Patxi Juaristi Larrinaga. Patxi Juaristi Larrinaga. Director de Universidades del Gobierno Vasco: El proceso de Bolonia está al caer y nos pide importantes cambios. Es decir, tenemos que homologar nuestras universidades con las europeas

2006-06-30

BREA, Unai

GARMENDIA IARTZA, Koro

Patxi Juaristi llevaba trece años trabajando como profesor en la UPV/EHU, cuando el año pasado recibió la propuesta de ocupar el cargo de Director de Universidades del Gobierno Vasco. “Tuve muchas dudas, pero la gente me animaba diciendo que se trataba de una oportunidad fabulosa que no podía desaprovechar. Finalmente, aquí estoy”. En su calidad de sociólogo, durante los últimos años ha publicado diversas obras sobre sus inquietudes: las lenguas, los valores, el consumo... El nuevo cargo, sin embargo, no le deja tiempo para escribir. Desconocemos si también ha tenido que aparcar temporalmente las múltiples "pequeñas militancias" de su pueblo, Markina. Y es que bastantes preocupaciones le ocasionan los conflictos con los profesores de la UPV/EHU. Inevitablemente, iniciamos la entrevista en torno a este tema.

¡Vaya ambiente que le ha tocado para estrenar el cargo!

Duro, diría yo. Pero bonito. Los cambios en el ámbito universitario se están produciendo en toda Europa, y en la CAV, sobre todo en la UPV/EHU, los cambios están siendo tremendos. Participar en ese proceso es para mí motivo de orgullo y un reto importante, claro.

Los profesores han hecho públicas sus reivindicaciones. Usted mismo ha sido docente hasta fechas recientes, y supongo que tiene idea de regresar algún día a la universidad. ¿Cuál es su posición ante este conflicto?

Al principio tenía una sensación rara; no sabía muy bien cuál era mi lugar. De todos modos, la relación con los sindicatos es de absoluto respeto. Saben que ostento un cargo, pero que no soy el único. No dispongo de un arcón lleno de dinero para poder repartirlo. Por tanto, y pese a las diferencias, mantenemos una relación de respeto. Cuestión distinta es el salto que he dado desde mi condición de profesor a Director de Universidades. Es un paso que me ha resultado difícil de dar, pero creo que tenía que hacerlo.

Visto desde fuera, el conflicto parece bastante espinoso, al menos teniendo en cuenta las consecuencias que puede llegar a tener. Los profesores anuncian medidas drásticas...

La postura de los sindicatos, diciendo que no van a firmar las actas, me parece bastante dura, sobre todo porque mucha gente que se encuentra en el 4º nivel puede sentirse nerviosa. Si eso llega a ocurrir, la sociedad se verá muy presionada, y el Gobierno Vasco también. Somos conscientes de ello. El proceso es largo, llevamos mucho tiempo en él, nos hemos reunido varias veces, y hasta ahora no ha resultado fácil hallar una alternativa.

Pero alguna solución habrá, por difícil que parezca...

Sí que es difícil, pero quiero pensar que va a arreglarse. Quiero pensar que vamos a reunirnos en breve plazo y que las cosas van a ir a mejor. Es difícil, pero no pierdo la esperanza de tomar las vacaciones habiendo solucionado el problema.

¿Nos podría explicar resumidamente el origen del conflicto? Hay gente que desconoce la razón de todo este torbellino...

Es bastante complicado. La cuestión, a fin de cuentas, es que aquí hay unos “euskotramos” que venían abonándose desde antes. Y que el Gobierno Vasco ni tan siquiera dio su aprobación, todo hay que decirlo.

Disculpe, pero, ¿qué es un “euskotramo”?

“Euskotramo” es el nombre que reciben determinados complementos de productividad, que son abonados dependiendo de cuántos libros o artículos se hayan publicado, etc. Fueron establecidos por el rector Manu Montero, llegando a un acuerdo con algunos de los sindicatos de la universidad, pero sin el consentimiento del Gobierno Vasco. Los estableció sin disponer de dinero, dando lugar a un déficit tremendo. Desde que Montero los aprobara se realizaron dos convocatorias, pero desde entonces no se ha realizado ninguna más. En estos momentos lo están cobrando 1.800 profesores; no voy a decir que ilegalmente, pero sí sin cobertura legal, porque no hay un decreto que los contemple. ¿Cuál es la postura del Gobierno Vasco ante esta situación? Pues que, para regularizar esa situación, para dotar de una base jurídica a esos complementos o a cualquier otro, es imprescindible aprobar un decreto. Elaboramos un borrador, y ahora lo estamos discutiendo con los sindicatos.

