¿Cómo se inició en este arte?
Desde pequeño se me han dado relativamente bien todas las artes: la música, escribir, dibujar, bailar, actuar, etc. Pero siempre he tenido la duda de no saber a cual debería dedicarme. ¡Me gustaban todas! A los 13 años, cuando vivíamos en Sudáfrica, teníamos un amigo que trabajaba en unos estudios de cine importantes de Ciudad del Cabo, donde se rodaban anuncios para Audi, Guiness, y un montón de marcas importantes. Me invitó a pasar los fines de semana y pasaba el día echando una mano y observando todo tipo de rodajes. Fue mi primer contacto con la industria, y me di cuenta de que era una mezcla de todas las artes juntas. De modo que ya no tenía que decidirme por una. ¡Había encontrado un trabajo donde podía dedicarme a todas a la vez!
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en el cine?
Creo que la razón por la cual me dedico a esto no es porque me guste ‘algo en especial’. Para serte sincero, creo que lo hago porque no sé hacer otra cosa, y porque por alguna razón, lo único que hago toda mi vida es pensar en ‘modo película’. Visito un lugar y lo veo como una posible localización. Conozco a una persona curiosa y me imagino un personaje. Me cuentan una historia y me imagino un guión. Veo algo curioso y me imagino el mejor encuadre para grabarlo. Llegaría a decir que es una enfermedad y simplemente intento convertirla en un modo de ganarme la vida.
¿Tiene algo que ver con alguna influencia familiar?
Por supuesto. Mis padres son ambos diseñadores de moda. Así que también son artistas, y también están como una cabra, de modo que siempre han apoyado mucho mis inclinaciones artísticas. No sé si para bien o para mal, ya que ser artista no es precisamente lo mas ‘seguro’ para tu hijo. Aunque precisamente por lo difícil que debe ser aceptar eso y por apoyar siempre e incondicionalmente mis pasiones, les estoy eternamente agradecido.
Alain Xalabarde nació en Euskal Herria, creció en Sudáfrica y se formó en Nueva York.
¿A quién admira dentro del campo cinematográfico?
Tengo distintos tipos de admiración. A algunos les admiro por su talento, como puede ser Charles Chaplin, Quentin Tarantino, Clint Eastwood o Baz Luhrmann. A otros les admiro por querer parecerme a ellos, como es el caso de Michel Gondry o Alexander Payne. Y finalmente, a otros les admiro por su personalidad y manera de pensar, como Louis CK o Steven Spielberg. Aunque debo decir que Julio Medem siempre ha tenido un hueco especial. Creo que fue porque ‘Los Amantes del Círculo Polar’ fue la primera película que me hizo ver el cine de un modo distinto. Además, el hecho de que fuera vasco me hizo sentirme más cercano a alguien que admiraba.
¿Si no fuese director qué sería?
Quizás diseñador de vídeo juegos. Es algo que siempre he hecho de lado y me gustaría desarrollar más a fondo. Para decir verdad, son dos profesiones muy similares. También disfruto mucho ejerciendo de profesor. Lo he hecho en varias ocasiones y es un oficio que espero continuar haciendo en el futuro.
¿Piensa en imágenes?
Esto es algo que he estado hablando con varias personas durante los últimos dos años, desde que entendí porqué la gente me preguntaba ‘en qué idioma pensaba’. Nunca entendía muy bien la pregunta, porque cuando pienso no digo frases en mi cabeza (a no ser que esté pensando en hablar, en cuyo caso hablo el idioma correspondiente a la situación). Cuando pienso, lo hago en imágenes, conceptos y sentimientos. Por lo visto no soy el único. Hay varios tipos de pensamientos, pero este me parece el más lógico.
¿Qué tipo de cine quiere mostrar?
Suelo imaginarme una línea. A un extremo se encuentra el cine comercial. Al otro se encuentra el cine artístico. Me parece que hacer cine en cada uno de los extremos es lo fácil. Con el comercial simplemente sigues todas las reglas al pie de la letra y punto. Y con el artístico haces lo que te dé la gana, sin ningún tipo de consideración. Creo que lo difícil es conseguir el balance entre una cosa y la otra; acercarse al centro de la línea. Las películas que más acabo apreciando son las que consiguen un equilibrio perfecto entre el entretenimiento y el valor creativo. Es decir, que no me aburran y que haya aprendido cosas nuevas.
