Baleren Bakaikoa. Economista: Las bases de análisis del sistema capitalista son falsas

2010-06-18

ASURMENDI, Mikel

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

“Quizá podría haber hecho más, pero bueno... lo dejaré para la próxima” nos comenta en un pasaje de la entrevista. Desde que salió de Berastegi “al mundo” no ha parado, y parece que tiene intención de seguir trabajando incluso después de dejar este mundo; señal de que tiene bien interiorizada su preocupación por la economía. Todo un ejemplo de animal político criado en el pueblo y educado en la ciudad.

Usted nació en 1945. ¿Cómo recuerda su época de juventud en la época posterior a la Guerra Civil de 1936?

No conocí directamente la influencia de la Guerra Civil. Tal vez no tuviéramos demasiada abundancia en casa, pero tampoco pasamos hambre. En casa había un sueldo seguro, además de huerta, gallinas, cerdos etc., y todo eso garantizaba un nivel de vida bastante digno. Además, el abuelo también vivía en casa y él también tenía ingresos, ya que fue encargado del ferrocarril de Plazaola.

Nació en Berastegi (Gipuzkoa). ¿Cómo era, por ejemplo, la relación entre los mundos de Berastegi y de Donostia?

Recuerdo que mucha gente de Donostia solía venir a Berastegi a pasar el verano. La mayoría de los veraneantes solían estar en el restaurante Kako. Nuestra familia tenía relación con varias familias de Donostia, pero sobre todo solíamos ir a Rentería, donde vivían un hermano y una hermana de mi padre. Por lo tanto, nuestro “pequeño París” era Rentería, y tanto mi hermano mayor como yo mismo cursamos nuestros estudios en esa localidad.

¿Qué tipo de educación recibió de sus padres?

Diría que recibí una educación laica. Mis padres no eran muy religiosos, aunque sí iban a la iglesia del pueblo. Pero luego con la edad me enteré de que, en la época de la República, mi padre se fue a Tolosa con otro hombre de Berastegi a un mitin del Partido Comunista. El domingo siguiente, en el sermón de misa, el cura debió decir que a ver cómo era posible que fuese alguien a un mitin como ese, como si fuera un pecado grave. A mi padre se lo llevaron detenido con otros dos hombres a Leitza, donde mataron a uno de ellos, pero mi padre quedó libre.

Mi madre me enseñó a leer, a escribir y a hacer cuentas a los 4, 5 y 6 años. Por lo tanto, para cuando empecé en la escuela ya tenía una sólida base, aunque no tuviera demasiadas ganas de aprender, así que bastante mérito y paciencia tuvo mi madre para tenerme sentado, quieto. Luego, con 7 u 8 años, me mandaron al colegio de monjas de Leitza, donde estaba mi hermana y donde había estado mi madre. En Leitza conocí a varios amigos y mi Primera Comunión también la hice en esa localidad, después de hacer un gran esfuerzo por aprenderme el catecismo.

Mi abuelo —a mi abuela no la conocí— era muy sabio, pero también un gran parrandero. Siempre estaba leyendo y yo queriendo quitarle las gafas. Donde estuviera él, nunca faltaban debates filosóficos, cálculos aritméticos y cuentos de brujas. Posteriormente, muchas cosas que leí de Barandiaran y de Caro Baroja ya las había oído de mi abuelo, no me resultaban desconocidas. Creo que él también tuvo influencia sobre mí.

¿Qué más ha influido en su personalidad? ¿El ambiente de Berastegi, tal vez?

El ambiente de Berastegi no tuvo influencia, excepto tal vez entre los 15 y los 19 años, esto es, en mi juventud y en época de vacaciones. Íbamos de fiesta en fiesta, a los sanlorenzos, santiburcios, sanbartolomés, sanagustines y demás. Pasé unas fiestas inolvidables. ¡Verdaderamente buenas!

He tenido influencia de mis padres, mis hermanos y mis tíos. El amor por el euskara me lo transmitió mi padre. Luego, también me influyeron la cuadrilla y los amigos. Estudié en Donostia y ahí empecé relacionarme con diversos círculos y a estudiar y discutir sobre la historia de Euskal Herria, el folklore, la cultura, la economía, etc. Juventud

Usted era joven cuando surgió el fenómeno socio-político-cultural de ETA. ¿Cómo vivió aquella época?

