Helena Taberna. Directora de Cine: En este momento, la situación de Euskadi es muy buena para la paz y, probablemente, el cine ha colaborado en ella.

2005-02-04

LARREA, Koldo

Desde esas sensibles cámaras que son sus ojos, desprende alegría y ganas de hacer, de vivir, de plasmar la realidad que le rodea, la que le conmueve, lo que entraña un compromiso social que no aspira a sentar cátedra, a ser modelo de nada y de nadie. Identificada con su tierra, es mujer, se siente mujer. Sus dos largometrajes lo demuestran. Pero se niega a ser encasillada, clasificada como experta. De ahí su renuncia al que iba a ser su próximo proyecto, La flor de la canela, guión que ha decidido aparcar. Sumergida en su tímida independencia o en su independiente timidez, prepara ya su nueva obra, de la que sólo adelanta que será “una historia muy hermosa”.

Como cineasta, después de “Yoyes” y “Extranjeras”, se le ve como una persona comprometida. ¿Responde a la realidad esta imagen?

Sí pero, vamos, no de una manera religiosa o militante. Creo en los seres humanos aunque no he hecho esas películas por militancia sino porque son historias que me conmueven, que me han emocionado, que tienen que ver con la realidad. No hay una predisposición para hacer algo sobre un tema social. Es algo que me surge. También es cierto que el cine que más me gusta es el conectado con la realidad social. Mi pretensión como cineasta es que el espectador esté disfrutando con lo que se cuenta, que esté atento pero que la película no se acabe en la sala, sino que la gente se lleve a casa secuencias de la película, reflexiones. Que la película ayude a pensar.

Este compromiso, ¿es exclusivo con la mujer?

Las mujeres me interesan porque a lo largo de la historia ha tenido menos interés. Me gusta ir descubriendo los pálpitos que nos interesan a través de mis personajes. Tengo mayor curiosidad por el universo femenino. Quizá influya que soy una de las primeras mujeres que acceden a poder contar historias. Es difícil que “Extrajeras” surgiese como proyecto en un hombre. Para mí, era un reto construir una historia que interesase a los espectadores desde lo que aparentemente no interesa nada -la mujer, las mujeres del tercer mundo- pero huyendo de sensacionalismos como pueden ser la prostitución o el sufrimiento.

En el mismo sentido, ¿la sociedad avanza hacia la solidaridad, hacia los valores humanos, o hacia un individualismo egoísta?

Avanzamos en un modelo occidental. Por ello, “Extranjeras” me ha permitido conocer, descubrir que podemos aprender de otras culturas elementos como la solidaridad, el respeto a los mayores, una serie de costumbres que no se han dejado invadir por ese modelo occidental que el cine americano remarca tanto. Avanzamos en ese camino poco solidario, egoísta, pero también hay una fuente de buena gente en la sociedad. Lo que falta es que los discursos en los medios de comunicación cambien y salgan de ese contenido de contaminación.

Vayamos por partes. En “Yoyes” su obra se mueve en un trasfondo político, tratado con poesía, aunque política y poesía parezcan dos conceptos opuestos, casi enfrentados. ¿Tuvo que luchar contra la manipulación política de su largometraje?

Más tuve que luchar para poder hacerla. Una vez terminada, no había una sala en el País Vasco que quisiera exhibirla, por lo que no existió proceso de promoción. Sabía que la película tenía una fuerza especial y una poesía nada blanda que iba conmover, que iba a hacer que los espectadores, independientemente de ideologías, conociesen una parte de la historia reciente de nuestro pueblo y que les iba a gustar. Después de muchas acrobacias, conseguí estrenarla en el Guggenheim, en Bilbao. Tras un pase para la prensa, se comenzó a oír y aparecieron las críticas. Yo sabía qué toro estaba lidiando, que era un toro terrible. Muchos de los intelectuales que dicen que no tienen prejuicios, demostraron que los tienen y enormes.

¿Tuvo que soportar presiones de los partidos políticos?

A nivel de partidos no tuve presión. Pero, realmente, lo que tuve es lo que no tuve. Demasiado silencio. “Yoyes” recibió galardones en todos los festivales, hasta le quitó un premio del público a “El hijo de la novia”, que ya es decir. Consiguió un total de diecisiete premios y, sin embargo, no estuvo nominada a los Goya. Fue un castigo a mi mala conducta en el discurso ideológico que yo elaboré. Ese castigo se dio en los dos extremos, hasta en quienes ni vieron la película pero pensaron, sólo por el título, que estaba haciendo una declaración de intenciones ideológica.

