José María Bastero: "Me gustaría que a la erradicación del terrorismo, al progreso económico solidario y a la estabilidad política se uniera una revitalización moral"

2002-03-22

LARREA, Koldo

Elkarrizketa: José María Bastero José María Bastero, Rector de la Universidad de Navarra "Me gustaría que a la erradicación del terrorismo, al progreso económico solidario y a la estabilidad política se uniera una revitalización moral" * Traducción al español del original en euskera Koldo Larrea Antes de dedicarse a la docencia universitaria y la investigación, este bermeotarra trabajó en la construcción naviera. Doctor en Ingeniería Naval, fue durante tres años profesor adjunto de Mecánica y director de Estudios de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Navarra en San Sebastián. Tras esta etapa, se trasladó a Vizcaya, donde obtuvo en 1977 la cátedra de Mecánica en la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao. Desembarcó en Pamplona en 1992 para ocupar el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Navarra. Cuatro años después, en el 96, fue nombrado rector de esta prestigiosa entidad universitaria, cargo que continúa detentando, desde el que profundiza en el sistema educativo y formativo superior y, basándose en su sólida experiencia, alcanzada tras sesenta años de vida, analiza y muestra su preocupación sobre diversos aspectos de la universidad, de la juventud y de la sociedad. Como máxima autoridad de esta institución privada, explique para qué sirve y para qué debe servir la universidad, que son dos cuestiones, dos aspectos diferentes. La pregunta plantea un asunto muy complejo, al que resulta difícil dar una respuesta simple. Partiendo del hecho claro de que pocas instituciones han prestado un servicio tan grande a la sociedad como la universidad lo que explica su pervivencia en el tiempo , me parece que ésta ha sido tanto más útil cuanto mejor se ha adaptado a las circunstancias culturales de su tiempo siendo fiel a su identidad, que consiste, esencialmente, en la búsqueda y comunicación del saber en todas las áreas científicas. Hoy, el reto sigue siendo el mismo: servir a las necesidades sociales conforme a esa aspiraciónde encontrar la verdad hasta donde sea humanamente posible, sin apriorismos ni prejuicios. ¿Se debería aplicar un sistema universitario más exigente, más restrictivo, en el que, por ejemplo, resultase más difícil poder ingresar, no se pudiese pasar de curso con asignaturas pendientes o el hecho de suspender en junio o septiembre conllevase la expulsión del alumno, de cara a recobrar el elitismo intelectual? Las altas cifras de fracaso universitario indican la existencia de un problema que, a mi modo de ver, tiene sus raíces, aunque no exclusivamente, en la enseñanza secundaria, que no fomenta al menos, en lo que sería conveniente la necesaria exigencia personal. No hay garantías para afirmar que todos cuantos acceden a los estudios universitarios tienen capacidad y verdadero interés. Por otra parte, la excelencia en los estudios universitarios no la asegura ningún sistema ni creo que se consiga a golpe de suspensos. Depende, más bien, de la calidad de la docencia. Al estímulo de unas buenas clases y de un profesor dispuesto a ayudar a aprender, los estudiantes suelen responder con esfuerzo y dedicación. ¿De qué manera se podría devolver el prestigio social a las especialidades normalmente denominadas "de letras", a las humanidades, a las Ciencias Humanísticas, que, como usted ha afirmado en alguna ocasión, parecen no ser rentables? No me parece que existan soluciones inmediatas, porque el descrédito de esas especialidades está ligado a causas sociales profundas, cuyo origen supera el ámbito de la institución universitaria. Pero en el horizonte también se ven signos de esperanza. Por ejemplo, el empeño de esta universidad por ofrecer asignaturas humanísticas en todas las carreras está siendo valorado positivamente en el mercado laboral, pues tales materias proporcionan un saber acerca del hombre muy útil para la empresa. El humanista es, al fin y al cabo, un experto en el ser humano, y la persona es, cada vez más, el centro de la actividad empresarial. ¿Cuáles sonlos objetivos principales que se plantea la Universidad de Navarra, tanto empresariales como formativos? Nuestros objetivos son educativos: aspiramos a ser, simple y llanamente, una buena universidad, de acuerdo con nuestros principios fundacionales. La Universidad de Navarra, obra corporativa del Opus