Cuando nació ETA yo tendría unos 14 años, por lo tanto, no conocía el ambiente que había y menos aun a la gente que andaba en ese entorno. Mis primeros pasos como militante vasco los di entre 1965 y 1967. El Aberri Eguna de 1965 se celebró en Bergara y a mi me detuvieron en Urretxu, me quitaron el carnet de identidad y al día siguiente me lo devolvió Melitón Manzanas, después de interrogarme. Por aquel entonces se produjo la V Asamblea de ETA. Así, fui introduciéndome poco a poco en el mundo y la problemática vasca y conociendo a amigos comprometidos.

Una bomba en la estación de Amara de Donostia causó la muerte de la niña Begoña Urroz. Entre los heridos se ha mencionado recientemente su nombre en el periódico El País. Aquel atentado ha sido atribuido a ETA. ¿Tiene algo que decir sobre aquel suceso?

Aquella bomba explotó a finales de junio de 1960, en época de vacaciones. Me cuesta creer que fuera ETA quien la colocó, ya que por entonces no había pasado ni un año desde su nacimiento. Además, algunos familiares míos estuvieron investigando y siempre se ha atribuido aquello a los grupos de ultraderecha y partidarios de Franco. Yo tenía 15 años y otras preocupaciones en mi cabeza. Este tema lo sacó Ernest Lluch y atribuyó la explosión a ETA, pero en mi opinión, eso no tiene una base demasiado sólida. De todas formas, son los historiadores quienes deben investigar ese tema, y no los políticos interesados. Por otra parte, mis heridas fueron muy leves y ya había olvidado totalmente ese asunto, hasta que El País ha empezado a revolver de nuevo el tema.

Posteriormente estuvo en la cárcel de Martutene.

Estuve cinco días detenido en el cuartel de la guardia civil del barrio del Antiguo, en la carpintería, y como era costumbre, recibí malos tratos. Denunciamos malos tratos y torturas y nos presentamos al tribunal militar; por lo que tuve que ir al cuartel de Loiola a realizar los interrogatorios, pero todo fue en vano. Entre los denunciados estaba el sargento López y el famoso Losada. De ahí a la cárcel de Martutene. ¡Ahí sí que sentí un gran alivio!

En Martutene teníamos que pasar tres días en la celda antes de salir al patio. Estando allí apareció Joxemari Ostolaza (Xalbardin) con comida que había preparado su querida madre, Pantxika. Salí al patio y, desde aquel momento, Joxemari y yo nos hicimos amigos para siempre; hemos tenido muchas aventuras a partir de entonces. Unos años después, en 1973 y 1975, me volvieron a detener, pero sin pasar por Martutene, aunque nada más entrar en el cuartel un guardia me dio tal tortazo en la cara que me tiró al suelo, pero sólo fue esa “caricia”, nada más.

Conoció a Eustakio Mendizabal, Txikia, miembro histórico de ETA. Ha escrito con anterioridad sobre Txikia, pero resumiendo, ¿qué nos diría sobre él, desde la perspectiva actual?

Sí. Lo conocí y, si viviera ahora, escucharía a la gente y actuaría y tomaría medidas en consecuencia. Él siempre estaba dispuesto a escuchar a la gente. No como hacen los actuales dirigentes, que sólo se escuchan a sí mismos. Estudios, profesión...

Es catedrático de Economía y profesor de la EHU-UPV. ¿Cómo así le dio por seguir ese camino?

Con el paso del tiempo me surgió el deseo de estudiar Economía. Cuando empecé a estudiar Perito Industrial, teníamos un par de asignaturas de economía que me gustaban. Luego leyendo y estudiando libros de Marx, Baran, Sweezy, Dobb, Kalecky, Roll y otros economistas, fui cultivando y profundizando en estos temas que me gustan. Recuerdo que impartí algunas clases de economía política en la escuela social de Andoain. Luego hice la carrera y tuve la oportunidad de estudiar en la London School of Economics de Londres. En aquella época me fichó mi querido amigo Mikel Atxaga, para escribir en Zeruko Argia. Por último, fui a terminar mis estudios a la University of Illinois (EEUU), donde, además de hacer los cursos de Doctorado, obtuve también el título de Master en Economía.

