Traducción reducida del original en euskara
Maria Jose Azurmendi es una de esas personas en las que la pasión por su trabajo aparece a flor de piel. Profesional de una pieza, ha dedicado su vida laboral —y mucha de la privada— a ahondar en la relación existente entre una lengua y la organización social en la que se utiliza: la sociolingüística, y entre una lengua y los procesos psicosociales de las personas en relación con la competencia y uso de dicha lengua: la psicosociolingüística. Más concretamente, se ha interesado por las claves que llevan a que el euskera sea más o menos utilizado por la población vasca, y a tejer teorías que conduzcan a un mayor y mejor uso del elemento de identidad más significativo del pueblo vasco: su idioma.
La profesora Azurmendi es de la opinión de que en el caso de la lengua vasca se ha avanzado mucho en la investigación, tanto en espacios micro como macro sociales. Quizás, aventura a decir, lo que haga más falta actualmente es una racionalización de dichas investigaciones, marcándoles un nexo que optimice el resultado, necesario para la aplicación.
La utilización del euskera se ha basado en gran medida en razones micro sociales y por ello la red es un factor muy importante. Teniendo en cuenta que la interacción es fundamental, son tres los factores a tener en cuenta por su peso específico: el demográfico, el referente a apoyo y control institucionales, y el de estatus o de prestigio. Cada uno incide de manera diferente en el uso del idioma, pero el segundo es básico.
Maria Jose Azurmendi ha dedicado su vida laboral —y mucha de la privada— a ahondar en la relación existente entre una lengua y la organización social en la que se utiliza.
En una situación de contacto de lenguas, surgen, en palabras de Maria Jose Azurmendi, relaciones asimétricas entre miembros de los diferentes grupos lingüísticos, pudiéndose dar como resultado lo que se ha venido en denominar la teoría de la aculturación, que puede llevar a un vaciado cultural dando paso a una visión única, nada favorable para quien ocupa la posición más débil.
En el caso de lenguas en contacto, como es el del euskera —con español y francés— “La adecuación lingüística trata de fijar las pautas de utilización de las diferentes lenguas propias de los grupos en contacto. En un general, si se produce la convergencia se utilizará la lengua ajena, significando una empatía para con quien la utiliza, mientras que la divergencia puede ser fuente de conflicto. Es algo que en nuestro caso se ha trabajado poco”
La profesora Azurmendi también aborda en la entrevista el concepto de ecología lingüística de la que es defensora: “Debemos conocer cómo crecer y desarrollar una lengua en su contexto geográfico, dentro de una sostenibilidad. El desarrollo durable y sostenible es nuestro objetivo, ya que no tenemos suficiente con la durabilidad; ahí tenemos el caso del latín, que dura... La lengua debe pervivir en modo cualitativo y para ello son necesarios planes e intervenciones adecuadas”
Y es ahí donde deben entrar en funcionamiento la sociolingüística y la psicosociolingüística, tejiendo teorías, proponiendo planes y llevándolos a la práctica, realizando las evaluaciones de los resultados, y en base a ellos volver a replantear nuevas teorías. La profesora Azurmendi remarca que la interdisciplinariedad es totalmente necesaria para el mejor resultado del trabajo a realizar, aplicando además teorías y aplicaciones diferentes de modo integrativo. Para ella son de suma importancia la socialización y los debates, algo que en el caso del euskera se lleva a cabo desde hace tiempo.
Ante la eterna pregunta si el idioma es básico en la personalidad y en la identidad de una persona, la profesora Azurmendi contesta:
“Una persona puede tener varios niveles de identidad, sobre todo la personal y la social. Esta última es más compleja: en función del contexto —político, cultural, laboral, lingüístico...— la ideológica e incluso la correspondiente a nacionalidad. ¿Cuál es la importante? ¿Y cuál es la que resalta en un momento determinado? Normalmente se suele hacer hincapié en la consideración del momento: entre especialistas de distintas lenguas y culturas la nacionalidad puede ser la variable principal en la configuración de la identidad; cuando hablo con mis amigos, sin embargo, puede subrayarse la consideración de género, por ejemplo.
Lo que sí tengo claro es que para ser “vasco” no es suficiente saber bailar bien las danzas vascas. Yo ese concepto lo relaciono con el idioma y con vivir la cultura del País”.
La profesora Azurmendi es de la opinión de que en el caso de la lengua vasca se ha avanzado mucho en la investigación, tanto en espacios micro como macro sociales.
Considera Azurmendi que en los últimos cuarenta años el proceso de euskaldunización de la población ha sido positivo, pero con ribetes negativos. Y la razón la pone en no haberse producido el avance de un modo durable, al haberse producido grandes vaivenes. “¿Cómo se entiende —si no— pregunta— que los presidentes del Parlamento y del Gobierno Vasco no sean euskaldunes?”. En su opinión no se puede decir que el proceso haya sido sostenible. Falta una mayor normalización de la lengua. Y piensa que aún nos encontramos lejos de ello.”Estaremos perdiendo siempre que no cambiemos la situación político cultural”
Es consciente de que las dificultades económicas por las que atraviesa la sociedad juegan en contra de la fijación en el uso del euskera. Y sabe que la actual coyuntura en el contexto europeo tampoco es muy favorable a las lenguas minoritarias. “Para comenzar, en la Constitución española se habla de las otras lenguas españolas... pero en la práctica actúan anticonstitucionalmente”
La profesora Azurmendi reconoce que el panorama del euskera en el conjunto de lenguas universales es de suma debilidad. Pero está convencida de que el trabajo bien hecho, con un apoyo institucional correcto, deberá mejorar el estado de nuestra lengua, haciéndola durable y sostenible, como así espera.