Elkarrizketa Jose Antonio Etxenike, director de la Quincena Musical de San Sebastián "Con el Kursaal, San Sebastián y Gipuzkoa dispondrán de un espacio destinado expresamente a la música" * Traduction al español del original en euskera Ainhoa Irazu Jose Antonio Etxenike lleva 20 años al frente de la Quincena Musical de San Sebastián. Tiene 48 años y reconoce estar completamente enamorado de la música clásica. No obstante, confiesa que el único instrumento que sabe tocar es la calculadora, porque le gusta "ser fiel a los presupuestos". Se aficionó a la música siendo joven, pero lo que sembró para siempre en su corazón el ánimo de conocer y escuchar la música fue el regalo que sus padres le hicieron una vez finalizados los estudios de Derecho: un viaje a los festivales de música de Berlín. Ésta fue su primera "escapada" a un famoso festival. Unos años después, y tras haber organizado numerosos eventos musicales para distintas organizaciones, fue nombrado director de la Quincena Musical de San Sebastián. Le gustaría permanecer en ese puesto mientras ilusión e imaginación perduren. La Quincena Musical celebrará este año su 60 aniversario. ¿Con qué objetivo nació? Se trató de una iniciativa de algunos aficionados a la música y de varios profesionales del comercio y la hostelería. Básicamente, lo que querían era recuperar la tradición musical que había en San Sebastián a principios de siglo. Además, se quería dotar a la ciudad de una nueva y atractiva oferta turística veraniega. A comienzos de siglo, la tradición musical en San Sebastián era muy rica: el Orfeón Donostiarra nació en 1897, Usandizaga un año más tarde. También Pablo Sorozabal y Nicanor Zabaleta pertenecen a esa época. Hoy día la Quincena está organizada por el Ayuntamiento de San Sebastián, el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa. En 1991 se fundó una Sociedad Anónima, cuyo presidente es Odón Elorza, alcalde de San Sebastián. La Quincena Musical de San Sebastián es uno de los festivales de músicamás antiguos de Europa. Ha conocido distintas épocas. ¿Cuáles han sido los principales obstáculos con los que se han encontrado? Del año 39 al 79, pasaron por aquí un montón de famosos intérpretes y orquestas: el London Symphony, el Berliner Philarmoniker, directores como Riccardo Muti, Sergiu Celibidache e Igor Markevich y cantores como Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Mirella Freni... A finales de la década de los 70, con la transición, y debido en gran parte a la crisis económica y política, el festival perdió su fuerza. El año 79 la Quincena tomó otra rumbo. Hasta entonces, el 90% de los conciertos tenían lugar en el Teatro Victoria Eugenia. Cuando nosotros asumimos la dirección del festival, lo propagamos a otras zonas de la ciudad. Además, empezamos a organizar ciclos sobre otros géneros contemporáneos. El año 89 fue muy importante para nosotros, porque, además de cumplir medio siglo, ese mismo año las instituciones adquirieron el compromiso de financiar la Quincena. Ese paso fue decisivo para la consolidación del festival. Quizás, el mayor obstáculo con que nos hemos topado es que al principio los espectadores tenían poca confianza en el nuevo equipo. Al mismo tiempo, y dados los cambios políticos y sociales, nos resultó difícil adaptarnos a la nueva realidad. En cualquier caso, paulatinamente empezamos a recuperar la confianza tanto del público como de las instituciones. En la actualidad, si uno compara el programa de la década de los 80 con el de los 90, verá que cualitativamente hemos dado un gran salto. Este año, por vez primera, algunas representaciones tendrán lugar en el auditorium del Kursaal. ¿Qué supone para ustedes acudir a un enclave tan importante? En mi opinión, San Sebastián, y en general Gipuzkoa, dispondrán por primera vez de un espacio destinado expresamente a la música. Dadas sus características, tanto los músicos como el público disfrutarán plenamente interpretando y escuchando música. Además, ahora habrá un 50% más de plazas que antes.Todo eso ha supuesto un gran desafío para nosotros. De cara al futuro, tendremos que aumentar la publicidad, hacerla de igual modo para el exterior, lo cual no se ha hecho hasta ahora. Eso significa que tendremos que cerrar la programación con mucha más antelación. Nuestro sueño sería presentar el cartel del año 2000 en septiembre. Lo realizará el pintor Ameztoi. Este año homenajearán al maestro Bernaola. ¿Qué destacaría de la obra de este gran músico? Su obra es muy rica. Ha hecho música para cine, música de cámara, sinfónica... Además, es