Como directora, ¿se olvidó de la faceta terrorista de Dolores González?

No, para nada. Siempre fui consciente de quién hablaba. Ella no mató pero sí estuvo en un grupo que mataba. Esto fue importante para mí a la hora de construir el personaje. No es lo mismo uno que dispara a otro que no. Ahora bien, esto no le exime de culpa. No se me olvidó que era terrorista. Ella estuvo metida hasta el corvejón en ETA. Pertenecía a la línea dura en cuanto criterios políticos pero poseía una ética muy fuerte. Cuando mueren las primeras víctimas inocentes en un atentado, eso supone para ella también una transformación.

Este largometraje cuenta ya con algo más de un lustro de vida. Desde su nacimiento, desde su estreno, ¿se han producido cambios en Euskadi o se mantiene ese clima de tensión?

Ha cambiado para mucho mejor. La situación en este momento para un periodo de paz es muy buena. Me satisface que, probablemente, el cine haya colaborado al cambio en la mentalidad de algunas personas, de la sociedad. Por ejemplo, el proceso de paz de Irlanda tuvo mucho que ver con el cine irlandés, un buen cine comprometido con la realidad social que obligó a los irlandeses a reflexionar. El cine tiene una fuerza enorme. La imagen final de Yoyes tiene una potencia narrativa para eliminar la muerte como abstracción y convertir la muerte en una realidad terrible. En este sentido, al igual que Julio Medem, creo que he aportado mi granito de arena a este buen cambio.

¿Cómo ve ahora el País Vasco y como le desearía verlo?

Lo que más interesa es el aspecto cultural. Creo que existe una identidad cultural vasca. Es un error utilizar el euskara como arma política, tal y como sucede en Navarra. Me gustaría ver un país libre, sin violencia, con potencial humano muy hermoso, con las artes desarrolladas al máximo. Un pueblo solidario, como creo que es. Tiene una personalidad propia, eso me gusta, y también que es menos manipulable que otros.

¿Le gustaría rodar un largo sobre el final de ETA, sobre una realidad que fuese su disolución?

No. Decía un poeta que, según se es, así se ama. Pues, según se es, así se hace cine. No me interesa el cine político, de militancia. Me interesan las buenas historias, no lo panfletario. Pero, por supuesto, sí deseo ese final, la disolución de ETA, ese momento. Implicación social

Cambiando de argumento, en “Extranjeras” muestra su compromiso social con las personas más desfavorecidas pero de nuevo se centra en la mujer y excluye al hombre. ¿Por qué?

No lo excluye. Mi cine no es excluyente. Pone la cámara a las mujeres. Me preocupa lo social, el feminismo, pero no soy militante. En “Extranjeras” hay alegría, desde su gestación. Esas mujeres me ofrecían una atracción. Pensaba en que lo habían dejado todo y que sólo querían ser una persona más, como los demás. Intenté resaltar la dignidad humana, que ante todo se trataba personas. Fue mi mirada hacia ellas. Esas mujeres me sedujeron. Me convenció su fuerza, su alegría, ver cómo celebraban los pequeños detalles, cómo mantienen valores como el respeto a la vejez, a esa sabiduría.

¿Qué se ha hecho mal en el tema de la inmigración?

Muchas cosas. Por ejemplo, no haber acabado con ese sentido de superioridad que tiene el receptor hacia el que llega y con esa capacidad de olvido tan dura y tan terrible, de no recordar que también hemos sido emigrantes. Por otro lado, la mejor ley de extranjería no consigue que lo seres humanos miren a los otros como iguales. Por ello, hay que trabajar en varias direcciones, para que la sociedad no vea al emigrante como enemigo y sienta curiosidad por esas otras culturas, que son enriquecedoras. ¿Algunas muestras? Ahí está la gastronomía y los nuevos ingredientes que han aportado. En el erotismo, tienen un montón de juegos que enseñarnos. Por eso, en “Extranjeras”, intenté ver la botella medio llena, no medio vacía. Me he querido centrar en lo que tiene de bueno la emigración. Debe acabar ese sentimiento de superioridad.

¿Y bien?

No sé. Desde luego, no se ha hecho todo mal. La película demuestra que vamos galopando a peor, que la xenofobia está siendo cada vez mayor. Cuando había menos emigrantes, existía una predisposición más favorable de los receptores. Por otra parte, están apareciendo una serie de mensajes negativos en los medios de comunicación que están haciendo mella: terrorismo-emigración, delincuencia-emigración, el mensaje de que nos están quitando los puestos de trabajo... En el aspecto positivo, están toda esas gentes, las ONG, que están trabajando en pro de la verdadera integración. Se están dando pasitos positivos.

