Mirentxu Oyarzabal Irigoyen. Pediatra y endocrinóloga: Jamás mezclaría la ideología política con la ciencia, aunque a veces también se complementan

2013-05-08

SILLERO ALFARO, Maider

Nadie diría que Mirentxu está recientemente jubilada. Nos la encontramos el mítico Café Iruña de la Plaza del Castillo con su tableta en mano atendiendo los últimos preparativos del 35 Congreso de Endocrinología Pediátrica que le toca presidir estos días en Pamplona. Es una mujer apasionada, ella lo reconoce, y se le nota al hablar de medicina, de los niños a los que ha atendido a lo largo de su carrera, de su querido Baztan, de sus creencias políticas y de su equipo, La Real Sociedad.

Toda una vida dedicada a la pediatría, y ocupando, además, cargos importantes.

Es cierto que he ocupado muchos puestos, pero para mí lo fundamental en la medicina ha sido la asistencia clínica y el rigor científico. Pertenezco a sociedades internacionales, nuestros trabajos están referenciados en la literatura internacional y he tenido la suerte de rodearme de un equipo estupendo en la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Virgen del Camino, hoy Complejo Hospitalario de Navarra. Nuestra unidad se ha polarizado mucho en participar con las unidades de investigación del Estado y, a la vez, en la asistencia clínico-social, muy importante sobre todo en los niños y adolescentes con diabetes y sus familias.

Es la Presidenta del Comité Organizador del 35 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica que se está celebrando los días 8, 9 y 10 de mayo en Pamplona. Además, con una conferencia inaugural de lujo a cargo de Pedro Miguel Etxenike.

En el año 88 organizamos el X Congreso Nacional de la Sociedad y ahora, 25 años más tarde, le toca organizarlo a nuestra Unidad y a mi presidirlo. Vendrán a Pamplona unos quinientos profesionales, profesores internacionales y figuras de aquí y del Estado, con un índice elevado de participación y más de 200 comunicaciones y trabajos científicos.

A Etxenike le tengo gran admiración y además es navarro, de padre baztanés, como ésta que está aquí, aunque él se considera roncalés. Lo del título fue una ocurrencia de él, “La sublime utilidad de la ciencia inútil”; yo lo que quería transmitirle a Pedro Miguel era que él valorara cómo se enlaza una ciencia tan pura, tan aséptica como puede ser un electrón o un neutrón con la ciencia de la curación, de la salud, de la vida de un ser humano pensante que debe vivir en su mejor condición. Y él lo plasma así: la sublime utilidad de esa ciencia que para nosotros, los médicos que vemos niños con sus enfermedades pudiera parecernos fuera de nuestro ámbito.

Me habían advertido del cariño con el que habla de su tierra...

Soy de Elizondo, Baztan, la capital del mundo como solemos decir. Al estar en frontera y ser un valle muy abierto tuvo una raíz cultura importantísima. Estaba el colegio de Lekaroz, de los capuchinos, donde estuvieron Jorge Oteiza, Chillida, el Padre José Antonio de Donosti... y eso marcó mucho el devenir de un pueblo. Estaba la coral de Elizondo, el primer Coro de Europa en los años 60 con Juan Eraso, un director impresionante. Sin olvidar la cultura que nos transmitieron personas euskaltzales, que en aquel tiempo no era nada fácil, como Mariano Izeta u otras personalidades de un nivel humano y personal altísimo. Un día una amiga me decía que yo hablaba de mi infancia como si aquello fuera la arcadia feliz, no sé si tanto, pero aquel pueblo era feliz. Había muchas carencias, la emigración era obligada y existía marginación hacia euskara... pero había cultura, había cine progresista, había una Iglesia que, dentro de un contexto, era muy tolerante o me lo parecía a mí... Por otro lado, creo que ha marcado mucho en mi vida el haber ido a una Universidad liberal y Laica como es la Universidad de Zaragoza, donde había profesores que no eran del sistema y a la vez que aprendíamos medicina aprendíamos otras cosas también.

Volvamos a la medicina. ¿Cuál ha sido a lo largo de su carrera profesional el avance más importante que ha presenciado?

Avances objetivos son la instauración del programa de hipotiroidismo al 100 %, la detección precoz de enfermedades, la atención al niño con diabetes... Pero para mí, el gran avance de esta área de la endocrinología ha sido el contacto entre personas clínicas como nosotros con profesionales de la investigación básica de laboratorio, tanto nacional como internacional. Eso, y el participar en los ensayos clínicos con los últimos avances que se están experimentado —en el buen sentido de la palabra— en nuestra patología infantil. Esa interrelación ha sido para mí, y supongo que para todos, un enorme avance.

Para mí es importante el hecho de estar en las expectativas de la curación o de nuevos tratamientos que hace unos años eran impensables por ejemplo, en la Diabetes tipo I, que yo espero vean mis pacientes. Esto representa la fascinación por nuestra medicina en la pediatría.

Mirentxu Oyarzabal, Licenciada en Medicina por la Universidad de Zaragoza y Premio Nacional de Medicina.

La pasión, dicen, es el secreto de los buenos profesionales...

