Adolfo Eraso: "El delta del Ebro desaparecerá"

2003-01-17

LARREA, Koldo

Entrevista: Adolfo Eraso Adolfo Eraso, científico y aventurero. "El delta del Ebro desaparecerá" * Koldo Larrea Este científico estellés, a sus 68 años, sigue constituyendo un caso inusual, único y sorprendente en un país que tradicionalmente ha apostado muy poco por la investigación. Profesor titular de Hidrogeología en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, es miembro desde el año pasado de la Academia Rusa de Ciencias Naturales, honor jamás alcanzado por español alguno y logrado tras numerosos trabajos realizados en Siberia. Sus más de cuarenta expediciones a regiones polares, al Ártico y a la Antártida, lo han convertido, posiblemente, en el ser humano que más sabe de los glaciares, en un prestigioso experto de estas masas heladas, que son los verdaderos termómetros de la salud de nuestro planeta. Rompa el hielo y explique coloquialmente en qué consiste el cambio climático, ese fenómeno que estamos padeciendo. Lo voy a explicar tal como está sucediendo ahora. El clima de la Tierra tiende a un calentamiento. El hielo de los polos se funde más rápidamente que antes por elevación de la temperatura. Donde antes la temperatura media anual era inferior a cero grados, ahora está algo por encima y, por ello, el hielo pasa a ser agua. Eso provoca una subida del nivel del mar. Y como las costas no son verticales, los océanos le ganan terreno a la superficie terrestre, aumentan su extensión y se evapora más agua. Por esta razón, hay más humedad en la atmósfera. La temperatura de ésta es más alta. Estos hechos hacen incrementar la energía de los denominados meteoros, de los fenómenos climáticos. Actúan del mismo modo que siempre pero con más potencia. El calentamiento global ¿es la causa o la consecuencia del cambio climático? Es la causa, para la violencia de los fenómenos climáticos. Éstos se hacen más difíciles de predecir y más virulentos. Aumenta el riesgo de que se produzcan. Una lluvia beneficiosa como elxirimiri puede llegar a ser violenta y dañina. Yo les pongo un ejemplo a mis alumnos que es bastante demostrativo: si acercamos la mano a la cara con suavidad estamos hablando de una caricia; si lo hacemos con fuerza, el resultado es un buen sopapo, una bofetada. Adolfo Eraso. Foto tomada en el ártico En esta preocupante situación, los glaciares se van derritiendo a un ritmo acelerado, mayor posiblemente del calculado. ¿Se les puede considerar los sensores de la salud de nuestro planeta? Sin duda, son los más perfectos detectores del aumento de temperatura. Son el indicador mejor y más preciso. Su respuesta es inmediata. Actualmente, tenemos dos glaciares monitorizados que cada cinco minutos ofrecen medidas, información. Usted ha manifestado en alguna ocasión que el calentamiento no es un peligro para la Tierra pero sí para muchas de sus especies, incluida la humana. ¿De qué manera se puede manifestar esta amenaza? La Tierra ha estado con más y menos temperatura que la actual y no le ha pasado nada. Otra cosa es para las especies. Alguna de ellas lo pasará muy mal. Respecto a las manifestaciones, son diversas. Inundaciones, temporales marinos más violentos, huracanes que entran en tierra con más energía... Por ejemplo, ahí están las trombas en costas de levante español, cuando antes sólo se registraban en zonas tropicales. Holanda ha generado los polders, los diques; si se rompen, si llegan a ceder por la subida del nivel del mar, se perderán un montón de kilómetros cuadrados, de superficie cultivada, habitada. Y ahí tenemos asimismo las gotas frías, que se llevan todo por delante. Nuestro entrevistado en la Antártida. ¿Y en qué plazo de tiempo? Fechas no puedo decir. En la Antártida se ha duplicado en trece años la cantidad de glaciares que se funden. Una hecho probable es que los deltas de ríos, esos terrenos tan fértiles, irán desapareciendo. Las corrientes los irán erosionando y los acabarán tragando. Estoy pensando en el delta del Ebro. En mi opinión, desaparecerá.Y si encima le quitan agua, se comenzará a ver pronto este proceso. La fusión glacial por descarga líquida, el derretimiento para entendernos, es mucho mayor en el Ártico que en la Antártida. Una de las causas parece ser