Bernhard Franz Hurch. Catedrático de Lingüística General y Aplicada: Los lingüistas españoles se han interesado muy poco por el euskera

2005-09-02

DIAZ DE MENDIBIL, Ismael

Recientemente Bernhard Franz ha visitado Euskal Herria. Sin embargo, no era la primera vez que este lingüista austriaco estaba entre nosotros, ya que una de sus pasiones es el euskera. De hecho, ha participado en varias ocasiones en congresos sobre la lengua vasca e impartido cursos sobre vascología en Eusko Ikaskuntza. No se podía desaprovechar la oportunidad de conversar con él y he aquí el resultado.

Aunque su campo de trabajo ha sido amplio y variado, nos vamos a centrar principalmente en lo relacionado con cuestiones vascológicas. Pero, ¿qué es la vascología?

Yo soy lingüista y la vascología forma parte de la lingüística. Eso sí, la vascología tiene su propia historia. Es el estudio del euskera, de la cultura vasca relacionada a las condiciones de vida de los vascos, de su antropología...

¿Cómo un investigador austríaco dirige su punto de atención y trabajo a un lugar tan pequeño del planeta, y tan complicado como este?

Las razones son varias. Además, creo que las cosas no suelen tener una única causa. Quizá el primer contacto que tuve con lo vasco fue en una manifestación que hubo en Viena por los últimos fusilamientos de Franco. Tendría 18 años, y fue mi primera manifestación.

¿Era una manifestación en Viena contra el sistema franquista?

Sí, y hubo enfrentamientos muy violentos con la policía. Mi generación tenia cierta simpatía por el pueblo vasco. Estudiando lingüística, tomé contacto con el pueblo vasco por segunda vez. No es de extrañar, porque el euskera es la única lengua no indoeuropea, la única que sobrevivió a la colonización romana, es una lengua extraña, única... El tercer contacto fue en Toledo, en un congreso al que asistí hace 20 años. Allí me invitaron a acudir a los cursos de verano de San Sebastián, con lo que al siguiente año vine e incluso empecé a aprender euskera. Hice buenos amigos y hasta hoy.

Tal es así que ha dedicado gran parte de su tiempo al estudio del legado de Von Humboldt y Hugo Schuchardt, dos grandes investigadores de la lengua vasca. Le aseguro que a pesar de su importancia, la inmensa mayoría de los vascos no sabemos ni quién era ni uno ni otro, con lo que, ¿quiénes fueron Von Humboldt y Hugo Schuchardt?

Humboldt fue un sabio prusiano de gran importancia política, cultural y científica. Embajador prusiano en Roma y Londres, se retiró, para dedicarse por completo a sus estudios. Fue uno de los creadores de la lingüística moderna, de los estudios tipológicos..., y durante todo el siglo XVIII puso en contacto la cultura alemana con el resto de occidente. Dedicó parte de su vida a la investigación de diversas lenguas de Asia y Oceanía, y sobre el euskera trabajó durante 15 años. Su hermano Alejandro también fue un gran investigador, pero se centró en las Ciencias Naturales.

¿Qué aportó Humboldt a la vascología?

Hay un artículo muy notable de Luis Mitxelena que dice que Humboldt fue el primer contacto que la cultura vasca tuvo con Europa. Esto es, fue la primera relación directa entre la cultura centroeuropea y la vasca, sin tener que pasar por Madrid o París. Por otra parte, a finales del siglo XVIII, y dejando a un lado a Humboldt, Hugo Schuchardt fue un gran romanista. Destacó por ser uno de los fundadores de la lingüística románica, y más concretamente, lingüista histórico que impulsó los estudios sobre las lenguas criollas. Se le considera una figura polémica y entre sus 700 publicaciones, 108 las dedicó al euskera.

¿Qué tipo de publicaciones son?

Son investigaciones de todo tipo, pero son de reseñar los estudios sobre el parentesco del euskera. Escribió mucho sobre el parentesco y el contacto lingüístico. Indagó en las posibles similitudes del euskera con la lengua de los bereberes o en las teorías de parentesco con el georgiano o el finlandés. Sin olvidar la conocida teoría del vascuence como una de las viejas lenguas de la Península Ibérica. Trabajó muchísimo en la interrelación del euskera y las lenguas románicas, es decir, la historia común que han compartido en estos últimos 2000 años el euskera y el castellano. Además, teorizó con detenimiento sobre cuestiones más puntuales, como la importancia del nominativo en el euskera, dicho de otra manera, la famosa “k” dependiendo del verbo, si es transitivo o intransitivo, algo que no sucede ni en el caso del castellano ni en el del alemán.

¿En qué han consistido sus trabajos sobre estos dos lingüistas?