La pasión y el rigor en la ciencia. La ciencia tiene que ser rigurosa, no excluyente, debe adaptarse y aprender y siempre estar en primera línea. No podemos quedarnos acomodados, hay que ser exigente y la exigencia muchas veces encuentra obstáculos con la administración. Hay que luchar y esa ha sido mi trayectoria siempre. Soy una defensora a muerte y acérrima de la sanidad universal y gratuita como un derecho inalienable de la persona. No admito que se cuestione el derecho a la salud y el derecho a los avances que ofrece la ciencia y reconozco que en mi papel en la pediatría esto muy motivador porque estamos hablando de un ser humano que tiene toda la vida por delante.

Como profesional de la endocrinología pediátrica ha tratado a cientos de niños y adolescentes de diabetes, enfermedad que todavía no tiene cura.

Los tratamientos se están perfeccionando mucho y hemos conseguido evitar o retrasar las complicaciones graves de la diabetes que hace 25-30 años era casi impensable. Nuestros niños y niñas de antes —nuestros pacientes— hoy en día hacen una vida normal, cada uno en su nivel. Yo presumo mucho de tener 4 médicos en el hospital que han sido mis chicos, mis pacientes. Ahora estamos en la expectativa de la curación definitiva. En esta como en otras enfermedades hay muchos avances en tecnología y en investigación en terapia celular.

Por un lado, se está avanzando mucho en los tratamientos, pero por otro lado, el número de niños con diabetes está aumentando. ¿Cuáles pueden ser las causas?

No se conocen mucho las causas y depende de áreas geográficas. Finlandia tiene un altísimo porcentaje de diabetes, y curiosamente países cálidos como por ejemplo Cerdeña también lo tiene. Dentro del estado, en Navarra hemos tenido un incremente clarísimo en los últimos 20-30 años, mientras que en otras comunidades próximas no lo han tenido. Lo que es cierto es que a nivel mundial hay un incremento claro de la diabetes, en la cual influirán factores ambientales que no conocemos; se habla mucho de introducción precoz de proteínas ajenas al cuerpo como puede ser la proteína de leche de vaca, u otros factores que no conocemos. ¿Qué respiramos, qué comemos, qué está influyendo? Lo que sí está claro es que mientras disminuyen las enfermedades infecciosas —después de la Segunda Guerra Mundial— están incrementando las enfermedades autoinmunes. Se sugiere que la propia higiene pudiera ser un factor de modificación de nuestro hábitat frente a lo que nos rodea.

Los datos dicen que para el año 2020 la diabetes aumentará hasta en un 70%

Estamos hablando de dos tipos de diabetes. La tipo I que es la del niño y el adolescente, la autoinmune, la que depende de insulina. Pero hoy en día estamos asistiendo a la aparición precoz en la edad pediátrica de la Diabetes tipo II, que está asociada a los mayores: gente sedentaria, obesa, que tiene la glucosa un poquito alta... Estamos modificando el estilo de vida y a consecuencia un incremento de la obesidad y de la diabetes tipo II en edades precoces. En Estados Unidos casi el 50 % de la población con diabetes infanto-juvenil es de tipo II, no aquí aun, pero al paso al que vamos seguramente lo veremos. Precisamente, es esa diabetes derivada de una alimentación hipercalórica y una vida sedentaria la que se va a incrementar tantísimo. Esta es corregible o evitable, la de tipo I de momento no.

En una entrevista publicada en el Diario de Noticias en 2009 a la pregunta de cómo veía la sanidad navarra, usted contestaba que notaba “una percepción de deterioro”. Han pasado 4 años y le hago la misma pregunta.

Suelo tener siempre bastante olfato... (sonríe) Ya no la percepción, sino la constatación de que hay un deterioro evidente. Mis colegas salen a la calle, no sólo en Madrid y Barcelona, y eso no es cuestión de ideología política, es una cuestión de convicción. Son gente de todas las edades, de todos los colores, médicos, enfermeras, celadores, auxiliares... esta gente no sale sin más, sale porque se está rajando su concepto de la sanidad. La salud es un bien de todos, no es excluyente de quien pueda pagar o no. ¿Qué vamos a hacer, seguir engordando los chalets del prójimo —véase sanidad privada— mientras se deteriora el derecho que cualquier ser humano tiene a que sus médicos le ofrezcan lo mejor que haya para su curación? Esto no es solo un derecho inherente al persona, es también la razón de nuestra vida. Es una falsedad y una hipocresía brutal el decir que es un costo elevado frente a otro costo menos elevado, no es verdad. De hecho, es mentira que un modelo sanitario en el ambiente que conocemos ofrezca, pueda ofrecer o haya ofrecido mejor calidad asistencial —mejor hablo, no igual— que la sanidad pública. Yo conozco la sanidad pública y he recurrido a ella cuando la he necesitado, al igual que muchos de mis colegas, cuando nos toca en nuestro tiempo de la vida.

Hace no mucho las asociaciones de diabéticos reclamaban que se veían obligados a tener que reutilizar las agujas con las que inyectarse la insulina, en contra de la recomendación de la OMS.