¿Cómo ha influido esta profesión en su vida?

Ser profesor de Economía me ha dado mucho. He escrito varios de libros sólo, una treintena colectivos y muchos artículos científicos, tanto en euskara, como en castellano, inglés y francés; he sido director de la UEU y ahora dirijo un Instituto Universitario de Economía Social; también me ha dado la oportunidad de participar en numerosos congresos; me siento feliz por todo ello. Tal vez podría haber hecho más, pero bueno... lo dejaré para la próxima.

¿Cómo resumiría la actividad de la UPV-EHU? ¿Cuáles han sido los logros de la UPV-EHU? ¿Las carencias?

La UPV-EHU es una universidad joven que se está abriendo camino, aunque para mejorarla será necesario que las instituciones públicas inviertan más dinero. Sin embargo, está mejor situada en el ámbito científico-técnico que en ciencias sociales y humanas, ya que éstas no están tan relacionadas como aquéllos con la producción de bienes y servicios.

Ha estado en bastantes universidades de todo mundo. ¿Qué ha aprendido en ellas?

Cuando he andado por el mundo he aprendido que los vascos somos de un país muy pequeñito y que debemos beber mucho de las aguas del mundo; pero nosotros también, dentro de nuestra pequeñez, tenemos algunas cosas que enseñar, ya que hemos hecho grandes aportaciones al patrimonio económico y cultural del mundo: Elkano, Urdaneta, Legazpi, Ignacio de Loiola, las cooperativas de Mondragón, etc. Nuestra pequeñez nos hace grandes.

Por otra parte, estando fuera aprendes a apreciar, a amar y a valorar más tu país. Que no eres ni menos ni más que nadie. Muchos españoles dicen que viajando se cura el nacionalismo (vasco); yo digo que desde la distancia ves mejor tu país, más real, con todos sus defectos, pero que sigue siendo algo muy querido y también parte de ti. Ellos sí que deberían viajar más y con mayor humildad.

Ha viajado mucho por su profesión.

Las últimas dos salidas han sido a Suecia y a Alemania. Yo admiraba esos dos países, sobre todo Suecia y los demás países escandinavos. Y en ambos he aprendido de lo mirados que son sus ciudadanos con la economía, aunque sean más ricos que nosotros; su riqueza no es porque consuman una barbaridad, sino porque consumiendo menos tienen suficiente. Entre nosotros, y ya en España ni te cuento, queremos conseguir hasta lo que no necesitamos y eso nos lleva a la pobreza sicológica permanente. Ámbito político

Usted es a la vez cooperativista y euskaltzale —ex presidente del Liceo Barandiaran— . Háganos una valoración de su experiencia.

En la Universidad he cultivado más de un campo científico, pero estos últimos años he dedicado más empeño al terreno de la economía social (que incluye a las cooperativas). En este ámbito, la sociedad civil de Euskal Herria ha realizado importantes aportaciones que estoy intentando estudiar. Y, claro, el Liceo Barandiaran es una cooperativa, yo creo en el cooperativismo, me ofrecen el cargo de presidente y no tuve más remedio que aceptarlo. Posteriormente, en 2008, conseguimos realizar la fusión con la Ikastola Zurriola y en el nuevo centro resultado de esa fusión es posible en la actualidad realizar la totalidad de los estudios hasta llegar a la universidad. Por tanto, estoy contento de mi implicación en el mencionado proyecto.

Baleren Bakaikoa en la Feria de Durango, 2007.

Usted es miembro histórico de la izquierda abertzale: ha estado en el entorno de LAIA y de HB. En general, ¿cuáles han sido los logros y los errores de la izquierda abertzale?

El actual Estatuto se consiguió, en gran medida, gracias a la fortaleza que tenía la izquierda abertzale. No fue lo que muchos vascos queríamos, pero eso fue lo que se consiguió en aquel momento. La izquierda abertzale nunca lo interiorizó como un logro propio y eso fue un gran error. En consecuencia, se ha quedado sin nada.

