Edurne Ormazabal: "Para poder realizar un trabajo de calidad, tienes que creer en lo que dices o presentas"

2002-06-21

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Edurne Ormazabal Edurne Ormazabal, coordinadora de la emisora Euskadi Gaztea "Para poder realizar un trabajo de calidad, tienes que creer en lo que dices o presentas" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala Edurne Ormazabal se define a sí misma como comunicadora, dada la diversidad de medios de comunicación en los que ha trabajado, amante de la música y del cine. Tras unos inicios como periodista que poco a poco la llevaron "de una cosa a otra", en la actualidad trabaja como coordinadora de la emisora Euskadi Gaztea, aunque también ejerce de locutora, periodista y presentadora. Su rostro es uno de los más habituales del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y se ha asomado en varias cadenas de televisión. Desde su despacho de EITB, Edurne, natural de Tolosa, confiesa que es exigente consigo misma y que está dispuesta a afrontar nuevos retos, aunque sin perder el componente de la credibilidad, que considera fundamental. Habiendo estudiado Psicología, ¿cómo saltó al mundo del periodismo? Josetxo Lizartza llamó a un amigo común para comentarle que necesitaba a alguna persona de Tolosa que se encargara de emitir noticias locales por la radio. Este amigo se puso en contacto conmigo, y yo accedí. La verdad es que no sé cómo se me ocurrió responder afirmativamente. Tendría unos veinte años, por entonces estaba estudiando y necesitaba el dinero. Así es como empecé. Luego, una cosa me llevó a otra. También trabajé en Herri Irratia... Y en la televisión... Sí, a finales de los 80 presenté en Euskal Telebista un programa musical llamado "Katu Kale", una experiencia inolvidable. ETB era todavía de reciente creación, había muchas carencias, pero entre la gente del equipo de trabajo surgió un ambiente muy amigable. Cuando Antena 3 se instaló en San Sebastián, presenté durante un año un magazine y un programa de música. He solido presentar la ceremonia de entrega de los Oscar para el Canal Plus, y también el programa "Nuestro Cine"... Cuéntenos cómo fue la primera vez que se puso ante las cámara o el micrófono. Mi primer programa para televisión resultó un desastre. No tenía ni pizca de profesionalidad. La primera vez que me puse delante de una cámara no sabía ni cómo hablar, ni cómo gesticular, así que me armé de valor. Ahora no me atrevería a hacer algo así. De todos modos, así es como se aprende. Recuerdo que cuando hice las primeras pruebas estaba muy entusiasmada e ilusionada. De periodista pasó a ser la coordinadora Euskadi Gaztea, en un momento en el que apenas había ninguna oferta en euskera. Teniendo en cuenta cómo han avanzado la tecnología y el euskera, ¿qué recuerdos guarda de aquellos comienzos? La verdad es que la situación actual no tiene nada que ver con la de entonces. Cuando se creó Euskadi Gaztea a la gente le entraba la risa, como cuando se fundó ETB. Todos repetían el mismo chiste, que era impensable oír hablar al J.R. de la serie "Dallas" en euskera. Con Euskadi Gaztea sucedió prácticamente lo mismo. La gente estaba acostumbrada a oír la radio habitual en euskera, pero la nueva fórmula le resultaba muy chocante. En ese sentido se ha avanzado mucho, porque la gente ahora considera absolutamente normal que se emplee una fórmula radiofónica en euskera y que la música vasca se emita mezclada con la extranjera. También ha habido un cambio de actitud por parte de la audiencia, y que yo valoro muy positivamente. Hace unos años la gente escuchaba la radio en euskera principalmente por militancia, pero ya no. Hoy en día la gente, por lo general, no sólo exige que se emita en euskera, sino que además exige pide personalidad y calidad. Si el producto que se ofrece no es bueno, la gente no lo va a escuchar por el mero hecho de que se emita en euskera. Con la