Hemos catalogado y publicado los materiales vascológicos de Von Humboldt, tanto los que se conservan en Berlín como los de Cracovia. Es una edición histórico-crítica de sus obras, muchas de ellas no publicadas, y ha sido un trabajo en colaboración con varias universidades alemanas. De Schuchardt he realizado una edición electrónica de toda su obra, que está custodiada por la Universidad de Graz. Así que cualquiera tiene acceso a ella en la red, y por supuesto, de manera gratuita. Yo sobre el euskera tengo muy pocos trabajos propios. Por destacar alguno, un par de publicaciones sobre varios aspectos de fonología que elaboré con Lourdes Oñederra.

Entonces, ¿diría que básicamente ha puesto en valor, ordenado, mostrado en el siglo XXI el trabajo de Humboldt y Schuchardt?

Sí, exacto. Lo que estoy haciendo es subrayar el importante papel que juega la vascología en la historiografía de la lingüística general a través de personas como Humboldt y Schuchardt. Pero este es uno de mis trabajos, porque en los últimos diez, quince años también he indagado en otras lenguas, por ejemplo, en las lenguas indígenas de México. Estuve durante seis meses en el Yucatán para ampliar la lengua maya. También he estudiado cómo un niño aprende una lengua, cuáles son las bases para su aprendizaje. Volviendo al euskera, todos los lingüistas tenemos pasión por ciertas lenguas, y para mí una de las mayores pasiones es el euskera.

¿Qué es lo que le apasiona? ¿Su singularidad? ¿Su antigüedad? ¿El ser lengua minoritaria?

Hay lenguas que tienen muchos menos hablantes. Tengo un colega que trabaja sobre una lengua que se habla en Australia, y que tiene entre 50 y 90 hablantes.

¿Le preocupa el origen del euskera o le parece un tema secundario? Si proviene del Caucaso, de Escandinavia, de los pueblos beréberes...

Creo que hoy en día sabemos más de lo que sabia Schuchardt. Podemos estar más seguros de saber de dónde no viene el euskera. Y aquí también hay que felicitar a Mitxelena que dice que en el mundo hay alrededor de 6000 lenguas, que han sido suficientemente estudiadas como para saber que ninguna de ellas esta emparentada con el euskera. Yo, al igual que Mitxelena, también opino que con ninguna de las lenguas existentes se puede sostener seriamente una tesis de parentesco del euskera.

En su opinión, se ha realizado un mayor esfuerzo por estudiar la lengua vasca desde otras latitudes que desde el propio País Vasco?

No, creo que no. Sí que es cierto que en determinada época, a finales del siglo XVIII, comienzos del XIX, hubo un importante número de estudiosos que trabajaron sobre el euskera. Pero no ha habido jamás un período en el que el euskera se haya estudiado más desde fuera que desde dentro. Las aportaciones más importantes siempre han sido fruto del trabajo de los vascólogos del país.

¿Y los lingüistas españoles?

Los españoles se interesaron muy poco por el euskera. La cultura vasca tenía más interés para los extranjeros que para los españoles. La vascología fuera del País Vasco obviamente no existió como disciplina universitaria y en los países de Centroeuropa se aplicaba en centros de lingüística general o en centros de lingüística románica. De hecho, hubo grandes romanistas que se ocuparon del euskera.

Ya sabe que durante décadas muchos consideraron al euskera como una lengua de segunda, de caseros, de la gente del pueblo.

Sí, pero, ¿qué es una lengua de prestigio? ¿Qué es una lengua culta? Muchos piensan que una lengua de prestigio es aquella que tiene su propia literatura, su propia filosofía, su administración... Es verdad que a lo largo de los siglos perdura la literatura vasca, pero no de una manera muy amplia. Yo diría que el euskera ha sido una lengua de cultura tradicional europea.

Y ha sido una lengua sin estado.

Lo tuvo, pero por muy poco tiempo, durante el Reino de Navarra. Aun así, en Europa hay muchas lenguas que jamás han tenido un Estado y más si cabe fuera de Europa. Sin embargo, para los lingüistas esto no importa, porque en muchas ocasiones las lenguas sin Estado oficial son más interesantes que las que sí que lo tienen. Por ponerle un ejemplo, el castellano y el portugués son dos lenguas oficiales que están entre las grandes lenguas del mundo, sin embargo las diferencias lingüísticas que tienen entre ambas son mucho menos importantes que las que tienen el euskera y el castellano.

¿Qué futuro le ve al euskera?

Yo creo que mediante el batua tiende a ser una lengua unificada.

¿Y cree que el batua ha sido una buena solución para la subsistencia del euskera?

Por un lado sí, porque si no hay una lengua unificada, la dispersión es muy fuerte. Cuando uno de Gipuzkoa no puede hablar con uno de Bizkaia, porque los dialectos son tan diferentes, es necesario tener una lengua unificada para poder entenderse. Pero, claro, el batua también contribuye a la pérdida de estilos y de sus dialectos, euskalkis, como creo que les llaman ustedes.

De hecho, desde algunas instituciones vascas se están haciendo esfuerzos por no perder la riqueza de los euskalkis.

Me parece justo, está justificado.

Usted ha investigado la relación que la música tiene con las lenguas. ¿Dentro del euskera encuentra dialectos que le suenan muy diferentes?

