Esta actividad de innovación social promovida por Eusko Ikaskuntza ha movilizado a asociaciones irundarras y migrantes y ha permitido trabajar un proyecto para el cambio comunitario.
Eusko Ikaskuntza en alianza con el Instituto Plaiaundi de Irun y el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de la ciudad, organizó a lo largo del mes de mayo una actividad de innovación social que, con la denominación de endREDatu, ha implicado a jóvenes y mayores pertenecientes a asociaciones locales y migrantes tanto nacionales como internacionales.
La elección de Irun como laboratorio para esta experiencia vino dada por su propia identidad. Se trata de una ciudad donde el 15% de su población es migrante y joven y más del 20% proveniente de diferentes provincias del Estado; con un importante músculo asociativo que se halla en riesgo por falta de relevo generacional; y una ciudad en transformación que afronta las transiciones demográficas, energéticas y sociales del siglo XXI.
El objetivo de endREDatu ha sido doble: por un lado, la creación de espacios de encuentro intercultural e intergeneracional en los que explorar nuevas vías de participación ciudadana; por otro, la formación en competencias de transición y la implementación de al menos un proyecto ciudadano para el impulso del cambio comunitario.
Aplicando la metodología de innovación social GizarteLAB, diseñada por Eusko Ikaskuntza, endREDatu se desarrolló de forma práctica a través de talleres de aprendizaje repartidos en cuatro sesiones.
Entre las conclusiones de la experiencia se ha destacado la importancia del tejido asociativo irundarra cuyo debilitamiento puede afectar a la cohesión social; dar a conocer las oportunidades que ofrecen las asociaciones se ha señalado asimismo como una prioridad. En este sentido, el grupo propuso la puesta en marcha de una campaña divulgativa que de manera lúdica anime a la participación puntual en las asociaciones como paso previo a un compromiso más estable. Así surge la iniciativa “Irún, ¿nos conocemos?” como proyecto para el cambio comunitario.
También se han identificado las debilidades o carencias de que adolecen las asociaciones y que convendría modificar, así como el papel que en ellas puede jugar la población migrante para paliar la falta de relevo generacional. Otro aspecto reseñable es la necesidad de una comunicación multidireccional, clara y transparente, que garantice que las personas asociadas se sientan escuchadas y, con ello, motivadas.
Las valoraciones finales de los y las participantes en endREDatu han sido positivas. Además del cumplimiento de las expectativas iniciales, se han juzgado muy satisfactoriamente aspectos como la óptima organización de los talleres, el interés de la temática, las presentaciones realizadas o las dinámicas de reflexión.
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