Ramuntxo Kanblong. Vascófilo: La Universidad puede favorecer el desarrollo de Iparralde
2013-04-24
VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA, Josemari
VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA, Josemari
Traducción reducida del original en euskara
Es una de esas personas a las que hay que consultar sobre temas relacionados con su entorno vasco continental. Su nombre ha venido siendo un referente de la cultura euskaldun, pero sobre todo ha brillado, aunque en un ambiente mucho menos conocido para el gran público vasco, como es el empresarial. De hecho, Ramuntxo Kanblong se autodefine como empresario. Viene trabajando durante décadas por la consecución de un espacio político propio para Ipar Euskal Herria y no ceja en el empeño, si bien en algunos momentos de la entrevista muestra un cierto escepticismo acerca del logro final de ese objetivo.
“Siempre hemos sido huérfanos en el aspecto institucional político. Hubo una época en la que vivimos esperanzados, pero también el gobierno salido de las últimas elecciones ha puesto freno a nuestras ilusiones y no creo que por ahora se den pasos hacia adelante. No sólamente los nacionalistas vascos estamos por una institución política para Ipar Euskal Herria sino que la derecha y los socialistas también aparecen como interesados, pero la realidad práctica muestra otros resultados. El ministro socialista Valls ha vuelto a marcar la diferencia”.
Ramuntxo Kanblong nació en el caserío “Etxeparea” de Makea (Lapurdi) Tras superar el Bachiller marchó a París a realizar estudios superiores de electrónica. Volvió a Euskal Herria en 1966 e inmediatamente entró a formar parte de los movimientos reivindicativos social y cultural vascos, donde comenzó a forjarse un nombre. Anteriormente, y aprovechando las vacaciones estivales, había entablado amistad con personajes tan significativos como Michel Labeguerie y Simun Aran.
Comenzó su periplo profesional como profesor de matemática, física y electrónica en la escuela Técnica de Hazparne. A través del refugiado político Edur Arregi entró en contacto con el movimiento cooperativo de Mondragón, e influenciado por él puso en marcha la asociación Partzuer. De ahí, junto a un grupo de trabajadores especializados, montó su primera cooperativa y hasta 1977 compaginó la enseñanza con la dirección de su empresa. Siendo consciente de que la labor empresarial le exigía una gran dedicación, dejó la docencia para dedicarse en cuerpo y alma a dirigir y crear nuevas empresas. Así nació Copelectronik. Posteriormente creó otra cooperativa dedicada a la cartografía. Durante diez años (1985-95) fue presidente de la Asociación de Cooperativas de Aquitania y miembro del Consejo Económico de Aquitania.
Su ámbito de actuación ha sido plural, destacando como militante y emprendedor cultural.
“En 1981 creamos Pizkundea, y se realizó un primer encuentro con el Ministerio de Cultura francés —Lang era ministro en aquellas fechas— y se nos permitió poner en marcha un Centro de Cultura Vasco. Fui nombrado presidente pero no estábamos de acuerdo con las trabas que se nos ponían para el adecuado tratamiento de la lengua vasca. Se volvió a acudir al Ministerio y conseguimos licencia para crear el Euskal Kultur Erakundea (EKE) - Institución de la Cultura Vasca. Durante otros cuatro años (1990-94) presidí la citada entidad, con la dirección de Txomin Hegi y coordinación de Daniel Landart”.
El siguiente paso lo dió con el Consejo de Desarrollo, entidad que nació en 1994 como consecuencia de las jornadas “Euskal Herria 2010” Se conformó el Consejo alrededor de siete capítulos y se tuvieron en cuenta aspectos como agricultura,industria, infraestructuras, educación, medio ambiente y cultura, incluída la política lingüística. No fue, en absoluto, una entidad económica. Y no fue algo creado por y para los nacionalistas, sino que trabajaron al unísono personas de diferentes posturas políticas.
“En mi opinión, debería existir un mayor encuentro entre las empresas del sur y del norte de Euskal Herria. Mis tres últimos años profesionales los realicé en la empresa Sokoa de Hendaia y desde allí conocí más de cerca el tejido industrial de ambos lados del Bidasoa. Soy consciente de que existen diferencias entre ambas culturas empresariales, pero pienso que se pueden superar distancias. Una muestra de ello es el trabajo que se está desarrollando desde la Escuela de Ingenieros Estia, y los resultados que están surgiendo desde “Bihartean”, entidad creada por las Cámaras de Comercio de Baiona y Gipuzkoa”.
Ramuntxo Kanblong se autodefine como empresario. Viene trabajando durante décadas por la consecución de un espacio político propio para Ipar Euskal Herria y no ceja en el empeño.
Ramuntxo Kanblong sabe que en el aspecto colaborativo entre regiones prima sobre todo las voluntades y en ese aspecto remarca que las dificultades que en estos años ha venido viendo, y que han frenado el desarrollo de proyectos comunes, no provienen sólamente de los responsables de Aquitania o franceses. Conoce casos en los que la ausencia de voluntad ha provenido de las administraciones vascas involucradas.
“No creo que la solución de nuestros problemas estructurales vaya a venir de Europa, sino que pienso que el problema debe de ser solucionado mediante nuestras propias fuerzas. Debemos ser positivos en ese aspecto y considerar que el superar desconfianzas mutuas nos aportará desarrollo y bienestar en todos los campos. Tengo la impresión de que el Consejo de Desarrollo ha sido y sigue siendo una buena herramienta para conocernos mejor todos los agentes de ambos lados. Lo que culturalmente se está consolidando debería plantearse muy seriamente para el resto de sectores. Y en ese particular, el que nuestra Universidad creciera y se pudiera corresponder de manera más profunda con las universidades del sur del país sería un factor fundamental para nuestro desarrollo”.