Desde el punto de vista científico tienen toda la razón. Está demostrado que el bisel de la aguja se astilla de una manera microscópica y eso hace que la absorción de la insulina no sea igual.

Me preocupa que la población general crea que los detalles no perjudican su salud porque la tienen atendida. Por otro lado, tengo que insistir en la buena utilización de la medicina. Me niego a culpar del deterioro de la sanidad a las personas que precisan de ella, pero sí es una llamada de atención a que todos hagamos un uso racional de los recursos sanitarios priorizando temas y atenciones. Eso es evidente, pero me niego a que las personas tengan que asumir esto. La culpa está en otros sitios, en lugares donde uno legisla para privatizar siendo el gerente del laboratorio, o el gerente que va a dirigir la privatización de un hospital... en mi opinión eso es absolutamente inmoral. Pero esto forma parte de nuestra lucha social, la de estar involucrado, no solamente con la medicina, sino con la opción de una persona ante la sociedad y ante la vida, pero ahora entramos en otro terreno...

¿Y le apetece que entremos en ese terreno? Estamos haciendo la entrevista en la sede de Eusko Alkartasuna de Iruña...

Claro. Creo en los principios de Eusko Alkartasuna y podemos hablar de una militancia política actica. He sido concejal en el primer ayuntamiento democrático de Baztan con Timoteo Plaza y parlamentaria de Navarra. Como a veces se suele preguntar lo voy diciendo por delante, la personalidad política más admirada por mi es el lehendakari Garaikoetxea, al cual siempre llamaré lehendakari porque él es para mí el Lehendakari. Creo en mi país, creo en un país libre, pacífico y progresista. Creo en la tolerancia, como no podría ser menos, y en el respeto y me horroriza cuando la palabra democracia se utiliza tan fácilmente por quien no la ejerce y por quien intenta tapar de una manera burda lo que es intolerable.

Creo que el entendimiento entre personas diferentes es enriquecedor, pero no el falseamiento de principios. Yo no puedo decir que soy otra cosa, yo soy vasca y soy vasca porque soy navarra. Eso me ha costado muchas discusiones, pero, al fin, mis amigos de las otras comunidades ya lo encajan muy bien aunque siempre lo cuestionan... Pero es que es mi raíz, es mi esencia. Yo les suelo decir ¿qué tiene que ver eso con la ciencia? En la medicina todo el mundo es igual, yo he representado a toda la ciencia y la ciencia nunca es excluyente. La ciencia es apertura, enriquecimiento, y la amistad es lo mismo ¿qué tiene qué ver? ¿Por qué preocupa tanto que digamos que somos independentistas? ¿Por qué? ¿Eso me va a perjudicar en mi relación con las personas o con la ciencia de Estados Unidos? De ninguna manera, al contrario, me va a enriquecer, nos va a enriquecer a todos.

¿Y eso le ha generado conflictos en su carrera profesional?

Supongo que sí, me hubiera ido mejor estando en otros partidos estatalistas o de los que tienen una cara aquí y otra en Madrid... pero las opciones de una persona ante una militancia política, si es que la tiene, son primero de libertad y luego de coherencia. Cuando yo opto por algo es porque la coherencia, dentro de las dificultades y los problemas, me hace pensar que podemos ayudar a un mundo mejor; y en este caso a un país mejor, a una patria mejor. Y ese es el tema. Claro que sí me habrá traído conflictos, pero una cosa se habrá compensado con otra. He atendido a muchos niños y nunca jamás he hecho diferencias. Jamás mezclaría la ideología política con la ciencia, aunque a veces también se complementan porque las opciones y los principios, a veces, encajan.

Para terminar Mirentxu, ¿qué es lo que más admira y lo que más aborrece?

Admiro a mi familia. A los que se fueron y a los que tengo y soy una tía maravillosa (sonríe). Admiro a mis amistades y admiro profundamente la bondad de la gente sencilla. De esa que ni se le ve ni se le escucha, pero que siempre está al lado de quien les necesita. Por el contrario, aborrezco la mediocridad y la mezquindad, cualidad que se da con mucha frecuencia en quien cree tener el poder en sus manos. Mirentxu Oyarzabal Irigoyen (Elizondo)Es Licenciada en Medicina por la Universidad de Zaragoza y Premio Nacional de Medicina. Con una oposición se traslada a Pamplona, donde ejerce todas las labores de la pediatría. Ángel Ferrández, figura mundial de la endocrinología pediátrica, fue su maestro y la diabetes un objetivo muy importante en el trabajo “por su gravedad y transcendencia”. Ha ocupado, además, importantes cargos como el de Presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, Presidenta de la Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría y Vicepresidenta de la Sociedad Española de Diabetes, representando la parte pediátrica de esa macro sociedad. Ha formado un equipo en la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Virgen del Camino, hoy Complejo Hospitalario de Navarra, donde ha sido jefa de sección. Ha sido profesora del Máster de Endocrinología Pediátrica de la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue concejala del ayuntamiento de Baztan y durante 4 años parlamentaria foral por Eusko Alkartasuna. Recientemente jubilada, pero muy en activo.
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