia de Bellas Artes, que merecían un espacio propio. Y fue a partir de los años 70 cuando se crearon los museos de arqueología y el de armería, en su actuales sedes. En el Museo de Bellas Artes se hizo una ampliación del palacio, y en adelante se dedicó exclusivamente a eso. También siguió siendo archivo y biblioteca hasta que en los años 80 se trasladaron ambos. Ya posteriormente, a través del Consejo de Cultura, se creó el actual Museo de Ciencias Naturales. Eso fue cerca del año 1985. Ese proceso de creación de colecciones específicas, que en su momento fue bastante novedoso, fue el germen de los actuales museos de la Diputación Foral de Alava. Hay que recordar también que en los años 80 los fondos del Museo Fournier de naipes pasaron, tras una negociación, a pertenecer a la Diputación.
¿Y no hay, o había, museos de titularidad distinta a la de la Diputación?
Veamos, ¿por qué no hay museos ni municipales ni del estado? Pues siguiendo, creo yo, esa tradición de competencias, a través del sistema aforado, que tenia la Diputación. Esas competencias hicieron que, de alguna forma, se fueran promoviendo museos etnográficos, que se pusieron de moda en los años 80 en toda la provincia, hubo una especie de fiebre: el Museo Etnográfico de Artziniega, el de Oion, el de Pipaon... que, más que ser museos propiamente dichos, recogen colecciones de etnografía que, en ese momento, al no haber ningún museo etnográfico, van recolectando las colecciones. Y el más importante de ellos es el de Artziniega. Creo que es el que mejor colección reúne, y el que más continuidad tiene.
Ha dicho al principio que el tema era complicado...
Es complicado porque pasamos de unas competencias exclusivas de la Diputación Foral de Alava a un nuevo marco legal. ¿Cuál es el marco nuevo? La Ley de Territorios Históricos y la Ley de Patrimonio Cultural Vasco.
Promulgadas a comienzos de la década de los 80, es de suponer...
Claro. La Ley de Territorios Históricos reconoce competencia exclusiva de la Diputación en materia de archivos, bibliotecas, museos, restauraciones... Todo lo que por tradición Alava ya venía desarrollando, pero Gipuzkoa y Bizkaia no. Digamos que esa propia tradición se extiende a esas dos provincias. De hecho, Alava era el único territorio histórico de todo el estado que tenía competencias en materia de cultura. En el resto, la cultura la desarrollaba normalmente el estado.
Hablamos de antes de la transición...
Efectivamente. Entonces, quiero decir complicado en ese aspecto. Y llega un nuevo marco legal, pero claro, la Ley de Territorios Históricos, en su apartado final, expresa que deberá atenerse al nuevo marco legal. Más o menos en esos términos. ¿Y cuál es el nuevo marco legal? La Ley de Patrimonio Cultural Vasco, que atribuye al Gobierno la competencia sobre museos. A tenor de este nuevo marco legal, aparece ahora la Ley de Museos de la Comunidad Autónoma Vasca.
Bastante reciente, ¿no es cierto?
Sí, fue aprobada en octubre o noviembre. Esta nueva ley supone que habrá que crear una red de museos de la CAV. Y dentro de esta nueva ley podrán incluirse los museos de la Diputación Foral de Alava, porque en Alava no hay ninguno, excepto esos museos locales -que no podemos denominarlos museos como tales, son colecciones-; el resto depende de la Diputación. Así pues, esta nueva ley reconoce que a partir de aquí habrá que crear un nuevo marco, una serie de convenios, de reestructuraciones, de las cuales los museos de la Diputación Foral de Alava quedan, en principio, excluidos, a no ser que la Diputación quiera otra cosa.
¿Qué supone esto?
Yo entiendo que esta nueva ley de museos deberá crear una red de museos de la CAV, en la cual se deberán incluir de alguna forma los pertenecientes a la Diputación Foral de Alava. Y estas colecciones pueden ser básicas para crear esos nuevos museos nacionales, como se les quiere llamar. Por ejemplo, la Diputación tiene el Museo de Ciencias Naturales, que es único en la CAV, y podría ser el germen de un nuevo marco de museos.
¿No hay, pues, en Alava, museos privados de importancia?