Con el paso del tiempo, de generaciones, ¿se alcanzará la integración o se acentuará la exclusión?

Quiero ser optimista. El ser humano es inteligente. Si cada uno aporta para que este mundo sea mejor, se avanzará en la integración, no en la tolerancia, que me parece una palabra asquerosa. La integración supone la interacción de diversas culturas.

¿Somos racistas los vascos?

Sí, pero no más que otros pueblos. Incluso, menos. Somos racistas, también clasistas, pero tengo la sensación que en menor medida que en otros lugares.

¿No se olvida de los gitanos?

¡Es cierto! Mira que me caen bien. A veces, me acusan de tener un punto de gitanaza. Pero no hay que olvidar que existen culturas que no buscan la integración, como la gitana o la china. Y están en todo su derecho de ir a su bola. Pero eso no impide que seamos iguales. Además, tampoco hay que tener una mentalidad proteccionista, pensar que todos los emigrantes son maravillosos. Tienen los defectos y virtudes de cualquiera. Hermoso proyecto

Retomando el futuro, en su próximo proyecto, “La flor de la canela”, ¿será de nuevo patente su compromiso con alguna causa?

No se va a hacer, porque incidía de nuevo en el tema de la inmigración y ese es un capítulo cerrado. No quiero que me encasillen como experta de algo, de emigración , de terrorismo, no. Sólo soy un ser humano curioso. “Extranjeras” sigue viva, se proyecta cada semana en un par de salas de cine. Ha tenido más resonancia de la que yo misma esperaba. Hemos hecho además una guía de cine, otra de análisis temático, didáctica para utilizarla en centros sociales y culturales, de cara a provocar debates. Por tanto, “La flor de la canela” no la voy a llevar a cabo. Ha sido una decisión que me ha servido para sentirme muy libre.

Entonces, ahora ¿qué?

Estoy metida en otra historia muy potente, muy, muy potente.

Adelante algo.

No voy a decir nada. Los proyectos se gafan si se habla de ellos.

¿Ningún detalle?

Puedo decir que va a ser una película muy hermosa, que es un poco carita, que va a gustar y que el protagonista ya no es una mujer sino un hombre. Es una hermosa historia. El guión ya está terminado.

¿Ámbito de rodaje?

Rodaré por aquí, Navarra, País Vasco...

¿Se considera capaz de separar vida y cine?

No, no me apetece, incluso en los tempos de todo el proceso de creación, me desvive saborear todas las partes. Soy productora, me gusta el guión, el rodaje, la faceta de edición me encanta. Ver cómo coge forma la película. Incluso no me molesta la parte de promoción, que se ha hecho absolutamente necesaria para que la gente vaya a la sala. Esto obliga a aliarse con productoras poderosas. Ahí tenemos el ejemplo de “Mar adentro”. Soy absolutamente cinéfila.

¿Su meta como cineasta?

Hacer las películas que quiero hacer. Y como las quiero hacer. En definitiva, estar trabajando en lo que me gusta.

¿Sueña con Goyas, Óscar...?

No, nada de eso. Ahora bien, no me importa nada recibir premios. Cuando te llegan, te gusta, pero no me muevo por ellos.

