Iñaki Mujika. Viceconsejero de Formación Profesional y de Formación Continua: Nuestro modelo es industrial: los alumnos y sus familias tienen que saber dónde están los puestos de trabajo

2006-10-06

BREA, Unai

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

La vida de Iñaki Mujika (Usurbil) ha estado ligada desde joven a la Formación Profesional; primero, como alumno; después, como profesor, y, en la actualidad, en calidad de Viceconsejero. Durante aproximadamente una hora, hemos conversado con él, en su despacho de Lakua, acerca de la situación actual de la Formación Profesional en Euskadi. Mujika se ha mostrado optimista y ha subrayado los avances realizados, aunque sin ocultar las carencias existentes. Según asegura el Viceconsejero, la Formación Profesional sufre todavía algunos estigmas del pasado, pero, poco a poco, los va superando.

Un año ya que accedió al cargo. La tradición obliga a realizar un balance transcurrido dicho tiempo...

Estamos contentos. En primer lugar, porque contamos con un magnífico equipo. En segundo lugar, porque hemos efectuado ya nuestra reflexión estratégica en la Viceconsejería, tras lo cual intentamos aplicar una determinada perspectiva de trabajo hasta el 2010. Una perspectiva interesante, en mi opinión. Sea como fuere, estamos estrechamente ligados al Plan de Formación Profesional. El Plan Vasco de Formación Profesional 2004-2008 fue aprobado por el Gobierno Vasco, y debemos aplicarlo.

¿Cuáles son las líneas maestras del citado Plan 2004-08?

Cuenta con cuatro apartados. El primero, el afianzamiento de las estructuras creadas por el anterior Plan Vasco de Formación Profesional –Consejo Vasco de Formación Profesional, Instituto Vasco de Cualificaciones...–, una labor cuyo primer desafío es la aprobación de una Ley Vasca de Formación Profesional. Estamos redactando un borrador de dicha Ley, y en breve comenzaremos las reuniones con los diferentes agentes relacionados con la Formación Profesional para debatir su contenido.

El segundo apartado es la calidad, un ámbito en el que hemos dado unos pasos muy interesantes durante los últimos años. El 95% de nuestros centros de enseñanza posee el certificado ISO 9001, y se han alcanzado niveles muy interesantes en FQM, superiores a los 400 o 500 puntos. Hemos sido los primeros de nuestro entorno en conseguir determinados certificados de calidad. Así pues, podemos hablar con absoluta tranquilidad de la calidad de nuestras empresas. Creo que somos pioneros en este campo, tanto en el Estado como a nivel europeo.

Faltan todavía dos apartados...

El tercer apartado es el de la innovación tecnológica. Por una parte, creo que nuestros centros están bastante bien dotados al respecto. Pero las tecnologías avanzan muy deprisa, por lo que estamos obligados a una permanente actualización, lo que supone unos gastos considerables. Los centros, sin embargo, saben que, además del Gobierno vasco, pueden obtener fondos de las empresas de su entorno y de otras fuentes. En ese sentido, creo que los centros de Formación Profesional –salvo excepciones– están en una situación razonablemente buena. Pero, en lo que se refiere a la tecnología, no queremos que cada centro funcione independientemente, al margen del resto. Por eso, recientemente, hemos creado Tknika, en Errenteria.

¿Qué es, exactamente, Tknika?

Un centro para la innovación de la Formación Profesional y para la preparación del profesorado. Con Tknika, intentamos que las nuevas tecnologías lleguen a las empresas lo más pronto posible, y creemos que los centros de Formación profesional son la vía adecuada para ello. Por una parte, si dichas tecnologías llegan a nuestros centros, los alumnos van a aprender a utilizarlas. Y son nuestros alumnos quienes van a trasladar en el futuro (dentro de pocos años) las citas tecnologías a las empresas. Por otra parte, nuestros centros realizan una labor permanente de formación con las pequeñas empresas, ayudando a superar la tan mencionada ‘brecha tecnológica’.

