Begoña Gorospe. Feminista: En la actual sociedad androcéntrica también los hombres están constreñidos

2012-06-22

VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA, Josemari

Begoña Gorospe viene trabajando en el feminismo desde los comienzos de los años sesenta en su Hernani natal. Sin pausa y desde una posición crítica pero efectiva ha sabido impulsar acciones de reivindicación feminista y en ese sentido ha utilizado, entre otros, la plataforma del cine. Ha dejado su impronta en un recorrido militante que aún permanece abierto.

Conocemos de usted dos facetas: la feminista y la relacionada con el cine. ¿Cuál es primera?

Mi trayectoria está relacionada íntimamente con el feminismo. Y comencé a tener contacto con el audiovisual a través de mi militancia feminista. En un momento concreto vi las posibilidades de unir estas dos vertientes y me lancé a ello. Pero mi trayectoria feminista es anterior.

¿Qué le llevó al feminismo?

En casa de los aitas yo veía que existía, como cosa natural, una serie de obligaciones domésticas diferentes a las que le correspondían a mi hermano: a mí me tocaba guisar, limpiar los zapatos etc. Desde ese pequeño agravio comparativo empiezo a ser consciente de que algo no funcionaba bien en la relación hombre-mujer. Si en mi casa la justicia era un aspecto muy importante, no comprendía que no se aplicara en esos detalles. Ya en la década de los sesenta, me implico en temas relacionados con la situación de la mujer trabajadora en mi Hernani natal, y su encaje en aquel ambiente socio-político que vivíamos. Organizamos grupos en los que analizábamos y discutíamos sobre artículos que aparecían en “Cuadernos para el Diálogo” etc. Ello nos llevó a tomar conciencia social, y colaborar en una huelga convocada exclusivamente por mujeres y en otras actividades similares.

A fines de los sesenta comienzo a estudiar en las escuelas sociales de Ricardo Alberdi, donde conocimos temas tan difíciles de entender con nuestra mentalidad de entonces como la autogestión yugoslava. En esa época hice graduado social, mientras trabajaba.

En el año 1973 cinco personas creamos en Hernani la guardería Atzieta para madres trabajadoras. Y también por entonces diversas mujeres con inquietudes feministas comenzamos a reunirnos en Donostia, en casas particulares y en el famoso Bar Aurrera. Y de ahí surge la idea de crear una asociación feminista, pero no nos la legalizaron tras haber cumplido con todos los requisitos que exigían. Nos manifestamos en protesta y recuerdo que en el Boulevard los grises nos zurraron de lo lindo. En el año 1976 acudo a las Jornadas de la Dona en Barcelona y es mi primer contacto formal con un mundo para mí prácticamente desconocido como era el de las mujeres de la preguerra que habían sufrido penas de cárcel.

“En casa de los aitas yo veía que existía una serie de obligaciones domésticas diferentes a las que le correspondían a mi hermano. Desde ese pequeño agravio comparativo empiezo a ser consciente de que algo no funcionaba bien en la relación hombre-mujer.”

Un año más tarde, ya legalizada la Asociación de Mujeres de Donostia, que estaba compuesta por mujeres de distintas tendencias y coordinada con algunos otros grupos feministas que actuaban en la capital, acudimos a las I Jornadas de la Mujer de Euskadi - Euskadiko Emakumeen Lehenengo Topaketak, celebradas en Leioa. A su conclusión nace la Asamblea de Mujeres de Donostia, a la que pertenecí desde el origen. Entre los temas que nos preocupaban y eran nuestra materia de análisis estaban la sexualidad, el aborto, el divorcio, la amnistía —participamos en la marcha de la libertad— la mujer en el mundo del trabajo etc. Tomamos parte, así mismo, en colaboración con la UNED en charlas que se organizaban periódicamente, y a mí me correspondió impartir alguna sobre el trabajo desde la óptica feminista. En la XXVI edición del Festival Internacional de Cine de Donostia, la Asamblea de Mujeres organiza un ciclo dedicado a mujeres directoras, y se proyectaron films de Chantal Akerman, Agnes Varda, Marguerite Duras, etc.