Yo creo que museos privados no hay ninguno. Quizá la colección más coherente, al margen de la Diputación, sea la del museo municipal de Artziniega. También está el Museo de Gastronomía de Llodio, que es un consorcio entre Diputación y Ayuntamiento.
¿Hay muchos museos en Alava?
Creo que el ratio de museos por habitante está por encima del resto del estado. Ahora bien, la primera labor que tenemos ahora por delante es reestructurar los museos. Por ejemplo, los museos etnográficos deberán incluirse dentro de un planteamiento de museo etnográfico de ámbito provincial, y que atienda las colecciones que están repartidas por el territorio histórico. Debido a esta necesidad de reestructuración, la Diputación Foral de Alava elaboró un plan director de museos. El cual crea museos cabecera, en tres campos: naturaleza y territorio, siendo el museo cabecera el Museo de Ciencias Naturales, y en el cual quedarían englobados los museos relativos a ese tema existentes en la provincia, al igual que los etnográficos o los futuros yacimientos paleontológicos de ámbar, de Salinas de Añana o de Izarra. O sea, que no serían veinte museos, sino que habría un museo cabecera de ciencias naturales, el cual atendería estos yacimientos o museos in situ. En segundo lugar, los museos relacionados con la arqueología. Por ley, la arqueología es una competencia repartida entre el Gobierno Vasco y diputaciones; nosotros tenemos que acondicionar el lugar adecuado para que los fondos vayan ahí, y también elaborar toda la política arqueológica del Territorio Histórico de Alava. Por eso es necesaria, y la ley lo establece, la creación de un museo de arqueología, cabecera igualmente de esos otros museos que podrían ser el de Iruña, La Olla, u otros. Y la tercera cabecera esta relacionada con las Bellas Artes: debería haber un museo que englobara tanto las colecciones de arte contemporáneo como la de arte clásico -que está en el Museo Diocesano-, y la de costumbrismo, que está en el museo de Bellas Artes actual.
¿La separación actual es causa de problemas?
No, no. Reestructuración no significa que todo deba estar en el mismo edificio. Lo que un museo cabecera implica es llevar la organización de estos museos. Da igual el sitio en el que estén. El caso es llevar una política coherente con respecto al ámbito correspondiente, y sean las Bellas Artes, la arqueología o las ciencias naturales. Y se daría la peculiaridad, que ya he comentado antes, de que, de estos tres museos cabecera, el de ciencias naturales sería aquel a partir del cual se podría crear un gran museo nacional vasco sobre ese tema. Al no haber otro en la CAV, sería el de partida para eso.
Por otra parte, ¿los museos alaveses tiene como objetivo principal atraer a los habitantes de la provincia, o más bien tienen vocación internacional, o...?
Yo creo que los museos, como primera medida, lo que tienen que hacer es cumplir unas competencias que tiene la Diputación: guardar las colecciones con dignidad, es decir, hacer una función de almacenamiento en condiciones, aumentar las colecciones, y difundirlas, siempre pensando en que la difusión debe hacerse con la mayor ambición posible. Es decir, un museo de naipes puede tener un rango internacional; un museo de etnografía no, pero la difusión la tienes que hacerla igualmente, pretendiendo alcanzar el máximo atractivo. Creo que los museos, casi obligatoriamente, deben cumplir esta función que he dicho: primero, deben recoger, ordenar, clasificar, catalogar y difundir. Y esto, de por sí, sería cumplir las competencias, sin más, pero se debe tener una mirada que piense más en el futuro.
¿Es decir...?
Que los museos deben estar intrínsecamente relacionados con el desarrollo cultural, sea de una comarca, de una provincia, de una comunidad autónoma... Si los vemos aislados, cometemos un gran error. Cumplimos la ley, y punto. Perfecto. Pero creo que estos museos deben estar íntimamente relacionados con el desarrollo local, comarcal, nacional etc. Y en ese aspecto se debe tener la máxima ambición.
Ha mencionado antes la fiebre de los museos. ¿Se puede hablar de algo así?