Sólo nos falta citar el cuarto apartado del Plan 2004-08 …

En efecto. Este punto se refiere a las tecnologías de la información y de la comunicación, las TIC. Obviamente, estamos inmersos en dichas tecnologías: si en un puesto de trabajo, en cualquiera, no hay un ordenador, parece que no sabemos por dónde empezar a trabajar... Tenemos que trasladar esa filosofía a nuestros centros. Todos los centros de Formación Profesional están muy bien dotados en ese campo, pero falta todavía mucho por hacer. Por una parte, a los profesores les resulta difícil en ocasiones preparar y dar clases con estas nuevas herramientas, por lo que debemos ayudarles. También en ese ámbito, Tknika realiza una gran labor.

Así pues, se han producido grandes avances. Una de las claves de dichos avances es, evidentemente, el factor humano, los profesores. ¿Cómo está la situación en ese campo?

Bien, por lo general. Hoy en día, nuestro principal problema es la falta de alumnos. Pero dicha carencia no es debida a que los alumnos no quieran estudiar en la FP, sino a que no hay alumnos en general, debido a la baja tasa de natalidad. La oferta supera a la demanda, lo que puede provocar cierto nerviosismo en algunos profesores: “Si no hay alumnos, al final, tampoco se necesitarán profesores”. Quiero enviar un mensaje tranquilizador al respecto: la situación actual es la que es, en cuanto a número de alumnos se refiere, pero nos da la oportunidad de ofrecer otros servicios.

¿Por ejemplo?

Estamos cubriendo la falta de estudiantes, en parte, con trabajadores acogidos a la Formación Continua. Contamos con profesores de buen nivel, que conocen las nuevas tecnologías. Cambia el alumnado, cambia el horario...; los profesores tendrán que adaptarse a los cambios, pero tenemos que mantener el profesorado sea como sea. La media de edad de nuestros profesores es de 48 años –mi edad–, lo que significa que dentro de diez años estaremos a las puertas de la jubilación. Y será entonces cuando necesitemos a esos profesores que ahora tal vez piensan que sobran.

La Formación Continua es, junto con la Formación Profesional, uno de los dos ámbitos en los que trabaja su Viceconsejería. ¿En qué consiste, exactamente, la Formación Continua?

Lo cierto es que la Formación Profesional es un ámbito bastante conocido, mientras que no lo es tanto la Formación Continua. ¿Que en qué consiste ésta? Se trata de un proyecto que se está impulsando en toda Europa: formar a la sociedad, dotarla de información...; en definitiva, que los ciudadanos cuenten con la mayor capacidad posible para adoptar decisiones. Dicha formación no tiene por qué ser solamente la que exige la ley (Educación Primaria, Educación Secundaria, Universidad, Formación Profesional...), ya que hay otro amplio campo en el que trabajar. Los trabajadores deben adaptarse a las nuevas tecnologías, a los cambios económicos... Hay muchos campos en los que trabajar todavía. Los ciudadanos deben ser conscientes de que no todo se aprende en la escuela (o en el trabajo), de que hay otros muchos ámbitos que cultivar.

Según usted, los alumnos no abandonan la Formación Profesional...

No, el porcentaje de alumnos es bastante bueno. El problema estriba en que, en términos absolutos, el número total de alumnos va bajando cada año. Dicha bajada ha provocado cierto nerviosismo en nuestras empresas. Nuestro modelo de país es industrial, y los alumnos y sus familias tienen que saber dónde están los puestos de trabajo. No estamos en las Islas Canarias; nuestra principal actividad no es el turismo. Es la industria, y ahí debemos volcarnos.

La Formación Profesional ha sido, tradicionalmente, una salida destinada a los malos estudiantes: “El objetivo es la Universidad, y el que no valga, a la FP...”

Creo que todo eso ha cambiado mucho. Por una parte, para acceder a la Formación Profesional Superior hoy en día se exige el Bachillerato. Es decir, lo mismo que para ir a la Universidad. Yo siempre recomiendo, a la hora de optar por una carrera técnica, que se elija la Formación Profesional Superior, ya que ofrece la oportunidad de conocer dicha profesión (los alumnos deben trabajar tres meses en una empresa). Una vez que hayan conocido ese mundo pueden, obviamente, optar por una ingeniería o los estudios universitarios correspondientes. Otros eligen una vía más rápida y pasan directamente del Bachillerato a los estudios de ingeniería. Luego, en la empresa, se encuentran con la cruda realidad. Vemos muchos casos en los que los alumnos, tras acabar los estudios de ingeniería, vienen a la Formación Profesional para conocer in situ el mundo del trabajo.

