Antton Mari Aldekoa-Otalora: "Hemos conseguido que la Feria de Durango sea la Feria de Euskal Herria"

2000-12-01

EZKERRA, Estibalitz

Elkarrizketa: Antton Mari Aldekoa Otalora Antton Mari Aldekoa Otalora, Presidente de la Asociación Cultural Gerediaga "Hemos conseguido que la Feria de Durango sea la Feria de Euskal Herria" * Traducción al español del original en euskera Estibalitz Ezkerra La Feria del Libro y Disco Vascos de Durango cumple este año su 35º aniversario. Desde que su primera edición en 1965 de la mano de la Asociación Cultural Gerediaga, la Feria ha sido durante todos estos años el punto de encuentro de las editoriales vascas. El actual presidente de la citada asociación tenía dieciocho años la primera vez que se acercó a sus estanterías, y desde entonces se ha mantenido fiel a la cita anual, "salvo un año en que estuve en Madrid cumpliendo el servicio militar. Pero todas las demás ocasiones he asistido a la Feria, bien como comprador, bien como colaborador". Aldekoa Otalora se hizo responsable de la Asociación Gerediaga entre 1976 77, y desde 1983 ostenta su presidencia. ¿Cómo surgió la idea de organizar una Feria del Libro y Disco Vascos? Durango (al decir Durango me refiero al Duranguesado) pasó de manos de Navarra a formar parte de Bizkaia en un momento bastante tardío, hacia el año 1200. Los representantes de los municipios vizcaínos se solían congregar en Gernika, pero el Duranguesado sólo tenía tres representantes, hecho que manifiesta que a los habitantes de esta zona no se les consideraba auténticos vizcaínos. La elección de esos tres representantes que acudirían a Gernika se realizaba entre las doce anteiglesias y cuatro ciudades del Duranguesado, en las Juntas de Gerediaga. Las últimas Juntas se celebraron poco antes de que tuviera lugar la abolición los Fueros. Así es como nos lo han contado nuestros abuelos. Los habitantes de Durango, aunque somos vizcaínos, tenemos una personalidad propia. La Asociación Cultural Gerediaga, integrada por los representantes de todos los pueblos, se fundó en la época franquista, en verano de 1965, y organizó la primera Feria del Libro deDurango aquel mismo año, a finales de octubre y primeros de noviembre, en la festividad de Todos los Santos. La Feria tuvo lugar en los bajos de la Iglesia de Santa María, donde se expusieron sobre todo antiguos libros vascos, ya que la producción de entonces no era tan extensa como la actual. Sin embargo, habría que subrayar la relevancia que todo lo vasco adquiría en tiempos franquistas. El año siguiente, la Feria no se pudo celebrar por encontrarse los bajos de la Iglesia en obras, pero de ahí en adelante se ha celebrado año tras año. La Feria cumple este año su 35º aniversario. ¿Qué aspectos de su andadura destacaría? La Feria de Durango ha sido la Feria de las editoriales, y hemos conseguido que ese aspecto permanezca intacto. En los años posteriores a la dictadura, entre 1975 81, trajimos muchísimas nuevas editoriales y libros, y las publicaciones que hasta entonces habían permanecido vetadas se empezaron a exponer en Durango. Hemos conseguido que, al igual que en los comienzos, la Feria sea también de las editoriales. Un libro no se exhibe en un stand por tratarse de un best seller mundial, sino por decisión de la editorial. Creo que el púbico, aunque inconscientemente, lo acepta. Y no sólo eso, sino que además lo agradece. Otro importante aspecto a recalcar es el éxito que está teniendo la Feria. Lo que empezó siendo una iniciativa popular en una difícil y oscura época, hoy día cuenta con el beneplácito general, tanto de la Administración como de los ciudadanos de a pie. En resumidas cuentas, hemos conseguido que la Feria de Durango sea la Feria de Euskal Herria, la Feria nacional, que en mi opinión lo ha sido desde sus comienzos, aunque puede que en los últimos años se haya visto más claramente. La Asociación Gerediaga ha manifestado en reiteradas ocasiones que la Feria de Durango no es una Feria para profesionales, sino que es más bien un encuentro cultural. Los días en que tiene lugar la Feria, Durango se convierte en un punto de encuentro cultural. Sinrestar ningún mérito a las Ferias de Bilbao, de Arrasate o de San Sebastián, diría que están más dirigidas al profesional, y aunque las organicen lo mejor posible, lo cierto es que nuestra Feria tiene un aura misteriosa. La gente llega de toda Euskal Herria para reencontrarse con sus amigos. Puede