Sí, aunque creo que en estos momentos está rebajándose un poco esa euforia. La definición de museo es un centro. público o privado, que recoge, ordena, clasifica, conserva, restaura y difunde unos contenidos. Pero además, los museos necesitan personal adecuado, edificios en condiciones... Hace tiempo, en cualquier parte... Quizá la idea es buena -esa preocupación por conservar nuestra historia, etc.-, esa idea que tienen todos los ayuntamientos, pero es muy peligrosa cuando se hace una banalización de estos principios. Porque, al final, se empieza a reivindicar un museo de arqueología en un ayuntamiento, porque ha aparecido un yacimiento. Y no se dan cuenta de que esto conlleva unas cargas. Primero, que no habría que crear sin más, de la nada, porque se le ha ocurrido a una corporación, un museo; sino que todo debería estar relacionado con estos museos cabecera que ya he mencionado, dentro de un engranaje. No vamos a repetir clones, un montón de museos con el mismo tema. Las colecciones deben estar en distintos lugares, pero siempre y cuando la estructura esté centralizada. Y para eso, antes de desarrollar cualquier proyecto, se debería tener un plan director. Lo más fácil es abrir un museo; lo difícil es crear un proyecto, darle una visión de futuro. Eso conlleva muchas más cosas que abrir un edificio. Retomando la pegunta, creo que esa fiebre ya se cortó. No todo es negativo; gracias a aquella fiebre que surgió de hacer museos locales se recogieron grandes colecciones, el ejemplo claro es el de Artziniega, y a partir de esas colecciones es cuando, ahora, podemos plantearnos la realización de un nuevo museo. Pero teniendo muy presente que un museo no se debe construir sin un plan director, sin estar enlazado con los museos cabecera, y sin estar relacionado con un desarrollo comarcal. Es decir, ¿para qué un museo? Tenemos que potenciar algo más que la mera conservación de las colecciones. Por eso digo que hubo un momento peligroso en la década de los 90, de crear museos sin ningún plan directo estratégico. Se crearon por crear. Y eso es pan para hoy y hambre para mañana.
¿Así pues, cabe hablar actualmente de inflación de museos en Alava?
Creo que en su momento sí la hubo. No quiero herir sensibilidades, pero hubo varios museos etnográficos, municipales, etc. Y al final, eso hubo que cortarlo, porque era imposible mantenerlo. La diputación se hacía cargo, tenía que ocuparse de la restauración, de la conservación, de la limpieza, de la adaptación periódica. Así que en un momento dado sí que hubo inflación de museos sin un plan de viabilidad.
Luego, no es cuestión de número...
No, no. Si somos capaces de mantener 40 museos con un plan bien estructurado y cumpliendo nuestras competencias en buenas condiciones, a mí me da igual tener cuatro o 40.
Alava tiene un centro de gravedad muy fuerte, que es su capital. ¿Acapara Vitoria los museos de la provincia? Y en todo caso, ¿debe ser así? No. Creo que Vitoria-Gasteiz reúne cerca del 80% de la población de la provincia. Y ha ido copando la creación de museos. La gran importancia que tuvo el Consejo de Cultura en su momento, quizá no desde el punto de vista museístico, sino desde uno más patrimonial, fue que se fueron creando edificios según aumentaban las colecciones. Darle a cada cosa su lugar, en una palabra. Sin embargo, esa política no tuvo en cuenta la realidad de las comarcas. Un ejemplo claro: La Rioja, por su propio y muy concreto desarrollo, podría tener un museo etnográfico del vino. Cada comarca tiene sus realidades concretas, y cabrían museos de diversos tipos. De hecho, una de las ideas claras del plan director que hemos elaborado -ahora está a la espera de empezar a aplicarse-, es que los museos, siempre y cuando estén enlazados entre sí, no tienen porque estar en Vitoria-Gasteiz, sino en lugar más adecuado: un museo del vino, en La Rioja, y uno de la sal, en Salinas de Añana. Félix López López de Ullibarri (Peñacerrada-Urizaharra, 1953) Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid, Félix López ha desarrollado toda su carrera profesional en la Diputación Foral de Alava. Ingresó como funcionario en dicha institución tras aprobar, en 1980, una oposición para técnico en trascripción y catalogación de documentos. Durante varios años trabajó en el Servicio de Archivos, hasta que, en 1988, pasó a ocupar su actual puesto de jefe del Servicio de Museos.