¿Y qué dicen al respecto?

Al principio lo rechazaban; no querían complementos de productividad, sino un aumento de sueldo. Con independencia del número de publicaciones, de la calidad de las clases o de la asistencia a las reuniones... El mismo sueldo para todos, y, además, automáticamente. A lo que el Gobierno Vasco responde que está dispuesto a aumentar los sueldos, pero atendiendo a la productividad. No pagaremos a todos lo mismo. A quien más trabaja, a quién mejor imparte las clases, a quien más contribuye a la universidad, vamos a pagarle más. Y ahí está el problema.

Por tanto, se muestran de acuerdo con las actuaciones de Montero...

Yo no diría eso. Montero actuó sin ningún tipo de consentimiento, y sus actos han tenido una enorme repercusión en la universidad. La cuestión es ver cómo solucionamos su actuación. Porque, ¿a qué situación hemos llegado? 1.800 personas cobrando, y un montón de gente reclamando que ellos también son profesores, y preguntando cuándo saldrá su convocatoria. Pero el Gobierno Vasco no cuenta con una base para eso; no podemos coger ese dinero y repartirlo, sin más. Para ello se necesita una base. La Ley Universitaria también contemplaba este aspecto. La cuestión es que Montero actuó sin consentimiento y sin dinero. Tuvo que emplear el dinero destinado a otros menesteres, dejando un tremendo agujero en la universidad.

En lo demás, ¿en qué situación se encuentran nuestras universidades? Le pregunto por todas en general, pese a que su ámbito de actuación se circunscribe sobre todo a la universidad pública...

El proceso de Bolonia nos pide importantes cambios. Tenemos que homologar nuestras universidades con las de Europa, y adaptar todos los aspectos: las asignaturas, el número de horas lectivas, los créditos, etc. ¿Qué debemos hacer para que una persona que haya estudiado aquí Periodismo, Sociología o Ingeniería se maneje a través de la Unión Europea sin ningún problema y pueda realizar un postgrado, por ejemplo? Es decir, para crear ese espacio educativo común. De eso trata Bolonia. Y para llegar hasta ese punto, hay que introducir muchos cambios. Nuestras tres universidades (UPV/EHU, Deusto y Mondragon) están avanzando en ello. ¿Que si hay que avanzar más? Sí, pero ya se ha avanzado mucho.

¿Qué influencia tienen sobre las universidades privadas?

Menor. Les concedemos subvenciones, pero muy pequeñas. La universidad que más ayudas recibe es la pública. Las otras también, pero mucho menos.

Pero la Ley Universitaria ¿afecta de igual modo a las universidades privadas?

En teoría sí. Pero el funcionamiento es distinto. Tenga usted en cuenta que la Universidad de Deusto es, en cierto modo, independiente. No tienen que pedirnos permiso cada vez que quieran crear una nueva carrera o postgrado. Los modelos universitarios son totalmente diferentes. Una está estrechamente vinculada al ámbito de las cooperativas y de la industria; la otra pertenece a los jesuitas y tiene una historia; la tercera es pública... Hay algunos aspectos en los que se solapan, pero son complementarios entre sí. Por eso forman un sistema. Y la Ley por eso se llama Ley del Sistema Universitario. Ése es el concepto que utilizamos. ¿Que si tenemos alguna influencia? Sí, hay algunos aspectos que necesitan nuestra autorización. La Universidad de Deusto, a tenor del concordato que suscribió en la época de Franco, no está obligada a ello, lo cual les concede cierta libertad a la hora de tomar decisiones, pero si concedemos alguna pequeña ayuda, tenemos que controlarla.

¿Cómo se está desarrollando la Ley Universitaria? Algunos de sus artículos han sido recurridos...

En efecto, así es. Pero, por el momento, no sabemos nada. Ni tan siquiera nuestros asesores jurídicos saben lo que va a pasar. Creo que el asunto va para largo, pero no se sabe.

En lo demás, la Ley está siendo aplicada. Y se ha creado la agencia de calidad Uniqual. Este sistema cuenta con muchas bases, pero una de las más importantes es precisamente esta agencia, ya que se encargará de evaluar a los profesores. En estos momentos estamos negociando un decreto sobre los complementos, para que los docentes reciban una retribución que se atenga a su productividad. ¿Quién determinará cuánto ha publicado cada uno, qué publicaciones son buenas y cuáles no, etc.? La agencia. Y desempeñará otras importantes funciones. Es una entidad cuya creación estaba prevista en la propia Ley. El director ya ha sido designado, los estatutos han sido aprobados...