En mi opinión, la izquierda abertzale debería haber reivindicado el Estatuto como un logro propio, cuando era una fuerza reconocida. Ahora, en cambio, no le queda más remedio que agachar la cabeza y participar como cualquier partido en la contienda electoral. La izquierda abertzale ha desafiado demasiado al estado, una y otra vez. El estado, en cambio, ha dejado pasar el tiempo y en ese intervalo ha aprovechado para reforzarse y legitimarse, tanto interior como internacionalmente. Ahora, ese estado se ha convertido en una barrera gigante cubierta de alambradas y la izquierda abertzale no tiene fuerza ni ánimo para superar esa alambrada. Por eso, la izquierda abertzale debe cambiar de estrategia y consensuar unos mínimos esenciales. Pero para llegar a eso debe interiorizar la cultura democrática, aprender a respetar las diferencias, etc. Tantos años de sufrimiento merecían gestionarse de otra manera.

Es miembro del grupo Aurrera de la UPV-EHU. Autor del libro Defendiendo país (Erein). Los autores han percibido “luces de alarma” en el nacionalismo vasco y en sus reflexiones manifiestan la necesidad de cultivar la cultura del pacto.

Es evidente que el nacionalismo vasco está atravesando una grave crisis. Totalmente fraccionado, prefiere ser “cabeza de ratón” que dar una respuesta digna al pueblo en su totalidad. Unos han perdido el norte y otros andan con la esperanza de pescar en aguas revueltas. Y mientras tanto, ETA enemiga de todos y haciéndole el juego al estado, ya que, ¿cómo le vas a hacer frente al estado con las mismas armas físicas...? Y la sociedad civil esperando, desmovilizada.

En cierta ocasión dijo que “aquí los nacionalistas son los españoles, nosotros somos de aquí”. Profundice en esa afirmación.

Desde que nos levantamos por la mañana, con los medios de comunicación, periódicos, deportes, temas culturales y un largo etcétera, no vemos y oímos más que mensajes españolistas. España es la democrática y, por tanto, los vascos no podemos ser democráticos si no respetamos las normas españolas; si no nos gusta el himno español, no somos buenos; si lo pitamos, ya sabe cómo nos ponen. Si no nos emocionamos con algunos equipos españoles, no somos buenas personas. Y así todo el día y todo el año. Eso en lo superficial y, en la enseñanza, para qué vamos a hablar.

La cultura de los vascos no vale nada para los españoles. No merece la pena hacerle caso. Lo que hacemos los de aquí no existe, como si fuéramos personas de segunda clase. Lo peor es que ese mensaje está llegando también a muchos ciudadanos vascos. Dicho de otra forma, los mensajes que no son de aquí los propagan con megáfono y los de aquí los silencian. Por lo tanto, ¿quiénes son los nacionalistas? Nosotros seguiremos siendo de aquí, defendiendo lo nuestro. Situación económica actual

Hace dos años estalló el modelo económico del mundo capitalista. Dos años después, ¿qué conclusión ha sacado?

Las bases de análisis del sistema capitalista son falsas, ya que sostienen que los recursos naturales son ilimitados y las necesidades de los individuos nunca serán satisfechas. Y esas dos premisas no se cumplen. Por ejemplo: la estructura productiva actual se basa, sobre todo, en el petróleo, y el petróleo se está acabando; muchos metales son cada vez más difíciles de extraer de la tierra, porque se están agotando. Serán sustituidos por otros, pero esos recursos naturales también serán limitados. Por lo tanto, las teorías que se enseñan a los alumnos en las universidades no son ciertas.

La economía es política, por eso los economistas clásicos —Smith, Ricardo Marx, etc.— la denominaban economía política. Más tarde, se diferenciarían la economía y la política. Para mí, la economía es política, si bien toda la política no es economía. Por ejemplo, ¿qué han hecho los principales políticos del mundo para salir de la crisis? Tomar medidas políticas para dar montones de dinero a los bancos. ¿Por qué esas personas no toman medidas políticas para que desaparezca la pobreza? Porque para que existan ricos debe haber pobres. ¡He ahí otra decisión política! La enseñanza de economía de las universidades se basa en la competencia en mercados libres irreales: es decir, ideología pura. Así quedan en evidencia la mayoría de los economistas, porque no aciertan, ya que realizan otro tipo de estudios, sin conexión con la realidad.

Las recetas para solucionar la situación económica serán difíciles. ¿Existen? ¿Podemos los ciudadanos aprender algo de esta situación?