¿Hay que promocionar más el cine?
No. No podemos forzar a la gente a ver películas que no quieren ver. El cine debe ser responsable de sí mismo. El éxito de una película debe ser un resultado orgánico. La manera de conseguirlo es teniendo siempre en cuenta a un mercado, sea cual sea. Incluso si una película es indie o exclusivamente artística, sigue teniendo su público. Debemos forzar a los cineastas a tener más en cuenta a sus espectadores, y no al revés. Hay una mala costumbre aquí de ver el cine exclusivamente como cultura. En una película se invierten millones de euros, se da trabajo a cientos de personas y se puede llegar a millones de espectadores. Desperdiciar todo eso es un insulto. No debemos olvidar que el cine es inevitablemente un negocio, y debemos tratarlo como tal.
Su primera experiencia en el mundo del cine fue a la edad de 13, ayudando los fines de semana como asistente y aprendiz en los estudios de cine Sasani de Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
¿Cómo se vive la situación actual en el cine?
Es desconcertante, frustrante y emocionante. Creo que estamos formando parte de una revolución, y será un honor poder reconocerlo en diez o veinte años cuando lo miremos en retrospectiva.
¿Tiene esperanza de que se mantenga la creatividad en el cine?
¿Creatividad en el cine? Sí. ¿Creatividad en Hollywood? Eso me preocupa. Últimamente los grandes estudios no se atreven con nada nuevo o atrevido. Aunque creo que, afortunadamente, tendremos a los indies cubriendo esa necesidad de películas novedosas. Es posible que, con las nuevas tecnologías siendo tan accesibles, y con la tremenda cantidad de contenidos con que nos bombardean diariamente, sea más difícil que antes encontrar algo que no se haya hecho antes. Aunque yo soy de la filosofía de que siempre habrá cosas que nadie ha visto.
¿Hay buena cantera en el cine en Euskadi?
Viviendo en Nueva York y Londres ves que, aunque hay muchos proyectos, la mayoría son de muy baja calidad. No me refiero a bajos presupuestos, me refiero a la preparación del equipo o la falta de atención en los detalles de sus obras. En cambio, cuando volví a Bilbao, lo primero que me sorprendió fue el gran porcentaje de obras de alta calidad. Euskadi siempre ha sido un referente en la industria española, pero creo que ahora especialmente está surgiendo una nueva generación de futuras promesas.
¿Cuál es el proyecto de su vida?
Tengo varios en mente, y creo que todavía es muy pronto para decidir. Pero ya que preguntas, voy a delatar una fantasía de un proyecto que me encantaría dirigir. Va a sonar muy friki, pero me encantaría dirigir la película del vídeo juego “Fallout”. Es una saga que he seguido desde la primera edición cuando era un adolescente, y que incluye todos mis fetiches: un mundo post apocalíptico, memorabilia retro, situaciones políticamente incorrectas, controversias sociales, humor negro y acción.
Es el creador de la página web cinevasco.com, ¿qué le llevó a crear ese portal?
Fue una cadena de realizaciones, comenzando por el hecho de encontrar casi por casualidad que el dominio de cinevasco.com estaba libre. Lo adquirí sin mucha idea de qué hacer con él. Al de poco tuve una segunda realización: que la industria del cine en el País Vasco necesitaba un poco de ‘identidad’. Hay mucha industria pero muy desperdigada. No se valoraba ‘lo de aquí’ y cada uno iba a su bola. Para encontrar cualquier tipo de información me pasaba horas en google. Así que estaba claro que había un vacío que rellenar, cosa difícil de encontrar en internet.
En el 2008 Alain regresa a Europa, estableciendo su hogar en Londres, donde comenzó la investigación y el desarrollo del guion para su largometraje ‘El Último Roble’.
Foto: http://www.facebook.com/elultimoroble
¿Cómo cree que se podría hacer para que hubiera más películas bilingües en cines vascos catalanes, gallegos?
Al final se trata de que al público masivo no le gusta leer subtítulos, de modo que, en proyectos de altos presupuestos, conviene (financieramente) hacerlo en un idioma predominante.