¿La Ley aprieta mucho a las universidades? ¿Se ven muy maniatadas?

No. Aunque afecta más a la universidad pública. En cualquier caso, el consejo de administración y el comité de expertos de la agencia Uniqual están formados por miembros de las tres universidades. Obviamente, la Universidad de Mondragon puede declarar que no desea que sus profesores sean examinados por la agencia. Pero están obligados a formar parte en ella.

¿Por qué razón?

Porque evaluará la calidad. Las entidades creadas por la Ley van a ser fundamentales, y las universidades privadas no tendrán más remedio que aceptarlas, les guste o no. Pero, ¿obligarles? No. La Ley habla de decreto complementario, que es sólo para la universidad pública. También habla sobre el profesorado propio, también sólo para la pública. Hay muchos ejemplos de este tipo.

Ya que ha mencionado al profesorado propio... El conflicto sobre la figura docente es ya antiguo en la UPV/EHU...

Estamos trabajando sobre ello, y creo que antes de que finalice el año tendemos un decreto que contemple la figura del profesorado propio. Con sueldo y todo.

¿Cuáles son las figuras actualmente existentes?

Me llevaría mucho tiempo explicarlo, pero lo que hay que tener en cuenta es que en estos momentos tenemos la figura del funcionario. No existe la figura del profesor contratado por la universidad. Bueno, existe, pero cuenta con menos derechos. Con una ley de este tipo, podríamos tener trabajadores de la universidad que, sin ser funcionarios del Estado, trabajarían de un modo fijo y permanente.

¿Qué dice el Estado sobre el profesorado propio?

No lo sabemos. Me da miedo decirlo, y no sé si debiera, pero, ¿nos permitirá el Estado desarrollar una política retributiva propia para nuestro profesorado? Hasta ahora, en esta situación, no hemos podido aumentar los sueldos, ni establecer complementos especiales, porque no tardarían en interponer un recurso. Lo que sí podemos hacer es determinar algunos complementos de productividad, que es precisamente lo que estamos haciendo. Pero, cuando dispongamos de un profesorado propio, aplicaremos nuestra propia política retributiva. ¿Va a suponernos algún problema? Dejaremos la pregunta en el aire.

¿Y qué opinan los sindicatos sobre este tema? Siempre ha habido diversidad de opiniones...

Por lo general están de acuerdo, pero hay sindicatos y sindicatos. Cada cual tiene sus “clientes”, y dependiendo de ellos las actitudes varían, claro.

Durante años ha trabajado en el campus de Leioa, por lo que diariamente tendría ocasión de ver a una serie de personas sosteniendo pancartas sobre el conflicto. ¿El nuevo decreto solucionaría también este aspecto?

Ayudaría. Me gustaría que llegara a solucionarlo.

El rector de la UPV/EHU, Juan Ignacio Pérez Iglesias, declaró hace un año a Euskonews que la UPV/EHU está bien integrada en la sociedad. ¿Está de acuerdo?

Sí. Y creo que durante los últimos años su imagen ha mejorado considerablemente. Hace poco, el programa de televisión Vaya Semanita puso la universidad a caldo: “UPV, fábrica de parados”… Eso, hoy en día, es un mito. A pesar de que en unos estudios resulta más difícil que en otros encontrar un empleo, la realidad demuestra que, hoy en día, los licenciados obtienen un trabajo, y, además, cada vez mejor. Eso es incuestionable. Por tanto, mensajes como el lanzado en Vaya Semanita me parecen obsoletos. La universidad pública realiza una gran aportación a esta sociedad: médicos, ingenieros, periodistas... El fundamento de nuestro sistema productivo se encuentra, en buena parte, en la universidad. Por otro lado, ¿cómo ve la sociedad a la universidad? Se ha avanzado mucho, se ha mejorado su imagen, pero hay veces en las que, todavía, aparecen estereotipos negativos, en mi opinión totalmente falsos.

Se acaba de realizar el examen de selectividad, que, como viene siendo habitual, ha sido superado por cerca del 95%. ¿Cuál es la función de este examen?

No lo tengo muy claro. ¿Cuándo se debería hacer la selección? ¿En la ESO? ¿Es bueno nuestro sistema educativo? ¿Acude demasiada gente y de escasa calidad a la universidad? No tengo respuestas. ¿Qué tenemos que hacer, fundar una universidad de élite? ¿Será mejor para nuestro futuro, para la economía de nuestro país? ¿Es mejor que tengamos poca y buena gente, o abrir las puertas, para que luego sea el mercado de trabajo el que seleccione?