Por supuesto que existen recetas para superar esta grave situación. Pero un cambio profundo requiere de medidas políticas duras, y los responsables políticos no tienen ni voluntad ni fuerza para tomarlas, ya que ahí chocan con los grandes lobbys que únicamente defienden sus intereses. Sin embargo, después de esta contracción vendrá otra. Esta es la historia del capitalismo.

Los ciudadanos tenemos que aprender lo que vemos, esto es, que los que nos llevan a la crisis siguen en el poder. El Fondo Monetario Internacional intenta corregir la economía mundial. Pues hay que saber que las políticas neoliberales de los ochenta de esta institución hundió las economías de los países africanos; posteriormente, las de los asiáticos, y luego lo mismo en Argentina, México, etc. La última es que da recetas para España y consecuencia de ello son todas las medidas planeadas por el gobierno central: aumentar la productividad cambiando la legislación laboral, transformar las cajas de ahorros en sociedades anónimas, etc. Sin duda todo ello para gozo de las grandes corporaciones.

Para el ciudadano medio, el bienestar o la felicidad se identifican con el consumo permanente. Se nos ha inculcado esa ecuación y para eso están las rentas, y si las rentas no son suficientes, nos llevan a pedir créditos: para comprar vivienda, frigorífico o auto, para viajar, para la boda, para las fiestas suntuosas que se hacen en las primeras comuniones, etc. Todo esto tiene relación con las falsas premisas que mencionaba al principio, como si fuera un círculo vicioso.

El cambio económico, ¿cómo va a afectar o está afectando a nuestra cultura política?

Vamos hacia la uniformización. Desde EEUU a China, pasando por Europa, nos vestimos igual, escuchamos música parecida, nos gustan los mismos artistas (pintores, escultores...), admiramos al Real Madrid, comemos bocadillos en el Mc Donalds... Por tanto, el eurocentrismo (incluido EEUU) está extendiendo sus ramas, aunque esté en decadencia.

¿Cómo está afectando la situación económica a las relaciones entre los países del mundo, entre Norte y Sur, entre Occidente y Oriente?

Parece que la hegemonía del eurocentrismo está a punto de tocar techo y en su lugar se están constituyendo otros bloques. Ahí está el fenómeno iberoamericano, donde están surgiendo países fuertes. En África, las mujeres están viendo que tienen que tomar las riendas de la economía, porque si la dejan en manos de los hombres lo llevan claro. China e India se han convertido en un referente mundial. Por lo tanto, estos países van a instalar un nuevo panorama en este mundo, en el cual la imagen de Europa se ajustará a su medida real. Por eso creo que vamos a conocer épocas interesantes.

“Por otra parte, estando fuera aprendes a apreciar, a amar y a valorar más tu país. Que no eres menos ni más que nadie”.

“Para el ciudadano medio, el bienestar o la felicidad se identifican con el consumo permanente”.

“Los ciudadanos tenemos que aprender lo que vemos, esto es, que los que nos llevan a la crisis siguen en el poder”.

“Por supuesto que existen recetas para superar esta grave situación. Pero un cambio profundo requiere de medidas políticas duras, y los responsables políticos no tienen ni voluntad ni fuerza para tomarlas”.

“La enseñanza de economía de las universidades se basa en la competencia en mercados libres irreales: es decir, ideología pura. Así quedan en evidencia la mayoría de los economistas, porque no aciertan, ya que realizan otro tipo de estudios”. Baleren Bakaikoa Azurmendi (Berastegi, 1945) Es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad del País Vasco. Fue director de la Universidad Vasca de Verano entre 1983 y 1987. Baleren Bakaikoa ha publicado diversos artículos y libros, varios de ellos en euskara. Ha estudiado y enseñado en diversas universidades del mundo. En un viajero empedernido. Cooperativista y euskaltzale. Ex presidente del Liceo Barandiaran. Miembro de la izquierda abertzale: ha estado en el entorno de LAIA y de HB. En la actualidad simpatiza con el partido Aralar. Es autor, entre otros, del libro Defendiendo país (Erein), editado por el grupo Aurrera. Otras obras: – Euskadiko dependentzia ekonomikoa (1977, Erein) – Euskal ekonomia 50eko hamarkadan (2007, Jakin) – Euskal Autonomia Erkidegoko Ekonomia Ituna eta Nafarroako Ekonomia Hitzarmena (2007, UEU)
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