que se encuentra en la mayor industrialización del norte. Se habla de una subida de grados entre tres y siete en la temperatura promedio durante este siglo. ¿Cuáles serán las consecuencias? La fusión glacial es cuatro veces superior en el Ártico que en la Antártida a la misma latitud. La población es mucho mayor en el norte que en el sur y la producción de CO2, también. No hay que olvidar que el aumento de temperatura es a su vez consecuencia del aumento del anhídrido carbónico en el aire, de ese CO2. La Antártida genera un microclima frío a su alrededor que la protege. Desde la última glaciación hace 14.000 años hasta nuestros días, hasta el siglo XVII, la temperatura subió siete grados. Desde hace 200 años a la actualidad, el contenido de CO2 se ha incrementado de 280 a 400 ppm (parte por millón). Del 0,028 a 0.040. Comenzó la era industrial y comenzó la causa antrópica del efecto invernadero, la que proviene del hombre. La peor de la predicciones se ha quedado corta en lo referente a la velocidad de aumento del nivel de mar. Eraso en el Artico El protocolo de Kioto supuso un acuerdo, alcanzado el 11 de diciembre de 1997, por el que representantes de numerosos países se comprometieron a reducir en un 5,2 % para el año 2012 las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero. Sin embargo, Estados Unidos, que cuenta con un 4% de la población mundial y genera el 30 % de los contaminantes relacionados con el efecto invernadero, no lo suscribió. ¿No resulta contradictorio? ¿Se le podrá responsabilizar de futuras catástrofes relacionadas con el calentamiento global? Es absolutamente contradictorio e insolidario. Respecto a las responsabilidades, y no es que no quiera mojarme, yo sólo investigo, trabajo con datos para poder dar valores de predicciónmuy aproximativos. A través de publicaciones científicas, de simposios, ofrecemos datos para que los políticos puedan tomar decisiones. De todos modos, Naciones Unidas debería empezar a pensar en órganos de arbitrio de cara a responsabilidades futuras. Aparte de las excusas políticas y económicas que puedan presentar las grandes potencias, ¿no se puede deber toda esta preocupante situación a que el ser humano ha perdido su norte, a que se ha creído superior a la Naturaleza? Ni inferior ni superior. Nos hemos olvidado de dónde venimos. Basta con mirar cómo crece la población del planeta. Y la tierra, por grande que sea, es limitada en espacio y en recursos. Si no se encuentran otros lugares habitables, simplemente, no cabremos. Yo no me siento capaz de modificar el mundo. Trato de cambiar mi propio entorno y en éste he elegido lo que me gustaba, no lo que más dinero me daba. Por eso, por un lado he sido bastante incomprendido pero, por otro, bastante feliz. Glaciar de la Antártida Raíces lejanas En un plano más personal, usted que viaja tanto, que se mueve entre los polos de nuestro mundo, ¿echa de menos su tierra natal? Mire, todavía guardo como un tesoro una colección de minerales que hice cuando todavía no tenía diez años. Los recogí todos en una zona cercana a Estella. Con esto quiero decir que los recuerdos no puedo olvidarlos. Por tanto, sí añoro mi tierra natal y me doy una vuelta por ahí de vez en cuando con mis alumnos. Pero hay una cuestión importante que me pasó hace veinte o treinta años y que me marcó en este sentido. Fui a Estella y vi que mi casa natal había sido derrumbada. En su lugar habían construido otra. Noté una sensación extraña, no muy negativa pero tampoco positiva. Una sensación de vacío, de estar desenraizado. Y tenga en cuenta que luego me he acoplado en lugares tan dispares como Groenlandia o Papúa Nueva Guinea. Pero tuve la sensación de haber perdido un vínculo importante. Es todo lo contrario que veo en los turistas, que se llevan lopuesto. Y es que, donde me encuentro más solo, es en una zona llena de gente externa. Quizá me estoy volviendo un poco salvajillo... quizá. Ahora bien, reconozco que siempre busco una excusa para poder pasar por Estella. No olvidemos que contiene una poderosa tentación, que es la gastronomía. Y no hablemos del vino... ¿Goza de buena salud ese lugar que le vio crecer en sus primeros años? No me gustan los enfrentamientos entre la gente, por política, por religión... Hay un