que en las ferias de Bilbao, Tolosa o San Sebastián no haya tal aglomeración; por lo menos de Durango no suele acudir tanta gente. En ese sentido, Durango tiene un encanto especial. La Feria de Durango recibe subvenciones del Gobierno Vasco. ¿Hasta qué punto condicionan estas ayudas la actividad de una Feria? Como antes he mencionado, en la actualidad la Feria cuenta con el visto bueno de las instituciones. Nuestra relación con el Gobierno Vasco se remonta a 1980, y, aunque el mayor peso recae sobre la Asociación Gerediaga, el Gobierno, que siempre ha considerado esta Feria como Feria Vasca, también consta entre los organizadores. Digamos que se trata de una especie de colaboración. Además, en mayor o menor medida, también colaboran las tres Diputaciones Forales de la Comunidad Autónoma Vasca. Antes también solía hacerlo la Diputación Foral de Navarra, pero dejó de hacerlo al convertirse en Comunidad Autónoma. Aun así, en la Feria exponemos libros de Navarra, inclusive los publicados por el Gobierno navarro. ¿Que hasta qué punto nos condiciona? En este país ninguna iniciativa resulta una empresa fácil, y no sólo por causas económicas o ideológicas. Imaginemos que la organización de la Feria corre exclusivamente a cargo de la Asociación Gerediaga, sin ningún tipo de subvención, que le ha tocado la lotería. Incluso en ese caso, procuraríamos que todas las ideologías tuvieran cabida. No cabe otra alternativa; en este país existe una pluralidad. No se trata de que la Administración preste su ayuda o no. Se trata de conseguir un equilibrio; equilibrio que, en mi opinión, en nuestro caso se da. La Feria se ha visto ante el problema de no contar con un emplazamiento fijo. ¿Quéhay de ese problema? Para la presente edición, hemos decidido levantar cinco stands menos. Aunque hayamos recibido más peticiones, y contábamos con el espacio suficiente para albergar a todos, hemos creído conveniente ahorrar espacio para la gente. De modo que físicamente habrá menos stands, pero no por falta de espacio, sino para que la gente disponga de más espacio. ¿Que para cuándo una ubicación fija? Eso se lo deberíamos preguntar a la Administración, al Consistorio, a la Diputación Foral y al Gobierno. Después de tantos años en funcionamiento, la Feria merece una ubicación definitiva o, al menos, para algunos años, un emplazamiento que además no sólo acogería a esta Feria. Sé que el Ayuntamiento comparte este deseo, pero la verdad es que estas cosas suelen ir muy despacio. ¿A qué criterios se atienen a la hora de decidir qué peticiones aceptar y cuáles rechazar? Cómo organizadores, hacemos un seguimiento de la producción anual de cada editorial. Puede que si las editoriales de enciclopedias estuvieran en siete stands en lugar de en dos la Feria resultara más atractiva, pero si una editorial cuenta con una sola enciclopedia, puede surtir el efecto contrario. Andamos rozando entre lo subjetivo y lo objetivo. ¿Puede uno ser subjetivo con unos mientras es objetivo con otros? No. Aunque en algún momento hayamos podido establecer algún que otro veto, creo que nunca hemos llegado a enfadarnos con una editorial por las posibles limitaciones. Tomando como ejemplo la Feria de Durango, en Donibane Lohitzune se creó otra Feria del Libro y Disco. ¿Qué tipo de relación mantienen ambas Ferias? Ninguna relación especial. No son "hijos" nuestros, pero "primos" al menos sí. Hemos coincidido en algún acto, también en Durango, y hemos compartido impresiones. Estas Ferias suelen dirigirse a las editoriales, y así es como se encauzan los intercambios. En el mundo de las Ferias no sólo estamos los organizadores; hay asimismo otras necesidades e intereses en torno a las editoriales,a cuyas opiniones concedemos una especial importancia. En todo caso, en estos momentos no tenemos ningún convenio que nos obligue a actuar de forma conjunta. ¿Y con Cataluña y Galicia, Comunidades Autónomas asiduas en Durango? Sí, pero la relación que tenemos con ellas es la misma que tenemos con los de la Feria de Donibane Lohitzune. El moverse por las Ferias sirve al menos para establecer contactos. Puede que en cierta medida nuestro papel sea el de hacer de puente. Aunque si otros lo hacen en nuestro lugar, pues fenomenal. Hace dos años la Feria del Libro de Cataluña decidió desplegarse a otras zonas. ¿Ha barajado la Feria de Durango esta posibilidad? En tanto que la organización de la Feria recaiga en la Asociación