Paralelamente yo estaba colaborando en la asesoría laboral y negociación colectiva desde CCOO. Y recuerdo que en el convenio de cerámica de Gipuzkoa introdujimos las primeras reivindicaciones sobre la mujer, respecto a reconocimientos médicos específicos. En 1978, en el I Congreso de Euskadi de CCOO, presenté la ponencia sobre legalización del aborto. Fue el primer colectivo de todo el estado en aprobar esta reivindicación feminista.

Pero en la vida todo no es trabajo, y volví a mis inquietudes creativas que había desarrollado años antes, como eran el dibujo y la pintura. Y en el año 1981 me animé a participar en un curso de presentadores de televisión en ETB. Y es aquí donde comienzo a interrelacionar mi militancia feminista con el audiovisual.

Por fin hemos llegado a su otra vertiente. Han sido diez años de militantismo a favor de la mujer y da el salto al mundo del cine. Háganos brevemente un resumen de tu labor en este campo.

Se organizaron en aquella época en Donostia unas jornadas sobre mujeres independientes a nivel estatal —Emakume Independenteen II Topaketak— y en ellas una amiga y yo grabamos las mismas. En aquel año en el Festival Internacional de Cine de Donostia se abrió una sección de video y pudimos pasar la grabación de las jornadas. Para nosotras fue un aliciente.

Motivado por ello comienzo por mi parte a grabar Eusko Emakumeak, que se trata del trabajo que durante seis años desarrollé, y que dio voz a mujeres vascas de diferentes ideologías y condiciones sociales de la preguerra. Me interesaban las opiniones de las mujeres que marcaron incidencia socio-político-laboral en los años de la república y durante la guerra civil, para lo cual entrevisté a mujeres de distintos grupos como Emakume Abertzale Batza, Margaritas, Mujeres de la Juventudes Libertarias, Mujeres de las Juventudes Socialistas, además de a mujeres del mar, del baserri, del trabajo asalariado y del sindicato Nazaret. ¿Por qué mi interés por este apartado? Sencillamente porque en todo el tiempo que yo había dedicado a investigar sobre el particular me había dado cuenta de que la mujer vasca no tenía historia. Existía algo que había realizado Don Policarpo Larrañaga alrededor de “Emakume Abertzale Batza” del PNV, y otro libro de Arantza Amezaga, también sobre la misma formación política. Mi trabajo “Eusko Emakumeak 1930-1939” se ha pasado en varios congresos, cursos de extensión universitaria, casas de cultura etc. y ha sido muy satisfactorio para mí. Fue seleccionado en su día para una muestra de video vasco en el festival de cine donostiarra. Y finalmente el trabajo está depositado en la Filmoteca Vasca, a disposición del investigador/a que lo desee.

“Tal y como se entienden hoy la femineidad y la masculinidad, podemos decir que son construcciones de esta sociedad, para reglarla y para perpetuar su funcionamiento.”

Ya introducida en el mundillo del cine, tomo contacto con Nieves Amieba y Mikel Olaziregi y emprendemos una cierta colaboración para rodar, también junto a Teresa Calo y Miguel Galindo. Creamos el grupo Parto Prematuro, que dio como resultado la producción de dos cortos. A la vez, durante un tiempo asistí a las grabaciones que realizaba Juanjo Franco para ETB en el antiguo Miramón, realizando lo que denominaríamos meritoriaje. Gracias a esto di el salto a la televisión vasca, donde trabajé como realizadora en Iurreta y Donostia.

Toma el camino profesional en el área del audiovisual sin abandonar su militancia feminista...

Así es. En 1986 un grupo de mujeres de todo el país nos reunimos en Zarautz y decidimos realizar al Gobierno Vasco la petición de una entidad propia para el desarrollo del apartado de la mujer en todas sus vertientes. La transferencia para crear el Instituto de la Mujer ya la tenía Euskadi, pero todavía no lo había creado. De esa propuesta nacerá Emakunde. Y aprovechando que nos habíamos conocido, tratado y trabajado en común mujeres de diversas tendencias feministas, decidimos dar forma a lo que desde entonces es una realidad: el Forum Feminista María de Maeztu.