Dei, se esfuerza por ofrecer a sus alumnos una adecuada preparación profesional, que les capacite para realizar su trabajo con competencia, criterio ético y espíritu de servicio. Y trata de realizar una tarea investigadora de primer nivel internacional, que contribuya al progreso humano, y profundice en el conocimiento riguroso de las grandes cuestiones culturales y sociales de nuestro tiempo. José María Bastero, segundo por la izquierda, durante el XIV Congreso de Eusko Ikaskuntza. La institución que usted rige es criticada desde algunos sectores por su carestía, por no estar el precio de las matrículas al alcance de todos los que desean cursar estudios en ella y, por tanto, ser económicamente elitista. De hecho, uno de sus lemas publicitarios actuales dice: "Dicen que entrar en la Universidad de Navarra no es fácil. Lo difícil es tenerse que ir". ¿Son acertadas tales críticas? Tenemos costes docentes similares o inferiores a los de cualquier universidad estatal, sin que en nuestro caso haya ninguna ayuda pública para sufragarlos. Por esta razón, los universitarios que, ejerciendo un derecho constitucional, optan por formarse en una universidad como la nuestra, no acceden en igualdad de condiciones a los recursos públicos destinados a la educación superior (excepto a los programas generales de becas), pese a que sus familias contribuyen a ellos con sus impuestos. Para salvar esta disfunción, hay países que han optado por financiar el sistema universitario mediante el llamado cheque escolar, que no ha sido incluido en la Ley de Ordenación Universitaria, recientemente aprobada. De todas maneras, los precios de nuestras matrículas son muy ajustados, hasta el punto de queestán por debajo de la media de las universidades privadas. Además, tenemos un sistema de becas propio, cuyo objetivo es que ninguna persona pierda la oportunidad de estudiar en la Universidad de Navarra por motivos económicos. También puedo decirle que el 85% de las familias con hijos en nuestra universidad tienen niveles de renta medios o bajos; son familias a las que el coste de la matrícula supone, sin duda, un sacrificio durante unos años, pero acaba por dar frutos: invertir en una buena formación siempre resulta rentable. ¿Qué ofrece distinto la Universidad de Navarra a otras universidades? No quiero entrar en comparaciones. Si hubiera de señalar alguna característica identificativa además de su inspiración cristiana, antes aludida, diría que es propio de la Universidad de Navarra el protagonismo de su alumnado en la vida universitaria. Fomentamos que el estudiante tome las riendas de su formación, para que desarrolle con plenitud su propia personalidad. Nuestra docencia persigue, por medio, sobre todo, del trato cercano de profesores y alumnos, que el estudiante se forme activamente, aprendiendo a aprender, lo cual tiene cada vez más importancia en un mundo profesional donde constantemente se plantean retos nuevos. Los estudiantes que se licencian, ¿salen preparados para el mercado profesional? Tenemos buenos índices de colocación profesional y, aun con variaciones según la titulación, nuestros licenciados tardan poco en encontrar empleo. Pero no vemos estas cifras con satisfacción complaciente, sino que tratamos de mejorar la calidad de nuestra formación y de ampliar nuestros contactos con empresas e instituciones para que nuestros alumnos no sólo se coloquen con rapidez, sino que obtengan empleos de la mayor calidad posible, e incluso emprendan iniciativas que les conviertan a ellos mismos en creadores de empleo. En ciertas carreras, como Medicina o Ciencias de la Información, el título de la Universidad de Navarra ha tenido un valor añadido en el mundolaboral. ¿Se sigue manteniendo este valor? Y si es así, ¿en qué especialidades o estudios? Por fortuna, en esas titulaciones que usted menciona y en otras, la universidad goza de prestigio. En cualquier caso, nuestra aspiración es que cualquier título de la Universidad de Navarra sea sinónimo de formación de calidad. ¿Sufre el problema de masificación? No lo sufrimos. Por otra parte, es muy probable que la caída de la natalidad haga desaparecer la masificación de las universidades, al menos, en la mayoría de las titulaciones, e incluso se corre el riesgo de padecer el problema contrario. En este sentido, Navarra cuenta con una población en torno al medio millón de habitantes, del que algo más de una tercera parte se concentra en el capital. ¿Son demasiadas dos universidades en la