Gerediaga, en nuestra opinión, y en la de casi todas las editoriales que participan en la Feria, ésta debería seguir celebrándose en Durango. Alguna que otra vez sí que nos han tentado con la idea de trasladarla a Bilbao o a alguna otra ciudad, pero incluso las editoriales tienen sus recelos, porque no es fácil cambiar las costumbres de la gente. Ninguno de los que organizamos la Feria tenemos intención de trasladarla de Durango a otra ciudad. Cada vez que se nos plantea la cuestión, antes de que nosotros nos pronunciemos lo hacen las editoriales. Cada año conceden más terreno a la informática. De hecho, en la anterior edición presentaron la página web de la Feria. ¿Qué objetivos se ha marcado la Feria en torno a las nuevas tecnologías? Tratamos de ir al paso que lleva el mundo. Lo ideal sería ir por delante, pero estar a la par no está nada mal. No podemos quedar anclados en el año 1500. A las nuevas tecnologías no sólo les tenemos que abrir las ventanas, sino también las puertas, y además de par en par. Procuramos que la Feria responda a esa voluntad, y que esa producción esté integrada en ella. De cara al futuro, ¿qué retos se ha fijado la Feria de Durango? Puede que el reto principal sea el relativo al espacio físico que antes comentaba, porqueel poder contar con una ubicación estable ensalzaría la Feria. La primera ubicación tenía su encanto, pero la calidez del nuevo soportal es innegable. Por otra parte está la cuestión, que no sé si se puede considerar reto o no, y que tampoco sé cómo habría que encauzar, de que la Feria sea también una Feria de los profesionales. Que, como en Frankfurt, haya un contacto entre los escritores y los editores. Si lo suelen hacer a lo largo del año, ¿por qué no en Durango? ¿Y por qué no invitar a Durango a alguna persona de Bélgica, Frankfurt o Brasil para que adquiera la exclusiva de Bernardo Atxaga?. Digo Bernardo Atxaga porque en cuanto escuchamos su nombre se nos cae la baba, pero puede ser cualquier otro. ¿Por qué no vienen las editoriales extranjeras a Durango a conocer la producción del País Vasco y establecer contactos con autores y editoriales vascas? Ése podría ser uno de los mayores retos. Pero no estoy seguro sobre cómo se debería actuar. Yo creo que Durango no sólo tiene que abastecer a Euskal Herria, sino que también tiene que mirar al exterior. Quizás debiéramos traer a los extranjeros, para así expandir nuestra identidad por el mundo. Ha hecho alusión a Frankfurt. ¿Siguen de cerca el desarrollo de las Ferias extranjeras? Algo sí. Los representantes vascos en Frankfurt exponen una docena de libros. Pero los primeros en acudir a esa Feria fuimos los de la Asociación Gerediaga, gracias a una beca del Gobierno Vasco, y allí establecimos una serie de contactos. Pero lo que trato de decir es que hay que entablar relaciones entre los profesionales. Hace 200 años Humboldt vino a Euskal Herria, y Europa conoció más nuestro idioma gracias a él. Puede que el siguiente paso tenga que seguir esa línea, para que los grandes imperios empiecen a tratar con el euskera. Sería verdaderamente enriquecedor, para todos. ¿Quién debería dar ese paso? Puede que a nosotros nos corresponda hacer de puente. No es fácil determinar quién tiene que dar el paso. ¿Lo tenemos que dar nosotros?¿Tenemos que ser nosotros quienes estrechen los lazos entre los profesionales para que luego se llenen los bolsillos? No es fácil. ¿Qué proyectos tiene la Asociación Gerediaga a corto plazo? Por una parte está la Feria, pero por otra parte queremos conservar la identidad o espíritu propio del Duranguesado. Recuperar el pasado, descubrir y determinar nuestros orígenes, etc., aunque sea necesario, no es suficiente. Queremos vivir en un mundo plural, pero sin renunciar a nuestra identidad. La arquitectura de nuestros caseríos difiere completamente de la de Arratia, y, desde luego, de la de Cáceres. Todos esos rasgos que nos caracterizan los tenemos que conservar, igual que el euskera o las montañas que nos rodean, pero desde una perspectiva actualizada, no del siglo XVIII. Todo esto nos ha llegado hasta el siglo XXI gracias a que alguien se ha hecho cargo de su conservación, y nosotros tenemos la obligación de transmitir ese espíritu a nuestros descendientes. Fotografías: Estibalitz Ezkerra Euskonews & Media 102.zbk (2000 / 12 / 1 15) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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