Comenta la existencia de diferentes corrientes feministas...

El feminismo desde sus orígenes no ha sido un movimiento monolítico, y desde su nuevo resurgir en los años sesenta existían, simplificando mucho, dos tendencias: el feminismo de la diferencia y el de la igualdad. Yo participo en este último que plantea su genealogía desde la Ilustración y el Sufragismo y su objetivo es la igualdad. El feminismo de la igualdad lo que persigue es que no se cree la desigualdad en la aplicación de la ley, en los derechos humanos y en aquellos campos en los que la dignidad de la persona debe estar por encima de todo. Todas las personas tienen que tener los mismos derechos y opciones reales e iguales a la hora de disfrutarlos. Estoy muy a gusto siendo mujer, no deseo “ser hombre”, pero quiero que no haya desigualdades. La igualdad no es la negación de la diferencia, es la negación de la desigualdad.

Por otra parte, el feminismo de la diferencia persigue crear nuestros valores a partir del hecho de ser mujer, y entre otras actividades se planteaban los grupos de autoconciencia. A principios de los años ochenta y aún a pesar de pertenecer a la corriente de la igualdad, organizamos en Donostia un grupo de autoconciencia, ya que creo que hay cuestiones que no se contraponen sino que se suman. Debemos sacar a la luz los aspectos positivos de las mujeres, dándolos a conocer a la sociedad y trabajar en su desarrollo. El feminismo de la igualdad no acepta la actual sociedad que está basada en el patriarcado. No se plantea, en absoluto, una igualdad mimética, sino que se reivindica una serie de valores diferentes para lograr el cambio de la sociedad basada en el hombre-patriarca, y lograr una sociedad igualitaria para todas las personas, para nosotras, pero también para el varón, ya que estoy convencida de que la actual sociedad androcéntrica es negativa para las mujeres, pero también constriñe a los varones.

“En 1986 un grupo de mujeres de todo el país nos reunimos en Zarautz y decidimos realizar al Gobierno Vasco la petición de una entidad propia para el desarrollo del apartado de la mujer en todas sus vertientes.”

Hablando de patriarcado y desde la corriente de igualdad que defiendes ¿se puede unir ésa con el tema de género?

Evidentemente. El género es una categoría de análisis en el marco de las teorías sociales que sirve para el estudio de la sociedad patriarcal. Esta sociedad también hay que analizarla desde otras categorías como —clase social, etnia, sexualidad etc.— pero yo le doy importancia básica al parámetro de género, que nos sirve para estudiar las identidades, los roles que mujeres y hombres están obligados a vivir en los diferentes periodos históricos. Tal y como se entienden hoy la femineidad y la masculinidad, podemos decir que son construcciones de esta sociedad, para reglarla y para perpetuar su funcionamiento. Pienso que la categoría de género es una buena herramienta de análisis de esta sociedad patriarcal. Y estoy en que el feminismo es una teoría filosófica y social y una práctica política. De ahí comienzo yo a visibilizar a las mujeres concretas, porque creo que hay que establecer modelos para que las sociedades futuras —las mujeres y los hombres— tengan donde fijarse, quizás para aceptarlos o quizás para rechazarlos. Hay que marcar referentes. No somos hongos que nacemos sin más de la noche a la mañana. Hay unas raíces y una genealogía que hay que analizar y hacer visible.

Hemos asistido hace poco en los medios a un debate sobre el lenguaje en castellano, y su necesaria adaptación a la cuestión de género. Es obvio que estos últimos años se han dado pasos en esa dirección, aunque se mantiene en el habla coloquial diario una cierta visión androcéntrica. ¿No cree que, en aras de una más fluida confluencia en el objetivo final, los pasos deben de ser más y mejor medidos?