Comunidad Foral o, por el contrario, son necesarias para cubrir su demanda formativa? En estos tiempos, se me hace difícil plantear la necesidad de una universidad en función de criterios geográficos o de volumen de población. No puede olvidarse que la universidad, por su propia naturaleza, carece de fronteras. Hoy día, esa universalidad se acentúa con la fluidez de las comunicaciones y la creciente internacionalización del mundo universitario, especialmente en Europa, donde caminamos hacia un espacio común de la educación superior. ¿Cuál es el papel que desempeña el rector en el entorno cultural y educativo de Navarra? Perdóneme, pero no me parece correcto juzgar mi papel. Sólo puedo decir que en Navarra me siento querido y respetado. También en algunos sectores se asegura que la Universidad de Navarra está en la Comunidad Foral pero que no es la de los navarros. ¿Con cuántos alumnos cuenta y cuántos son navarros? ¿Se plantea que la presencia de navarros sea importante y constante? La universidad tiene unos 12.000 alumnos de pregrado, de los que el 38% son navarros. Esta proporción es una buena muestra de que la Universidad de Navarra no lleva ese nombre por casualidad. Se llama así porquees parte de esta tierra, a la que sirve con lealtad desde 1952, siendo cooperadora del progreso socioeconómico y cultural experimentado en el último medio siglo. Nos sentimos muy honrados por la confianza que Navarra ha depositado en esta institución, por cuyas aulas han pasado más de 25.000 navarros, protagonistas, gracias a su preparación, esfuerzo y capacidad de iniciativa, de ese extraordinario avance. Realice un análisis de la juventud navarra y, asimismo, de la sociedad navarra. En la apertura de curso expresé una preocupación: el paradójico aislamiento personal de muchos jóvenes, pese a que jamás han dispuesto de mayores medios para comunicarse. Pienso, por ejemplo, en el entorno cerrado e individualista en el que a menudo transcurre su ocio. A pesar de esto y de otras insuficiencias, prefiero fijarme en los valores que manifiestan, como el sentido de la justicia, el respeto a la naturaleza, el espíritu de tolerancia, la receptividad sincera ante lo auténtico y la solidaridad, manifestada en tantas iniciativas de voluntariado. Cada año siguen llegando a la universidad jóvenes con enormes ganas de aprender y grandes inquietudes y afanes, lo que me hace tener gran confianza en ellos. Respecto a la segunda parte de la pregunta, me gustaría que a la erradicación del terrorismo, al progreso económico solidario y a la estabilidad política, se uniera una revitalización moral, sobre todo en el ámbito de la familia, de cuyo vigor depende la entera convivencia social. Para terminar, ¿cómo le gustaría terminar su etapa como rector de la Universidad de Navarra? Como la empecé: tratando de estorbar lo menos posible. Tengo la convicción de que cuando una universidad cuenta con magníficos estudiantes y profesores, la misión de su equipo directivo debe limitarse a procurarles las mejores condiciones para sus tareas ordinarias y tratar de dar cauce a sus iniciativas. José María Bastero Nacido en Bermeo (Bizkaia) en 1942, el profesor Bastero es Doctor Ingeniero Naval e IngenieroIndustrial y se ha dedicado, después de una etapa en la construcción naval, a la docencia universitaria y la investigación. En 1977 obtuvo la cátedra de Mecánica en la Escuela de Ingenieros industriales de Bilbao. Fue vicerrector de Investigación de la Universidad de Navarra. Dirigió la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de San Sebastián y fue director del Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa (CEIT). Ha dirigido tesis doctorales y publicado numerosos trabajos científicos en el campo de los modelos matemáticos de aplicación mecánica y problemas de fractura. Asimismo, ha participado en varios proyectos del departamento de Mecánica Aplicada con financiación europea. En el mundo universitario es conocido, sobre todo, por ser autor de un manual de Mecánica que ha venido a ser un clásico en las Escuelas de Ingenieros. Por otro lado, el profesor Bastero ha participado en gran número de Congresos Internacionales, desarrollando trabajos de investigación Imperial College de Londres y en la Universidad de Oxford. Fotografías: Arantza Cuesta Ezeiza y Luis Azanza (Congreso de Eusko Ikaskuntza) Euskonews & Media 160.zbk (2002 / 3 22 / 4 5) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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