Aitor Furundarena. Músico: Lo que pretendemos no es explicar al mundo lo que somos, sino mostrar a los acordeonistas vascos, yo incluido, cómo es el mundo

2009-03-06

SALA, Teresa

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

Un hombre joven con una larga trayectoria. Se enamoró del acordeón siendo todavía un crío y la historia de amor continúa, no ha terminado y va para largo, cada vez más arraigada, cada vez más intensa. Pasa los días muy ocupado pero no parece importarle demasiado, ya que ama lo que hace, y eso “es un privilegio, sin duda alguna”. Es profesor de Musikene, trabaja como músico en Euskal Telebista y, entre otras cosas, se sienta en la silla del Presidente de la Asociación Vasca de Acordeonistas. Además, compone por su cuenta y ofrece recitales junto con otros artistas. La cita es en un restaurante de Donostia y hemos hablado largo y tendido de música, de trabajo, de la vida...

¿Cómo y cuándo surgió Hauspoz, La Asociación Vasca de Acordeonistas?

El primer nombre que tuvo la asociación fue el de Federación de Acordeonistas de Gipuzkoa. Se creó hace unos 30 años para reunir a los estudiantes y profesores vascos de aquella época y trabajar en torno al instrumento. Así nació la asociación. En el mundo del acordeón se movía mucha gente, y como ocurre a menudo, vieron la necesidad de coordinar fuerzas para poder así emprender iniciativas. Ha pasado el tiempo, el acordeón ha ocupado en la sociedad diferentes espacios en diferentes épocas y, hoy en día, tiene su lugar concreto. En general, seguimos trabajando para conseguir los mismos objetivos de antes, pero sí que existen algunas diferencias. Actualmente, pienso que Hauspoz está ligada a músicas más modernas. La música contemporánea está más enraizada en la sociedad, y creo que Hauspoz está siguiendo la misma línea. Trabajamos en torno al acordeón, sobre todo para profesores de acordeón y para que el acordeón siga estando en un buen lugar. El acordeón, como cualquier otro instrumento, puede tomar diferentes caminos. Somos nosotros, como cualquier asociación, los que debemos elegir cuál será su camino. Durante una época se eligió el camino clásico, concretamente del clásico romántico. Hoy en día, utilizamos tanto el estilo clásico como el contemporáneo. Y añadiría que, dentro de la música contemporánea, Hauspoz ha encontrado su lugar. Empezaron a organizar el Concurso de Gipuzkoa en los primeros años y, una vez al año, se organizaba un cursillo, donde se traían profesionales de fuera para dar clase a los profesores de aquí. En este sentido, la Confederación de Acordeonistas de Gipuzkoa hizo un buen trabajo; trajo gente de fuera del País Vasco y llevó a alumnos de aquí a otras escuelas. Durante muchos años se hizo un gran trabajo; podríamos resaltar la organización de cursillos y de conciertos con concertistas internacionales. Además también se hizo un excelente trabajo de cantera. De hecho, se abrió el camino para que los estudiantes vascos pudieran cursar sus estudios en el extranjero.

De todos los cambios y evoluciones habidos en la asociación durante estos años, ¿cuáles destacaría?

Ha habido un pequeño cambio en el nombre, pero la filosofía de la asociación ha continuado siendo la misma.

Y, actualmente, ¿cómo funciona la asociación?

Desarrollamos tres actividades principales: hacia finales de junio, organizamos la Semana Cultural del Acordeón, en Zarautz. Antes se incluían, mayormente, cursillos pero, hoy en día, también hay espacio para las actuaciones. Además, acabamos de poner en marcha el Premio de Composición. Nos parecía muy importante fortalecer el trabajo creativo. Como en normal, todo esto introduce al acordeón dentro del mundo general de la música, y creemos de verdad que debe ser así, pues no queremos que se convierta en un ghetto. Para finalizar, durante el mes de diciembre organizamos cada año los Concursos de Acordeón de Arrasate. Organizar este certamen es, sin duda alguna, lo más importante que hacemos. Se celebran muchos tipos de concursos, y, además del ámbito profesional, también nos ocupamos del ámbito pedagógico.

¿Quiénes conforman la asociación y cómo desarrollan el trabajo?