¿Qué es lo que no hay que perder nunca?
La ignorancia. La única razón por la cual estamos dispuestos a sufrir tanto como artistas es que somos demasiado idiotas para darnos cuenta de que es una mala idea.
¿Qué lugar cree tener o aspira a tener en el cine?
Espero conseguir tres cosas fundamentales. La primera es ‘poder hacerlo’. Es decir, ni siquiera hablo de ganar dinero haciendo lo que me gusta. Sino el simple hecho de ‘poder hacer lo que me gusta’. No todos pueden rodar una película cada año, aunque sea gratis. Eso es, sin duda, mi prioridad: poder dedicarme la mayor cantidad de horas de mi vida haciendo lo que más me apasiona. En segundo lugar, me gustaría poder vivir de ello; como todos. Quiero considerarlo un ‘trabajo’ y no una ‘afición’. Lo último es reconocimiento, cosa que algunos intentan negar. Pero quieras o no, inconscientemente, todos deseamos comunicar. Todos disfrutamos cuando a otro ser humano le gusta lo que hacemos. Tu película favoritaBuff... imposible de decir. No tengo una, pero si tengo que elegir, vuelvo a mencionar “Los Amantes del Círculo Polar”. No es mi película favorita, pero fue la primera que tuvo un impacto importante en mi vida, y probablemente, mucho de lo que hago hoy es gracias a haber visto esa película.Tu actor y actrizEs injusto decantarme por solo uno. No soy de favoritos. En mi larga lista de preferidos están Marlon Brando, Dustin Hoffman, Meryl Streep y Johnny Depp, entre otros. El problema está en que luego existen un montón de actores que me han enamorado en papeles específicos, lo cual solo demuestra que han tenido menos oportunidades de exhibir su talento, como Paul Giamatti, Carey Mulligan, Mandy Patinkin o F. Murray Abraham.Un buen regalo sería...Un sueldo mínimo fijo hasta que salga adelante tu carrera. Muchos artistas dejan de serlo por el estrés que conlleva no tener una estabilidad económica. Quieras o no, el dinero te permite el lujo de mantener la esperanza y seguir luchando por tus sueños. Sería mucho menos atosigante no tener que preocuparme por comer, y así dedicarme por completo a hacer lo único que realmente le da sentido a mi vida.Tu momento ideal del díaCuando estoy dormido.Tu mejor compañíaMi novia, un sofá, y una buena película que ella todavía no haya visto.¿Tienes intención de marcharte al extranjero?Indudablemente. He pasado la mayor parte de mi vida en el extranjero, así que no me siento de ninguna parte. Todavía me considero un nómada. Todavía estoy buscando un lugar al que pueda llamar ‘mi hogar’. Alain Xalabarde (Bilbo, 1985) Alain Xalabarde nació en Euskadi, creció en Sudáfrica y se formó en Nueva York. Hijo de dos diseñadores de moda, Alain comenzó su estilo de vida cosmopolita a la temprana edad de un año. Su primera experiencia en el mundo del cine fue a la edad de 13, ayudando los fines de semana como asistente y aprendiz en los estudios de cine Sasani de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Durante el breve retorno a su tierra natal, Alain trabajo para una cadena de televisión local de Bilbao mientras todavía compaginaba el instituto. A la edad de 20, y después de dirigir 3 cortometrajes en varias ciudades españolas, tomo su primera lección oficial de cine en la Digital Film Academy de Nueva York. A continuación dirigió dos cortometrajes adicionales en la ciudad y paso los siguientes años trabajando, entre otros, como director de fotografía para varios cortometrajes, videoclips musicales y largometrajes. En el 2008 Alain regresa a Europa, estableciendo su hogar en Londres, donde comenzó la investigación y el desarrollo del guion para su largometraje ‘El Último Roble’, inspirado en sus raíces vascas y los conflictos internacionales con los que se ha topado durante sus frecuentes viajes. Alain es considerado un ciudadano del mundo por los que le conocen, sediento de conocimiento e irradiando una constante creatividad. Muestra un talentoso control del arte en sus trabajos además de un estilo genuino que sabe llegar a su público.