Finalice inmersa en la ficción y resuma su película soñada. La que voy a hacer ahora. Pero, claro, los sueños van a seguir. Helena Taberna Perfil biográfico. Protege a cal y canto su intimidad. Nada de fecha de nacimiento, nada sobre sus estudios, nada sobre su estado civil. Nació en Alsasua, sí, pero sólo ella sabe cuándo. Tiene hijos, también, pero no detalla cantidad. “Los datos personales hay que mantenerlos en enigma. De una cineasta lo que interesan son sus películas y lo que hay que hacer es ir a verlas”, concluye esta navarra. Trayectoria profesional. Inició su carrera audiovisual en 1986, como coordinadora de Nuevas Tecnologías del Gobierno de Navarra. Durante esta etapa, alternó la realización de vídeos didácticos con otros de creación, documentales y cortometrajes en cine. En 1994 abandonó el trabajo en la Administración para dedicarse exclusivamente a la escritura de guiones, producción y realización de trabajos audiovisuales, labor de la que ya ha conseguido numerosos premios. Filmografía. “Extranjeras”. 2002 “Yoyes”. 35 mm. Largometraje. 1999 “Herrikolore”. 16 mm. Vídeoclip 1996. “Nerabe”. 16 mm. Cortometraje. 1995. “Alsasua 1936”. 35 mm. Mediometraje. 1994. “87 cartas de amor”. 35 mm. Cortometraje.1992. Videografía. “Spotmanía”, “Andelos”, “La mujer de Lot”, “Busto de un Poeta”, “De tierra al Peregrino”, “Sueños de Amor perdido”, “Emiliana de Zubeldia”, “Recuerdos del 36”y “Hamabost urte”. Premios recibidos por “Yoyes” (2000-2001). - Festival Internacional de Cine de Mazatlan (México). Gran Premio del Jurado a la Mejor Película. - XIII Festival de Viña del Mar (Chile). Premio del Jurado a la Mejor Dirección. Premio del Público a la Mejor Película. Premio OCIC a los Derechos Humanos - XXIX Festival de Gramado (Brasil). Premio Mejor Película Latina Jurado Popular. - XLI Festival Internacional de Cartagena de Indias (Colombia). Premio Mejor Ópera Prima. - Premios de la Unión de Actores Vascos. Mejor actriz vasca de cine de 2000, Pilar Rodríguez. - Festival de Cine de Santo Domingo (República Dominicana). Premio del Público a la Mejor Película. Premio a la Mejor Interpretación Femenina para Ana Torrent. - XVII Semana del Cine Vasco de Vitoria 2001. Premio del Público a la mejor película vasca del 2000. - VI Festival Cinespaña de Toulouse (Francia). Premio del Público a la Mejor Película. Mención Especial del Jurado de Estudiantes. Premio Mejor Actriz para Ana Torrent. Premio Mejor Actor para Ernesto Alterio. - XII Festival Internacional San Juan Cinemafest (Puerto Rico). Premio del Público. Premio del Círculo de Críticos de Cine de Puerto Rico. - XIII Muestra Internacional de Cine y Mujer de Pamplona. Premio a la Mejor Película. - Otros Festivales y Muestras no competitivas en los que ha participado “Yoyes”: Festival de Munich (Alemania) Festival de San Sebastián Festival de Valladolid, Festival de Gijón Muestra de cine español del Lincoln Center de Nueva York (EEUU), Muestra de cine español de Los Angeles (EEUU) Festival de Punta del Este (Uruguay) Muestra de Cine Europeo de Bogotá (Colombia). Premios recibidos por “Extranjeras” (2003). - Seminci 2003 (Valladolid). Seleccionada a concurso para la sección Tiempo de Historia. - Festibercine 2003 (Costa Rica). Mención de Honor del Jurado. - III Encuentro Hispanoamericano Documental Independiente. Contra el silencio todas las voces ( México DF, 2004). Primer Premio. - Festival Internacional Itinerante de Derechos Humanos (Vitoria, 2004). Premio del Público. - Instituto Canario de la Mujer (Gran Canaria, 2003). Mejor Trabajo de Divulgación. - Festival Cinelit Portland 2003 ( EE.UU, 2003). Proyección de clausura y ponencia de Pilar Rodríguez - Presentación en universidades de EE.UU. Universidades de Green Bay, Dartmouth, Stanford y Pórtland. - Selección Programación Cine Forum Barcelona 2004. - Congreso de Escritores de Cine Newcastle (Inglaterra, 2004). Proyección de clausura y ponencia de Elisa Villaverde. - Forum Mundial de las Culturas (Sao Paulo, Brasil 2004). Proyección de clausura. - Los Ángeles Latino Filmfestival (EEUU, 2004). Seleccionada a concurso. - Otros festivales a concurso. XLIV Festival de Cartagena de Indias (Colombia). Festival Internacional de Derechos Humanos (Argentina). Carrefour de Cinemas (París). Festival Cinespaña de Toulouse (Francia). Festival de Marsella (Francia) . Miami Latino Film Festival (EE UU). Otros premios obtenidos por Helena Taberna. 1995 XXII Jornada Internacional de Cinema de Bahía. Brasil. Mejor guión para “Alsasua 1936”. Festival Internacional de Cine Independiente de Elche. Mejor interpretación masculina Fernando Guillén Cuervo por “Alsasua 1936”. Segundo premio. Mejor película en 35 mm para “Alsasua 1936”. Segundo premio. Mejor película en vídeo para “Nerabe”. 1994 Festival de Vídeo de Navarra. Mejor realizador de Navarra por “Emiliana de Zubeldia”. Premios Emakunde. Vitoria. Mención honorífica para “Emiliana de Zubeldia”. 1990 Premios Emakunde. San Sebastián. Mejor vídeo creación para “La mujer de Lot”. 1989 Festival Nacional de Vídeo didáctico. Madrid 1989. Premio para “Andelos”.
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