A lo largo de todo el año trabajamos en la asociación un número concreto de personas pero, en momentos determinados, aumenta el número de personas en la asociación, a fin de poder llevar adelante las actividades programadas. Actualmente no desarrollamos actividad o trabajo constante durante todo el año. En cambio, en determinados momentos se nos acumula un montón de trabajo y de movimiento. Durante los últimos quince años hemos vivido grandes cambios. Por ejemplo, la evolución del Concurso de Arrasate nos condujo a poner en marcha un apartado no competitivo hace unos años. En cuanto a los cursillos, nos dimos cuenta de que no tenían mucha lógica, y en vez de organizar cursillos magistrales, optamos por poner en marcha clases que dieran la oportunidad de aprender a tocar otros instrumentos. Finalmente, nos pusimos como objetivo adentrarnos en el ámbito de la música en general, y llegó el momento de “normalizar” el acordeón. Músicos y compositores que tocan otros instrumentos impartieron clase y esto fue muy importante para ampliar miras. Estos últimos años hemos intentado organizar conciertos con el objetivo de dar a conocer la amplia oferta de la que goza el acordeón.

Además de tener un perfil pedagógico, los Concursos de Acordeón de Arrasate se han convertido en un referente, en un importante escaparate de los mejores acordeonistas de la actualidad.

En nuestra opinión son dos partes de una misma cosa. Y cuando digo de la misma cosa me refiero al tema pedagógico. Intentamos traer a acordeonistas internacionales de alto nivel, pero lo que queremos conseguir es enseñar a los de aquí la perspectiva que hay fuera y, al final, todo eso es pedagogía. Me acuerdo que cuando empecé era muy importante participar en los concursos, porque así tenías la posibilidad de ver cómo tocaban los de fuera. Se consiguen referencias tanto para los que tienen un nivel bastante alto como para los estudiantes e, incluso, para los principiantes. Nosotros entendemos todo esto dentro del ámbito pedagógico.

En el certamen participa mucha gente joven. Si no recuerdo mal, el ganador de la última edición tenía sólo 18 años.

Sí, así es, y eso es muy positivo. Es un ejemplo de que los jóvenes vienen pegando fuerte y que continúan con el trabajo realizado en los últimos años. Esto nos demuestra que, en cierto sentido, el trabajo de cantera que estamos intentando hacer lo estamos haciendo bien. Ésa es, al menos, nuestra opinión. La participación y el nivel van en aumento y eso es consecuencia del trabajo de cantera y nos llena de orgullo. El trabajo que hemos hecho y los caminos que hemos escogido no son siempre coincidentes con el tipo de música que más gusta a la gente. En la música, como en el resto de los ámbitos, hay que tomar decisiones y nosotros intentamos no guiarnos sólo por criterios comerciales. Y parece que actuando de esta manera estamos acertando. La verdad es que en la vida, en general, cuando sé de alguien que está intentando funcionar no sólo con criterios comerciales y veo que le va bastante bien, me alegro mucho. Si no, parece que nos manejan y con ejemplos así me surge un pequeño rayo de esperanza.

¿Cuáles son actualmente las principales carencias que tiene el mundo del acordeón?

Podríamos decir que actualmente no hay demasiados conciertos, ni para el acordeonista ni para los espectadores. En Zarautz Intentamos mostrar una parte de la oferta existente. Nos parece esencial hacerlo.

¿Hacia dónde apuntan los objetivos de Hauspoz?

Diría que los objetivos de Hauspoz apuntan hacia dentro. Queremos ampliar las perspectivas, queremos ayudar a “los de casa” a ver más mundo. No es tanto que pretendamos enseñar al mundo lo que somos, sino que todo lo contrario, pretendemos enseñar el mundo a los acordeonistas, y me incluyo.

¿Cómo describiría la situación actual de los acordeonistas vascos?

En cuanto al número no estamos tan bien como hace 20 o 30 años, pero diría que, en lo que respecta a la calidad, ha habido una gran evolución. Hoy en día contamos con músicos que han ofrecido conciertos de gran calidad en el ámbito internacional, concertistas cuyos nombres tienen un gran peso tanto aquí como en el extranjero. No hacen falta grandes titulares. Con decir quiénes somos es suficiente. Todo eso, de por sí, tiene mucho peso.

¿Cómo ve a Hauspoz en el futuro? ¿Qué es lo que espera?