Sí, claro que suenan diferentes, y son diferentes. No obstante, diferentes dialectos hay en todas las lenguas. Por ejemplo, la lengua europea que tiene la diferenciación más fuerte entre sus dialectos es el italiano. Me acuerdo que estuve en un pueblo de 4000 habitantes, donde tenían tres dialectos. Si estás un poco atento, se notan las diferencias. Son razones históricas. Sin embargo, la diferenciación del castellano no es muy fuerte, como ocurre con el euskera.

¿Comparte la idea de algunos cuando dicen que el euskera es muy difícil de aprender? ¿Hay idiomas difíciles y fáciles de aprender?

Depende. Todas son iguales de fáciles o difíciles cuando son la lengua materna, pero cuando aprendes una segunda lengua siempre te orientas sobre la materna. Entonces, si tú, cuando eras niño escuchabas mucho euskera, es evidente que para ti el euskera no será difícil de asimilar, a pesar de no ser tu lengua materna. Los que vivís aquí sabéis lo que significa “jatetxea”, como lo sabe cualquier castellano parlante que vive en el País Vasco, aunque no sepa euskera.

Ya le digo yo que todos los vascos castellano parlantes no saben lo que significa “jatetxea”.

O saben que significa “komunak”.

Le insisto que solo algunos.

Pero cuando tu vienes de fuera, por ejemplo, yo de Austria, y no tienes ninguna relación con todo esto, tienes que aprenderlo todo, hasta la última palabra. Desde un punto de vista objetivo se puede decir que todas las lenguas tienen una cierta complejidad, unas más en la sintaxis, otras en la morfología y otras más en el léxico, pero la lengua materna influye claramente. Para mí el inglés es mucho más fácil, porque es una lengua germánica, sin embargo, para tí el italiano será más fácil.

Pero unas lenguas no son más difíciles que otras a la hora de hablarlas, de pronunciarlas correctamente.

Cada uno de nosotros piensa que su lengua es fácil de pronunciar. Sí que es cierto que hay lenguas en las que la escritura es más distante que la pronunciación, pero esto depende únicamente de la historia de la escritura de cada una de ellas. Como la historia de la escritura del euskera es mucho más reciente, más joven, que por ejemplo, el inglés, es claro que la distancia en el caso de la lengua vasca es menor. Por cierto, que al francés le ocurre algo parecido que al inglés, porque su ortografía es muy antigua.

Aunque no es su campo de trabajo, sabido es que el euskera se habla en siete territorios que a su vez dependen de tres administraciones diferentes: La Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad Foral Navarra y la Administración Francesa. En Iparralde no es lengua oficial, aquí sí que lo es y en Navarra de aquella manera. Bajo la Administración francesa, ¿qué futuro le puede esperar?

La Revolución Francesa supuso un gran progreso no solo para los franceses, sino para toda la humanidad, porque fue un movimiento de liberación. Pero, como todas las cosas tuvo su lado negativo. Con la Revolución Francesa el francés es la lengua de la liberación, de la ilustración, del progresismo..., mientras que las lenguas minoritarias del país son consideradas contrarrevolucionarias, con lo que hay que oprimirlas. Por eso, Francia es uno de los países con menos diversificación. Se han perdido los dialectos. Se han oprimido las lenguas minoritarias, entre ellas, el euskera. Eso sí, tú vas a pueblos como Sara, y te das cuenta que en los pueblos pequeños hay mucha gente que habla euskera.

En las ikastolas de Seaska hay 2000 niños que estudian en euskera.

Hay una cultura minoritaria, que no creo que pueda sobrevivir por sí misma. En ese sentido yo estoy convencido del principio leninista que sostiene que una lengua como el euskera en Iparralde, hay que ayudarla, hay que sostenerla activamente para que pueda sobrevivir. Si no es así, seguramente desaparecerá.

Y en Hegoalde, ¿cómo lo ve?

Tiene claroscuros, porque falla la utilización. Además, hay un nuevo nacionalismo vasco que es bastante negativo, por una parte, por la imagen que traslada al exterior de lo vasco, y por otra, por el clima que genera en el país. Incluso los hay que utilizan el castellano de forma grosera, vulgar..., para desprestigiarlo.

¿Y usted no se anima con el euskera? En 1998 hice el ultimo barnetegi, y llegué a quinto curso. Aquel barnetegi no fue una buena experiencia. No había españoles, solamente vascos, y yo era el único extranjero. Se respiraba tal nacionalismo que se me quitaron las ganas de continuar. Aun así, tengo la intención de recuperarlo. Lo haré, lo haré... Bernhard Franz Hurch Bernhard Franz Hurch nació el 8 de abril de 1955 en Schärding/Inn (Austria). Es Catedrático de Lingüística General y Aplicada y decano de la Universidad de Graz. Ha publicado diversos materiales sobre cuestiones vascológicas y ha estudiado el legado de dos de los lingüistas que más esfuerzo han dedicado al euskera a lo largo de la historia: Von Humboldt y Hugo Schuchardt.
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