un gran pedagogo; instruyó en la escuela de música Jesus Guridi de Vitoria. Es un músico muy importante. Dentro del ciclo del siglo XX, sus ex alumnos realizarán unos cuantos estrenos. ¿Qué criterios se tienen en cuenta a la hora de confeccionar el programa? Ha habido dos corrientes. Antes se traían nombres importantes. Ahora, en cambio, reparamos en otra serie de cosas al confeccionar el programa. Nuestro propósito es fijar una línea. En ese sentido, puede decirse que principalmente nos acogemos a un tema o a un centenario. Ya no reparamos tanto en los nombres, sino en los temas. ¿Cuáles son las principales novedades para este año? Se van a interpretar las nueve sinfonías de Beethoven. Además, hemos elaborado un programa estrechamente vinculado al camino de Santiago. Hemos trazado un trayecto especial. Por una parte, daremos un par de conciertos en Zumaia, en la iglesia y en la playa. Por otra parte, iremos a Roncesvalles, punto de partida del camino, y allí celebraremos una fiesta gigante, donde habrá de todo: dantzaris, actores, conciertos de música y un largo etcétera. En San Sebastián, el ciclo del camino de Santiago tendrá lugar en el convento más antiguo de la ciudad, en el convento de Santa Teresa. Ha citado los ciclos de la Quincena. Háblenos sobre ellos. ¿Qué características reúne cada uno? Cada cual tiene sus peculiaridades. No obstante, el principal motivo de organizar distintos ciclos es que queremos tratar diversosgéneros. Habría que destacar el ciclo de jóvenes intérpretes y el ciclo de Cámara. En este último participarán varios grandes intérpretes: The Scholars, Hesperion XX, Gianluca Cascioli, Frank Peter Zimmermann, etc. En el Kursaal habrá ocasión de escuchar unas importantes orquestas: Radio Baviera, la Orquesta Sinfónica de Tenerife... También hemos programado ópera; en concreto "El Murciélago" de Strauss y "La Reina de las hadas" de Purcell. En mi opinión, cada ciclo tiene su sentido y su público. Este año habrá algunos músicos que poco tienen que ver con la música clásica. Es el caso de Mikel Laboa, Josetxo Silgero, Iñaki Salvador y Jesús Arce. ¿Cómo así los han incluido en el programa? Esos músicos son muy conocidos dentro de su estilo. De modo que hemos querido que estuvieran presentes en el festival. Con iniciativas como ésta, queremos atraer al público que normalmente no acude al festival. En definitiva, nuestro propósito es abrir el festival a distintos géneros musicales. En el programa de la Quincena Musical tanto músicos como grupos del País Vasco ocupan un amplio espacio. ¿Su intención es la de reconocer e impulsar su trabajo? Uno de los principales atractivos de este festival es que más de la mitad de los conciertos son de intérpretes de casa, lo cual, desde el aspecto cultural, tiene gran importancia. Sí, al fin y al cabo, es el reconocimiento de su trabajo. Entre los jóvenes músicos que el público tendrá ocasión de escuchar se encuentran varios intérpretes y grupos del País Vasco que día a día tienen más fama: Cuarteto Ur klang, Juan Carlos Rodríguez, Zuriñe Fernandez, Antonio Lauzirika, Ainhoa Garmendia... Tenemos muchos músicos jóvenes de buen nivel, ¿no es así? Hay mucha competencia. De todos modos, creo que entre los músicos jóvenes del País Vasco hay un gran nivel. Creo que algunos de ellos tendrán éxito en el futuro. En ese sentido, uno de los objetivos de la Quincena es ofrecer a esos jóvenes músicos la oportunidad de participar en el festival. Dentrode unos años se dirá que la soprano Ainhoa Garmendia o el músico Josetxo Silgero estuvieron aquí. También para su currículum es bueno el haber actuado aquí. Así que es beneficioso para todos que esos jóvenes estén en la Quincena. No obstante, muchos de los citados jóvenes estudian en el extranjero y actúan con grupos de fuera. Por otra parte, la mayoría de los que forman la Orquesta Sinfónica de Euskadi son extranjeros. ¿No es una contradicción? Hoy en día las cosas son así. Unos van fuera y otros vienen de fuera. No obstante, en la Orquesta Sinfónica de Euskadi y en la Orquesta de Bilbao poco a poco están entrando músicos de aquí. Además, se ha creado la Euskadiko Gazte Orkestra, queriendo ofrecer un espacio a nuestros jóvenes músicos. En la actualidad se está imponiendo el concepto de Europa. Así que aquí hay músicos de Europa, y, del mismo modo, en Europa hay músicos de aquí. Yo no creo que eso sea una contradicción. De todas formas, lo mejor sería que la gente de casa pudiera trabajar en casa. Pero, al haber mucha competencia, estas cosas ocurren. Entonces, ¿qué se puede hacer para que los