¿Se debaten en algún lugar estas dudas que usted plantea?

No lo creo. Me parece que aquí no. Creo que aquí se tiene la visión de abrir las puertas de la universidad de par en par, y dejar la regulación en manos del mercado. ¿Qué problema se plantea? El mismo que hace algunos años: que hay cantidad de licenciados en paro.

Por eso se mantendrá en vigor el estereotipo que mencionaba...

Sí. Pero las cosas están cambiando. Ahora a la gente le resulta más fácil encontrar un trabajo.

¿Actualmente resulta más costoso obtener una licenciatura? ¿Los estudios se han vuelto más exigentes?

No. Yo creo que influye el hecho de que las generaciones sean más reducidas. Al salir menos gente, resulta más fácil encontrar un trabajo. En la época en que yo terminé mis estudios no pasaba nada de esto. Yo pertenezco a la generación del famoso “baby boom”. Además, el éxito iba ligado a los estudios universitarios. Eso también ha cambiado. La Formación Profesional ha alcanzado mayor prestigio.

Hasta ahora le he preguntado, sobre todo, por los aspectos a solucionar o mejorar. No obstante, supongo que habrá algún punto en el que las universidades vascas destaquen...

Bueno, no estamos entre los primeros de la lista...

Tampoco entre los últimos...

Tampoco. Por la mitad. Hay ámbitos en los que vamos bien. Tenemos un Pedro Miguel Etxenike, o un Felix Goñi... Investigadores de una trayectoria excepcional...

¿Está realizando la comparación con respecto a Europa? Con respecto al Estado. Con Europa es más difícil. Tenemos buenos investigadores, y de nuestras facultades y escuelas salen cada vez mejores licenciados. Siempre se dice que la universidad es un lugar cada vez más competitivo, lo cual tiene su lado bueno y su lado malo. Los estudiantes vienen a estudiar, y eso se nota. Cuando yo trabajaba como profesor universitario, nadie venía a mis tutorías. Y yo tampoco iba cuando era estudiante. El que acudía a las tutorías era mal visto, como si quisiera hacerle la pelota al profesor... Pero hoy en día acuden muchos alumnos a las tutorías para despejar sus dudas; se ve como algo normal. Se suele decir que los estudiantes llegan cada vez más tontos de los estudios medios. Yo no estoy de acuerdo, en absoluto. Tienen muchos más conocimientos. En ese sentido, soy optimista. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente que acude a la universidad es euskaldun. Lo dicen los datos. Los de la rama castellana se decantan más por la Formación Profesional, y los de la vasca por la universidad. Para el país eso es muy bueno, pero, en el futuro, puede resultar problemático, al sumarse al problema étnico-lingüístico-político el de la vertiente económica. La gente que acude a la universidad es euskaldun, y parece que, por ir a la universidad, van a obtener mejores puestos de trabajo. O, mejor dicho, puestos de mayor repercusión. Eso significa que dentro de unos años tendremos una élite euskaldun -aunque el término élite no es de mi agrado-, y eso, como país, es muy importante para nosotros. Patxi Juaristi Larrinaga (Markina-Xemein, 1967) Estudió Sociología en la Universidad de Deusto, y en 1995 se doctoró. Desde 1993 ha sido profesor de Técnica Estadística y Técnica en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU, hasta que en noviembre del año pasado fue nombrado Director de Universidades del Gobierno Vasco. Ha publicado diversos libros y obras, y es colaborador habitual de la revista Karmel. Pertenece a la Sección Jagon de Euskaltzaindia/Real Academia de la Lengua Vasca, y, hasta fechas recientes, ha formado parte de la junta de la Sociedad de Sociólogos Vascos. En el año 2000 obtuvo el Premio de Ensayo Mikel Zarate que otorga Euskaltzaindia, por la obra Euskal Herria globalizazioaren aurrean. Algunas de las obras que ha publicado: -Euskal alfabetatzearen historia zenbait sortzaileren ahotan 1960-1990 (Labayru, 1997) -Euskaldunak eta ondasunak (Pamiela, 2001) -Euskal Herria globalizazioaren aurrean (BBK-Euskaltzaindia, 2001) -Gizarte ikerketarako teknikak (UPV-EHU, 2003) -Salgai. Euskal kontsumo gizartea aztertzen (Alberdania, 2003) -Kontsumitzaileen eskubideak: aurrerapausoak, arriskuak eta konponbideak (Universidad de Deusto, 2005) -Hizkuntzen mundua (UPV-EHU, 2005). Junto con otros autores.
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