Vamos haciendo camino. Yo funciono así en mi vida. Pienso que, en general, tengo muy claro qué mundo y qué tipo de vida deseo. No quiero conseguir unos objetivos en concreto. La vida es la que manda y el camino me lo enseña el día a día. Yo funciono así y entiendo la asociación Hauspoz de la misma manera.

Si tuviera que analizar la ayuda que prestan las instituciones vascas a los músicos, ¿qué diría?

Siempre existe la posibilidad de estar mejor o peor. Desde el punto de vista de los estudios, pienso que la situación es muy diferente a la de hace unos 20 años, totalmente diferente. Actualmente existen estudios universitarios y antes la carrera de músico era totalmente amateur, la podía hacer cualquiera. Hoy en día eso no sucede. Me parece que se le ha dado seriedad a la carrera. Si consideramos la música como una pirámide con su base y su élite, diría que la parte superior de la pirámide se ha fortalecido mucho. Pero la base, claramente, está más débil que antes. Me resulta muy difícil hacer un diagnóstico y dar con la solución. Me parece que ésa no es labor de un músico, a lo mejor puede serlo de un sociólogo. Es verdad que todos tenemos un poco de sociólogo, pero eso, un poco. Y mi pequeña parte de sociólogo me dice que vivimos en una sociedad donde no se le da mucha importancia a la cultura de verdad y sí a los grandes espectáculos. Y todo eso es elitista. Dentro del mundo de la música existen muchos espectáculos que más que espectáculos o conciertos son fuegos artificiales. Y estoy hablando de la industria que simplemente junta a mucha gente para ganar mucho dinero. Funciona bien pero es muy elitista. La base de la pirámide se ha debilitado mucho. Todo es cíclico y pienso que la situación actual cambiará. Dentro de unos años la sociedad se dará cuenta de que la cultura popular, la cultura que surge del pueblo, es muy importante. En la actualidad, el dinero tiene mucha importancia en la sociedad y yo pienso que todo esto va a cambiar, que es cuestión de tiempo. Pero con esa manera de actuar, no están aportando nada a la cultura y al arte. La elite de la pirámide puede generar dinero pero la base, como base que es, no puede hacerlo. De todas maneras, me parece que todo eso va a cambiar.

Si creas algo escandaloso en nombre del arte, le haces un flaco favor a la cultura. Si a lo escandaloso le llamas arte, recibirás muchas subvenciones, pero estarás dañando gravemente la cultura de verdad.

¿Cómo llegó al mundo de la música? ¿Por qué decidió ser músico?

Empecé a aprender música cuando tenía sólo once años. El año anterior hice solfeo y no me gustó nada. Quise dejarlo pero mis padres me animaron a seguir un año más. Fue entonces cuando empecé con el acordeón y la verdad es que me enamoró. En aquella época era muy introvertido y pasé un montón de horas solo con mi acordeón. A los 17 años me llegó el momento de elegir la carrera que quería estudiar. Empecé a darle vueltas al asunto e hice la elección. Pero en aquel momento me di cuenta de que, aunque no fuera profesionalmente, mi vida estaría ligada a la música. Así, elegí seguir los estudios de acordeón. Mis padres son muy trabajadores y durante años les demostré que mi elección fue una elección muy seria. Así pues, durante muchos años he trabajado muy duro.

¿Está contento con lo que ha conseguido?

Sí. Para mí es un gran placer componer y tocar el acordeón. Aitor Furundarena Usabiaga (Ordizia, 1970) Profesor, acordeonista y compositor de música de alto nivel. Ha cursado estudios en Donostia, París y Copenhage. Como intérprete, ha profundizado sobre todo en música contemporánea, tradicional y música para danza. Es autor de muchas grabaciones y ha tocado con muchos grupos (Faltriqueira, Patxi Kaleko, Amaia Zubiria, HF, AIKO, Pantxoa eta Pello, Txomin Artola, Larraitz Ugartemendia, bailarines de claqué, el txistulari Garikoitz Mendizabal...). Como arreglista y compositor ha trabajado en ETB (Betizuak, Sorginen Laratza, Triki traka triki tron, Izar gazte bila, Sikofonia, EKO...), teatro (Kutsidazu bidea, Ixabel y Kaukasiar Kreazko Borobila) y cine (Olentzero, Betizuak izar artean). Actualmente es profesor de Música de Cámara, Transcripción, Música Popular y Repentización en el Centro Superior de Música del País Vasco (Musikene).
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