El espectáculo de la Revolución Francesa plantea a Humboldt la necesidad de una filosofía de la historia: ¿qué es la historia, es arbitrariamente manipulable o debe ser respetado su curso "natural"? El último fin de la filosofía de la historia es ético-político; su objeto el conocimiento de las "leyes naturales" que rigen el devenir histórico y el lugar del individuo en él.