dicho de Goethe, que siempre lo llevo conmigo: "Los hombres estarán unidos por sus convicciones y separados por sus opiniones". Es una verdad como un templo. A mí me gusta razonar. Sin razonar no sé qué hacer. Pese a ello, en el plano natural, veo a Estella más sana que cualquier ciudad grande. Yo vivo en Madrid y nunca me ha gustado. Adolfo Eraso en la Antártida Castellano, francés, italiano, inglés, portugués y alemán. Domina seis idiomas, pero ¿el euskara? Sólo sé decir chorradillas. Mi padre no me lo trasmitió. Me quedé pronto huérfano. No sé si lo hablaba. Mi abuelo, sí. Lo echó de menos. Me gustaría tener tiempo y meterme en esta asignatura pendiente. Me hubiese gustado hablarlo. Entiendo que es mi cultura. Pese a ello, algún zortziko te puedo cantar en euskara. El zortziko me sigue poniendo la carne de gallina, más que la jota. Y voy a hacer una confesión. De las lenguas que manejo, el inglés no me gusta nada, porque parece obligado. Eraso en la inhóspita Antártida Cuando decida retirarse, ¿lo hará buscando el calor de su tierra o se instalará en su pasión por el frío? Me apetece más el frío. Lo aguanto muy bien y me apetece más. Siberia me fascina. En una ocasión me planteé irme de Madrid, dejarlo todo y marcharme. Pero sigo aquí, por los alumnos. Entre las consecutivas promociones, algún amigo surge y eso es muy satisfactorio a nivel personal. Pero, seguramente, me iré algún día. Sí, me iré... Adolfo Eraso Adolfo Eraso Romero nació en la ciudad navarra de Estella el 8 de agosto de 1934.Once años después, la tuvo que dejar porque ingresó en un internado de Vitoria. Como él mismo reconoce, su relación con estos centros nunca fue buena. "No sé por qué pero no me acoplaba, no me integraba, y siempre acababan echándome de estos colegios". Tras esta agitada etapa, se licenció en Ciencias Químicas por la Complutense de Madrid. En esta universidad, es asimismo doctor en Geología. Una vez licenciado, trabajó en distintas áreas laborales, relacionadas con las perforaciones petrolíferas, la hidrogeología y el medio ambiente. Sus muchos años de trabajo permitieron la aparición de numerosísimas publicaciones: más de trescientos artículos científicos en diversas revistas nacionales y extranjeras, más de doscientos cincuenta informes profesionales para empresas y doce libros en colaboración con otros autores, entre cuyos títulos destacan "Cuevas en hielo y ríos bajo los glaciares" y "Divulgación científica". Mientras tanto, con la constancia en el estudio, en el trabajo investigador, adquirió prestigio profesional con carácter internacional, y se fueron sucediendo los reconocimientos. Entre éstos, destaca el Premio Extraordinario a la mejor tesis doctoral, que recibió en 1976, y la Medalla de Oro de la Sociedad Checa de Espeleología, obtenida diez años después. Divorciado y padre de dos hijos, actualmente, y desde 1994, ocupa un asiento en la Academia de las Ciencias de Nueva York, lleva trece años presidiendo la Comisión Internacional para el estudio de las cuevas glaciares y karst en regiones polares, y en mayo de 2003 cumplirá su primer aniversario como miembro de la Academia Rusa de Ciencias Naturales. Su casi frenética actividad profesional le ha llevado a realizar numerosos trabajos en Siberia, relacionados con recursos minerales y con la geología del subsuelo, y más de cuarenta expediciones a las regiones polares: al Ártico y a la Antártida. Por último, su pasión por la ciencia y su escondido afán de aventura han dejado en su vida hechos peculiares, que danmuestra de su relevante personalidad. Fue la primera persona que utilizó en España el Método de Protodyakonov, en la ejecución de la Línea 9 del metro de Madrid, técnica completamente aceptada ya, obligatoria a la hora de afrontar la construcción de cualquier metropolitano. Y lo que es más curioso. Según la temida KGB, tiene el honor de ser el primer español que entró en la prohibida Vladivostok. Sucedió en 1991, cuando todavía existía la Unión Soviética y la citada ciudad estaba cerrada a los occidentales. Pero ésa ya es otra historia. Koldo Larrea Fotografías: Karmenka Euskonews & Media 195. zbk (2003 / 01 / 17 24) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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