militancia hoy en día no vas a ninguna parte. ¿Qué retos tiene en estos momentos Euskadi Gaztea? ¿Qué objetivos se plantea? El reto principal es llegar a toda la gente posible, manteniendo en todo caso las características de un entespúblico, porque todavía hay gente euskaldun que escucha otras emisoras. En teoría, nuestro oyente tiene que ser euskaldun. No es fácil llegar a los castellanoparlantes. Uno de mis objetivos es que, escuchen Euskadi Gaztea o no, al menos tengan una buena imagen de ella. En el caso de los oyentes vascos, sí que me gustaría que nuestra radio fuera también la suya. Usted siempre ha sido cinéfila. ¿Qué le ha aportado el Festival de Cine de San Sebastián? Profesionalmente he aprendido muchísimo. En cierto modo diría que me ha enseñado a luchar contra mis propias limitaciones. Puede que por fuera parezca fácil, pero el trabajo del Festival es muy cansado y difícil. Año tras año trato de superarme. A veces lo hago mejor y otras peor... Cada nueva edición es un nuevo reto. ¿Cómo y por qué empezó a trabajar en el Festival? Empecé hace unos diez años, cuando nombraron a Koldo Anasagasti subdirector del Festival. Me llamó porque necesitaban a un euskaldun que entendiera de cine y que dominara el inglés. Más tarde también presenté programas de cine en Canal Plus. ¿Qué le gusta más: la radio o la televisión? La verdad es que me resulta muy difícil elegir. Además, hace tiempo que no me he puesto ante un micrófono. Son cosas muy distintas, pero me gustan las dos. Como en todos los trabajos, cada cosa tiene su lado bueno y su lado malo. Quizá la radio ayude más a conservar el anonimato... Yo no veo grandes diferencias en ese aspecto. Vivimos en un país muy pequeño, y además siempre he trabajado en euskera, ofreciendo productos dirigidos más bien a una minoría. También en la televisión me he sentido en el anonimato. Lo que pasa es que en la televisión tu trabajo depende de otras muchas personas, y en la radio no. En la televisión tienes que contar con un equipo de trabajo más grande, pero yo creo que la radio te engancha. Es una sensación que nunca he llegado a experimentar en la televisión. Estando de vacaciones, he llegado a echar de menos el micrófono. Sin embargo, nunca ha trabajadoen la prensa escrita... La prensa escrita me provoca una inmensa frustración. Nunca termino de escribir lo que empiezo. En el trabajo diario me pasa prácticamente lo mismo: nunca me quedo satisfecha, siempre pienso que podía haberlo hecho mejor... Siempre me quedo a disgusto. La verdad es que nunca me he esforzado demasiado por trabajar en la prensa escrita... El hecho de trabajar en el Festival de Cine le ha permitido conocer a muchas estrellas de cine. ¿Recuerda alguna anécdota? Seguro que hay miles de anécdotas, pero se me olvidan. Además, tampoco es que tenga mucho tiempo para estar con los actores. ¿Cómo resulta la experiencia de presentar galas? Son sesiones muy bien preparadas, con un guión muy definido que permite dar rienda suelta a la improvisación, aunque por lo general esa posibilidad se concede sólo a los invitados. ¿No se pone nerviosa? Claro que sí, siempre. Hace unos años decidimos que no se realizarían traducciones para la sala durante la entrega de premios, y así se lo comunicamos a todos los vencedores. Pero hubo un director francés que resultó vencedor y que nos pidió que tradujéramos sus palabras. Me pidieron que me hiciera cargo de la traducción. En ese momento, aunque no estaba escuchando, fui capaz de traducir. Fue una cosa rarísima, porque yo estudié francés sólo hasta los diecisiete años, y desde entonces no lo había vuelto a tocar. En una situación normal hubiera sido incapaz de hacer una cosa así, pero en ese momento, y sin prestar demasiada atención, no sé cómo, pero lo hice. Supongo que en momentos así se te enciende alguna luz que te lleva a hacer lo que sea. Para lo bueno y para lo malo, las cosas sobre un escenario cambian radicalmente. Da