Me parece que nos falta una perspectiva más larga en el tiempo. Se trata de un tema que hay que abordar con profundidad y seriedad. Dice la catedrática Amparo Moreno: “Las palabras son instrumentos para el pensamiento y el conocimiento, y el masculino constituye la pieza clave de las humanidades, las ciencias sociales, la política, el periodismo...” “El lenguaje no solamente está marcado por el género sino, en general, por el arquetipo viril”. Es decir, es éste el que ha fijado la continua construcción del idioma. En las sociedades patriarcales es desde el androcentrismo que se ha construido el lenguaje. El varón es el modelo de aquéllas, luego alrededor de él se ha conformado el idioma. Estoy con la profesora Moreno en que hay que revisar, no solamente “el o ella” sino que debe conducirse a la sociedad a un cambio de arquetipo. La realidad social es diferente a la que en los últimos siglos ha venido dando forma al idioma y por ello nos corresponde hacer el esfuerzo de adaptación.

“El feminismo de la igualdad lo que persigue es que no se cree la desigualdad en la aplicación de la ley, en los derechos humanos y en aquellos campos en los que la dignidad de la persona debe estar por encima de todo.”

Pienso que la sociedad vasca, tildada —a mi juicio equivocadamente— de matriarcado, también debe hacer revisión de sus códigos lingüísticos, por mucho que se exprese en euskera...

Totalmente de acuerdo. La visibilidad de las mujeres no es para que queden en un escaparate, sino que están obligadas a interactuar a todos los niveles, lo que debería llevar a los hombres a aceptarlas tal como son. Hay que llegar a la construcción genérica adecuada, lo que deberá traer como algo natural el cambio en el comportamiento del hombre cara a la utilización del idioma. En relación con el euskera, puede que el problema no sea tan grande, pero creo que también desde Euskaltzaindia se debería abordar una investigación a este respecto.

En referencia al matriarcado, aunque la mujer vasca ha podido tener cierta fuerza en el contexto social, no estoy de acuerdo con que aquí ha existido un matriarcado sino que pienso que esto es un mito. Las baserritarras podían ir al mercado con las hortalizas y quedarse con el dinero de la venta, pero las decisiones de compra-venta importantes, ganado etc. las hacía el varón. De puertas adentro, a nivel privado y en lo relacionado con el ámbito domestico, las mujeres podían tener cierta autonomía económica o de decisión, pero la actividad pública y todo lo relacionado con ella les estaba vedado. En mi opinión, todavía en gran medida se sigue con la supremacía del varón. Estoy en la idea de que también ellos han sido dañados por esta sociedad patriarcal, por lo que también los hombres deberían realizar los cambios necesarios para adoptar posiciones igualitarias, en una sociedad de transformación social como la actual.

¿Y qué podemos decir del tema de la conciliación?

Me parece que la conciliación es una necesidad cada vez mas generalizada y que el varón vasco debe plantearse el tema de la conciliación seria y decididamente. Hay que conciliar en los hogares, en las parejas, en el matrimonio, que no deja de ser un contrato. Las responsabilidades deben de ser compartidas con iguales opciones para todos los componentes del grupo que se trate.

¿Cuáles son sus actuales trabajos?

Estoy en Eusko Ikaskuntza como socia activa y he llevado a cabo labores sobre historia oral. Quiero resaltar que hace unos años estuve en un congreso organizado por Naciones Unidas en Beijin, en el que tuve oportunidad de vislumbrar con claridad la situación de las mujeres de todo el mundo. Y ahí se introdujo en las conclusiones que las reivindicaciones de las mujeres son derechos humanos. Y para mí ese es un salto decisivo. Estoy metida de lleno en labores de recuperación en memoria histórica. Begoña Gorospe Pascual (Donostia, 1942) Begoña Gorospe nace en Donostia en 1942. En 1974 consigue el Graduado Social en la Escuela Social de Zaragoza y en 1995 realiza un Máster en Estudios de las Mujeres y Sistemas de Género en la UPV-EHU. Es autora de documentales que recogen la memoria de Mujeres Vascas, reportajes fotográficos y diversos artículos.II República y Guerra Civil.Tren Antimilitarista de Mujeres, Eibar, en el referéndum de permanencia en la OTANCongreso Internacional Investigación, Docencia y Feminismo. DonostiaIV Conferencia Mundial de la ONU sobre las Mujeres. Pekin 1995¿Estaban, no estaban, como estaban? Humanidades, Comunicación y otras culturas. CastellónSocia fundadora del Fórum Feminista María de Maeztu.
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