Se dice que quien estudia Formación Profesional encuentra fácilmente trabajo...

Y es cierto. En estos momentos, se inserta en el mercado laboral un elevado porcentaje de alumnos.

Las empresas, sin embargo, se quejan de que los nuevos trabajadores no cuentan con la cualificación profesional suficiente. No sé si será cierto...

Hay opiniones para todos los gustos. A veces, una empresa se queja de que no hay trabajadores con la cualificación expresa para determinado puesto de trabajo. Es normal. En el sector de la fabricación mecánica, por ejemplo, hay muchos tipos de empresa. No se puede satisfacer la demanda de una empresa con una formación de dos años. En otros tiempos, las empresas de dicho sector decían que “para trabajar en la fabricación mecánica, los alumnos deberían saber, como mínimo, esto y esto”. Creo que esa condición se cumple holgadamente hoy en día.

El mundo de la Formación Profesional tiene, en cualquier caso, una estrecha relación con las empresas...

Así es.

¿La FP conoce directamente por las empresas las necesidades de éstas?

Sí las conoce. Además, cuando esta Viceconsejería recibe una petición de algún sector, tratamos de encauzarla lo más rápidamente posible. Hace un año, por ejemplo, vinieron a nosotros varias empresas de la zona de Bergara, todas ellas del sector de la estampación. Dichas empresas se han percatado de que los chinos también se dedican a la estampación, que utilizan tecnologías de las que ellos no disponen... Hemos organizado un grupo de trabajo para este tema. Dicho grupo imparte determinada formación, y habrá un grupo de alumnos especializado en esa materia. Cada vez que recibimos una petición de este tipo, nos empeñamos a fondo en darle una respuesta satisfactoria.

Hablemos del euskera. Se ha dicho siempre que el euskera está ausente de la FP. ¿Se ha mejorado algo al respecto?

Si nos comparamos con otro tipo de estudios, tenemos un problema. Hay, por ejemplo, tres tipos de Bachillerato y diez asignaturas. Las editoriales pueden publicar material para esas diez asignaturas, ya que el número de alumnos es elevado. Nuestra oferta, en cambio, es tan extensa... La CAV dispone de 100 ciclos diferentes, y cada ciclo tiene ocho módulos diferentes, sin contar los indirectos. Dicha oferta exige la publicación de 600 materiales. Por otra parte, cada alumno desea un tipo determinado de estudios y, como es lógico, lo más cerca posible de su casa. Pero, evidentemente, no podemos ofrecer 100 ciclos lo más cerca de casa de todo el mundo. Así pues, muchos alumnos euskaldunes optan por los ciclos en castellano, porque los tienen más cerca. En ese sentido, es cierto que tenemos dificultades.

¿Qué se puede hacer al respecto?

El año pasado, por poner un ejemplo, organizamos grupos mixtos. Para crear un grupo hace falta un mínimo de diez alumnos. Nos percatamos de que, en ocasiones, había seis euskaldunes y cuatro erdaldunes, o cinco y cinco, y que, al final, no se creaba grupo ninguno. Así pues, decidimos organizar grupos mixtos: se junta a los diez alumnos, se les imparten los módulos indirectos en castellano, y se reparten los relacionados con la profesión según la lengua elegida. Con el tiempo, emprenderemos otro proyecto: enseñar en una tercera lengua. En inglés, por supuesto.

¿Hay suficientes profesores para enseñar en euskera y en inglés?

En euskera, sí; en inglés, no. Esa es otra cuestión que deberemos afrontar, nuestro próximo reto. Este año hemos emprendido una iniciativa con un grupo. Algunos profesores con elevado nivel de inglés dedicarán un año a preparar material y a desarrollar el lenguaje técnico. Mientras ese grupo se dedica a la citada labor, comenzaremos a mejorar el nivel de inglés de otro con horas de liberación y otros incentivos.