la sensación de que el Festival es una especie de competición que se prolonga durante diez días... Sí, es increíble. Cuando por fin llega el último día te das cuenta de que no serías capaz de aguantar un sólo día más. A todos nos pasa lo mismo. Pero también te deja con el gusanillo. ¿Pensó algunavez en que acabaría siendo periodista? No, no tenía ni idea. Sabía muy bien qué no quería hacer, pero no qué hacer. Esa es una constante en mi vida. Nunca sé lo que voy a hacer. Más que por mis propias decisiones, me dejo guiar por las circunstancias. ¿Hay algún aspecto de su trayectoria que le gustaría poder cambiar? Sí, los hay. Pero sin olvidar que hay cosas de las que me siento muy orgullosa, ya que pensaba que no sería capaz de hacerlas, y finalmente las he hecho, y además mejor de lo que esperaba. Soy muy exigente conmigo misma. Son contadísimas las veces en que me quedo satisfecha, ya que siempre veo algo que podría mejorar, cosas que no me agradan... Me resulta más fácil perdonar a los demás que a mí misma. Joseba Apaolaza y Edurne Ormazabal. Usted que ha trabajado en Madrid, ¿nunca ha sentido la tentación de irse a trabajar al extranjero? Los dos años que pasé en Madrid fueron una experiencia muy bonita en la que aprendí mucho. Pero, como comunicadora, no le concedo ninguna importancia al número de personas para las que trabajo. Me es igual trabajar para diez mil que para dos millones. Al escoger entre un trabajo y otro, lo que más valoro es el proyecto en sí. Hay comunicadores capaces de presentar cualquier tipo de programa, pero no es mi caso. Hay cosas que sí puedo presentar, pero otras que no, y en ese sentido lo más importante son el proyecto y el programa. En cualquier caso, si observo que el proyecto resulta interesante, lo acepto. Por otra parte, el hecho de poder trabajo tanto en euskera como en castellano, el estar capacitada para comunicarme en las dos lenguas, me parece una virtud. No dudaría en irme a Madrid si me ofrecieran un buen programa, pero conozco mis limitaciones y sé que hay cosas que nunca presentaría. ¿Y qué es lo que nunca presentaría? Cualquier programa relacionado con las noticias del corazón, por ejemplo. Aunque no deje de representar un papel, yo tengo que creer en lo que estoy presentando. Para mí es fundamental creer en loque estás diciendo para realizar un trabajo de calidad. Nunca he trabajado como crítica, siempre me he limitado a transmitir una información, pero procurando hacerlo lo mejor posible, para concederme credibilidad a mí misma. Tengo que creer en lo que estoy haciendo y diciendo. En cualquier caso, debe reconocer que ha tenido suerte, por haber tenido la posibilidad de presentar programas de su gusto... La verdad es que sí. Nunca me han propuesto presentar programas de corazón y cosas así. ¿Qué proyectos o sueños tiene para el futuro? Sueños, miles. Por el momento, me propongo seguir en Euskadi Gaztea. Por otro lado, el Festival de Cine cumple este año su 50 aniversario, conque me temo que andaré bastante atareada. En lo demás, no tengo ningún proyecto en concreto. También me gustaría volver a la televisión. ¿Hay algo en especial que le gustaría hacer? En la televisión, por ejemplo, nunca he tenido la posibilidad de trabajar en el campo de la edición, y me encantaría poder hacerlo. Edurne Ormazabal Nació en Tolosa en 1963. Hizo los estudios de Psicología. Ha trabajado en la radio como locutora de Herri Irratia en Tolosa y también en Antena3 radio. En televisión ha presentado espacios como katu kale y Zine oro de ETB y Miradas de Cine y Nuestro cine/Zine Keinuak en Canal+. Presenta las galas en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y es coordinadora de las ruedas de prensa del mismo. Hoy en día es la coordinadora de Euskadi Gaztea. Fotografías: EITB Euskonews & Media 172.zbk (2002 / 6 / 21 28) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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