músicos de casa se queden en casa? Creo que poco a poco los músicos de casa se están quedando en casa. En este sentido, hay que subrayar que desde que se creó la Orquesta de Euskadi, año tras año el número de músicos vascos va en aumento. Aún así, creo que la administración debería impulsar más la música de aquí. Volviendo al programa, en el ciclo de conferencias hay uno dedicado a los órganos de Aristide Cavaillé. ¿Qué importancia han tenido en la evolución de la música romántica del País Vasco? En el País Vasco hay muchos órganos Cavaillé Coll. Son muy importantes en la evolución de la música romántica. Mediante ese ciclo queremos ofrecer un homenaje a la empresa, porque sus órganos se encuentran en muchos pueblos del País Vasco peninsular: en San Sebastián, Irún, Azpeitia, Loyola, Usúrbil, Lequeitio, y un largo etcétera. Los órganos Cavaillé Coll son muy importantes, tienengran proyección a nivel internacional. Como curiosidad, el país que más órganos de esa marca tiene en el mundo es el País Vasco peninsular. Tenemos una cátedra de órgano en la Escuela de Música de San Sebastián. Gracias a ella, organizamos desde hace mucho tiempo distintos cursos, en los que solemos contar con profesores provenientes de varios lugares de Europa. En el ciclo de conferencias dedicado a este tipo de órgano participarán algunos expertos como Daniel Roth, Jose Manuel Azcue, Kurt Lueders y Esteban Elizondo. Dentro del ciclo de música del siglo XX, tendremos a Alfonso García de la Torre, responsable de la sección de electroacústica de la Escuela de Música Jesus Guridi de Vitoria. ¿Qué importancia tiene la electroacústica en la actuak producción músical? Hoy por hoy, muchos trabajos requieren la ayuda de la electroacústica. La electroacústica se está introduciendo poco a poco en el mundo de la música. No es una cosa de ayer; está cobrando gran fuerza desde hace 25 años. En lo que respecta al público, la Quincena Musical recibe una respuesta ejemplar. ¿Cuántos espectadores suelen tener de promedio? ¿Cuáles son los ciclos que más gente congregan? Durante el festival, las salas se llenan en un 90% como promedio. Hay un ciclo que cuenta con menos afluencia de público, que es el dedicado a la música del siglo XX. Teniendo en cuenta esos datos, se puede decir que, en general, el festival es del agrado del público. Afortunadamente, las largas colas que antes solía haber para obtener las entradas han desaparecido. El sistema de venta de entradas indudablemente, ha mejorado. En tal caso, el trabajo realizado a lo largo de todos esos años ha merecido la pena, ¿no es así? En mi opinión, sí. Por ejemplo, cuando veo 2000 chavales en el concierto dirigido a los niños, o cuando percibo la respuesta que hemos tenido al salir fuera, al ver que la gente disfruta, yo me alegro profundamente. Como aficionado a la música, le veo ciertas insuficiencias a este festival, unos límites,pero tenemos la intención de resolverlos. Sin duda alguna, el trabajo realizado merece la pena. ¿Cuáles serían esas insuficiencias y límites? En primer lugar, estaría el aspecto económico. Nuestro presupuesto es de 340 millones, y, claro, cuanto más dinero, mejor calidad. Además, opino que se debería reforzar el grupo que trabaja en la organización. Por otro lado, todos los organizadores de los festivales preparados en torno a la música clásica deberían tener en cuenta que el público está envejeciendo. De modo que tendremos que analizar las maneras de encontrar y atraer a un nuevo público. Ése sería nuestro principal reto de cara al siglo XXI. En el País Vasco, los festivales dedicados a la música son cada vez más numerosos. ¿Se está afianzando la actividad musical? Sin duda. Este país es pequeño, pero aun así contamos con cada vez más festivales. Tenemos dos grandes temporadas de conciertos: la de la Orquesta Sinfónica de Bilbao y la de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, que se ofrecen en las capitales de la CAV. Además, hay otros festivales: el Festival de Ópera de Abao, el Festival de Ópera de Bilbao, el Festival de Bach de San Sebastián, el Festival Coral de Tolosa, diversos ciclos organizados por las Diputaciones en los pueblos, el Festival de Música Antigua de Vitoria y un largo etcétera. Puede que lo que suceda sea que no haya una entidad o sociedad que aúna la totalidad de los festivales que se ofrecen. Por otra parte, con el palacio Euskalduna y el Kursaal, me parece que ahora la programación dedicada a la música se va a ampliar. Fotografías: Ainhoa Irazu e Irutxulo
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