Hablábamos de la dispersión geográfica de los centros. Obviamente, si hay 100 ciclos diferentes, no se pueden impartir todos en el mismo centro. ¿Son muchos los que no estudian aquello que quisieran por ese motivo?

No nos consta. Según las encuestas que realizamos a nuestros alumnos, el nivel de satisfacción es alto en lo que se refiere a este tema, tanto el de los propios alumnos como el de sus familias. No recibimos quejas en ese sentido, y, si las recibiéramos, responderíamos de inmediato. Tenemos un compromiso de respuesta (no olvidemos que disponemos de un sistema de calidad, que la Viceconsejería cuenta con el certificado ISO 9001). El problema estriba sobre todo en la excesiva amplitud de la oferta, por lo que nuestra intención es concentrarla un poco, para así reforzar los grupos de los centros.

Aunque suene a tópico, hablemos de la invitación que realizan a las mujeres para que se incorporen a la Formación Profesional.

Hay sectores a los que las mujeres ni siquiera piensan en incorporarse, según aseguran ellas mismas. Ni las chicas ni sus familias han dado todavía ese paso adelante. Hay mucho por hacer en los centros, tanto en los de la ESO como en los de Bachillerato. Hablo de la labor de los orientadores, de animar a la gente a emprender determinados estudios y no otros... Si los orientadores no conocen bien la FP, no podrán realizar bien su labor de orientación. Intentamos que los orientadores sean conscientes de que la FP no es solamente el buzo azul. También en los medios de comunicación, cuando se habla de la FP, aparece siempre lo mismo: el torno, etc. Hay más cosas, ¡y muy interesantes, por cierto! Creo, por tanto, que debe hacerse un trabajo de orientación. Ese es precisamente el objetivo de la III Exposición sobre Formación Profesional que se hará en noviembre en el BEC.

Hablar del mundo del trabajo hoy en día es hablar de contratos basura, de contratos temporales, de trabajo temporal... ¿Sucede lo mismo en la FP? ¿Cuando las empresas recurren a la FP en busca de trabajadores, qué tipo de contratos les ofrecen? Repito constantemente a los empresarios que, en muchas ocasiones, no están actuando correctamente. Antaño, cuando un trabajador se incorporaba a una empresa, había una especia de compromiso mutuo. Muchas veces, se entraba en una empresa y era para toda la vida. Eso ha ido desapareciendo, por una parte, porque los contratos son los que son y el compromiso se rompe más fácilmente. Tampoco el trabajador se siente obligado para con la empresa: si recibe una oferta mejor, la acepta. Los empresarios se quejan, pero yo creo que los contratos actuales y todo lo que conllevan no ayudan a mejorar el clima laboral. Mi consejo a los empresarios suele ser el siguiente: a los alumnos jóvenes hay que darles un periodo de prueba, observar cómo se desenvuelven en su trabajo, con sus compañeros, como personas... Si son buenos, hay que darles garantías de futuro, porque, de lo contrario, estarán esperando una oferta mejor. Pero esa es la situación actual, y me entristece ver con qué tipo de contratos y con qué salarios se está trabajando. La sociedad no debe admitir esta situación. Iñaki Mujika Aizpurua

(Usurbil, 1958) Tiene 48 años, de los que lleva 26 en la Formación Profesional. Estudió, precisamente, FP, a partir de los 14 años. Es profesor de la rama de electricidad, y la Escuela Profesional de Usurbil ha sido su único centro de trabajo en la enseñanza. Trabajó durante 21 años en dicho centro, antes de incorporarse al Gobierno Vasco, “de los cuales 17 lo hice en tareas de dirección: ocho como subdirector, y nueve como director”. Su puesto de trabajo le espera en Usurbil, pero, mientras tanto, continúa en el Gobierno vasco, donde lleva ya cinco años. Durante los cuatro primeros fue Director de Formación Profesional, y el pasado año accedió al cargo de Viceconsejero.
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